sábado, 4 de julio de 2009

¿Has sido un buen papá?

Yo pienso que ha mí me ha ido bien con mis hijas.
No es fácil manejar la situación con los jóvenes, porque las cosas han cambiado mucho; pero siento que el respeto se lo gana cada quien con su comportamiento.
El respeto, el cariño y el amor.
Con Yane -27 años-, Sandra, de 25 y con Liliana, de 23, yo he gozado la vida.
Son mis tres hijas y me encanta tenerlas y confío en que el cierre de mi vida sea agradable, porque le hemos dado mucho amor y ternura.

Lo que plantea Daniel Samper, pone a pensar a más de uno.
Aquí está.

Luis Emilio Rada C.

¡Cómo era de bueno ser padre! - Por Daniel Samper

Hasta hace cosa de un siglo, los hijos acataban el cuarto mandamiento como si no fuera dictamen de Dios sino reglamento de la Federación de Fútbol. Imperaban normas estrictas de educación: nadie se sentaba a la mesa antes que el padre; nadie hablaba sin permiso del padre; nadie se levantaba si el padre no se había levantado; nadie repetía almuerzo, porque el padre solía dar buena cuenta de las bandejas: por algo era el padre...

La madre ha constituido siempre el eje sentimental de la casa, pero el padre era la autoridad suprema. Cuando el padre miraba fijamente a la hija, esta abandonaba al novio, volvía a vestir falda larga y se metía de monja. A una orden suya, los hijos varones cortaban leña, alzaban bultos o se hacían matar en la guerra.
- Padre: ¿quiere usted que cargue las piedras en el carro y le dé de beber al buey?

¡Qué berraquera era el padre!

Todo empezó a cambiar hace unas siete décadas, cuando el padre dejó de ser el padre y se convirtió en el papá. El mero sustantivo era una derrota. Padre es palabra sólida, rocosa; papá es apelativo para oso de felpa o perro faldero. Demasiada confiancita. Además -segunda derrota- "papá" es una invitación al infame tuteo. Con el uso de "papá" el hijo se sintió autorizado para protestar, cosa que nunca había ocurrido cuando el padre era el padre:
- ¡Pero, papá, me parece el colmo que no me prestes el carro...!

A diferencia del padre, el papá era tolerante. Permitía al hijo que fumara en su presencia, en vez de arrancarle de una bofetada el cigarrillo y media jeta, como hacía el padre en circunstancias parecidas.
Los hijos empezaron a llevar amigos a casa y a organizar bailoteos y bebetas, mientras papá y mamá se desvelaban y comentaban:
- Bueno, tranquiliza saber que están tomándose unos traguitos en casa y no en quién-sabe-dónde.

El papá marcó un acercamiento generacional muy importante, algo que el padre desaconsejaba por completo. Los hijos empezaron a comer en la sala mirando el televisor, mientras papá y mamá lo hacían solos en la mesa. Y a coger el teléfono sin permiso, y a sustraer billetes de la cartera de papá, y a usar sus mejores camisas. La hija, a salir con pretendientes sin chaperón y a exigirle al papá que no hiciera mala cara al insoportable novio y en vez de "señor González", como habría hecho el padre, lo llamara "Tato".

Papá seguía siendo la autoridad de la casa, pero bastante maltrecha. Nada comparable a la figura procera del padre. Era, en fin, un tipo querido, de lavar y planchar, a quien acudir en busca de consejo o plata prestada.

Y entonces vino papi., Papi es invento reciente, de los últimos 20 o 30 años. Descendiente menguado y raquítico de padre y de papá, ya ni siquiera se le consulta o se le solicita, sino que se le notifica.
- Papi, me llevo el carro, dame para gasolina...

A papi lo sacan de todo. Le ordenan que se vaya a cine con mami cuando los niños tienen fiesta y que entren en silencio por la puerta de atrás. Tiene prohibido preguntar a la nena quién es ese tipo despeinado que desayuna descalzo en la cocina.

A papi le quitan todo: la tarjeta de crédito, la ropa, el turno para ducharse, la rasuradora eléctrica, el computador, las llaves... Lo tutean, pero siempre en plan de regaño: Tú sí eres la embarrada, ¿no papi? ¡Papi, no me vuelvas a llamar "chiquita" delante de Jonathan!.

Aquel respeto que inspiraba padre, con papá se transformó en confiancita y se ha vuelto franco abuso con papi: - Oye, papi, me estás dejando acabar el whisky, marica...

No sé qué seguirá de papi hacia abajo. Supongo que la esclavitud o el destierro. Yo estoy aterrado porque, después de haber sido nieto de padre, hijo de papá y papi de hijos, mis nietas han empezado a llamarme "bebé".

Pero el carma generacional es Que Hijo eres y padre serás, entonces te darás cuenta de la realidad ¡
...

Lo que escribí para REDCARIBE y lo que dijo Daniel Castro:

RADAR: Daniel Samper ¿Dónde quedó el padre de antaño?‏
De: servidor@redcaribe.org en nombre de Luis Emilio Rada (radareconomico@hotmail.com)
Enviado: sábado, 04 de julio de 2009 10:49:53 a.m.
Para: Red Caribe (red@redcaribe.org)
Interesente esto que nos presentó Daniel Samper.

¿Cómo nos irá a nosotros?
¿Estamos preparándonos para el cierre de nuestro programa con la vida?
¿Hemos tratado bien a nuestros chicos?
¿Respetan o nó nuestras hijas (os) los comentarios de papá y mamá?

Si hemos golpeado a nuestras hijas a nuestros hijos, ¿qué será de nosotros?

Ser padre ha sido, para mí, un goce.
Entender a mis tres hijas. Ser su cómplice en varios pasajes. Negociar con ellas. Pararle las salidas. Aguantar, hasta unas pasadas de "maracas", porque las chicas y los chicos son bien diferentes a los de antes (porque tienen otro cerebro), ha sido también placentero.

Un pasaje chévere:

Una vez, mi hija menor, que es la que más se parece a mí, me estaba increpando. Y estaba tan concentrada en su agite "maltrando" a su padre, que tuve que parar y le dije: "¿tú con quién crees que estás hablando?".
Y me respondió: "con mi papá".

Entonces, le dije: "actúa diferente. Pon cara de hija... vamos a devolver el cd, o el caseette, como quieras decirlo, y empecemos otra vez".

¡Arranca!

Y empezó mi querida hija Liliana diciendo: "Papi, mira... lo que pasa es que..."

Y, de verdad, fluyó un diálogo tan bonito, que terminamos abrazados.

Esa ha sido mi vida con estas chicas, por eso les digo, mis queridos colegas, que yo me he gozado esta vaina: Yane tiene 27, y estuvo acompañándome en el Radar casi 3 años. Sandra, es mi asistente y tiene 25. Y Liliana, la de la historia, llegó a 23 y creo, si nada me falla, quien se quedará con el RADAR, porque le encanta negociar... es que la vida es un negocio y a ella le encanta eso...

Un abrazo para todo el combo RECARIBE, la red de periodistas del Caribe Colombiano...

Luis Emilio Rada C


RADAR ECONÓMICO
Un Cuarto de SIGLO
Narrando la historia

LUIS EMILIO RADA CONRADO
Director
www.radareconomicointernacional.blogspot.com/
301 7273 633/311 803 4305

...
Daniel:

From: dacaspe@gmail.com
To: red@redcaribe.org
Subject: [Red Caribe] Re: [Red Caribe] Excelente descripción de Daniel Samper ¿Dónde quedó el padre de antaño?
Date: Sat, 4 Jul 2009 08:39:29 -0600

Colegas:

Ese artículo de Samper lo capitalizo como pretexto para preguntarle al maestro Rocha, ¿cómo le dicen sus nietos? Y a muchos colegas, con su tiempo dedicado las veinticuatro horas al periodismo, si sus hijos tienen, al menos una vez a la semana, oportunidad de llamarles de alguna de las tres formas señaladas por Daniel. Analicemos cuánto tiempo de calidad les brindamos a nuestros hijos para que ellos, sin temores perniciosos o carentes de confianza, nos puedan decir padre, papá o papi. O también bebé, papito, viejo o llamarnos, con llaneza, por nuestros nombres de pila.

Este contexto me lleva a un anhelo. Espero nunca terminar en un “ancianato”, lo que acá, lo saben el maestro Rocha y Alfredo Bustillo, se les denomina ‘home’, que de “hogar” no tienen un carajo: una recua de viejitos macilentos olvidados por sus hijos y nietos a quienes nunca visitan. Entonces, ¡qué bueno es llegar a la vejez teniendo un televisor a nuestro lado! (Los hay de 60 pulgadas para poder percibir mejor el amor de los actores de las “tele-bobelas” y seriados prehistóricos).

Sigamos cavilando.

Daniel Castro