viernes, 1 de agosto de 2025

Estar a la moda puede matar al planeta

Foto de www.istockphoto.com/es
La moda se ha convertido en la tercera industria más contaminante del planeta y es poco el control que hay de parte de productores, comercializadores, consumidores… y los gobiernos.

De acuerdo con la Organización de Naciones Unidas – ONU -  “la  industria de la moda es uno de los sectores más contaminantes del mundo, responsable de hasta el 8% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero”.

Consume enormes cantidades de agua, 215 billones de litros anuales, equivalentes a 86 millones de piscinas olímpicas, y utiliza miles de productos químicos, muchos de ellos nocivos para la salud humana y los ecosistemas.

A pesar de estas asombrosas cifras, la ropa se produce y se desecha a un ritmo sin precedentes, impulsado por modelos de negocio que dan prioridad a la rapidez y a lo desechable frente a la sostenibilidad.

Para la fabricación de prendas de vestir, se ha popularizado el uso del poliéster, un material que puede tardar hasta 200 años en desintegrarse.

El efecto de la moda cambiante

Se trata de una industria en la que las tendencias cambian rápidamente y las prendas suelen desecharse después de haber sido usadas un puñado de veces.

Los expertos calculan que duplicar la vida útil de la ropa podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 44%.

Sin embargo, también es una industria con grandes oportunidades para transformar vidas y medios de subsistencia a mejor.

“Los diseñadores experimentan con materiales reciclados. Los consumidores exigen cada vez más sostenibilidad. En muchos países, los mercados de reventa están en auge”, dijo Antonio Guterres, secretario general de la ONU, instando a todos a contribuir a la lucha contra los residuos.

Los gobiernos, el lavado de imagen verde de las empresas y los consumidores

Naciones Unidas dice que los gobiernos deben promulgar políticas y normativas que fomenten la sostenibilidad y las iniciativas de cero residuos.

Las empresas deben ir más allá del ecopostureo o lavado de imagen ecologista y tomar medidas reales para reducir los residuos, aumentar la circularidad y mejorar la eficiencia de los recursos en todas las cadenas de suministro.

Los consumidores, por su parte, pueden desempeñar un papel crucial tomando decisiones responsables con el medio ambiente: valorando los productos duraderos, reduciendo el consumo excesivo y apostando por los mercados de reventa.

“No hay lugar para la impostura ecológica”, expresó el secretario general del organismo internacional y agregó que “las empresas deben aumentar la circularidad, la reducción de residuos y la eficiencia de los recursos en todas sus cadenas de suministro”.

Más allá de la industria de la moda, la lucha más amplia contra los residuos requiere una coordinación mundial, añadió.

Más de mil millones de personas viven en barrios marginales o asentamientos informales sin una gestión adecuada de los residuos, lo que conlleva graves riesgos para la salud. Los vertidos no regulados y las malas prácticas de eliminación de residuos están agravando la contaminación y la pérdida de biodiversidad en todo el mundo.

“Comprometámonos a poner de nuestra parte para limpiar nuestros actos y construir un mundo más sano y sostenible para todos”, enfatizó Antonio Guterres.

Fuente: Noticias ONU