lunes, 5 de agosto de 2013

Bogotá. Este 6 de Agosto cumplirá 475 años



Observando lo que está ocurriendo en Colombia, en Bogotá, la reflexión que me queda es: “¡Qué miopes somos!”.


Definitivamente, los políticos definen muchas cosas. Pero en el caso de Bogotá, de Petro, del país completo: “No se justifica que eso ocurra”.
475 años y el homenaje es: “Paremos las obras, hasta que negociemos”… Saquen la casta de patriotas. Quieran su nación y acabemos con el egoísmo.


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BOGOTÁ Cumple mañana 475 años. Alta chequera, pero sin proyectos aprobados

Mañana se cumplen 475 años desde que los cimientos de la capital del país arrancaron sobre doce casas de paja y evolucionaron hasta convertir a Bogotá en una de las metrópolis más importantes y con gran potencial de desarrollo. 

La alguna vez llamada “la Atenas de Suramérica” lo tiene todo para ser más exitosa, incluso lo más necesario, la “chequera”, pero falta de voluntad política y de gobernanza tiene con las manos atadas a la administración del alcalde Gustavo Petro para poner en marcha proyectos clave que contribuyan a ese desarrollo.

Con salud fiscal y económica
Sí, Bogotá no es perfecta y ha sido víctima de los peores males, entre esos, la corrupción, los cuales han afectado su movilidad, sus finanzas públicas, su seguridad. Sin embargo, en medio de sus problemas, la capital colombiana ha logrado emerger y hoy en día es la principal capital industrial y financiera del país.
 

Los cerca de ocho millones de bogotanos se han visto favorecidos con el crecimiento económico de 4,5% en 2012, una cifra que se ubica por encima PIB nacional (4%). Los progresos se han reflejado en mejores políticas sociales que han aumentado la calidad de vida de sus ciudadanos. Mientras que en 2003 el 32% de los bogotanos era pobre, en 2012 esa cifra se redujo a 11,6%.

Su transformación económica y social la han convertido en un foco de inversión y en un epicentro emergente de negocios en América Latina. En el año 2002 la ciudad solamente tenía 492 sociedades extranjeras y en 2012 este número ascendió a 1.423. Una de las tasas más bajas de desempleo (9,1%) y de inflación (2,4%) y la tasa de alfabetismo de 98,3% son solo algunos de los “anzuelos” para los extranjeros.
 
Además, el Distrito nunca se ha atrasado en el pago de su deuda, la cual asciende a $1,6 billones, el 22,42% de su capacidad de endeudamiento. Su robustez financiera se evidencia en las calificaciones obtenidas, ratificadas y mejoradas. La nota de BBB- de Fitch Ratings a Bogotá, como emisor de deuda en moneda extranjera, señala que la expectativa de riesgo crediticio es baja. La calificadora considera incluso que la ejecución del Plan de Desarrollo Bogotá Humana no es una presión para las finanzas, dada la política fiscal prudente. Todo esto evidencia la buena salud de las finanzas, lo cual le ha permitido tener presupuestos robustos. En 2012, Bogotá contó con $11,5 billones y en 2013 tiene $13,6 billones, de los cuales el 83% son para inversión.
Trabas políticas

A pesar de los avances que tienen moviendo la maquinaria bogotana, los problemas de movilidad y de corrupción han hecho que los ciudadanos tengan una imagen altamente desfavorable de su conductor, el Alcalde Petro. Si bien la Administración ha querido avanzar en proyectos clave para el desarrollo, en el camino se ha encontrado con trabas políticas y una de ellas es el Concejo.
Uno de los afectados ha sido el cupo de endeudamiento, que ha sufrido de aplazamientos y solicitud de recusación. De acuerdo con el secretario de Hacienda, Ricardo Bonilla, a la ciudad le sale más caro no construir las obras que se financiarían con el cupo de $3 billones. La demora de la aprobación pone en sala de espera decisiones cruciales como la troncal de Transmilenio por la Boyacá, la construcción de metrocables y la primera línea del metro, entre otros.
Bogotá, un proyecto de todos
La capital lo tiene todo para seguir escalando, pero sus actores no se han logrado poner de acuerdo en sacar este objetivo adelante. “Están dadas todas las condiciones para Bogotá, pero se requiere un nuevo ejercicio de gobernanza”, dijo Saúl Pineda, director del Centro de Pensamiento en Estrategias Competitivas de la Universidad del Rosario.
Según el experto, en este ejercicio colectivo el Concejo debe disminuir su “arrogancia” para ir más allá de los desacuerdos y concentrarse en las decisiones clave de largo plazo y estratégicos. “Bogotá reclama un ejercicio de grandeza política y de liderazgo también del señor Alcalde”, dijo Pineda.  
Para la directora de Bogotá Cómo Vamos, Mónica Villegas, los problemas de gestión al interior de la Administración no pueden ser excusa para no ejecutar.

Ricardo Montezuma, experto en movilidad, aseguró que no todo puede recaer sobre la Alcaldía o el Concejo. “En la ciudad hay una apatía, es demasiado conformista. En parte, somos responsables del problema”, agregó.
Arranca misión para la formalización
Para fortalecer la formalización empresarial, la Cámara de Comercio de Bogotá, IFC del Banco Mundial y la Secretaría de Hacienda Distrital firmarán un convenio que busca identificar los obstáculos administrativos y fiscales que enfrentan las Mipymes y proponer soluciones. Según datos de la Cámara de Comercio de Bogotá y de la Secretaría de Hacienda, la informalidad empresarial en la ciudad llega al 47% y la informalidad laboral llega al 42%. Los mayores niveles de informalidad están asociados a pagos de aportes a seguridad social, parafiscales e impuestos.

Hoy, las entidades firmarán un convenio que permitirá facilitar el proceso de cumplimiento tributario, así como reducir los costos de cumplimiento, en especial para micro, pequeñas y medianas empresas en Colombia, que contribuya a la sostenibilidad de las empresas en condiciones de formalidad y ampliar la base tributaria a nivel subnacional. Estudios de la CCB indican que la informalidad afecta a las empresas más pequeñas, con ingresos mensuales inferiores a los $3.400.000, con menos de 5 empleados.


Las opiniones


Saúl Pineda
Director del Cepec de la Universidad del Rosario

“Están dadas todas las condiciones para Bogotá, pero se requiere un nuevo ejercicio de gobernanza. El Concejo de Bogotá debe mirar más allá de lo coyuntural”.

Mónica Villegas Carrasquilla
Directora de Bogotá Cómo vamos

“Hay que resaltar la mejora en indicadores económicos, pero aún falta mucho por hacer. Los problemas al interior no pueden ser excusa para no ejecutar”.

Ricardo Montezuma
Experto en Movilidad

“El problema no es solo la Alcaldía. Bogotá vivió retrocesos en los últimos 9 años y en gran parte, los ciudadanos somos responsables del problema”.


Andrea Carranza Garzón

acarranza@larepublica.com.co


  

"Llora San Andrés", autor: Gustavo Pacheco Castro




“Llora San Andrés”,

Autor: Gustavo Pacheco Castro.

Voz: Santos Freyle.

Les deseo todo el éxito que merecen.

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“Llora San Andrés”, autor Gustavo Pacheco Castro 

 


El Humor y los tiranos, por Carlos Alberto Montaner

¡Qué bueno contar con personas que nos hagan reír! Sin esos ciudadanos la vida sería un desastre. Una tristeza permanente. “El Humor y los tiranos”, esta es la última columna que ha llegado a mis manos firmada por Carlos Alberto Montaner. Qué buena columna. Arranca bien y cierra mejor. La leí con calma y degustándola. Me acordé de Jaime Garzón, de los Comediantes de la Noche. De Cantinflas (cómo “mamaba gallo” ese mexicano). Me imaginé los rostros de Franco, Fidel, Leopoldo y Maquiavelo. Es que, definitivamente, la vida es un vacile, como digo yo. Un vacile serio.
He conocido a grandes amigos que trabajan duro, pero no han perdido la alegría de vivir y son altamente productivos.

Se acuerdan del chiste del ejército, en el que le dijeron a los soldados: “Ojo, no se metan con ese general. Es jodido…”.
El militar era gay y en las primeras de cambio uno de los soldaditos le “mamó gallo” por su estilo especial y el comentó: “¿quién se expresó así?”.

Y el soldadito con arrogancia señaló: “Yo”.
Y la respuesta del superior fue: “fusílenlo…”.

Lean a Montaner y se acaba el stress.


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El Humor y los tiranos, por Carlos Alberto Montaner

No hay nada que los tiranos teman más que al humor. Suele olvidarse que la primera publicación que resultó clausurada en Cuba fue Zig-Zag. Se trataba de un gracioso semanario, ilustrado con excelentes caricaturas, que en 1959, entre risas y bromas, a los pocos meses de inaugurado el manicomio, hacía las críticas más severas a la dictadura estalinista que comenzaba a arraigar.
Leopoldo Fernández, Tres Patines, debió exiliarse al poco tiempo, porque en una obra de teatro bufo aparecía en escena junto a diversos cuadros de personajes importantes, y entre ellos estaba uno con la foto de Fidel Castro. Leopoldo lo tomó entre las manos y, riendo, exclamó: “déjenmelo, que éste lo cuelgo yo”. Tuvo que escapar a galope.
 
En la España de Franco no se podía caricaturizar al Caudillo, ni hacer la broma más inocente en torno al personaje. La Codorniz, que era un semanario humorístico de derecha, pero inteligente, pícaro y punzante, como corresponde al género, fue multado por publicar un parte del tiempo que decía: “en España reina un fresco general proveniente de Galicia”. Con Franco no se podía jugar.
La clave de esa actitud está en la forma en que se ejerce el poder en las tiranías. El jefe se impone por el miedo. Como explica Maquiavelo en El Príncipe, la obediencia no se debe al amor, sino al terror, y éste siempre es solemne. No es una cuestión del corazón, sino de la vejiga.
 
Además, ésta es la forma de ejercer la autoridad que disfruta el simio Alfa instalado en la cúspide. Le gusta intimidar a sus subordinados y siente un enorme placer cuando tiene pruebas de que sus enemigos le temen. Para eso manda. Ahí radica su goce.
Para este tipo de psicópata, que dedica la vida a ascender hasta la cima, la recompensa emocional se encuentra en percibir los efluvios de una muchedumbre que se le entrega en medio de una mezcla de sentimientos encontrados en la que prevalece el miedo. Es como el padre o el cónyuge abusador: su placer está en ver el pavor en los ojos del otro.



En Cuba, la dictadura fusiló al general Arnaldo Ochoa y al coronel Tony la Guardia por diversas razones, pero la más grave, a juicio de Fidel Castro, fue la grabación que le entregó la inteligencia en la que se escuchaba a estos personajes burlándose y haciendo chistes sobre “el Viejo”. Habían perdido el temor reverencial que Castro exige y esa actitud era imperdonable. Por eso los mató. Ya no lo “respetaban” y, dentro de la lógica del poder dictatorial, esa actitud es la antesala de la conspiración.


Hace pocos días murió Guillermo Álvarez Guedes. Fue un excelente comediante que desde el exilio sembró de chistes a Cuba, como quien coloca minas en un campo enemigo. Su humor irreverente era explosivo y el régimen lo temía, pero no podía evitar que los casetes circularan de mano en mano. Incluso, ellos los escuchaban y reían, pero a escondidas, porque un buen revolucionario no podía rendirse ante un adversario gracioso y entregarle algunas carcajadas. Los buenos revolucionarios sólo pueden reírse del imperialismo yanqui. Pobre gente.
 
Termino con una anécdota que nos contó Armando Roblán, otro gran comediante y humorista cubano muerto en enero pasado. Como es casi increíble, doy fe de que me hizo el relato en presencia de la escritora Olga Connor, en su acogedora casa de Coral Gables.
Roblán tenía, entre otros talentos, el de la imitación. En 1959 imitaba a Fidel estupendamente. En los teatros y la televisión, se ponía barbas y un uniforme verde oliva, e imitaba al entonces joven Comandante, incluida su voz gangosa de adolescente afónico, cargada con una ligera entonación del oriente de la Isla. Algunos despistados hasta lo aplaudían porque daban por sentado que era el mismísimo Máximo Líder, como ya se le decía adulonamente.
 
Una tarde, Roblán recibió una misteriosa llamada telefónica. Era una dama apasionada que quería tener una cita íntima con él. Roblán era joven y soltero, así que la citó en un sitio público para saber si la mujer se parecía a su voz bella y seductora, o si era una broma, o acaso una señora con bigote y 500 libras de peso.
Era una muchacha preciosa. Quería, en efecto, acostarse con él, pero le puso una curiosa condición. Tenía que colocarse la barba postiza y hablarle en la cama como si fuera Fidel.
--¿Qué hiciste? –le pregunté.
--Cedí en todo. Me pasé la tarde haciéndole el amor mientras ella se excitaba cuando yo gritaba: ¡Fidel, seguro, a los yanquis dales duro!

El humor a veces tiene unas inesperadas consecuencias.