sábado, 26 de diciembre de 2015

Tom Wolfe, norteamericano, padre del llamado Nuevo Periodismo

Aprendamos algo de periodismo.
Personajes que hacen historia: Tom Wolfe, padre del llamado Nuevo Periodismo, una revolucionaria tendencia en el campo de la prensa, que nació en Argentina en los años cincuenta a raíz de la publicación de Operación Masacre de Rodolfo Walsh
Vamos a aprender de eso...

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Tom Wolfe, padre del llamado Nuevo Periodismo. Norteamericano
 


Tom Wolfe (Richmond, Estados Unidos, 2 de marzo de 1931) es un periodista y escritor estadounidense, padre del llamado Nuevo Periodismo, una revolucionaria tendencia en el campo de la prensa, que nació en Argentina en los años cincuenta a raíz de la publicación de Operación Masacre de Rodolfo Walsh.
 
Hijo de un agrónomo y una diseñadora, estudió literatura y periodismo en la Universidad Washington and Lee tras rechazar la oferta de ingresar en la Universidad de Princeton. Tras graduarse en 1952 intentó dedicarse al béisbol pero desistió al declararse sin condiciones para ello. En sus inicios fue un colaborador de The Washington Post, Enquirer y New York Herald.
Wolfe, quien se ha definido políticamente como "un demócrata a lo Jefferson", ha expresado en varias oportunidades ser un "reivindicador de Balzac", desde un punto de vista cultural y estilístico, lo que le ha llevado a ser calificado como "El Balzac de Park Avenue".
 
Acerca de su obra, afirma que su objetivo como escritor de ficción es retratar a la sociedad contemporánea de acuerdo al realismo, siguiendo la tradición literaria de John Steinbeck, Charles Dickens, y Emile Zola, usando técnicas adoptadas del periodismo. De hecho, las primeras obras de Wolfe consistían en ensayos críticos y no fue hasta 1987 que escribió su primera novela, a la cual tituló "La Hoguera de las Vanidades".
Respecto a dos de sus novelas, La hoguera de las vanidades y Todo un hombre ha comentado que ambas afirman la necesidad de novelas que surjan del realismo, y en su caso, sus propias raíces provienen de una búsqueda cuidadosa o del reportaje, dando importancia al entorno social de sus personajes como medio para explicar sus ideas y conductas, explorando los temas de sexo, raza, dinero e ideología como elementos divisorios y al mismo tiempo integradores de la sociedad estadounidense.

La obra de Tom Wolfe ha pasado por varias etapas marcada en los años sesenta por una defensa de la llamada cultura pop y en las décadas siguientes por radicales polémicas en contra del narcisismo de los '80 y atacando políticamente a los liberales, así como cuestionando al mainstream intelectual estadounidense en cuestiones como la arquitectura, el arte moderno o la propia literatura. En 2001 recibió la National Humanities Medal.
 
Wolfe se ha declarado ateo y en el año 2007 afirmó que en las elecciones presidenciales de 2004 votó por la reelección del presidente estadounidense George W. Bush, de quien se declaró admirador. Una de sus costumbres características es aparecer siempre vestido con un traje de color blanco en sus apariciones públicas.

VIDEOS para observar cómo se mueve el mundo

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Posesión de Eduardo Verano, como gobernador del Atlántico. 1o de Enero 2016


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Invitación del nuevo gobernador del Departamento del Atlántico, EDUARDO VERANO DE LA ROSA

El Caribe a corregir Por: César Lorduy

Cómo nos ha tocado escribir a raíz de la inequidad e injusticia del gobierno colombiano y de otros actores en el caso del precio del gas.
Una cosa es la justicia y la inequidad, y otra la realidad que nos toca soportar.
¿Cuándo entenderán que el gas debe tener el mismo precio en la región Caribe y en el resto del país?
Se nos fue 2015 hablando del tema...

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El Caribe a corregir

Por: César Lorduy

Cuando una idea, opinión o expresión, así como una acción, acto o conducta se comparan con lo que es considerado correcto, acertado o verdadero y no resulta concordante, se afirma, sin lugar a dudas, que hay un error.
Evaluar y cuestionar lo que en alguna época es o ha sido correcto, es y será el trabajo de muchos, no solo para demostrar la existencia del error, sino para que surja una nueva verdad, que nuevamente puede ser cuestionada… y así sucesivamente.
Errores hay de toda clase: de concepto, de apreciación, judiciales, de medición, de cálculo, humanos, etc., que dependen fundamentalmente de la naturaleza de la idea, opinión, conducta o de un acto en sí.
Existe una lucha incansable, día tras día, que tiene por objeto apartarnos del error, debido a que hemos aceptado unos parámetros y condiciones que nos mantienen en el ejercicio permanente de comparar la validez de las reglas de juego que nos hemos comprometido a cumplir, con las consecuencias de no aceptarlas.
Presentado el error y cualquiera que sea la causa, dependiendo de la naturaleza del mismo, así serán las vías para corregirlo, en caso de que fuere posible.
En el campo personal esa corrección va desde evitar justificarse en el comportamiento de otro y/o solicitar disculpas, hasta asumir la responsabilidad, etc. En el judicial hemos reconocido y aceptado que un juez comete errores, muchas veces de buena fe, en otras oportunidades sin ella, pero de todos modos...los comete, y por ello se le concede la facultad de aclarar sus providencias o sentencias si las mismas ofrecen dudas; de corregirlas en casos de error aritmético, omisión, cambios de palabras o alteraciones de estas.
En materia administrativa, e incluso legislativa, el error está siempre rondando y por ello esas autoridades están facultadas para corregir los actos que hayan expedidos en cualquier tiempo –igual sea por errores aritméticos, de digitación, de transcripción o de omisión de palabras– que no impliquen afectación de situaciones consolidadas a favor de un particular o cambios sustanciales en la decisión de fondo.
En materia penal tenemos el error de prohibición, predicable del autor del injusto que tiene la convicción de obrar legítimamente, ya sea porque considera que la acción no está prohibida, por ignorancia de la ley, o porque cree estar amparado en una justificación o en un alcance de la misma que la ley no consagra o, finalmente, porque se considera legitimado para actuar.
Por soberbia, arrogancia, prepotencia o cualquier otro mal, que aspiramos eliminar incluso como promesa de Navidad o de Año Nuevo, cometemos errores, pero es más dañino persistir, insistir y no desistir de los mismos por las razones antes expuestas.
 
Algo de todo lo anterior puede estar presente en la decisión tomada por la CREG que le ha impedido a la Región Caribe corregir, desde hace un año ya, la inequidad que existe entre los precios del gas en boca de pozo del interior con los de la Costa.
El error no es malo per se. Lo dañino son las consecuencias del mismo y las responsabilidades que se generan, que tarde o temprano alguien tendrá que pagar, y por ello es saludable que este se corrija de manera oportuna, con la ventaja de que al hacerlo, en el caso de la Región Caribe, se produce un beneficio general.