lunes, 10 de junio de 2013

Proceso de PAZ. Cuando el periodista estorba



Aunque eso parezca increíble, así es… En muchas partes y ocasiones, la presencia del periodista estorba…
Eso lo debemos aprender los comunicadores. Algunos piensan y sienten que por el hecho de ser periodistas pueden estar en todas partes. 

ERROR.

RADAR,luisemilioradaconrado
Pd: Esto lo escribió: Javier Darío Restrepo
De Javier Darío Restrepo:
Son ocasiones en que la prensa es indeseable y en que, en vez de aportar, el periodista estorba. A los periodistas, esa calificación de estorbos y el hecho de que la historia se desarrolle a nuestras espaldas, nos ofende; pero cuando el asunto se mira con ojos y cabeza fríos, se llega a entender.

Cuando sobre la mesa se ha puesto el tema de una paz posible para el país, nada de lo que allí se diga será definitivo. Cada una de las expresiones de los negociadores es provisional y se manifiesta con libertad en el entendido de que esas palabras pueden ser recogidas, o corregidas, o rectificadas, o conservadas para un examen posterior. Cualquier extraño carece de contextos, desconoce los antecedentes, o difícilmente mide las consecuencias de intervenir en esa conversación, citando apartes de ella, agregando su propia interpretación o urgiendo al público para que se pronuncie sobre el tema con un conocimiento incompleto. A eso equivale cada una de las informaciones en procesos en que se construye un acuerdo. 
Por eso allí el periodista estorba.

TRAVESURA. Insólita solicitud a la Academia de la Lengua. Durán, en el Concejo de Bogotá

Este man le está “mamando gallo” a la sociedad colombiana.
Especialmente, a la sociedad bogotana que lo mantiene en el Concejo de esa ciudad.


Tres décadas en el poder. ¿Con más de 70 años de vida y con equivocaciones irrespetuosas e insólitas?
¿Y “chispoteándosela”?
El no requiere asesoría de la Academia.
Él debe ir a una terapia psicológica y puede mejorar un poco. Claro que debe ser constante, porque si no, NO le sirve.

Y... olvidarse del Concejo, que ya estuvo bien. Esa curul la debe ocupar un profesional idóneo que le sirva a Bogotá y a todo el país.


RADAR,luisemilioradaconrado
Luisemilioradac@gmail.com
@radareconomico1
316 617 3355 



 


Insólita solicitud a la Academia de la Lengua

Publicado 2:01 pm, junio 8, 2013
Jorge Durán Silva, el concejal de Bogotá que días atrás tuvo que disculparse ante la opinión pública por haberse referido a las lesbianas como “mujerzuelas”,  envió hoy a la Academia de la Lengua una carta solicitando ayuda profesional a fin de evitar este tipo de errores que en  diversas oportunidades ha cometido.
Durán Silva aclaró ante los medios que no tiene nada contra las lesbianas.  ”Son personas a quienes respeto”, manifestó y explicó que esta clase de lapsus es propenso a cometerlos en razón de sus 71 años.  ”A mi edad me pasa lo del Chavo del Ocho: se me chispotea”.  Durán acaba de cumplir 34 años como concejal de Bogotá; es decir, tres décadas y cuatro años sirviéndole abnegadamente al Distrito. (¿Había usted nacido, estimado lector, cuándo Durán Silva fue elegido concejal por primera vez?) 
Foto: Humberto Ortiz, @graffitiborrao
En su misiva a la Academia de la Lengua, Jorge Durán propone una novedosa  formula que, en su concepto, le garantizaría no volver a cometer esta clase de errores. Su propuesta es que la Academia cambie de manera oficial y definitiva el significado del término mujerzuela.
“Cambiarle el significado a la palabra mujerzuela resulta fácil y necesario.  No solamente me ayudaría a  no cometer errores, sino que -y esto es lo más importante-,  el español ganaría en lógica interna. Como puede observarse a simple vista, la palabra mujerzuela está compuesta por dos vocablos: mujer y zuela. Ahora bien, si zuela viene de suela; es decir, de la parte del calzado que toca el suelo, sería lógico concluir que quien dice mujerzuela, en el fondo se está refiriendo a una mujer con los pies bien puestos en la tierra, centrada, aplomada, lo cual de ninguna manera podría ser considerado como un insulto.
Señores de la Academia, por favor, ayúdenme. Hagan el cambio que encarecidamente les solicito. ¡Pónganse en mis zapatos!”,  dice el concejal en su carta.
Por otra parte, Durán Silva le propone también a la Academia cambiar el significado de ‘merienda de negros’, expresión con la que calificó en agosto de 2012 una sesión del Concejo que transcurría de manera desordenada. “Si se modifica el significado de esta frase, yo la podría utilizar sin herir sentimientos ni ofender a nadie”, puntualizó el cabildante.
La Academia de la Lengua y la Garganta, a través de su secretaria Amaranta Landazábal Salazar, hizo saber que en su próxima sesión ordinaria estudiará la propuesta del concejal Durán. “El asunto tiene que examinarse necesariamente en una asamblea ordinaria, porque la propuesta es bien ordinaria”, puntualizó la secretaria de la Academia.
@dicksalazar
Pd: claro, así tendría que terminar esta carreta… una “mamadera de gallo”. Pero puede servir para que Durán, desaparezca de la política colombiana. Este país debe aparecer como una nación seria y respetuosa con el mundo, aunque haya ciudadanos que no la merecen. L


PAZ. Cuando los periodistas estorban, por Javier Darío Restrepo



 
La experiencia, el buen tino, el respeto de los procesos ciudadanos, hacen que Javier Darío Restrepo se exprese así, en un proceso de paz en el que se han hecho tantos comentarios y que esperamos cierre con una victoria en que podamos titular: “¡Colombia consiguió la PAZ!”
¡Para mí sería la noticia más importante de esta nación! Todos los colombianos queremos la PAZ.

RADAR,luisemilioradaconrado
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316 617 3355 


Cuando los periodistas estorban
Cuando el presidente Santos anunció que las gestiones diplomáticas de acercamiento al presidente Maduro se harían sin micrófonos de por medio, el sentido de su expresión fue claro: se hará sin periodistas a la vista.

Y no hay por qué resentirse, ni ha lugar protesta alguna en nombre de la libertad de expresión o de información. Hay un antecedente de esta práctica de poner distancia con los periodistas. En París se discutía la paz entre Estados Unidos y Vietnam y fue decisión del canciller Henry Kissinger que esas conversaciones estuvieran protegidas por el secreto.
La prensa solo tuvo conocimiento de las trascendentales reuniones cuando el acuerdo estuvo listo. Malhumorados, los medios de comunicación registraron el evento de las firmas porque la magnitud de la noticia así lo exigía, pero los periodistas se sintieron afectados en su honor profesional. Una reacción parecida hubo en Colombia cuando los medios conocieron que se iniciarían conversaciones de paz con las Farc en La Habana, como culminación de un largo proceso de acercamientos que, como las de París con Vietnam, habían transcurrido en secreto y sin la participación de los medios de comunicación.


Son ocasiones en que la prensa es indeseable y en que, en vez de aportar, el periodista estorba. A los periodistas, esa calificación de estorbos y el hecho de que la historia se desarrolle a nuestras espaldas, nos ofende; pero cuando el asunto se mira con ojos y cabeza fríos, se llega a entender.
Cuando sobre la mesa se ha puesto el tema de una paz posible para el país, nada de lo que allí se diga será definitivo. Cada una de las expresiones de los negociadores es provisional y se manifiesta con libertad en el entendido de que esas palabras pueden ser recogidas, o corregidas, o rectificadas, o conservadas para un examen posterior. Cualquier extraño carece de contextos, desconoce los antecedentes, o difícilmente mide las consecuencias de intervenir en esa conversación, citando apartes de ella, agregando su propia interpretación o urgiendo al público para que se pronuncie sobre el tema con un conocimiento incompleto. A eso equivale cada una de las informaciones en procesos en que se construye un acuerdo. Por eso allí el periodista estorba.

Aún, cuando su información se atiene a las declaraciones que le dan uno o algunos de los que se sientan a la mesa de conversaciones. Esas informaciones son, forzosamente, incompletas porque solo reflejan el punto de vista de uno entre varios, sobre un tema en que la visión de cada uno es provisional e incompleta. Esa fuente quizás obra de buena fe y con el ánimo de ayudar al periodista a hacer su trabajo, pero de hecho da una información parcial y contaminada de opinión personal. Es lo que ha pasado con las profusas, confusas y difusas declaraciones de las Farc en La Habana que, al ser generosamente reproducidas, han demostrado que, en esas condiciones el periodista estorba.
 
Sí, el periodista tiene que hacer su trabajo, pero este no consiste en decir algo, lo que sea, con tal de dejar constancia de que el medio está allí y de que informa más y primero.
Utilizo la frase publicitaria porque es hora de hacer caer en la cuenta de que el periodista estorba cuando solo cumple una función comercial. Tan estorbosa como la mención publicitaria en medio de una información, es la motivación comercial para hacer una noticia.

Hay, en cambio, un periodismo que no estorba: el que calla cuando es hora de callar porque el bien público lo exige; el que pesa cada palabra porque sabe que una información sin equilibrio hace daño; el que se pregunta antes de cada información sobre sus consecuencias posibles, porque sabe que maneja un instrumento poderoso y con consecuencias y porque está convencido de que uno es dueño de sus silencios, pero no de sus palabras que si son dañinas, nada ni nadie las podrá recoger.

Por Javier Darío Restrepo