jueves, 29 de junio de 2023

MUJER, cueste lo que cueste. Por Alfonso Ricaurte Miranda

Alfonso es una llave.

Un amigo que tenía camufladas sus ganas de escribir y publicar sus historias.

Un comunicador que trabajó en el Distrito de Barranquilla, en la alcaldía y realizó otras tareas como periodista. Se gozó Barranquilla y un día cualquiera le apostó a España y allí vive con su familia.

Cuando me pidió que le apoyara en eso, no lo dudé en ningún momento, y lo grato es que le ha ido muy bien. Tanto, que ha tenido tiempo para sentarse a terminar esta obra que le ha publicado Amazon.

Alfonso es escritor, aunque siento que él todavía no lo siente, que no se cree escritor… pero para mí, lo hace muy bien. No todos podemos escribir como él.

A mí me llega mucho material, mucha información.

El Blog nuestro tiene sus seguidores. Y lo que escribo por Facebook, WhatsApp, Instagram y por las otras redes tiene sus lectores y me ha gustado el tema tocado por Alfonso en su corta novela, “Juanito: MUJER, cueste lo que cueste”, porque hay que tener cojones, para decirle a la sociedad machista que tenemos: “Yo nací hombre, pero quiero ser mujer”, como lo dice Juan Chejov Kolpack.

Yo era de los hombres que no entendía, cuando era joven, que uno como varón, solamente le debían gustar las mujeres. Pero con los años aprendí que eso no es así. Y que hay hombres y mujeres que les encanta tener parejas de los dos sexos.

¿Será que eso es bacano?

Pienso que sí.

Claro que yo no le apostaría a esa vaina.

Me quedaré con mi mujer. Con ella me la he vacilado y moriré con ella, si Dios lo permite.

Lean esta obra de Alfonso: “MUJER, cueste lo que cueste”, que les va a encantar…

®luisemilioradaconrado

@radareconomico1

https://radareconomicointernacional.blogspot.com

MUJER, cueste lo que cueste.

Por Alfonso Ricaurte Miranda

Barranquilla a comienzos de los años 80 era una de las ciudades del Caribe que renacía en el panorama comercial debido al modelo de apertura económica dispuesto, el cual la convertía en la puerta de salida de los productos del país hacía los mercados internacionales. Los periódicos la definían como “la ventana al mundo” por contar con la condición de ser puerto marítimo, aéreo y fluvial, privilegios con los que contaban muy pocas urbes del mundo.

Sin embargo, la ciudad no era conocida en el panorama nacional por esa envidiable condición económica, sino por la amabilidad, tranquilidad y temperamento alegre de su gente.

Una ciudad donde la tranquilidad era la garantía para una convivencia amena y pacífica, como lo demostraba el hecho de que, en 35 años, entre 1946 y 1981, solo se habían registrado dos crímenes que causaron gran impacto en la sociedad barranquillera:

Uno de ellos ocurrió a mediados de 1980 cuando una mujer identificada como Helena R. junto con su amante asesinó a su esposo, un conductor de camión que enterraron debajo del piso de una de las habitaciones de su residencia.

Y el segundo que rompió esa tranquilidad ocurrió el 30 de noviembre de 1981 cuando los medios de comunicación informaron sobre el asesinato de don Juan Chejov Niessenbum y doña Raquel Kolpack de Chejov, dos ancianos que fueron encontrados golpeados salvajemente y degollados en una residencia del exclusivo barrio El Golf en el norte de Barranquilla.

La ciudad se conmocionó aún más al día siguiente de estos hechos, cuando la prensa informó sobre la captura de Juan Chejov Kolpack, hijo menor de los ancianos quien confesó ser el autor del crimen de sus padres.

La conmoción y el asombro crecían en la medida en que se revelaban detalles de los hechos, sobre todo por ser el hijo de las víctimas el señalado como autor de los brutales asesinatos. La palabra parricida, poco utilizada entonces en el lenguaje común, adquirió mucho uso por esos días.

Era un cruel incidente que no encajaba en el conocido estereotipo de la personalidad del caribeño, y por ende en la tranquilidad y la conciencia social de la época en esta ciudad.

La captura del joven Juan Chejov Kolpack se produjo en el aparcamiento interior de un edificio de oficinas localizado a pocas cuadras de su residencia en donde intentó esconder el vehículo del padre, cuyas señas ya tenía la Policía.

Al momento del arresto sufrió una fuerte crisis de nervios, pero en el atestado policial el oficial que comandó la captura escribió que el detenido no opuso resistencia al procedimiento, e incluso, colaboró con todos los requerimientos hasta su traslado a las dependencias de Policía Judicial.

Todo lo ocurrido a partir de este momento, de este caso de la crónica negra barranquillera, lo he recreado en mi nuevo libro, Juanito: MUJER, cueste lo que cueste, una novela corta que narra la historia de un joven que tiene que desarrollarse en una época en el que la homofobia estaba tan marcada en la sociedad, que tener un hijo gay en la familia era lo peor que le podía pasar a todos sus miembros.

Era una vergüenza que había que ocultar por sobre todas las cosas, sin importarles en lo más mínimo el padecimiento de ese familiar que tenía que desarrollar su vida, con un cuerpo que iba en contravía de su real deseo y sentir sexual.

Este es el detonante que lleva a Juanito, el personaje de mi novela, a asesinar a sus padres, e intentar con semejante acción, conseguir la herencia que le permitiría realizarse la operación de cambio de sexo, que tanto deseaba, para liberarse de ese cuerpo masculino que le impedía vivir como la mujer que llevaba en su interior.

No estoy diciendo con esto que el fin justifica los medios, y mucho menos cuando a quienes tienes que asesinar para conseguirlos, son tus propios padres, como hizo el personaje de esta historia.

No. Lo que se plantea son las consecuencias que se pueden registrar en una sociedad que se rige por comportamientos tan retrógrados, como el de rechazar a las personas por su condición o inclinación sexual, como lo era una parte importante de la sociedad barranquillera en ese momento de la historia.

Notaran que me he referido en todo momento a Juanito como el personaje de la historia, y la razón de hacerlo es porque no quiero que Juanito: MUJER, cueste lo que cueste, se vea únicamente como un hecho periodístico que se presenta ahora en un libro, porque no lo es. 

¿Es una historia basada en un hecho real? Sí, pero novelado, recreado literariamente con hechos imaginarios que se desarrollan a lo largo de sus 13 capítulos.

De hecho, los apellidos y los nombres de casi la totalidad de los personajes son distintos a los de las personas reales involucradas en el hecho.

Por eso he clasificado esta historia como un ejercicio de Literatura Periodística, que, para mí, que no me considero escritor, Juanito: MUJER, cueste lo que cueste, al ser un hecho real recreado literariamente, va más allá de lo que es la crónica periodística.

Digo que no me considero escritor porque no lo soy. No tengo aún ese extraordinario vuelo imaginario que ellos poseen y además porque me encanta seguir sintiéndome un periodista que cuenta historias.

El libro se ha publicado en Amazon libro y se adquiere en el siguiente Link.

https://amzn.eu/d/6GHBNi6 o entrando en Amazon libros y buscando a Alfonso Ricaurte, adquiérelo y ayúdame a convertirme en tu contador de historias preferido.