La
moda se ha convertido en la tercera industria más contaminante del planeta y es
poco el control que hay de parte de productores, comercializadores, consumidores…
y los gobiernos.Foto de www.istockphoto.com/es
De
acuerdo con la Organización de Naciones Unidas – ONU - “la industria de la moda es uno de los sectores
más contaminantes del mundo, responsable de hasta el 8% de las emisiones
mundiales de gases de efecto invernadero”.
Consume enormes cantidades de agua, 215 billones de litros
anuales,
equivalentes a 86 millones de piscinas olímpicas, y utiliza miles de productos
químicos, muchos de ellos nocivos para la salud humana y los ecosistemas.
A pesar de estas asombrosas cifras, la ropa se produce y se desecha a un ritmo sin precedentes, impulsado por modelos de negocio que dan prioridad a la rapidez y a lo desechable frente a la sostenibilidad.
Para
la fabricación de prendas de vestir, se ha popularizado el uso del poliéster,
un material que puede tardar hasta 200 años en desintegrarse.
El efecto de la moda cambiante
Se
trata de una industria en la que las tendencias cambian rápidamente y las
prendas suelen desecharse después de haber sido usadas un puñado de veces.
Los
expertos calculan que duplicar la vida útil de la ropa podría reducir las
emisiones de gases de efecto invernadero en un 44%.
Sin
embargo, también es una industria con grandes oportunidades para transformar
vidas y medios de subsistencia a mejor.
“Los diseñadores
experimentan con materiales reciclados. Los consumidores exigen cada vez más
sostenibilidad. En muchos países, los mercados de reventa están en auge”, dijo Antonio
Guterres, secretario general de la ONU, instando a todos a contribuir a la
lucha contra los residuos.
Los gobiernos, el lavado de imagen verde de las empresas y los consumidores
Naciones
Unidas dice que los gobiernos deben promulgar políticas y normativas que
fomenten la sostenibilidad y las iniciativas de cero residuos.
Las
empresas deben ir más allá del ecopostureo o lavado de imagen
ecologista y tomar medidas reales para reducir los residuos, aumentar la
circularidad y mejorar la eficiencia de los recursos en todas las cadenas
de suministro.
Los
consumidores, por su parte, pueden desempeñar un papel crucial tomando
decisiones responsables con el medio ambiente: valorando los productos
duraderos, reduciendo el consumo excesivo y apostando por los mercados de
reventa.
“No
hay lugar para la impostura ecológica”, expresó el secretario general del organismo
internacional y agregó que “las empresas deben aumentar la circularidad, la
reducción de residuos y la eficiencia de los recursos en todas sus cadenas de
suministro”.
Más
allá de la industria de la moda, la lucha más amplia contra los residuos
requiere una coordinación mundial, añadió.
Más
de mil millones de personas viven en barrios marginales o asentamientos
informales sin una gestión adecuada de los residuos, lo que conlleva graves
riesgos para la salud. Los vertidos no regulados y las malas prácticas de
eliminación de residuos están agravando la contaminación y la pérdida de
biodiversidad en todo el mundo.
“Comprometámonos a
poner de nuestra parte para limpiar nuestros actos y construir un mundo más
sano y sostenible para todos”, enfatizó Antonio Guterres.
Fuente: Noticias ONU