Los Hikikomori, un fenómeno ¿sólo japonés?
16 08 2010
Los hikikomori
(ひきこもり o 引き篭り, hikikomori) son
adolescentes y adultos jóvenes que se ven abrumados por la sociedad
japonesa y se sienten incapaces de cumplir los roles sociales que se esperan de
ellos, reaccionando con un aislamiento social.
Los
hikikomori a menudo rehúsan abandonar la casa de sus padres y puede que se
encierren en una habitación durante meses o incluso años. La mayoría de ellos
son varones, y muchos son también primogénitos. Este tipo de problemas se
centran (aunque bien, no son exclusivos) en las clases media-alta y alta, donde
el joven posee cuarto propio, lo cual es considerado un lujo en Japón. La
palabra japonesa hikikomori significa aislamiento en español.
Síntomas del aislamiento
Mientras
que algunas personas sienten presión por parte del mundo exterior, y padecen
agorafobia, un hikikomori reacciona con un completo aislamiento social para
evitar toda la presión exterior. Pueden encerrarse en sus dormitorios o alguna
otra habitación de la casa de sus padres durante periodos de tiempo
prolongados, a menudo años. Normalmente no tienen ningún amigo, y en su mayoría
duermen a lo largo del día, y ven la televisión o juegan al ordenador durante
la noche. Todo esto hace de ellos un caso extremo de solteros parásitos
(expresión japonesa para nombrar a aquellos que viven de las sopas
instantáneas, viviendo en casa de sus padres para disfrutar de mayor
comodidad).
El
aislamiento de la sociedad normalmente comienza de forma gradual, antes de que
el hikikomori cierre con llave la puerta de su habitación. A menudo se
encuentran tristes, pierden sus amigos, se vuelven inseguros, tímidos y hablan
menos. Frecuentemente son objeto de burla en el colegio, lo cual puede ser el
detonante para su aislamiento.
La
mayoría de los hikikomori mantienen contacto con el mundo exterior solamente
por el ordenador, la televisión y los videojuegos en línea. Sin embargo, en
casos extremos, el hikikomori puede cerrarse incluso a esto y permanecer horas
y horas en la misma posición, con la vista en un punto fijo, viviendo de su
imaginación.
El doctor
japonés Tamaki Saito
es precursor en los estudios de esta nueva enfermedad social.
Reacción de los padres
El tener
un hikikomori en la familia normalmente es considerado un problema interno de
esta, y muchos padres esperan mucho tiempo antes de buscar una terapia. Además,
en Japón la educación del niño corre a cargo de la madre, por tradición, y
puede que el padre deje todo el problema del hikikomori a la madre, la cual se
siente sobreprotectora con su hijo. En un principio, la mayoría de los padres
se limitan a esperar que el niño supere sus problemas y regrese a la sociedad
por su propia voluntad. Lo ven como una fase que el niño ha de superar. Además,
muchos padres no saben qué hacer con un hikikomori, y simplemente esperan
debido a la falta de otras opciones. Normalmente no se fuerza (o se tarda mucho
en hacerlo) de forma radical al niño para que vuelva a integrarse a la
sociedad.
Tener un
hikikomori en la familia es a menudo vergonzoso, y es considerado en Japón un
problema interno de la familia. Los colegios y asistentes sociales pueden hacer
preguntas, pero normalmente no se involucran en la situación.
Muchos
padres de hikikomori toman la decisión de enviarlos al extranjero, confiando en
que el cambio de ambiente los ayude, pero lo único que hacen es pasarle el
problema a la familia anfitriona, siendo esta la forma en que se conoció el
problema en Occidente.
Efectos en el hikikomori
La falta
de contacto social de estas personas y el aislamiento prolongado tienen un gran
efecto en la mentalidad, con pérdida de habilidades sociales y los referentes
morales necesarios. A menudo, el mundo de la televisión o los videojuegos se
convierten en su marco de referencia.
Si el
hikikomori finalmente (a menudo después de unos cuantos años) regresa a la
sociedad por su propia voluntad, tiene que afrontar el problema de haber
perdido muchas de sus habilidades sociales, así como años de estudio, lo que
agrava la reintegración. Temen que los demás descubran su pasado como
hikikomori, y se muestran vacilantes con la gente, especialmente si son
desconocidos.
Su miedo
a la presión social puede convertirse en ira, y la pérdida del marco de
referencia social puede conducir también a un comportamiento violento o
delictivo. En casos extremos llegan a atacar a los
padres y a delinquir, y sirvan como ejemplos: En el año 2000, un hikikomori de
17 años secuestró un autobús y mató a un pasajero. Otro caso fue el de un
hikikomori que secuestró a una chica joven y la tuvo en cautiverio durante
nueve años. Otro mató a cuatro chicas para recrear escenas de un manga hentai
guro (cómic pornográfico gore). Estos casos se generalizan haciendo
pensar a la opinión pública que todos los hikikomori son así, o haciéndoles
relacionar ciertas temáticas con los malos hábitos de estos jóvenes.
Es
difícil conseguir cifras exactas sobre los distintos casos, ya que muchas
familias deciden no hablar de este problema.
Tratamiento
Hay
diferentes opiniones sobre el tratamiento que debe seguir un hikikomori, y las
opiniones a menudo se dividen en un punto de vista japonés y otro occidental.
Los expertos japoneses normalmente sugieren mantener un contacto permanente sin
invadir su espacio e intentar reincorporarlo a la sociedad de manera muy
progresiva, mientras que los médicos occidentales piensan que hay que mantener
una postura de firmeza e incluso actuar de manera directa forzando al
hikikomori a abandonar su enclaustramiento. En cualquier caso, es necesaria una
ayuda psicológica, ya que muchos padres se ven abrumados por los problemas de
un hikikomori. Aunque hay algunos médicos y clínicas especializados en ayudar a
jóvenes hikikomori, muchos de ellos y sus padres aún sienten falta de apoyo a
sus problemas.
El resto del mundo
El
aislamiento social completo parece que es, principalmente, un fenómeno japonés,
pero jóvenes en todo el mundo sufren la misma presión social y pueden ser
objeto de burla, por lo que a menudo se crea un comportamiento parecido de odio
y agresión. Se conocen varios casos en España y Argentina de jóvenes amantes de
la cultura japonesa, imitadores de hikikomoris.
Imágenes
de Hikikomoris:
texto sacado de wikipedia y fotos de Google search.