lunes, 31 de enero de 2011

Combustibles al alza, por Amylkar Acosta



El gobierno anunció que este mes que se inicia mañana, primero de febrero, no recibiremos aumento de la gasolina y los otros combustibles, pero que en marzo, nos tocará el bolsillo un incremento.

Amylkar Acosta nos ilustra sobre el tema.

LuisEmilioRadaC
Pd:

COMBUSTIBLES AL ALZA
Amylkar D. Acosta M[1]

¡ALBRICIAS!

Al término del año 2010 los colombianos recibieron dos noticias de gran impacto, una buena y la otra mala. La buena daba cuenta del magnífico desempeño de la estatal petrolera; con el aumento de sus reservas de crudo se espantaba el fantasma de la pérdida del autoabastecimiento de hidrocarburos y al coincidir con una coyuntura de precios al alza había contribuido a mejorar la balanza exterior y a aliviar el crónico déficit fiscal de la Nación.
La mayor actividad exploratoria, que pasó de un promedio de 12 pozos perforados por año en la década de los 90 a más de 80 en los últimos tres años, se tradujo en una seguidilla de hallazgos que aunque menores han mejorado ostensiblemente la prospectividad del país. Esta a su vez se ha constituido en un gran atractivo para los inversionistas, de allí el éxito de la Ronda 2010 que abrió la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) mediante la cual se adjudicaron 78 bloques para que en ellos se desarrollen la exploración y producción de hidrocarburos o efectúen estudios de evaluación técnica de los mismos.
A las mayores reservas producto de nuevos descubrimientos se vienen a sumar las que se han incorporado como resultado de la introducción de nuevas tecnologías de recuperación secundaria y hasta terciaria, optimizando la explotación aumentando sensiblemente la tasa de recobro de los campos ya descubiertos, muchos de ellos abandonados en el pasado. De esta manera se detuvo la caída de las reservas y la producción de hidrocarburos en el país que han tenido un repunte histórico. De un volumen de reservas probadas netas de crudo, condensado y gas natural  de 1.137 millones de barriles de petróleo equivalente con las que contaba ECOPETROL como grupo empresarial en 2008, se pasó a 1.210 millones en diciembre 31 de 2007, 1.538 millones en 2009 y últimamente a 1.714 millones en 2010. Es decir, que entre 2009 y 2010 se adicionaron reservas del orden de los 365 millones de barriles de petróleo equivalente, un 11.4% más. Lo propio podemos decir de la producción, la cual superó con creces la meta de ECOPETROL en 2010 que era en promedio de 565.000 barriles diarios al alcanzar la cifra record de 785.000 barriles diarios; es decir, 39% por encima de lo esperado y un 16.9% superior al promedio del año anterior. La producción neta aumentó desde 121 millones de barriles equivalentes de petróleo en el año 2007 hasta 189 millones en 2010, para un incremento del 56% (¡!). Es de destacar que el índice de reposición de reservas este último año fue del 193%, por cada barril de petróleo equivalente producido se incorporaron 1.93 barriles a la categoría de reservas probadas, de tal suerte que tenemos un coeficiente de reservas/producción de 9.1 años, aproximadamente, de autosuficiencia.
 
En cuanto al comportamiento de los precios podemos decir que después de haber alcanzado el pico de los US $147.50 el barril en julio de 2008 se derrumbaron al mismo ritmo de la Gran crisis económica global hasta tocar el piso de los US $35.4 en diciembre de ese mismo año y desde entonces no ha hecho más que subir de manera sostenida, al punto que ha vuelto a rebasar en el último mes la cotización de los US $90 dólares el barril. Los precios en el mercado de futuros escalaron en la segunda semana de enero situándose en los US $92.39 el barril; es más, en Londres, en el IntercontinentalExchange, el barril de Brent del Mar del Norte para entrega en febrero cerró a US $98.12. Hace un año Sintje Diek, analista petrolero del HSH Nordbank, vaticinó que los precios internacionales del crudo oscilarían en torno a los US $80 el barril en 2010 y erró su cálculo por sólo 40 centavos de dólar pues el promedio que se registró fue de US $79.61. Pues bien, él mismo se atreve a pronosticar ahora que se puede esperar “que este año sea más volátil que el 2010 y no descarto que veamos el crudo a más de US $100 el barril”.
Si la OPEP no cambia su política de los últimos dos años, caracterizada por una oferta limitada y al mismo tiempo se mantiene la voracidad de los países emergentes, encabezados por China, por los productos básicos, estaremos muy cerca de que se cumplan tales proyecciones. Empero, la Agencia Internacional de Energía (IE) activó las alarmas al advertir que tales niveles de precios pueden dar al traste con la débil recuperación de la economía global y por ello instó a la OPEP a revisar dicha política.  ECOPETROL basó su plan de inversión para el 2010 en precio promedio del crudo a US $65 el barril, pero al final fue de US $79.53, lo cual lógicamente repercutió favorablemente en sus estados financieros y por consiguiente en el buen suceso para sus accionistas que se verán recompensados con mayores dividendos, empezando por la Nación que hoy posee el 89% de las acciones. Es indudable, entonces, que ECOPETROL está pasando por su mejor momento; no obstante, para que sea sostenible y se prolongue en el tiempo es absolutamente necesario dar con la aleatoria posibilidad de un nuevo hallazgo equiparable con Caño Limón siquiera y a ello le está apostando. Por lo pronto crucemos los dedos para que se nos cumpla este deseo.
Con este panorama tan alentador resulta sorprendente y hasta desconcertante el empecinamiento del Gobierno en proseguir con la privatización de ECOPETROL[2], así sea con el pretexto de a tragedia invernal. Por qué n contemplar otras alternativas de financiamiento tanto del déficit fiscal como de la reconstrucción, como puede ser recurrir al crédito con la banca multilateral y/o con la Corporación Andina de Fomento (CAF), pues como afirmaría el Nobel de Economía Joseph Stiglitz “desde luego, nuestra deuda sería más alta, pero también lo serían nuestros activos”. De lo contrario, en la medida en que estos se enajenan estaríamos abriendo un hueco para tapar otro y al final, como lo advirtió el propio Presidente Santos, “se queda uno sin el pan y sin el queso”[3]. Como solía decir el ex presidente López Michelsen en circunstancias parecidas a esta, ya que esta fiesta está tan buena vámonos para otra!
LA ESPIRAL ALCISTA
Los precios del crudo siguen al alza y los estimativos para este año rondan los US $90 dólares el barril. Ello tiene una incidencia directa sobre los precios de los combustibles (gasolina y ACPM) que son sus derivados. De modo que mientras los precios de los crudos sigan subiendo seguirán subiendo en paralelo. Desde el 2001 los precios estuvieron al alza de manera sostenida, pues el petróleo también participó del boom de los precios de las materias primas a consecuencia del auge de la economía mundial, hasta mediados de 2008 cuando dicha tendencia se revirtió. Luego de este que fue su punto de inflexión, los precios se desplomaron estrepitosamente pasando de la cima de los US $147.50 el barril  el 11 de julio de 2008 a la sima de los US $35.99 al cierre del mismo, debido fundamentalmente a la desaceleración de la economía primero y al estallido de la crisis global después. Posteriormente los precios volvieron a repuntar y de qué manera. Las consecuencias no se hicieron esperar; en el sólo año 2000 el precio de la gasolina regular tuvo un incremento del 31.29% (¡!), entre los años 2003 y 2006 el aumento promedió fue del 15% y en 2008 se elevó el precio el 12.7%, siempre por encima del IPC. Y más recientemente, en el año 2010, los precios de referencia tanto de la gasolina como del ACPM se incrementaron el 13% y el 19% respectivamente, frente a un aumento del IPC del 3.17%.
La gran pregunta que se hace el diario El Heraldo y que se hacen muchos, confundidos por estas alzas intermitentes en los precios de los combustibles es por qué “los precios de la gasolina siguen por las nubes, a pesar de que el oro negro sale a borbotones de las entrañas de la madre tierra colombiana”[4]. El Senador Luis Fernando Velasco sostiene que “es inaudito que mientras ECOPETROL gana billones de pesos al año, seguimos encontrando petróleo en el país y nos dicen que este petróleo es colombiano, los ciudadanos estemos pagando una de las gasolinas más caras del mundo”[5]. En efecto, según Fendipetróleo, para el mes de diciembre del año anterior el precio de un galón de gasolina en Colombia estaba en US $4.14, en los EEUU a US $2.85, en México a US $2.29 y en Venezuela sólo US $0.19 (¡!). Cómo se explica semejante desfase entre el precio interno y los precios en estos otros países, sobre todo si se tiene en cuenta que Colombia no lo tiene que importar.
GIRO EN LA POLÍTICA DE PRECIOS
Para dar respuesta a estos interrogantes, lo primero que tenemos que dejar claramente establecido es que desde 1999 se dio un giro en la política de precios de los combustibles al disponer el desmonte gradual y progresivo del subsidio de los mismos. Y se tomó esa decisión porque era fiscalmente insostenible y socialmente cuestionable. Desde entonces la fórmula para el cálculo del precio está compuesta por variables tales como la tasa de cambio y el precio spot del combustible en la Costa del Golfo de los EEUU, como ya había sido definido a través del Decreto 82438 de diciembre de 1998. En virtud de este la metodología empleada para el cálculo de los precios, así al productor como al consumidor, se basaría en el concepto de costo de oportunidad, entendido este como la diferencia entre el precio interno y el precio en la Costa del Golfo de los EEUU al vender ECOPETROL el combustible en el país en lugar de exportarlo, dado que se trata de un bien transable. Esto es lo que se denomina precio paridad exportación. Aduce el Senador Velasco que  el consumidor final “sólo debería pagar el costo de producción más un margen de utilidad”[6] y chao. Pero, ello no es así de simple, el asunto es más mucho complejo. Veamos.
Este es un tema de fondo que toca con la racionalidad económica; estamos en una economía de mercado, que es en donde se forman los precios, los cuales a su vez les dan señales a los agentes económicos para que ellos atúen en consecuencia. Otra alternativa para la fijación de los precios diferentes a la anterior, es a través de la política de precios administrados muy propia de las economías centralmente planificadas y este no es el caso. Por lo demás, merced a la Ley 1118 de 2006 la enantes empresa industrial y comercial del Estado que era ECOPETROL se transformó en una empresa mixta por acciones, las cuales se cotizan en bolsa y se rige desde entonces por un régimen corporativo que le impide seguir siendo el paño de lágrimas del Gobierno. De seguir el consejo del Senador Velasco, volveríamos al esquema anterior de los subsidios disfrazados, con toda su carga de ineficiencia e inequidad que entraña, los cuales eran absorbidos por ECOPETROL, sólo que esta vez habría que incorporar el costo de los mismos al Presupuesto General de la Nación. Y no estamos hablando de naderías, pues el monto de dichos subsidios han oscilado en torno a 0.8% del PIB anual, más del 0.6% del PIB destinado al programa Familias en Acción en 2010. Entre 2004 y 2008 el Estado debió asumir $17.8 billones en subsidios y $26 billones entre 1999 y 2008.
EL CAMBIO DE LAS REGLAS DE JUEGO
En vista del acelerado crecimiento de los precios del crudo que arrastraba al alza desmesurada los precios de los combustibles el Gobierno anterior se vio precisado a ampliar el plazo del desmonte de los subsidios que estaba previsto para junio de 2008 hasta el 2010 para la gasolina y el 2011 para el ACPM, con el fin de amortiguar su impacto en el índice de precios al consumidor (IPC). Pero, la política de precios de los combustibles se tornó en errada y errática desde el mismo momento en que el Gobierno decidió por sí y ante sí cambiar las reglas de juego[7]. Siempre se había dicho que los altibajos de los precios internacionales del crudo se reflejarían en los precios internos de referencia de los combustibles, pero ello se cumplió sólo cuando el crudo estuvo al alza, porque cuando dicha tendencia se revirtió el Gobierno optó por congelar dichos precios pero para que no bajaran en la misma proporción en que lo hacían los precios del crudo. A consecuencia de este injustificable cambio de las reglas de juego, para octubre de 2008 el precio de venta del galón de gasolina sobrepasaba el precio en la Costa del Golfo en los EEUU en $1.268.61, dado que el primero registró $7.536.45 por galón y el segundo $6.267.84. Ya para abril de 2009 la diferencia de precios del galón de gasolina y el de ACPM fue de $837.75 y $262.38 respectivamente, por encima del precio internacional de referencia. Se pretextó para ello la creación del Fondo de Estabilización de los precios de los Combustibles (FEPC) previsto en la Ley del Plan de Desarrollo[8], el cual se alimentaría con la diferencia de precio dizque para atenuar con tales recursos futuras alzas de precios de los combustibles. Pero ello fue flor de un día, el FEPC sólo alcanzó para  mantenerlos congelados siete meses en 2009 y seis meses en 2010 y terminó este último año con un déficit de $76.000 millones.
Y, como lo sostiene Portafolio “ahora no queda más remedio que pasarles a los consumidores el efecto combinado de alzas en el petróleo, en la tasa de cambio  o en ambos, que es lo que ha ocurrido recientemente porque el barril pasó de US $86 y la divisa está más cara”[9]. Lo que muchos no saben es que más del 30% del precio de referencia de la gasolina y más del 20% en el caso del ACPM que paga el consumidor final son impuestos (IVA, sobretasa e impuesto global)[10]. Mientras tanto en los EEUU la carga impositiva que grava los combustibles es de alrededor del 14% por galón y en Venezuela están exentos, ello en parte explica la diferencia de precios entre unos y otros países. Si desglosamos y miramos de cerca la estructura de precios de la gasolina corriente y del ACPM nos topamos con el hecho de que en el primer caso de los $8.078.80 el galón que factura la estación de servicio $2.594.77 corresponden a impuestos y en el segundo $1.357.79 de los $6.868.03. Dicho de otra manera, de no existir tales gravámenes tendríamos gasolina a menos de $6.000 el galón y ACPM, alrededor de US $3; en consecuencia la salida facilista para la escalada alcista de los precios de los combustibles sería la desgravación de los mismos. De esta manera se aliviaría al consumidor de los combustibles, pero le abriría una tronera tanto al fisco nacional como de los entes territoriales que tiene en el recaudo de tales impuestos una importante fuente de financiación de su presupuesto.
 
¿QUÉ HACER?
Cabe preguntarse qué hacer ante la eventualidad de que los precios del crudo se eleven aún más arrastrando consigo los precios de los combustibles, con gran incidencia en la expectativa con respecto al incremento del IPC al afectar los costos del transporte vía fletes y pasajes, sobre todo en este momento cuando se ponen de manifiesto rebrotes inflacionarios.
En síntesis, el alza de los precios de los combustibles se explica por el desmonte de los subsidios en concomitancia con el alza de los precios internacionales del crudo y aupados además por la onerosa carga impositiva. En un momento dado se quiso atribuir también a la mezcla del etanol con la gasolina y del aceite con el ACPM, conocidos como biocombustibles, pero la norma es clara: “el valor del ingreso al productor de alcohol carburante (IP  AC(t)) para un determinado mes… no podrá ser superior en ningún caso al precio de referencia para Bogotá de la gasolina motor corriente oxigenada, calculado por el Ministerio de Minas y Energía para el mes inmediatamente anterior”[11]. Y lo mismo se predica para el caso del biodiesel. Así es que dicha mezcla sino abarata los combustibles tampoco los encarece
Una alternativa viable para morigerar el impacto y reducir la volatilidad de los precios de los combustibles e impedir que las bruscas oscilaciones de los precios del crudo sometan la economía al vértigo de la montaña rusa de sus continuas variaciones, compartimos la propuesta de Fedesarrollo y ACIEM de establecer un precio que se ajuste mensualmente, según un promedio móvil de seis meses o un año del precio CIF de importación, adicionado a los impuestos, sobretasas, costos de transporte y márgenes de distribución. Y con respecto a los impuestos a los combustibles, convendría establecer un techo a su monto en términos absolutos a partir de un precio razonable. Como lo señala Portafolio “no se trata de recortarles los ingresos  a los municipios que se nutren de la sobretasa a la gasolina, pero sí de regularlos a partir de un nivel determinado para moderar impactos indeseables”[12]. Esta nos parece una fórmula razonable y práctica que bien podría considerar el gobierno, en vez de mantener este clima de incertidumbre y sobresaltos. Esta podría ser la salida a la actual encrucijada.

Finalmente, a propósito de los costos de transporte hay que admitir que los combustibles en el caso particular del transporte de carga por carretera representa el 10.47% de los mismos, pero hay otros factores que también inciden en los sobrecostos que afectan la competitividad del país. Nos referimos a la pésima calidad de la malla vial y a la obsolescencia del parque automotor; en la medida que se mejore la calidad de la red carreteable y se modernice el parque automotor este podrá operar con menos consumo de combustibles. Además, el país debe tomar en serio la necesidad de un uso más eficiente y racional de los combustibles; en otros países se han venido tomando medidas que van desde la reducción de la velocidad de circulación de los vehículos en las grandes autopistas hasta la exigencia a los fabricantes y ensambladores de vehículos de un mayor rendimiento del motor, disminuyendo drásticamente de esta manera el consumo de combustible. Un paso importante en este sentido que se ha dado en Colombia es la conversión a gas: más de trescientos mil vehículos, especialmente de servicio público, empezando por el Metroplus en Medellín, el equivalente al Transmilenio de Bogotá, consumen gas natural en vez de gasolina. Medidas como estas pueden aliviar el bolsillo de los consumidores. Estos deben ser temas inescapables de la agenda nacional.
        
Riohacha, enero 28 de 2011
www.amylkaracosta.net


[1] Ex presidente del Congreso de la República
[2] Amylkar D. Acosta M. Imprevisión e improvisación. Diciembre, 10 de 2010
[3] RCN – TV. Junio, 21 de 2010
[4] El Heraldo. Editorial. Enero, 27 de 2011
[5] El Espectador. Diciembre, 1 de 2010
[6] La República. Noviembre, 11 de 2010
[7] Amylkar D. Acosta M. Errada y errátca. Abril, 25 de 2009
[8] Ley 1151 de 2007, artículo 69
[9] Portafolio. Editorial. Diciembre, 3 de 2010
[10] Amylkar D. Acosta M. Terciando en una polémica. Septiembre de 2009
[11] Resolución 18 0825 de 27 de mayo de 2009, artículo 2º
[12] Portafolio. Diciembre, 3 de 2010