Prensa y seguridad (3)
La voz del acusado.Mejor, la pluma del acusado gobernador de La Guajira, Francisco Gómez, quien, me imagino, se demoró un largo rato para idear cuál sería la forma más adecuada para emitir ese comunicado a los medios de comunicación.
La situación del señor Gómez no es la mejor.
Él mismo dice: “Estoy pasando por el peor momento de mi vida, no
solamente porque han acabado con mi dignidad y mi honra, sino que han puesto en
inminente peligro mi vida y la de mi familia, y a la vez dejan al pueblo
Guajiro como cómplice de esos crímenes por haberme elegido, al afirmar
irresponsablemente que soy el autor de asesinatos, de contrabando,
narcotráfico, paramilitarismo, desplazamiento forzado, violaciones, etc. y
ahora el responsable de un plan para acabar con la vida de varios importantes
periodistas”.
Claro que es una situación complicada. Delicada. Dolorosa, si, como
dicen sus amigos, “Kiko” no es capaz de hacer algo semejante…
Una de esas personas que conoce al gobernador me comentó: “La justicia colombiana
se ha equivocado mucho y después nos toca a nosotros pagar por eso”.
Y lo dice porque, después vienen las demandas y el papá Estado es el
encargado. ¿Y dónde sale el dinero para resarcir los perjuicios? Pues de todos…
Y así es… Las arcas estatales aguantan “palo”.
El gobernador Francisco Gómez la soltó casi toda y cuenta la historia.
Aquí está su pronunciamiento, que ha llegado a casi todos los medios, incluidos
a los que lo acusan.
RADAR,luisemilioradaconrado
COMUNICADO DE PRENSA
GOBERNADOR DE LA GUAJIRA
Desde hace algunos días vengo siendo sometido de manera inclemente a un
juicio público desde los medios de comunicación, que inició con una publicación
de la Revista Semana y continuó con la grave imputación en mi contra de ser el
autor de un presunto atentado contra tres reconocidos periodistas de este país.
Los medios, con base en la información de la Revista Semana y
especialmente la ofrecida por los periodistas Gonzalo Guillén en BLU Radio, y
Santiago Villa en el Espectador.com, me han colocado ante la opinión pública
como el más temible criminal, al punto que el señor Guillén dijo en esa emisora
“este tipo es más poderoso que Pablo
Escobar”. Es inconcebible que alguien pueda realizar una afirmación de esa
magnitud.
Estoy pasando por el peor momento de mi vida, no solamente porque han
acabado con mi dignidad y mi honra, sino que han puesto en inminente peligro mi
vida y la de mi familia, y a la vez dejan al pueblo Guajiro como cómplice de
esos crímenes por haberme elegido, al afirmar irresponsablemente que soy el
autor de asesinatos, de contrabando, narcotráfico, paramilitarismo,
desplazamiento forzado, violaciones, etc. y ahora el responsable de un plan
para acabar con la vida de varios importantes periodistas.
Lamento que la fuente de estas graves denuncias no sea la Fiscalía o
pruebas que estén en poder del periodista Guillen, quien en BLU Radio aseguró
que sólo cuenta con “informaciones que
coinciden con otras informaciones” y no con pruebas. Deja entrever en su
entrevista que la información la ha recibido, en sus correrías, de gentes de la
Costa a quienes él considera sus fuentes. Estas informaciones han sido
utilizadas, según él, por la Revista Semana, pero además por los periodistas
León Valencia, Ariel Ávila y Santiago Villa, y también replicadas por los demás
medios de comunicación para enjuiciarme. Precisamente, la última edición de la
Revista Semana trae una columna del periodista Daniel Coronell, quien una vez
más reproduce lo dicho por Guillén. Ninguno de ellos me ha escuchado.
No me cabe duda que el periodista Gonzalo Guillén, a quien no conozco ni
de nombre ni de trato y de quien no sabía que me investigaba, ha sido engañado
con la información que ha recibido, con seguridad, de mis enemigos; por esto,
me voy a permitir brevemente contarle al país lo que ha sucedido en La Guajira
en la última década:
Soy un campesino indígena Wayuu, que tuve la osadía de incursionar en la
política, y por ello todos mis problemas nacieron cuando pretendí ser Alcalde
de mi pueblo, es así como en mi campaña para mi segunda elección a la Alcaldía
de Barrancas, llegó a la Fiscalía el primer anónimo. Sin embargo, el pueblo me
eligió una vez más Alcalde, pero tres días antes de mi posesión, el 28 de
diciembre de 2.000, tuve que concurrir a la Fiscalía a rendir versión sobre
todos los hechos que se mencionaban en ese anónimo.
Desde el año 2.000, la Fiscalía ha investigado todos los hechos
denunciados, porque cada vez que ocurre un nuevo crimen en La Guajira o en
otros Departamentos, aparece un nuevo anónimo en la Fiscalía, por lo que se
puede decir que soy el hombre más investigado en este país, aclarando que todas
las investigaciones se han hecho por medio de indagaciones preliminares, pues
nunca se me ha abierto ninguna investigación formal, pero sí se han recibido
cientos de pruebas testimoniales, se han practicado inspecciones judiciales y
se han desarrollado labores de inteligencia que han arrojado 14 informes de
policía judicial, donde se establece que no tengo ninguna relación con todos
esos hechos.
Además, se allegó éste año a la indagación preliminar que cursa en mi
contra en la Fiscalía, un informe donde se dice que más de 400 desmovilizados,
la mayoría de La Guajira, no me mencionan y ni siquiera me conocen; se ha
certificado por la propia Fiscalía que los jefes paramilitares que operaron en
la zona, Salvatore Mancuso, Hernán Giraldo y alias “Jorge 40”, nunca me han
mencionado en sus múltiples versiones que han rendido ante Justicia y Paz. Es
más, en plena campaña a la Gobernación (2.011), la Fiscalía se desplazó hasta
Estados Unidos y le recibió declaración juramentada al señor Salvatore Mancuso,
quien aseguró reiteradamente no conocerme siquiera.
Por otro lado, la doctora Yandra Brito fue mi Secretaria de Salud, y no
directora del hospital como dice la Revista Semana; su profesión era la de
odontóloga y no médica como lo dice Semana. Posteriormente fue quien me sucedió
en la Alcaldía de Barrancas y a quien acompañé en esa pretensión. Cuando es
asesinado su esposo, Henry Ustáriz, ella formula la denuncia penal contra
indeterminados, pero sólo pasaron unos meses para que aparecieran nuevos
anónimos en la región señalándome ahora como autor intelectual de esa muerte;
esa fue la razón para que Yandra Brito, 4 meses después de los hechos, acudiera
a la Fiscalía a denunciarme. Esta denuncia motivó otra indagación preliminar en
mi contra que duró 3 años, donde se recibió el testimonio de mucha gente y se
practicaron todo tipo de pruebas, también rendí versión libre y al cabo de lo
cual se decretó el archivo de expediente por parte de la Fiscalía Delegada de
Derechos
Humanos, con fecha 04 de Enero de 2.011, desde luego porque la
Fiscalía ni siquiera halló mérito para abrirme investigación formal.
Pero mis problemas se agravaron cuando me atreví, por petición de los
Guajiros, a postularme como candidato a la Gobernación; nuevamente se pide
acelerar la investigación y la Fiscalía viaja a Estados Unidos a recibir declaración
a Mancuso, logran que el Partido me quite el aval, me demandan ante el Consejo
Nacional Electoral y como ninguna de esas acciones les funcionaron, 21 días
antes de la elección, me hicieron en plena plaza pública un atentado contra mi
vida, hiriéndome gravemente, del cual gracias a Dios pude sobrevivir.
Ante mi contundente victoria, inmediatamente me demandaron ante el
Tribunal administrativo de La Guajira y seguramente pensando que esa demanda me
sacaría de la Gobernación, pude gobernar con tranquilidad durante 01 año y 04
meses, pero no fue sino que el Consejo de Estado hace aproximadamente 20 días,
fallara a mi favor, para que en forma inmediata apareciera el artículo de la
revista Semana y días después la acusación de ser el autor del atentado contra
los periodistas.
Tan lejos han llegado mis enemigos, que crearon un correo electrónico a
nombre de mi hijo, y de allí se envió a la Presidencia de la República y a la
Fiscalía General, una denuncia donde supuestamente mi propio hijo pedía que me investigaran,
nuevamente por los mismos hechos. Tales correos originaron una indagación
preliminar a la cual ya concurrió mi hijo para desmentir la denuncia.
También la Revista Semana me señala como el autor intelectual de la
muerte de dos mujeres, Yandra Brito y la Chachi Hernández. Respecto de Yandra,
me enteré que fue asesinada en Valledupar, en un momento en el que ya me
desempeñaba como gobernador y cuando no tenía ningún problema ni relación con
ella, toda vez que la investigación por la muerte de su esposo había sido
archivada desde enero del año 2011. En cuanto a la Chachi Hernández, nunca tuve
ninguna clase de relación con esta persona, y también me enteré que había sido
asesinada en la ciudad de Santa Marta. Jamás sería capaz de algo semejante.
Hoy estoy seguro que mis enemigos son la clase política tradicional que
había manejado por muchos años al departamento de La Guajira, politiqueros que
han logrado poner a sus seguidores como mis enemigos. De todos ellos han salido
todas las falsas incriminaciones a lo largo de los años. A mí no me perdonan
que me haya atrevido, un auténtico campesino indígena Wayuu, a dirigir los
destinos de esta hermosa tierra.
Dice Semana que prácticamente fui candidato único, lo cual es falso
porque la competencia fue reñida; mientras obtuve 125.000 votos, el doctor
Bladimiro Cuello, obtuvo 105.000, de quien también afirman tengo exiliado. Francamente es ilógico pensar que quien ya
ganó una elección legítimamente se dedique a perseguir al perdedor; carece de
sentido tal deducción.
Ahora bien, no conozco ni tampoco he tratado a los periodistas León
Valencia y Gonzalo Guillén ni me han iniciado investigación por informes de
estos señores. En Riohacha y en campaña tuve una entrevista cordial con el
periodista Ariel Ávila en presencia del médico José Octaviano Liñán Murgas
cuando el Partido me retiró el aval, me explicó que obedecía a una
investigación de la Fundación Arco Iris, que concluyó en señalar a más de 80
candidatos de Cambio Radical como inhabilitados por tener investigaciones en su
contra. En lo que a mí respecta, era cierto; sin embargo, acudí ante la
Fiscalía para que me certificara que en mi contra no existía investigación
formal sino indagación preliminar, certificación que presenté ante el Consejo
Nacional Electoral.
Como la opinión pública lo recordará, en ese momento, a mí se me
cuestionó por tener una investigación por presuntos vínculos con paramilitares,
pero en ningún momento se me acusó de los crímenes a que se refiere el
periodista Guillen.
Resulta también ilógico que yo, habiendo ganado la Gobernación y estando
trabajando por mi Departamento, fuera a ordenar atentar contra unos periodistas
que ningún daño me han hecho y que no
los conozco, reitero, porque el informe de Arco Iris era cierto, en el sentido de
que tenía una indagación preliminar.
El periodista Guillén también cuestiona a la Fiscalía y todas las
autoridades judiciales que han guardado relación con estas investigaciones,
asegurando que han generado impunidad. Al respecto, en la Fiscalía deben obrar
los expedientes de las investigaciones archivadas, para que sean revisadas y,
en todo caso, desde hace casi año y medio soy investigado directamente por el
Fiscal General de la Nación, en cumplimiento del fuero que me asiste por tener la calidad de Gobernador; el señor
Fiscal General adelanta la investigación con apoyo de un Fiscal Delegado ante
la Corte Suprema de Justicia, tiempo dentro del cual se han decretado ya cerca
de 100 pruebas, sin que hasta hoy aparezca el más mínimo indicio en mi contra.
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