domingo, 2 de mayo de 2010

Campaña de Infarto, dice Semana

[periodistasdelcaribe] UNA CAMPAÑA DE INFARTO‏
De: periodistasdelcaribe@yahoogroups.com en nombre de RAIMUNDO ALVARADO OSORIO (raimundoalvarado@hotmail.com)
Enviado: domingo, 02 de mayo de 2010 09:55:32 p.m.
Para:

Hola amigos, para quienes deseen hacer análisis de la presente campaña presidencial, les sugiero partir de este informe o análisis publicado como nota de portada de la revista Semana.

Allí están planteadas numerosas preguntas a partir de la cual deliberar:
¿Es Mockus en verdad un salto al vacio?
¿Santos constituye un riesgo en materia de derechos humanos?
¿La decisión se tomará entre políticos y anti políticos?
¿El discurso anticorrupción es suficiente para ganar una Presidencia?
¿En que se parecen los anuncios de Mockus a la gestión de Uribe? ¿Mockus sabe economía?

Raimundo Alvarado.


De infarto


PORTADA
Con el sorprendente ascenso de Mockus el país está ante una de las campañas más emocionantes de la historia. Cómo piensa reaccionar Santos.


Domingo 2 Mayo 2010


* Los verdes han intensificado su campaña con tres elementos principales: la iniciativa ciudadana, el uso de símbolos como el lápiz para bajar las armas y la presencia en equipo de Mockus, Sergio Fajardo, Luis Eduardo Garzón y Enrique Peñalosa.

* Juan Manuel Santos mantiene su discurso como continuador de la agenda del gobierno Uribe, que goza de amplias simpatías en los sectores bajos, medios y en las regiones, y lanzará una ola naranja para contrarrestar la de los verdes.

* Noemí Sanín consolidó la unión de su partido y le bajó el tono a su pelea con Andrés Felipe Arias. Ahora buscará fortalecer el mensaje de cercanía con causas populares y la percepción de que su caída en las encuestas se detuvo y puede volver al segundo lugar.

* Gustavo Petro, elogiado por su desempeño en los debates por televisión, cuenta con la base de la organización del Polo en algunas regiones y tiene un discurso vendedor sobre el problema de la desigualdad social.

* Germán Vargas y su compañera de fórmula, Elsa Noguera, esperan un repunte en zonas como la costa Caribe, de donde ella es oriunda. Vargas tiene credibilidad en el tema de seguridad y tiene el discurso más duro contra Hugo Chávez.

Los colombianos estaban preparados para una campaña electoral lánguida y predecible en 2010. Hace apenas dos meses, antes del fallo de la Corte Constitucional que impidió el referendo reeleccionista, el panorama se reducía a la convicción colectiva de que si Uribe era candidato volvería a barrer en primera vuelta -como lo hizo en 2002 y en 2006-.
O que, en caso contrario, la competencia se reduciría a determinar quién era el más idóneo sucesor del actual Presidente. En plata blanca, esto último significaba encontrar al aspirante más comprometido con la seguridad democrática, que parecía ser el único tema importante para definir el nombre del próximo Presidente.
Pero no fue así. Un mes antes de la primera vuelta el escenario cambió completamente y en las próximas semanas se llevará a cabo una de las campañas más inesperadas, emocionantes y creativas de la historia de Colombia.

En solo unas semanas, el proceso electoral colombiano despertó el interés de la mayoría de los medios del mundo -esta semana hubo un artículo en un periódico lituano y otros en The Economist, The Guardian y varios más en Estados Unidos-, y en el país se desató una explosión nunca antes vista de debates entre los candidatos, encuestas de opinión y manifestaciones de los ciudadanos comunes y corrientes.
La campaña es el tema de conversación en todas partes: en los hogares, los salones de clase, las salas de juntas, los restaurantes, etcétera.
Las páginas de Internet de los medios que cubren el tema político están disparadas y las encuestas indican que el porcentaje de personas que quiere participar en la elección supera el 70 por ciento, algo increíble en un país abstencionista. Más llamativo aún es el indicio de que el sarampión político salpicó a los jóvenes, que siempre han estado asociados con la apatía y el escepticismo frente a lo público.

Todas las evidencias indican que la llamada ola verde liderada por Antanas Mockus se ha extendido por las regiones, que la candidata conservadora Noemí Sanín se desplomó y que Juan Manuel Santos de la U mantiene su fuerza política pero está estancado. Todo el mundo hace pronósticos pero nadie sabe qué va a pasar.
En fin, el fervor electoral tiene al país totalmente politizado.

Aunque el proceso ha sido similar a una montaña rusa y algunos candidatos han subido para luego caer -Sergio Fajardo, primero, y Noemí Sanín, después- parecería que ya están definidos los terrenos en los cuales se librará el final de infarto de la ya histórica campaña electoral de 2010.
Lo primero es que es casi seguro que habrá segunda vuelta. La idea de que Santos ganaría de un envión -que no era descabellada hace un mes- ya casi nadie la defiende.
Y la posibilidad de que Mockus llegue a la Presidencia en primera vuelta, tampoco parece probable a pesar de su vertiginoso ascenso. De una parte, porque a pesar de todo la campaña de Santos ha demostrado tener un piso grande del cual no ha bajado.
Y de otra, porque las candidaturas pequeñas, sumadas, se llevan más de un 20 por ciento que hace que para uno de los dos punteros, desde el punto de vista aritmético, llegar al 50 por ciento y evitar la segunda solo sería factible al sacarle al segundo cerca de 25 puntos, lo cual parece imposible.

En segundo lugar, ya es prácticamente un hecho que no habrá modificaciones en el tarjetón y que las seis candidaturas principales -Mockus, de los verdes; Santos, de la U; Noemí Sanín, del Partido Conservador; Rafael Pardo, del liberalismo; Gustavo Petro, del Polo, y Germán Vargas, de Cambio Radical- irán hasta el final.
Los rumores y movimientos de varios meses sobre posibles alianzas electorales dirigidas a evitar una segunda vuelta no llegaron a nada y todos irán hasta el 30 de mayo.

Las coaliciones habrían sido más factibles en el panorama que existía en el imaginario colectivo antes de la explosión de la ola verde. Una polarización entre Santos y Noemí Sanín, por ejemplo, habría facilitado que los candidatos coleros se sumaran a uno de los dos líderes.
Con Mockus arriba, sin embargo, esa posibilidad no existe porque los ex alcaldes verdes -además de Mockus, Sergio Fajardo, Enrique Peñalosa y Luis Eduardo Garzón- no están dispuestos a recibir adhesiones de políticos.
Por otra parte, las encuestas demuestran que los candidatos presidenciales que van perdiendo, no tienen un control homogéneo sobre sus electores: las preferencias de los seguidores de Sanín, Pardo, Petro y Vargas Lleras se distribuyen, en términos generales, por igual entre Santos y Mockus.

El escenario es de infarto. Tantas subidas y bajadas en poco tiempo obligan a concluir que nada está escrito y que en un mes todo puede pasar. Lo que hagan los candidatos, o lo que dejen de hacer, puede resultar definitivo. A la vez, el panorama inesperado obliga a todos a replantear estrategias y a asimilar realidades políticas que no estaban en los cálculos de nadie.

En el caso de Juan Manuel Santos, la victoria fácil a la que llegaría cabalgando sobre los lomos de la continuidad uribista y de la seguridad democrática dejó de ser una hipótesis suficiente.
Noemí Sanín ya no puede pensar que la campaña de 2010 es una reedición de la de 1998, en la que ella era la novedad, ni la de 2002, en la que el electorado solo estaba interesado en la mano dura contra las Farc.
Rafael Pardo ya debe haber entendido que el liberalismo es una fuerza significativa, pero que sus bases no son fieles a la 'L' en el momento de votar.
Gustavo Petro hizo todo lo posible por moverse al centro -hasta el punto de poner en peligro la unidad del Polo-, se ha lucido en los debates y foros pero su pasado guerrillero pende sobre su aspiración como una espada de Damocles.
Germán Vargas se jugó por la tercería entre dos fuerzas como Santos y Noemí, pero quedó eclipsado por la irrupción de los verdes.

La actual elección, contrario a lo que muchos piensan, no es sobre la seguridad democrática. Las encuestas demuestran que las preocupaciones de la gente tienen que ver más con su situación económica personal.
Al fin y al cabo, 2009 fue uno de los años de más bajo crecimiento en décadas, lo cual ha producido la tasa de desempleo más alta del continente.
El discurso contra las Farc está trillado porque se gastó, porque ningún candidato lo cuestiona y porque los éxitos del gobierno tienen acorralada a la guerrilla en lo militar y en lo político. Eso ya nadie lo discute.

La Gran Encuesta de Ipsos-Napoleón Franco demuestra también que la elección no es un plebiscito en torno a Álvaro Uribe, ni que los ciudadanos están alineados entre uribistas y antiuribistas. El porcentaje de los votantes que simplemente optarían por un continuador de Uribe ha caído. En cambio, el auge de los verdes demuestra que la serie de escándalos que han afectado al gobierno en los últimos años -chuzadas del DAS, falsos positivos, yidispolítica, Agro Ingreso Seguro- han generado un anhelo de cambio en las costumbres políticas. La feria de adhesiones, voltearepismo y clientelismo de las recientes elecciones de Congreso, su nula renovación y el despelote en los escrutinios, incrementaron la sed por un viraje en las formas de hacer política.

Los movimientos de Santos

Juan Manuel Santos recibió del presidente Uribe las credenciales de fiel soldado de la seguridad democrática y la maquinaria de la U, pero no heredó el teflón que ha protegido su imagen favorable.
En el nuevo escenario, Santos tiene el perfil de estadista, conoce los temas y tiene la experiencia, pero el exceso de maquinaria política lo perjudica entre los votantes de opinión y los jóvenes, y les abre espacios a los emotivos seguidores de la ola verde.

La campaña de Santos nunca imaginó el surgimiento de Mockus pero de ahí a decir que está en crisis hay mucho trecho. Su intención de voto se mantiene alrededor del 30 por ciento y en la mayoría de la encuestas se encuentra en empate técnico con Mockus.
El problema son las tendencias: Mockus va en ascenso y Santos está estancado. Y ahí es donde la estrategia de campaña desempeña un papel esencial en la contienda.

La estrategia del ex ministro hasta ahora ha sido cabalgar sobre los éxitos de Uribe y erigirse como su heredero, exaltar todos sus pergaminos en sus distintos ministerios y mostrarse como el más capaz y más acompañado. Este último punto, que pretendía mostrarle al país que todos los políticos estaban con él, es hoy su gran talón de Aquiles. En el campo político, el candidato de la U tiene a su favor la mezcla de maquinaria y voto de opinión que, al menos hasta ahora, ha probado ser la forma más eficiente para construir mayorías electorales en Colombia. Cuenta con la U, fuerza política a la que en la segunda vuelta se le podrían sumar adhesiones del liberalismo, el conservatismo y Cambio Radical. Y tiene el apoyo de opinión de los votantes que quieren una alternativa confiable y conocida, garantía de continuidad con la agenda uribista, y que consideran que elegir a Mockus es dar un salto al vacío.

Es claro que ante la nueva fotografía política Santos empezó a modificar su estrategia. Los cambios radicales de imagen y de discurso en una campaña son contraproducentes así los ajustes se hagan sin que se note, pero sería un error cruzarse de brazos ante el ascenso de los verdes.

El principal dilema de esa campaña es qué hacer frente a Mockus. En la campaña saben que no lo pueden atacar porque las agresiones contra alguien que está creciendo y tiene buena imagen se pueden devolver en contra y convertirse en un mensaje perdedor y antipático. Al mismo tiempo, consideran que no pueden dejar que los verdes sigan creciendo sin que nadie muestre sus debilidades: las excentricidades de Mockus molestan en algunos sectores y otros señalan que tiene vacíos en el discurso y que le falta experiencia en el gobierno nacional.

Hasta el momento la mayoría de reacciones de la U ha sido una combinación de respeto y declaraciones amables hacia la ola verde, pero también de aprovechar 'papayazos' como el que dio el ex alcalde cuando dijo que extraditaría a Uribe si es solicitado por la justicia de Ecuador. Una afirmación equivocada, tanto por razones políticas como legales, que obligó a Mockus a reconocer su error y rectificar. Santos tomó el resbalón como un caballo de batalla en el debate de El Tiempo, el lunes, y lo siguió martillando en los programas radiales de la mañana.

Pero algo va de aprovechar un papayazo a dar un paso más y aceptar fórmulas de ataque: la publicidad negativa.
En Colombia, a diferencia de otros países, esta práctica solo ha funcionado en pocas excepciones, como la cuña televisada de Andrés Pastrana contra Horacio Serpa en 1998, en la que el rostro de este último se transformaba en el de Ernesto Samper, pero se ha devuelto como un bumerán en célebres casos como el del programa de televisión de Álvaro Gómez contra Virgilio Barco una semana antes de las elecciones de 1986.

Santos tendría la posibilidad de capitalizar la bajada de los pantalones, el matrimonio en un elefante o el disfraz de superhéroe, pero eso podría ser contraproducente. Primero, porque esos episodios ya fueron digeridos por el electorado y segundo, porque Mockus representa la renovación y en ese contexto la propaganda negra puede terminar siendo propaganda blanca.

A pesar de que desde la cúpula de la campaña de Santos se dio la orden expresa de no hacer ataques a otros candidatos, hasta ahora un grupo de sus alfiles -Armando Benedetti, Juan Carlos Echeverry, Jairo Clopatofsky- han salido al ataque de algunas de las actitudes y propuestas de Mockus.
Columnistas de la derecha uribista como Fernando Londoño, Ernesto Yamhure y Plinio Apuleyo Mendoza también han expresado su preocupación por la desconfianza que les generan los heterodoxos y elevados conceptos mockusianos para lidiar con las Farc, el narcotráfico y las bandas criminales. Es claro que lo que más le conviene a Santos son los debates en televisión cara a cara frente a Mockus en temas concretos. Por la experiencia y su ventaja en los asuntos de Estado, y porque Mockus demostró que puede patinar.

Algunos miembros de la campaña santista empezaron a propagar la idea de que Mockus puede ser un buen Presidente, pero en 2014, después de que Santos haya terminado la tarea contra la guerrilla y la prioridad del país no sea la seguridad sino el manejo del posconflicto. Mejor dicho, Santos para acabar el conflicto y Mockus para el posconflicto.

En materia publicitaria, la campaña de la U no ha considerado un giro, pero sí se han puesto en marcha algunas estrategias para contrarrestar la ola verde. Entre ellas, introducir con mayor intensidad el color naranja y lanzar en Internet su propia 'ola' de ese color. Según Pablo Jacobsen, uno de los coordinadores de la estrategia electrónica de Santos, en los próximos días se hará más intensa la actividad en las redes sociales: "En este último mes, la presencia de Juan Manuel en Internet será muy fuerte", dice.

Frente al tema de los medios de comunicación, la situación es más delicada. Si bien la mayoría de los columnistas del país ha mostrado claras simpatías por Mockus, lo que no esperaba la campaña de Santos es tener problemas con los periodistas rasos (de radio, televisión y prensa) que son cruciales en los cubrimientos de sus actos políticos y declaraciones públicas. En este frente los reporteros se quejan del hermetismo de la campaña y de las exigencias para atenderlos: para una entrevista con el candidato se requieren trámites y formularios más propios de una entidad oficial que de un candidato que necesita una mejor llegada, con sus ideas y mensajes, a las audiencias.

El gran timonazo para las semanas que faltan será en este frente.


¿Ola de larga duración?

La campaña de los verdes también necesita un ajuste a las nuevas realidades. El adagio según el cual lo que va bien no se debe cambiar no necesariamente se aplica para la estrategia verde. De una parte, porque una cosa es crecer muy rápido y otra, distinta, mantenerse arriba. Por otro lado, la candidatura de Mockus ha sido impulsada por los electores jóvenes que tradicionalmente no votan. ¿Cómo asegurar que lo hagan ahora en una magnitud suficiente para derrotar a las maquinarias regionales de los grandes partidos? ¿Realmente serán los 'primivotantes' la fórmula triunfal? ¿Cómo reaccionar frente a los cuestionamientos y ataques que previsiblemente vendrán de las otras campañas?

Los errores de Antanas Mockus en algunas entrevistas han dejado en claro que la ola verde tiene falencias en el campo programático. Además de una mejor preparación para los debates, la campaña planea una serie de cuñas para mostrar programas de gobierno contra las Farc y con temas puntuales como salud y calidad de vida, que van más allá de la educación porque esta es una bandera que ya está asociada con Mockus y con Fajardo. Así mismo, buscará captar más votantes entre los abstencionistas, un sector importante del potencial electoral que ha sido poco explorado por las campañas tradicionales. Una carta que el ex alcalde de Bogotá tiene para jugar es anunciar el nombramiento de un gabinete de lujo con el calificado equipo que lo acompaña.

Pero no habrá un giro en el concepto de 'campaña ciudadana'. Los verdes insisten en que no recibirán adhesiones políticas, y mientras el candidato se concentrará en visitas a ciudades intermedias en las zonas en las que está débil, Enrique Peñalosa y Luis Eduardo Garzón harán otras giras para hacer presencia en otras regiones. "La unión hace la fuerza" seguirá siendo el lema principal. Hasta el momento, los mensajes publicitarios no han estado centralizados, ni impuestos, por la campaña: hay más de 500 afiches diseñados y 80 versiones de camisetas aportadas por la gente. Además existe un grupo de creativos, donde hay publicistas como Carlos Duque, en el que se recogen los principales aportes.

La gran pregunta es hasta dónde se puede confiar en nuevos medios como Internet y las redes sociales. Según conocedores del tema, como Alberto Pardo, especialista en marketing electrónico, y Camilo Granada, experto en comunicaciones estratégicas, la incidencia de Internet depende mucho de la capacidad del candidato de adaptar su imagen al lenguaje electrónico. "En este campo Mockus logró convertirse en celebridad y las celebridades son las más exitosas en las redes. Esto no lo han podido hacer en las otras campañas, que simplemente se limitan a 'colgar' hechos en Internet y no promueven la participación de la gente", dice Pardo. Y es que el potencial en la red es muy significativo. Tan solo Facebook tiene en Colombia 8.914.000 usuarios activos, de los cuales 7.055.000 son mayores de 18 años, 51 por ciento mujeres, 49 por ciento hombres.

En una campaña tan competida e inédita son muchas las variables que pueden saltar. Es una de esas ocasiones en las que los resultados no están predeterminados por el entorno estructural ni por las fuerzas partidistas. La campaña de 2010, y en particular la recta final que falta, será una batalla de estrategas, y como están las cosas, es poco probable que Santos y Mockus puedan delegar esa función vital.

Los candidatos, en esta ocasión, son sus propios estrategas.

Aplazamos el cierre del Cuarto de SIGLO del RADAR

El ministro de hacienda Oscar Iván Zuluaga, no podrá estar con nosotros el 6 de mayo, tal como lo habíamos convenido. Lo cuadramos en Cancún con mucha antelación, pero la Cámara organizó lo requirió.

“La Comisión Tercera de la Cámara de Representantes lo citó para que esté presente en un foro en la ciudad de Neiva, sobre el proyecto de ley presentado con el fin de obtener recursos para el sector de la salud”, de acuerdo a una notificación que nos envió nuestro colega José Triana, quien asesora al funcionario.

Se reprograma, entonces el evento y estaremos muy pendientes de informarles cuando se podrá realizar. A todos gracias por la atención.
LuisEmilio RadaC
Pd:

Ministro Zuluaga con el RADAR
REPROGRAMACIÓN EVENTO CON RADAR

De: Oficina de Prensa Ministerio de Hacienda

Ver Contacto
Para: "radareconomico@yahoo.com"

Bogotá, 28 de abril de 2010

Periodista

LUIS EMILIO RADA
RADAR ECONÓMICO

Apreciado Luis Emilio,

Le reitero el interés del señor Ministro de Hacienda, Oscar Iván Zuluaga, de acompañarlo en la celebración de los 25 años de su exitosa empresa de comunicaciones, con la cual ha orientado a la opinión pública de la Costa Caribe en los valores que deben acompañar a toda sociedad.

Lamentablemente, la fecha que estaba programada para el próximo jueves 6 de mayo para ir a la ciudad de Barranquilla y asistir a un evento académico programado por usted, tiene que ser reprogramada para una nueva fecha, debido a que el Ministro de Hacienda fue citado por la Comisión Tercera de la Cámara de Representantes a un foro en la ciudad de Neiva, sobre el proyecto de ley presentado con el fin de obtener recursos para el sector de la salud.

Luis Emilio, cuando se concrete una nueva fecha para desarrollar la agenda acordada en la ciudad de Barranquilla, le estaré informando.


Cordial saludo,

JOSÉ TRIANA
OFICINA DE PRENSA
MINISTERIO DE HACIENDA

¿Debe el presidente ser imberbe y creyente? por Marc Hofstetter


El debate presidencial nos ha dado la oportunidad para conocer a muchos colombianos.

Algunos no son capaces de exponer sus preferencias y uno como comunicador y periodista tiene el deber de darle la oportunidad a casi todos para que se expresen.

En el caso nuestro, tratamos de que nuestros lectores y oyentes conozcan las diferentes versiones. Ellos son –lectores y oyentes- los que deben tomar sus propias decisiones estos 30 de mayo 20 de junio en las elecciones colombianas. Y eso lo respetaremos siempre.

En unas de nuestras redes periodísticas está circulando este material que puede servir para conocer parte de lo que está ocurriendo en el debate.
Saludos,

LuisEmilio RadaC
Pd:


PeriodistasdelAtlantico] ¿Debe el presidente ser imberbe y creyente?‏
De: periodistasdelatlantico@yahoogroups.com en nombre de Isis Beleno (isisbeleno@gmail.com)
Enviado: domingo, 02 de mayo de 2010 12:55:50 a.m.
Para: PeriodistasdelAtlantico@yahoogroups.com

Hola. Comparto con ustedes la siguiente columna de opinión, tomada del portal independiente de noticias La Silla Vacía.com

Isis Beleño.

Colegas, hay que agradecerle a Isis esta información que nos sirve para ir entendiendo un poco más la política colombiana.

El debate se ha vuelto muy interesante y sentimos que Colombia está madurando mucho.
Los periodistas, por ejemplo, somos más conscientes de nuestro papel. Igual los jóvenes que han sido muy apáticos en épocas electorales.

La columna publicada por los colegas de La Silla Vacía.com, es producida por un profesional muy calificado, y les entrego su hoja de vida y su fotografía para que ir conociéndonos todos, poco a poco.

LuisEmilio RadaC
Pd:

HOJA DE VIDA
Datos Personales
Nombre: Marc Hofstetter Gascón
Nacimiento: Diciembre 13 de 1973, Bogotá, Colombia
Estudios realizados

Ph.D. en Economía (2005), The Johns Hopkins University, Baltimore, EE.UU.
Master en Economía (2001), The Johns Hopkins University, Baltimore, EE.UU.
Magíster en Economía (1998), Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia
Economista (1997), Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia.
Experiencia laboral
Posición actual:
Profesor Asociado e investigador, Facultad de Economía-Cede, Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia. Desde enero 2009

Marc Hofstetter

¿Debe el presidente ser imberbe y creyente?

Por Marc Hofstetter
En días pasados, El Tiempo publicó unas declaraciones de Juan Manuel Santos, en las que “marcó las diferencias sustanciales entre él y Mockus. "Me diferencio de él en muchas cosas. Primero, yo me quité la barba. Yo creo en Dios. Yo creo en tener un Ejército". Si bien Mockus ya aclaró que en los puntos 2 y 3 Juan Manuel y él no se diferencian, no deja de llamar la atención que un político crea que los puntos 1 y 2 son atributos claves para diferenciarse de su principal rival.

Me pongo en los zapatos de algún votante indeciso: después de mirar debates, equipos, programas, ideas y logros pasados, el personaje finalmente mira el tarjetón y se dice, “¡por este no voto, tiene barba!” Hmmm.
Estamos eligiendo presidente, no reina de belleza. Y si de estética se tratara, habría entre los nueve candidatos una ganadora clara. Y no se llama Juan Manuel. Ni Juana Manuela.

El tema de la religión es más complejo. En la declaración de Juan Manuel hay implícita una connotación peyorativa. No creer en Dios es malo. Es incompatible con ser presidente. En un país donde el 90% de la población es católica, esa declaración habría podido tener tracción. Habría podido poner a la defensiva a un candidato en un tema absolutamente ajeno a lo que debemos estar discutiendo.

Sin embargo, en Colombia por fortuna hay libertad de cultos. Eso incluye a los ateos. Uno puede andar por Colombia con la cabeza erguida siendo ateo; ser buen ciudadano siendo ateo. Es más, uno puede tener barba y ser ateo al tiempo. En cambio, uno podría ser imberbe y creyente y, si tuviera nobleza, debía andar con la cabeza gacha. Sin ir muy lejos, hay curas pederastas y obispos que ocultan sus acciones que son imberbes y fervientes creyentes. Dios nos libre de que lleguen a la presidencia.


En 1995, Aleksander Kwaśniewski, un ateo declarado llegó a la presidencia de Polonia derrotando en las urnas a Lech Walesa. Cinco años después fue reelegido. Eso, en un país con una de las comunidades católicas más fervientes y numerosas de Europa.

Si hubiera entre los candidatos colombianos a la presidencia uno ateo, bienvenido. Podría ser un gran presidente. Con o sin barba.

Influencia de los debates, por Armando Silva, semiólogo




LA INFLUENCIA DE LOS DEBATES EN TELEVISION EN LA PRESENTE CAMPAÑA‏
De: periodistasdelcaribe@yahoogroups.com en nombre de RAIMUNDO ALVARADO OSORIO (raimundoalvarado@hotmail.com)
Enviado: sábado, 01 de mayo de 2010 11:35:40 p.m.
Para:

Compañeros (as),

Con el objetivo de que sigamos mirando cual es el papel de los medios y de los periodistas en la presente campaña, sugiero la lectura de esta entrevista que aparece en semana.com.
Raimundo Alvarado


“Un candidato muy profundo no gusta. Muy superficial, tampoco”


Armando Silva, semiólogo y filósofo. Autor de la serie ´Ciudades imaginadas´.

ENTREVISTA
El semiólogo Armando Silva analiza la influencia de los debates en televisión y la imagen de los candidatos sobre la opinión de los ciudadanos.

Para él, Mockus emociona y representa la incógnita; Santos no atrae pero transmite seguridad; y Sanín “aparece descompuesta”.

Viernes 30 Abril

En entrevista con Semana.com, el semiólogo y filósofo Armando Silva explica la importancia de los medios masivos de comunicación y las nuevas tecnologías en el debate electoral. También analiza cómo son percibidos los candidatos presidenciales a partir de su imagen en televisión.

Silva es experto en análisis urbanos, de medios y del arte. Dirige el doctorado en Estudios Sociales en la Universidad Externado de Colombia.

Semana.com: ¿Qué impacto tienen los debates sobre la opinión de los televidentes?

Armando Silva: Vivimos una época de contagios. Los miedos, las emociones, los sentimientos que se representan se expanden por la colectividad. En eso los medios son dominantes: resaltan las representaciones sociales y ayudan a la formación de los imaginarios cotidianos.

Semana.com: ¿Qué importancia tienen los debates presidenciales en estas elecciones?

A.S.: Son una novedad. Los medios en Colombia están jugando un rol significativo, no sólo acompañan el debate, también lo proponen y lo siguen. Es interesante esa ecuación donde un candidato pasa por la televisión, como una nueva forma democrática basada en su sex-appeal visual. La televisión resume la velocidad que se exige a un presidente moderno, y la prensa los análisis inmediatos.

Semana.com: ¿Los debates podrían determinar una elección?

A.S.: .
En especial cuando aumentan las dudas. Los medios ayudan a canalizar, a darles cuerpo a sentimientos colectivos.
Obama, por ejemplo, antes que todo es un imaginario, que por momentos se desinfla. Los medios lo diseñaron como el anti-Bush que necesitaba su país.

En Colombia, en la primera elección de Uribe, los medios seleccionaron a la guerrilla como su enemigo público, y él encarno ese deseo.
Por esta razón, Santos estaba seguro, él representa un sentimiento de continuidad hacia ese mismo enemigo. Pero la gente ahora, con ayuda de los medios, empezó a darles salida a otros sentimientos. Se creó la imagen (y esto fue un triunfo de Uribe, paradójicamente) de que el ‘enemigo’ esta casi derrotado.

Entonces llegó la duda y salieron otros temas a la agenda: la anticorrupción, la ética, la salud, el desempleo, y “apareció” un candidato que los lideraba: Mockus. No es que sea una invención mediática. Sucede que los medios le dieron forma a un sentimiento colectivo y esa forma se encarna en un candidato. Sin darse cuenta, el uribismo mediático creó a Mockus y atajó, por ahora, a Santos.

Semana.com: ¿Qué es más importante para un televidente: la imagen de un candidato o su programa?

A.S.: Lo más importante es la seducción. Y esta se ejerce con emociones, como la belleza, el gesto, la voz, pero también con las ideas, es una combinación. Un candidato muy profundo no gusta. Muy superficial, tampoco.

Semana.com: En segunda vuelta, cuando son sólo dos candidatos, ¿qué importancia tienen los medios?

A.S.: La segunda vuelta será de dominio mediático. Sólo ahora estamos comprendiendo las diferencias entre los medios masivos como la prensa o la televisión, de las nuevas tecnologías de la información. Las redes sociales le dieron el primer impulso a Mockus. Y esto funciona en la red. De sectores de élite, como intelectuales, se extiende hacia otros estratos y sectores sociales.

O sea: no hay que ver televisión, sino estar conectado a la red, para recibir sus influencias. Los medios son centrífugos. Tienden a salirse del centro y expandir su influencia por la tangente.

Semana.com: Finalmente, ¿cuál es su opinión sobre los gestos y los símbolos de los candidatos?

A.S.: Estas elecciones son una clara demostración de unos candidatos que se expresan en la palabra, frente a otro que lo hace desde el gesto, desde la estética.
Mockus emociona y porta en sí la incógnita, la incertidumbre. Esto es más del arte que de los discursos.
Santos no emociona pero significa seguridad. Juega a un futuro, que podría ser el pasado.
Noemí aparece descompuesta, pues ha jugado a símbolos opuestos; un día de traje y corte masculino y otro de mujer descontrolada que grita al vacío.
Los demás candidatos han avanzado en imagen, lo hacen bien, pero su imagen se desvanece por quedar rezagados en las encuestas.