lunes, 9 de julio de 2012

¿Qué portales Web visitan los colombianos?

De Agencia Perfil Degital

luisemilioradaconrado

Jueves, 05 Julio 2012

¿Qué portales web visitan los colombianos?



Más de la mitad de los colombianos cuentan con acceso a Internet. Trátese del computador en el hogar, la oficina, cafés internet o internet móvil, los colombianos son cada vez más activos en la Web.
El uso de redes sociales crece a diario: en Facebook ya hay cerca de 17 millones de usuarios colombianos, pero no solo son estas plataformas las que apasionan a los colombianos.
¿Qué tipo de páginas web son las más visitadas en el país? De acuerdo con Alexa, una compañía del grupo Amazon, que analiza las visitas a las páginas web de todo tipo de organizaciones, los cinco destinos más visitados dentro de los 500 portales virtuales de mayor 'visitabilidad' en Colombia, son los siguientes:
  • Entretenimiento: 75 portales; por ejemplo, Caracol TV, etc.  
  • Servicios de información: 63 portales; por ejemplo, El Tiempo, CNN, entre otros.
  • Servicios web: 58 portales; por ejemplo, Socialcam, etc.
  • Pornografía: 44 portales; por ejemplo RedTube, etc.
  • Empresas: 43 portales; por ejemplo Fallabella, etc.
Llama la atención que las páginas web relacionados con la categoría 'Educación' (universidades, por ejemplo) son menos visitadas por los colombianos, que los de pornografía: entre los 500 más solo hay 16 portales educativos. (Véase Alexa).

Mañana es la única utopía, por José Saramago

 
Mañana es la única utopía

Por: José Saramago.

Frecuentemente me preguntan qué cuántos años tengo… ¡Qué importa eso! Tengo la edad que quiero y siento. La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso. Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso, o lo desconocido.
Tengo la experiencia de los años vividos y la fuerza de la convicción de mis deseos. ¡Qué importa cuántos años tengo!
No quiero pensar en ello.
Unos dicen que ya soy viejo y otros que estoy en el apogeo. Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice, sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte.
Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso, para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos, rectificar caminos y atesorar éxitos.
Ahora no tienen por qué decir: Eres muy joven, no lo lograrás.
Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, pero con el interés de seguir creciendo.
Tengo los años en que los sueños se empiezan a acariciar con los dedos, y las ilusiones se convierten en esperanza.
Tengo los años en que el amor, a veces es una loca llamarada, ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada.
Y otras en un remanso de paz, como el atardecer en la playa.
¿Qué cuántos años tengo?
No necesito con un número marcar, pues mis anhelos alcanzados, mis triunfos obtenidos, las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones rotas… valen mucho más que eso.
¡Qué importa si cumplo veinte, cuarenta, o sesenta!
 Lo que importa es la edad que siento. Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos. Para seguir sin temor por el sendero, pues llevo conmigo la experiencia adquirida y la fuerza de mis anhelos.
¿Qué cuantos años tengo?
¡Eso a quién le importa! Tengo los años necesarios para perder el miedo y hacer lo que quiero y siento.
Algo más de este escritor... luisemilioradaconrado:

De la prensa extranjera
La injusticia globalizada
José Saramago
Comenzaré por contar en brevísimas palabras un hecho notable de la vida rural ocurrido en una aldea de los alrededores de Florencia hace más de 400 años. Me permito solicitar toda su atención para este importante acontecimiento histórico porque, al contrario de lo habitual, la moraleja que se puede extraer del episodio no tendrá que esperar al final del relato; no tardará nada en saltar a la vista.


Estaban los habitantes en sus casas o trabajando los cultivos, entregado cada uno a sus quehaceres y cuidados, cuando de súbito se oyó sonar la campana de la iglesia. En aquellos píos tiempos (hablamos de algo sucedido en el siglo XVI), las campanas tocaban varias veces a lo largo del día, y por ese lado no debería haber motivo de extrañeza, pero aquella campana tocaba melancólicamente a muerto, y eso sí era sorprendente, puesto que no constaba que alguien de la aldea se encontrase a punto de fenecer. Salieron por lo tanto las mujeres a la calle, se juntaron los niños, dejaron los hombres sus trabajos y menesteres, y en poco tiempo estaban todos congregados en el atrio de la iglesia, a la espera de que les dijesen por quién deberían llorar. La campana siguió sonando unos minutos más, y finalmente calló. Instantes después se abría la puerta y un campesino aparecía en el umbral.
Pero, no siendo éste el hombre encargado de tocar habitualmente la campana, se comprende que los vecinos le preguntasen dónde se encontraba el campanero y quién era el muerto. "El campanero no está aquí, soy yo quien ha hecho sonar la campana", fue la respuesta del campesino. "Pero, entonces, ¿no ha muerto nadie?", replicaron los vecinos, y el campesino respondió: "Nadie que tuviese nombre y figura de persona; he tocado a muerto por la Justicia, porque la Justicia está muerta".
¿Qué había sucedido? Sucedió que el rico señor del lugar (algún conde o marqués sin escrúpulos) andaba desde hacía tiempo cambiando de sitio los mojones de las lindes de sus tierras, metiéndolos en la pequeña parcela del campesino, que con cada avance se reducía más. El perjudicado empezó por protestar y reclamar, después imploró compasión, y finalmente resolvió quejarse a las autoridades y acogerse a la protección de la justicia.

Todo sin resultado; la expoliación continuó. Entonces, desesperado, decidió anunciar urbi et orbi (una aldea tiene el tamaño exacto del mundo para quien siempre ha vivido en ella) la muerte de la Justicia. Tal vez pensase que su gesto de exaltada indignación lograría conmover y hacer sonar todas las campanas del universo, sin diferencia de razas, credos y costumbres, que todas ellas, sin excepción, lo acompañarían en el toque a difuntos por la muerte de la Justicia, y no callarían hasta que fuese resucitada. Un clamor tal que volara de casa en casa, de ciudad en ciudad, saltando por encima de las fronteras, lanzando puentes sonoros sobre ríos y mares, por fuerza tendría que despertar al mundo adormecido... No sé lo que sucedió después, no sé si el brazo popular acudió a ayudar al campesino a volver a poner los lindes en su sitio, o si los vecinos, una vez declarada difunta la Justicia, volvieron resignados, cabizbajos y con el alma rendida, a la triste vida de todos los días.

Es bien cierto que la Historia nunca nos lo cuenta todo.
Supongo que ésta ha sido la única vez, en cualquier parte del mundo, en que una campana, una inerte campana de bronce, después de tanto tocar por la muerte de seres humanos, lloró la muerte de la Justicia. Nunca más ha vuelto a oírse aquel fúnebre sonido de la aldea de Florencia, más la Justicia siguió y sigue muriendo todos los días. Ahora mismo, en este instante en que les hablo, lejos o aquí al lado, a la puerta de nuestra casa, alguien la está matando.

Cada vez que muere, es como si al final nunca hubiese existido para aquellos que habían confiado en ella, para aquellos que esperaban de ella lo que todos tenemos derecho a esperar de la Justicia: justicia, simplemente justicia. No la que se envuelve en túnicas de teatro y nos confunde con flores de vana retórica judicial, no la que permitió que le vendasen los ojos y maleasen las pesas de la balanza, no la de la espada que siempre corta más hacia un lado que hacia otro, sino una justicia pedestre, una justicia compañera cotidiana de los hombres, una justicia para la cual lo justo sería el sinónimo más exacto y riguroso de lo ético, una justicia que llegase a ser tan indispensable para la felicidad del espíritu como indispensable para la vida es el alimento del cuerpo.

Una justicia ejercida por los tribunales, sin duda, siempre que a ellos los determinase la ley, mas también, y sobre todo, una justicia que fuese emanación espontánea de la propia sociedad en acción, una justicia en la que se manifestase, como ineludible imperativo moral, el respeto por el derecho a ser que asiste a cada ser humano. Pero las campanas, felizmente, no doblaban sólo para llorar a los que morían. Doblaban también para señalar las horas del día y de la noche, para llamar a la fiesta o a la devoción a los creyentes, y hubo un tiempo, en este caso no tan distante, en el que su toque a rebato era el que convocaba al pueblo para acudir a las catástrofes, a las inundaciones y a los incendios, a los desastres, a cualquier peligro que amenazase a la comunidad. Hoy, el papel social de las campanas se ve limitado al cumplimiento de las obligaciones rituales y el gesto iluminado del campesino de Florencia se vería como la obra desatinada de un loco o, peor aún, como simple caso policial.
Otras y distintas son las campanas que hoy defienden y afirman, por fin, la posibilidad de implantar en el mundo aquella justicia compañera de los hombres, aquella justicia que es condición para la felicidad del espíritu y hasta, por sorprendente que pueda parecernos, condición para el propio alimento del cuerpo. Si hubiese esa justicia, ni un solo ser humano más moriría de hambre o de tantas dolencias incurables para unos y no para otros. Si hubiese esa justicia, la existencia no sería, para más de la mitad de la humanidad, la condenación terrible que objetivamente ha sido. Esas campanas nuevas cuya voz se extiende, cada vez más fuerte, por todo el mundo, son los múltiples movimientos de resistencia y acción social que pugnan por el establecimiento de una nueva justicia distributiva y conmutativa que todos los seres humanos puedan llegar a reconocer como intrínsecamente suya; una justicia protegida por la libertad y el derecho, no por ninguna de sus negaciones. He dicho que para esa justicia disponemos ya de un código de aplicación práctica al alcance de cualquier comprensión, y que ese código se encuentra consignado desde hace 50 años en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aquellos treinta derechos básicos y esenciales de los que hoy sólo se habla vagamente, cuando no se silencian sistemáticamente, más desprestigiados y mancillados hoy en día de lo que estuvieran, hace 400 años, la propiedad y la libertad del campesino de Florencia. Y también he dicho que la Declaración Universal de los Derechos Humanos, tal y como está redactada, y sin necesidad de alterar siquiera una coma, podría sustituir con creces, en lo que respecta a la rectitud de principios y a la claridad de objetivos, a los programas de todos los partidos políticos del mundo, expresamente a los de la denominada izquierda, anquilosados en fórmulas caducas, ajenos o impotentes para plantar cara a la brutal realidad del mundo actual, que cierran los ojos a las ya evidentes y temibles amenazas que el futuro prepara contra aquella dignidad racional y sensible que imaginábamos que era la aspiración suprema de los seres humanos. Añadiré que las mismas razones que me llevan a referirme en estos términos a los partidos políticos en general, las aplico igualmente a los sindicatos locales y, en consecuencia, al movimiento sindical internacional en su conjunto. De un modo consciente o inconsciente, el dócil y burocratizado sindicalismo que hoy nos queda es, en gran parte, responsable del adormecimiento social resultante del proceso de globalización económica en marcha. No me alegra decirlo, mas no podría callarlo. Y, también, si me autorizan a añadir algo de mi cosecha particular a las fábulas de La Fontaine, diré entonces que, si no intervenimos a tiempo —es decir, ya— el ratón de los derechos humanos acabará por ser devorado implacablemente por el gato de la globalización económica.

¿Y la democracia, ese milenario invento de unos atenienses ingenuos para quienes significaba, en las circunstancias sociales y políticas concretas del momento, y según la expresión consagrada, un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo? Oigo muchas veces razonar a personas sinceras, y de buena fe comprobada, y a otras que tienen interés por simular esa apariencia de bondad, que, a pesar de ser una evidencia irrefutable la situación de catástrofe en que se encuentra la mayor parte del planeta, será precisamente en el marco de un sistema democrático general como más probabilidades tendremos de llegar a la consecución plena o al menos satisfactoria de los derechos humanos. Nada más cierto, con la condición de que el sistema de gobierno y de gestión de la sociedad al que actualmente llamamos democracia fuese efectivamente democrático. Y no lo es.
Es verdad que podemos votar, es verdad que podemos, por delegación de la partícula de soberanía que se nos reconoce como ciudadanos con voto y normalmente a través de un partido, escoger nuestros representantes en el Parlamento; es cierto, en fin, que de la relevancia numérica de tales representaciones y de las combinaciones políticas que la necesidad de una mayoría impone, siempre resultará un gobierno. Todo esto es cierto, pero es igualmente cierto que la posibilidad de acción democrática comienza y acaba ahí. El elector podrá quitar del poder a un gobierno que no le agrade y poner otro en su lugar, pero su voto no ha tenido, no tiene y nunca tendrá un efecto visible sobre la única fuerza real que gobierna el mundo, y por lo tanto su país y su persona: me refiero, obviamente, al poder económico, en particular a la parte del mismo, siempre en aumento, regida por las empresas multinacionales de acuerdo con estrategias de dominio que nada tienen que ver con aquel bien común al que, por definición, aspira la democracia.
Todos sabemos que así y todo, por una especie de automatismo verbal y mental que no nos deja ver la cruda desnudez de los hechos, seguimos hablando de la democracia como si se tratase de algo vivo y actuante, cuando de ella nos queda poco más que un conjunto de formas ritualizadas, los inocuos pasos y los gestos de una especie de misa laica. Y no nos percatamos, como si para eso no bastase con tener ojos, de que nuestros gobiernos, esos que para bien o para mal elegimos y de los que somos, por lo tanto, los primeros responsables, se van convirtiendo cada vez más en meros comisarios políticos del poder económico, con la misión objetiva de producir las leyes que convengan a ese poder, para después, envueltas en los dulces de la pertinente publicidad oficial y particular, introducirlas en el mercado social sin suscitar demasiadas protestas, salvo las de ciertas conocidas minorías eternamente descontentas.
¿Qué hacer? De la literatura a la ecología, de la guerra de las galaxias al efecto invernadero, del tratamiento de los residuos a las congestiones de tráfico, todo se discute en este mundo nuestro.
Pero el sistema democrático, como si de un dato definitivamente adquirido se tratase, intocable por naturaleza hasta la consumación de los siglos, ése no se discute. Mas si no estoy equivocado, si no soy incapaz de sumar dos y dos, entonces, entre tantas otras discusiones necesarias o indispensables, urge, antes de que se nos haga demasiado tarde, promover un debate mundial sobre la democracia y las causas de su decadencia, sobre la intervención de los ciudadanos en la vida política y social, sobre las relaciones entre los Estados y el poder económico y financiero mundial, sobre aquello que afirma y aquello que niega la democracia, sobre el derecho a la felicidad y a una existencia digna, sobre las miserias y esperanzas de la humanidad o, hablando con menos retórica, de los simples seres humanos que la componen, uno a uno y todos juntos.
No hay peor engaño que el de quien se engaña a sí mismo. Y así estamos viviendo. No tengo más que decir. O sí, apenas una palabra para pedir un instante de silencio. El campesino de Florencia acaba de subir una vez más a la torre de la iglesia, la campana va a sonar. Oigámosla, por favor. 

(Tomado de Other News)

radar económico, luisemilioradaconrado
 
 
 




Banco Mundial: Robert Zoellick y su paso por la institución


Desde 1989, el RADAR ECONÓMICO ha estado atento a las asambleas del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
Ahora que salió de la presidente del Banco, Robert Zoellick, después de estar al frente de la entidad alrededor de cinco (5) años, queremos dejar esa historia en este blog.
Eso les puede servir a nuestros lectores para que revisen la historia…
Zoellick, fortaleció el Banco Mundial, porque cuando él llegó a la institución el mundo estaba complicado financieramente…

luisemilioradaconrado


La República. Globoeconomia
Martes, Julio 3, 2012
Robert Zoellick y su paso por el Banco Mundial

Bogotá 
Robert Zoellick y su paso por el Banco Mundial

Tras cinco años liderando una de las instituciones económica más importante del mundo, se marcha dejando resultados positivos en capitalización y generosos prestamos a su favor, pero contrario a esto, su trabajo durante la crisis mundial ha sido blanco de críticas, en especial por el escaso apoyo brindado a los países en desarrollo.

El Banco Mundial fue creado, junto al Fondo Monetario Internacional, como instituciones hermanas que servirían para impulsar proyectos generadores de desarrollo en los países con mayores necesidades. Zoellick, de 58 años, fue el décimo primer presidente del BM, formando parte de una lista exclusiva para individuos de origen norteamericano.
Zoellick asumió la batuta de la entidad en julio de 2007 siendo recomendado por el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, después de la renuncia forzada de su antecesor Paul Wolfowitz, quien se vio envuelto en un escándalo de nepotismo. Desde entonces la entidad, que ya presentaba problemas de capitalización sufrió una transformación en su forma de operar que le permitió recuperar su rendimiento.

Prueba de ello es que durante el último lustro el banco ha prestado casi el doble de lo que otorgó durante los cinco años anteriores al mandato que de Zoellick, pasando de US$109.290 millones desde los años fiscales de 2003 a 2007, a US$205.750 millones hasta la fecha.

Los expertos consultados por LR están de acuerdo en que el desempeño del estadounidense fue destacable, en especial porque logró índices positivos en medio del crítico escenario económico mundial, es decir, durante la recesión de 2008 y 2009 y desequilibrio en las finanzas de la zona euro
'Fue una gestión buena y moderada en el momento de crisis, y a diferencia de su antecesor, le tocó bailar con la más fea y lo hizo bien. Lo más destacado es que ha tenido posiciones que ha permitido la salida de algunas naciones de las crisis que le tocaron', dijo Jose Manuel Restrepo, rector del Cesa.

No obstante, fue esta misma crisis la que no permitió al Banco Mundial hacer más por los países con más problemas.
'Es un balance de luces y sombras. El suyo fue un trabajo de alto nivel técnico que permitió que el banco avanzara en enfoques más cercanos a los países en desarrollo, particularmente en temas como pobreza', dijo Saúl Pineda, director del centro de competitividad del a Universidad del Rosario.

'Sin embargo, el enfoque con tanto énfasis en las preocupaciones de Estados Unidos hizo que no se planteara una agenda más audaz para otros, pues estuvo muy influenciado por la crisis de los países que lo eligieron', sumó.

Para otros, como Marcel Hostetter, director del departamento de Economía de la Universidad de la Sabana, a Zoellick 'le faltó protagonismo y fue muy ortodoxo en el manejo de la crisis. Por el momento que pasaba el mundo le faltó ser más agresivo para que todos sintieran que había un actor a nivel mundial que iba a ser un respaldo de los países. Pero el mundo se quedó esperando eso', dijo.
'Con respecto a Latinoamérica, nos se le vio una gran colaboración. Siempre mantuvo su papel tradicional de Banco Mundial en ayuda, lo que no fue nada del otro mundo', agregó.

Como un ejemplo de la región, los préstamos a proyectos en Colombia, aumentaron en 8,8% desde que Zoellick asumiera el mando. Desde mediados de 2007 hasta este fin de semana, para Colombia se aprobaron desembolsos por US$4.378 millones de pesos, al rededor de 350 más que durante la presidencia de Wolfowitz y dos años de su antecesor.
Entre las primeras modificaciones que hizo,estuvo la reducción de un cuarto punto porcentual en la tasa de interés para préstamos a los países latinoamericanos, como reconocimiento a una mejora en su solvencia.

Zoellick también quiso darle mayor participación a los países menos desarrollados.
'Han hablado que hay mayor participación de los países emergentes pero hasta ahora ha sido letra muerta' dijo Ómar Saúl Duarte, representante de Openworld Investment Bank.
Su remplazo, y actual presidente, Jim Yong Kim, fue escogido en una elección publicitada donde participaron representantes de Nigeria y Colombia.
'El reto más grande para el nuevo presidente es tratar de seguir apoyando a países en pobreza y mantener una política de fomento reduciendo las tasas de interés', dijo Duarte.
 
Las opiniones
Saúl Pineda
Dir. del Centro de Competitividad de U. del Rosario
'Tanto énfasis por las preocupaciones en la crisis de Estados Unidos hizo que no hubiera una agenda más audaz para el resto de países.'

Marcel Hostetter
Dir. dpto. Economía de la Universidad de la Sabana
'Le faltó protagonismo y fue muy ortodoxo en el manejo de la crisis. Le faltó ser más agresivo para que el mundo sintiera que había un respaldo'.

José Manuel Restrepo
Rector del Cesa
'Fue una gestión moderada en el momento de crisis, donde a diferencia de su antecesor le tocó bailar con la más fea y lo hizo bien'.

Rogelio Vélez Mendoza




Baja la venta de vehículos en Colombia


Las ventas de carros en Colombia siguen en picada…
Una de las gerentes de una de las concesionarias de vehículos en Barranquilla, me decía hace poco, que le va tocar comentarla a su junta directiva que no le pongan metas tan altas, porque las ventas se han bajado un poco…
Vienen promociones y lanzamientos de nuevos modelos, pero, siento que se mantendrá el bajón… Por el RADAR les contaremos…

Luisemilioradaconrado
Venta de vehículos nuevos en junio cayó 1% frente al año pasado

Según el reporte de Econometría, en el sexto mes del año se vendieron 26.749 unidades, una cifra que dista en casi 300 unidades a los 27.030 autos colocados en junio del año pasado.
Frente al mes anterior, lo vendido en junio también representa una caída de 2,15%, pues en mayo la venta fue de 27.339 carros.
Si el balance comercial se observa como ventas acumuladas, entre enero y junio de 2012 se vendieron 160.831 vehículos nuevos, lo que representa un aumento de 1,7% en comparación con las 158.217 unidades comercializadas en el primer semestre de 2011.

"Tal como se viene observando desde comienzos del presente año, las cifras de ventas de vehículos nuevos en el país mantienen una tendencia que señala que las ventas al final del año serán cercanas a las 330.000 unidades", explicó en el informe el director ejecutivo del Comité Automotor de Econometría, Juan Manuel García.

Colombia. Tendremos bancos electrónicos


En el sistema financiero colombiano, alistan proyecto para crear bancos electrónicos

El sistema financiero colombiano podría contar con un nuevo tipo de entidades cuya única tarea será el manejo de transacciones electrónicas.

Serán entidades a las que podrá acudir cualquier colombiano que desee manejar recursos de manera ‘virtual’ y que no necesite acudir a otras instituciones como los bancos para hacer sus operaciones.

Las nuevas entidades se llamarán Sociedades Especializadas en Depósitos Electrónicos (Sedes), y su creación está contemplada en un proyecto de ley que prepara el Gobierno para poner a consideración del Congreso de la República, dijo la viceministra Técnica de Hacienda, Ana Fernanda Maiguashca.
Ana Fernanda Maiguashca, vicemihacienda

Estas instituciones se encargarán de manejar específicamente la banca transaccional electrónica y serán vigiladas por la Superintendencia Financiera.

Las Sedes podrán ser competencia o complemento de las demás instituciones como bancos y compañías de financiamiento, especialmente.

Competencia, porque ofrecerán los nuevos productos electrónicos a los clientes y, complemento, porque podrán ser filiales de las entidades financieras tradicionales.

El Gobierno piensa que las Sedes beneficiarán especialmente a personas de bajos recursos que solo necesitan abrir cuentas de ahorro transaccionales para hacer pagos en el comercio o efectuar giros a familiares, y que no son sujetos de crédito para los bancos tradicionales debido a su baja capacidad de ahorro y endeudamiento.

Los servicios de las nuevas entidades financieras electrónicas podrán ser más baratos que los de la banca tradicional.

Otra parte fundamental del proyecto que trabaja el Gobierno tiene que ver con la regulación de los llamados Esquemas Múltiples de Pago Anticipado (Empas), que son estructuras de manejo de recursos que implican captación y/o manejo de dinero del público. Un ejemplo de ellos son las tarjetas prepago o aquellas de cortesía que se regalan a clientes de establecimientos comerciales y que son previamente ‘recargadas’ de dinero para ser utilizadas en consumos de diversa índole, como las entradas a cine.

Aunque algunas de estas tarjetas no representan captación de dinero del público, sí implican manejo de recursos.

Gabo y su vida. Fotos de la Región Caribe



Gabriel García Márquez

Gabriel José de la Concordia García Márquez (Aracataca, Colombia, 6 de marzo de 1927)1 es un escritor, novelista, cuentista, guionista y periodista colombiano. En 1982 recibió el Premio Nobel de Literatura (ver: Premios, reconocimientos y homenajes). Es conocido familiarmente y por sus amigos como Gabito (hipocorístico guajiro para Gabriel), o por su apócope Gabo desde que Eduardo Zalamea Borda subdirector del diario El Espectador, comenzara a llamarle así.3
Gabriel García Márquez ha sido inextricablemente relacionado con el realismo mágico y su obra más conocida, la novela Cien años de soledad, es considerada una de las más representativas de este género literario.4 En 2007, la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española lanzaron una edición popular conmemorativa de esta novela, por considerarla parte de los grandes clásicos hispánicos de todos los tiempos. El texto fue revisado por el propio Gabriel García Márquez.5 6
Gabriel García Márquez es famoso tanto por su genio como escritor, como por su habilidad de usar este talento para compartir sus ideologías políticas.7 Su amistad con el líder cubano Fidel Castro ha causado mucha controversia en el mundo literario y político.8 (ver: Amistad con Fidel Castro).
Aunque Gabriel García Márquez posee residencias en París, Bogotá y Cartagena de Indias, vive la mayor parte del tiempo en su casa en Ciudad de México en donde fijó su residencia a principios de los años 60.2 9

Contenido

Biografía

Infancia y juventud

Hijo de Gabriel Eligio García y de Luisa Santiaga Márquez Iguarán, Gabriel García Márquez nació en Aracataca, en el departamento del Magdalena, Colombia, «el domingo 6 de marzo de 1927 a las nueve de la mañana...», como refiere el propio escritor en sus memorias.3
Cuando sus padres se enamoraron, el padre de Luisa, coronel Nicolás Ricardo Márquez Mejía, se opuso a esa relación pues Gabriel Eligio García, que había llegado a Aracataca como telegrafista, no era el hombre que consideraba más adecuado para su hija, por ser hijo de madre soltera, pertenecer al Partido Conservador Colombiano y ser un mujeriego confeso.3 Con la intención de separarlos, Luisa fue enviada fuera de la ciudad, pero Gabriel Eligio la cortejó con serenatas de violín, poemas de amor, innumerables cartas y frecuentes mensajes telegráficos. Finalmente la familia capituló y Luisa consiguió el permiso para casarse con Gabriel Eligio, lo cual sucedió el 11 de junio de 1926 en Santa Marta. La historia y tragicomedia de ese cortejo inspiraría más tarde a su hijo la novela El amor en los tiempos del cólera.3
Poco después del nacimiento de Gabriel, su padre se convirtió en farmacéutico y, en enero de 1929, se mudó con Luisa a Barranquilla, dejando a Gabriel en Aracataca al cuidado de sus abuelos maternos. Dado que vivió con ellos durante los primeros años de su vida, recibió una fuerte influencia del coronel Márquez, quien de joven mató a un hombre en un duelo y tuvo, además de los tres hijos oficiales, otros nueve con distintas madres. El Coronel era un liberal veterano de la Guerra de los Mil Días, muy respetado por sus copartidarios y conocido por su negativa a callar sobre la Masacre de las bananeras, suceso en el que murieron cientos de personas a manos de las Fuerzas Armadas de Colombia durante una huelga de los trabajadores de las bananeras, hecho que García Márquez plasmaría en su obra.3
El coronel, a quien Gabriel llamaba "Papalelo", describiéndolo como su «cordón umbilical con la historia y la realidad», fue también un excelente narrador y le enseñó, por ejemplo, a consultar frecuentemente el diccionario, lo llevaba al circo cada año y fue el primero en introducir a su nieto en el «milagro» del hielo, que se encontraba en la tienda de la United Fruit Company.3 Frecuentemente decía: «Tú no sabes lo que pesa un muerto», refiriéndose así a que no había mayor carga que la de haber matado a un hombre, lección que García Márquez más tarde incorporaría en sus novelas.3 2 10
Su abuela, Tranquilina Iguarán Cotes, a quien García Márquez llama la abuela Mina y describe como "una mujer imaginativa y supersticiosa"2 que llenaba la casa con historias de fantasmas, premoniciones, augurios y signos, fue de tanta influencia en GGM como su marido e incluso es señalada por el escritor como su primera y principal influencia literaria pues le inspiró la original forma en que ella trataba lo extraordinario como algo perfectamente natural cuando contaba historias y como sin importar cuán fantásticos o improbables fueran sus relatos, siempre los refería como si fueran una verdad irrefutable. Además del estilo, la abuela Mina inspiró también el personaje de Ursula Iguarán que, unos treinta años más tarde, su nieto usaría en Cien años de soledad, su novela más popular.3 11
Su abuelo murió en 1936, cuando Gabriel tenía ocho años. Debido a la ceguera de su abuela él fue a vivir con sus padres en Sucre, población ubicada en el departamento de Sucre (Colombia), donde su padre trabajaba como farmacéutico.
Su niñez está relatada en sus memorias Vivir para contarla.3 Después de 24  años de ausencia, en 2007 regresó a Aracataca para un homenaje que le rindió el gobierno colombiano al cumplir sus 80 años de vida y los 40 desde la primera publicación de Cien años de soledad.

Educación

Poco después de llegar a Sucre, se decidió que Gabriel debía empezar su educación formal y fue mandado a un internado en Barranquilla, un puerto en la boca del Río de Magdalena. Allí adquirió reputación de chico tímido que escribía poemas humorísticos y dibujaba tiras humorísticas. Serio y poco dado a las actividades atléticas, fue apodado El Viejo por sus compañeros de clase.10
García Márquez cursó los primeros grados de secundaria en el colegio jesuita San José (hoy Instituto San José) desde 1940, en donde publicó sus primeros poemas en la revista escolar Juventud. Luego, gracias a una beca otorgada por el Gobierno, Gabriel fue enviado a estudiar a Bogotá de donde lo reubican en el Liceo Nacional de Zipaquirá, población ubicada a una hora de la capital, donde culminará sus estudios secundarios.
Después de su graduación en 1947, García Márquez se fue a Bogotá a estudiar derecho en la Universidad Nacional de Colombia, donde tuvo especial dedicación a la lectura. La metamorfosis de Franz Kafka «en la falsa traducción de Jorge Luis Borges»12 fue una obra que le inspiró especialmente. Estaba emocionado con la idea de escribir, no literatura tradicional sino en un estilo similar a las historias de su abuela, en las que se «insertan acontecimientos extraordinarios y anomalías como si fueran simplemente un aspecto de la vida cotidiana». Su deseo de ser escritor crecía. Poco después, publicó su primer cuento, La tercera resignación, que apareció en el 13 de septiembre de 1947 en la edición del diario El Espectador.
Aunque su pasión era la escritura, continuó con la carrera de derecho en 1948 para complacer a su padre. Después del llamado «Bogotazo» en 1948, unos sangrientos disturbios que se desataron el 9 de abril a causa del magnicidio del líder popular Jorge Eliécer Gaitán, la universidad cerró indefinidamente y su pensión fue incendiada. García Márquez se trasladó a la Universidad de Cartagena y empezó a trabajar como reportero de El Universal. En 1950, desiste de convertirse en abogado para centrarse en el periodismo y se traslada de nuevo a Barranquilla para trabajar como columnista y reportero en el periódico El Heraldo. Aunque García Márquez nunca terminó sus estudios superiores, algunas universidades, como la Universidad de Columbia de Nueva York, le han otorgado un doctorado honoris causa en letras.10

Matrimonio y familia

Durante su etapa de estudiante y cuando visitaba a sus padres en Sucre conoció a Mercedes Barcha, también hija de un boticario, en un baile de estudiantes y decidió enseguida que tenía que casarse con ella cuando terminara sus estudios.10 En efecto, García Márquez contrajo matrimonio en marzo de 1958 en la iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Barranquilla con Mercedes «a la que le había propuesto matrimonio desde sus trece años».3 13
Mercedes es descrita por uno de los biógrafos del escritor como "una mujer alta y linda con pelo marrón hasta los hombros, nieta de un inmigrante egipcio, lo que al parecer se manifiesta en unos pómulos anchos y ojos castaños grandes y penetrantes".10 y García Márquez se ha referido a Mercedes constantemente y con cariño orgulloso; cuando habló de su amistad con Fidel Castro, por ejemplo, observó, «Fidel se fía de Mercedes aún más que de mí».8
En 1959 tuvieron a su primer hijo, Rodrigo, quien se convirtió en cineasta y en 1961 se instalaron en Nueva York en donde ejerció como corresponsal de Prensa Latina. Tras recibir amenazas y críticas de la CIA y de los exiliados cubanos, que no compartían el contenido de sus reportajes, decidió trasladarse a México y se establecieron en la capital. Tres años después, nació su segundo hijo, Gonzalo, actualmente diseñador gráfico en Ciudad de México.10

La fama

Ver: Premios, reconocimientos y homenajes

Placa conmemorativa en el Hôtel des 3 Collèges en París en donde García Márquez vivió en 1956.
La notoriedad mundial de García Márquez comienza cuando se publica Cien años de soledad en junio de 1967 y en una semana vendió 8 000 copias. De allí en adelante el éxito fue asegurado y la novela vendió una nueva edición cada semana, pasando a vender medio millón de copias en tres años. Fue traducido a más de veinticuatro idiomas y ganó cuatro premios internacionales. El éxito había llegado por fin y el escritor tenía 40 años cuando el mundo aprendió su nombre. Por la correspondencia de admiradores, los premios, entrevistas, las comparecencias era obvio que su vida había cambiado. En 1969, la novela ganó el Chianchiano Aprecia en Italia y fue denominado el «Mejor Libro Extranjero» en Francia. En 1970, fue publicado en inglés y fue escogido como uno de los mejores doce libros del año en Estados Unidos. Dos años después le fue concedido el Premio Rómulo Gallegos y el Premio Neustadt y en 1971 Mario Vargas Llosa publicó un libro acerca de su vida y obra. Para contradecir toda esta exhibición, García Márquez regresó simplemente a la escritura. Decidido a escribir acerca de un dictador, se trasladó con su familia a Barcelona, España, que pasaba sus últimos años bajo el régimen de Francisco Franco.10
La popularidad de su escritura también condujo a la amistad con poderosos líderes, incluyendo el ex presidente cubano Fidel Castro, amistad que ha sido analizada en Gabo y Fidel: retrato de una amistad.8 En una entrevista con Claudia Dreifus en 1982 dice que su relación con Castro se basa fundamentalmente en la literatura: «La nuestra es una amistad intelectual. Puede que no sea ampliamente conocido que Fidel es un hombre culto. Cuando estamos juntos, hablamos mucho sobre la literatura». Algunos han criticado a García Márquez por esta relación; el escritor cubano Reinaldo Arenas, en 1992 en sus memorias Antes que anochezca, señala que García Márquez estaba con Castro, en 1980 en un discurso en el que este último acusó a los refugiados recientemente asesinados en la embajada de Perú de ser «chusma». Arenas recuerda amargamente a compañeros del escritor homenajear por ello con «hipócritas aplausos» a Castro.8
También debido a su fama y a sus puntos de vista sobre el imperialismo de Estados Unidos, fue etiquetado como subversivo y por muchos años le fue negado el visado estadounidense por las autoridades de inmigración.11 Sin embargo, después de que Bill Clinton fuera elegido presidente de Estados Unidos, éste finalmente le levantó la prohibición de viajar a su país y afirmó que Cien años de soledad «es su novela favorita».14
En 1981, el año en el que le fue concedida la medalla de honor de la Legión francesa, regresó a Colombia de una visita con Castro, para encontrarse una vez más en problemas. El gobierno del liberal Julio César Turbay Ayala lo acusaba de financiar al grupo guerrillero M-19. Huyendo de Colombia solicitó asilo en México, donde continúa manteniendo una casa.8
Desde 1986 hasta 1988, García Márquez vivió y trabajó en Ciudad de México, La Habana y Cartagena de Indias. Después, en 1987 hubo una celebración en Europa y América del vigésimo aniversario de la primera edición de Cien años de soledad. No sólo había escrito libros, también había terminado escribiendo su primera obra de teatro, Diatriba de amor contra un hombre sentado. En 1988 se estrenó la película Un señor muy viejo con unas alas enormes, dirigida por Fernando Birri.15
En 1995, el instituto Caro Cuervo publicó en dos volúmenes el Repertorio crítico sobre Gabriel García Márquez.15
En 1996 García Márquez publicó Noticias de un secuestro, donde combinó la orientación testimonial del periodismo y su propio estilo narrativo. Esta historia representa la onda inmensa de violencia y secuestros que Colombia continuaba encarando.6
En 1999, el estadounidense Jon Lee Anderson publicó un libro revelador acerca de García Márquez, para lo cual tuvo la oportunidad de convivir por varios meses con el escritor y su mujer en su casa de Bogotá.6

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Enfermedad

En 1999 le fue diagnosticado un cáncer linfático. Al respecto el escritor declaró en 2000 en una entrevista al diario El Tiempo de Bogotá:
Hace más de un año fui sometido a un tratamiento de tres meses contra un linfoma, y hoy me sorprendo yo mismo de la enorme lotería que ha sido ese tropiezo en mi vida. Por el temor de no tener tiempo para terminar los tres tomos de mis memorias y dos libros de cuentos que tenía a medias, reduje al mínimo las relaciones con mis amigos, desconecté el teléfono, cancelé los viajes y toda clase de compromisos pendientes y futuros, y me encerré a escribir todos los días sin interrupción desde las ocho de la mañana hasta las dos de la tarde. Durante ese tiempo, ya sin medicinas de ninguna clase, mis relaciones con los médicos se redujeron a controles anuales y a una dieta sencilla para no pasarme de peso. Mientras tanto, regresé al periodismo, volví a mi vicio favorito de la música y me puse al día en mis lecturas atrasadas.16
En la misma entrevista, García Márquez se refiere al poema titulado La marioneta, que le fue atribuido por el diario peruano La República a modo de despedida por su inminente muerte, desmintiendo tal información.16 Negó ser el autor del poema y aclaró que «el verdadero autor es un joven ventrílocuo mexicano que lo escribió para su muñeco», refiriéndose al ventrílocuo mexicano Johnny Welch.17
En 2002, su biógrafo Gerald Martin voló a Ciudad de México para hablar con García Márquez. Su mujer, Mercedes, tenía gripe y el escritor tuvo que visitar a Martin en su hotel. Según dijo, Gabriel García Márquez ya no tenía la apariencia del típico sobreviviente de cáncer. Todavía delgado y con el pelo corto, completó Vivir para contarla ese año.10
A principios de julio de 2012, su hermano Jaime, confirmó que el escritor padece de demencia senil, enfermedad de la que sufre toda la familia.18 19

Carrera literaria

Periodismo


Gabo en 1984 luciendo un sombrero vueltiao, típico del Caribe colombiano
García Márquez comenzó su carrera como periodista mientras estudiaba derecho en la universidad. En 1948 y 1949 escribió para el diario El Universal de Cartagena. Desde 1950 hasta 1952, escribió una «caprichosa» columna con el seudónimo de «Septimus» para el periódico local El Heraldo de Barranquilla.10 García Márquez tomó nota de su tiempo en El Heraldo. Durante este tiempo se convirtió en un miembro activo del grupo informal de escritores y periodistas conocidos como el Grupo de Barranquilla, una asociación que fue una gran motivación e inspiración para su carrera literaria. Trabajó con figuras como José Félix Fuenmayor, el catalán Ramón Vinyes, Alfonso Fuenmayor, Álvaro Cepeda Samudio, Germán Vargas, Alejandro Obregón, Orlando Rivera «Figurita» y Julio Mario Santo Domingo, entre otros.6 García Márquez utilizaría, por ejemplo, a Ramón Vinyes, que sería representado como un «sabio catalán», propietario de una librería en Cien años de soledad. En esa época García Márquez leyó las obras de escritores como Virginia Woolf y William Faulkner, quien influyó a García Márquez en sus técnicas narrativas, los temas históricos y la utilización de localidades provinciales. El entorno de Barranquilla proporcionó a García Márquez una educación literaria al nivel mundial y una perspectiva única sobre la cultura del Caribe. Con respecto a su carrera del periodismo, Gabriel García Márquez ha mencionado que le sirvió como una herramienta para «no perder contacto con la realidad».15
A petición de Álvaro Mutis en 1954 García Márquez regresó a Bogotá a trabajar en El Espectador como reportero y crítico de cine. Un año después, García Márquez publicó en el mismo diario Relato de un náufrago, una serie de catorce crónicas sobre el naufragio del destructor A. R. C. Caldas, basándose en entrevistas con Luis Alejandro Velasco, joven marinero que sobrevivió al naufragio. La publicación de los artículos dio lugar a una controversia pública a nivel nacional cuando en el último escrito reveló la historia oculta, ya que desacreditó la versión oficial de los acontecimientos que había atribuido la causa del naufragio a una tormenta.3 Como consecuencia de esta controversia, García Márquez fue enviado a París para ser corresponsal extranjero de El Espectador. Escribió sus experiencias en El Independiente, un periódico que sustituyó brevemente a El Espectador, durante el gobierno militar del general Gustavo Rojas Pinilla y que más tarde fue cerrado por las autoridades colombianas. Poco después, tras el triunfo de la revolución cubana en 1960, García Márquez viajó a La Habana, donde trabajó en la agencia de prensa creada por el gobierno cubano Prensa Latina e hizo amistad con Ernesto Guevara.
En 1974 GGM, juntó con intelectuales y periodistas de izquierda, funda Alternativa (revista) que duró hasta 1980 y marcó un hito en la historia del periodismo de oposición en Colombia. Para el primer número, Gabo escribió un artículo exclusivo sobre el bombardeo al palacio de La Moneda, en Santiago de Chile, lo que garantizó que se agotara la edición. Luego sería el único que firmaría los artículos.20




En 1994 junto con su hermano Jaime García Márquez, y Jaime Abello Banfi, GGM creó la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), que tiene como objetivo ayudar a jóvenes periodistas a aprender con maestros como Alma Guillermoprieto y Jon Lee Anderson, y estimular nuevas formas de hacer periodismo. La sede principal de la entidad está en Cartagena de Indias y García Márquez sigue siendo el presidente de la fundación.21
Periodistas en uno de los talleres recientes de la FNPI y Promigas

Sus primeras y principales publicaciones

Su primer cuento, La tercera resignación, fue publicado en 1947 en un periódico liberal de Bogotá llamado El Espectador. Un año después, empezó su trabajo de periodismo para el mismo periódico. Sus primeros trabajos eran todos cuentos publicados en el mismo periódico desde 1947 hasta 1952. Durante estos años publicó un total de quince cuentos.6
Gabriel García Márquez quería ser periodista y escribir novelas; también quería crear una sociedad más justa.6 Para La hojarasca, su primera novela, le llevó varios años encontrar un editor. Finalmente se publicó en 1955, y aunque la crítica fue excelente, la mayor parte de la edición se quedó en bodega y el autor no recibió de nadie «ni un céntimo por regalías».3 García Márquez señala que «de todo lo que había escrito, La hojarasca fue su favorita porque consideraron que era la más sincera y espontánea».6
Gabriel García Márquez tardó dieciocho meses en escribir Cien años de soledad.6 El martes 30 de mayo de 1967 salió a la venta en Buenos Aires la primera edición de la novela. Tres décadas después se había traducido a 37 idiomas y vendido 25 millones de ejemplares en todo el mundo. «Fue un verdadero bombazo, que hizo explosión desde el primer día. El libro salió a las librerías sin ningún tipo de campaña publicitaria, la novela agotó su primera edición de 8000 copias a las dos semanas y pronto convirtió el título y su realismo mágico en el espejo del alma latinoamericana».22 Cien años de soledad ha influido en casi todos los novelistas importantes en todo el mundo. La novela hace una crónica de la familia Buendía en el pueblo de Macondo, que fue fundado por José Arcadio Buendía. Puede ser considerada una obra de realismo mágico.23
El amor en los tiempos de cólera se publicó por primera vez en 1985. Está basada en las historias de dos parejas. La historia de la joven pareja formada por Fermina Daza y Florentino Ariza está inspirada en la historia de amor de los padres de García Márquez.3 Sin embargo, como García Márquez explica en una entrevista: «La única diferencia es que mis padres se casaron. Y tan pronto como se casaron, ya no eran interesantes como figuras literarias».14 El amor de los ancianos se basa en una historia que leyó en un periódico sobre la muerte de dos estadounidenses, de casi ochenta años de edad, que se reunían todos los años en Acapulco. Estaban en un barco y un día fueron asesinados por el barquero con sus remos. García Márquez señala: «A través de su muerte, la historia de su romance en secreto se hizo conocida. Yo estaba fascinado con ella. Estaban cada uno casado con otra persona».14

 

Trabajos recientes

En 2002, García Márquez publicó el libro de memorias Vivir para contarla, el primero de los tres volúmenes de sus memorias, que el escritor había anunciado como:
Empieza con la vida de mis abuelos maternos y los amores de mi padre y mi madre a principios del siglo, y termina en 1955 cuando publiqué mi primer libro, La hojarasca, hasta viajar a Europa como corresponsal de El Espectador. El segundo volumen seguirá hasta la publicación de Cien años de soledad, más de veinte años después. El tercero tendrá un formato distinto, y sólo serán los recuerdos de mis relaciones personales con seis o siete presidentes de distintos países.16
Su más reciente novela, Memoria de mis putas tristes, apareció en 2004 y es una historia de amor que sigue el romance de un hombre de noventa años y su pubescente concubina. Este libro causó controversia en Irán, donde se prohibió después de 5000 ejemplares impresos y vendidos. En México una ONG amenazó con demandar al escritor por hacer apología de la prostitución infantil.24
 Jaime García Márquez

Estilo

Si bien hay ciertos aspectos que casi siempre los lectores pueden esperar encontrar en la obra de García Márquez, como el humor, no hay un estilo claro y predeterminado, de plantilla. En una entrevista con Marlise Simons, García Márquez señaló:
En cada libro intento tomar un camino diferente [...]. Uno no elige el estilo. Usted puede investigar y tratar de descubrir cuál es el mejor estilo para un tema. Pero el estilo está determinado por el tema, por el ánimo del momento. Si usted intenta utilizar algo que no es conveniente, apenas no resultará. Entonces los críticos construyen teorías alrededor de esto y ven cosas que yo no había visto. Respondo solamente a nuestro estilo de vida, la vida del Caribe.25
García Márquez también es conocido por dejar fuera detalles y eventos aparentemente importantes de tal manera que el lector se ve obligado a cumplir un papel más participativo en la historia desarrollada. Por ejemplo, en El coronel no tiene quien le escriba de los personajes principales no se dan nombres. Esta práctica se ve influida por las tragedias griegas, como Antígona y Edipo rey, en el que ocurren eventos importantes fuera de la representación que se dejan a la imaginación del público.11

  Jon Lee Anderson

Temas importantes

La soledad
El tema de la soledad atraviesa gran parte de las obras de García Márquez. Pelayo observa que «"El amor en los tiempos del cólera, como todos los trabajos de Gabriel García Márquez, explora la soledad de la persona y de la especie humana... retrato a través de la soledad del amor y de estar en amor».26
Plinio Apuleyo Mendoza le preguntó: «Si la soledad es el tema de todos sus libros ¿dónde debemos buscar las raíces de este exceso? ¿En su infancia tal vez?».García Márquez respondió: «Creo que es un problema que todo el mundo tiene. Toda persona tiene su propia forma y los medios de expresar la misma. La sensación impregna la labor de tantos escritores, aunque algunos de ellos pueden expresar lo inconsciente».2
En su discurso de aceptación del Premio Nobel, La soledad de América Latina, se refiere a este tema de la soledad relacionado con América Latina: «La interpretación de nuestra realidad a través de los patrones, no los nuestros, sólo sirve para hacernos cada vez más desconocidos, cada vez menos libres, cada vez más solitarios».27
Macondo
Otro tema importante en la obra de García Márquez es la invención de la aldea que él llama Macondo. Él usa su ciudad natal de Aracataca (Colombia), como una referencia geográfica para crear esta ciudad imaginaria, pero la representación del pueblo no se limita a esta área específica. García Márquez comparte: «Macondo no es tanto un lugar como un estado de ánimo».2
Este pueblo de ficción se ha vuelto notorio conocido en el mundo literario y «su geografía y los habitantes son constantemente invocados por profesores, políticos y agentes» [...] que hacen «difícil de creer que es una pura invención».28 En La hojarasca, García Márquez describe la realidad del «auge del banano» en Macondo, que incluyen un período aparente de «gran riqueza» durante la presencia de empresas de los Estados Unidos, y un período de depresión con la salida de las empresas estadounidenses relacionadas con el banano. Además, Cien años de soledad se lleva a cabo en Macondo y narra la historia completa de esta ciudad ficticia desde su fundación hasta su desaparición con el último Buendia.29
En su autobiografía, García Márquez explica su fascinación por la palabra y el concepto Macondo cuando describe un viaje que hizo con su madre de vuelta a Aracataca:
El tren se detuvo en una estación que no tenía ciudad, y un rato más tarde pasó la única plantación de banano a lo largo de la ruta que tenía su nombre escrito en la puerta: Macondo. Esta palabra ha atraído mi atención desde los primeros viajes que había hecho con mi abuelo, pero sólo he descubierto como un adulto que me gustaba su resonancia poética. Nunca he oído decir, y ni siquiera me pregunto lo que significa... me ocurrió al leer en una enciclopedia que se trata de un árbol tropical parecido a la ceiba"3
Según algunos académicos, Macondo —la ciudad fundada por José Arcadio Buendía en Cien años de soledad— solamente existe como resultado del lenguaje. La creación de Macondo es totalmente condicionada a la existencia de la palabra escrita. En la palabra —como instrumento de comunicación— se manifiesta la realidad, y permite al hombre de lograr una unión con circunstancias independientes de su entorno inmediato.30

Violencia y cultura

En varias de las obras de García Márquez, entre ellas El coronel no tiene quien le escriba, La mala hora y La hojarasca, hay sutiles referencias sobre «La Violencia», esa guerra civil entre conservadores y liberales que se prolongó hasta los años sesenta, causando la muerte de varios cientos de miles de colombianos. Son referencias a situaciones injustas que viven diversos personajes, como por ejemplo el toque de queda o la censura de prensa. La mala hora, que no es una de las novelas más famosas de García Márquez, destaca por su representación de la violencia con una imagen fragmentada de la desintegración social provocada por la violencia. Se puede decir que en estas obras «la violencia se convierte en cuento, a través de la aparente inutilidad de tantos episodios de sangre y muerte».15
Sin embargo, aunque García Márquez describe la naturaleza corrupta y las injusticias de esa época de la Violencia en Colombia, se niega a usar su trabajo como una plataforma de propaganda política. «Para él, el deber del escritor revolucionario es escribir bien, y el ideal es una novela que mueve al lector por su contenido político y social, y al mismo tiempo por su poder para penetrar en la realidad y exponer su otra cara».29
En las obras de García Márquez se puede encontrar también una «obsesión por captar la identidad cultural latinoamericana y particularizar los rasgos del mundo caribeño».31 Así mismo, trata de deconstruir las normas sociales que establecidas en esta parte del mundo. Como ejemplo, el carácter de Meme en Cien años de soledad puede ser visto como una herramienta para criticar las convenciones y prejuicios de la sociedad. En este caso, ella no conforma a la ley convencional que «las jóvenes deben llegar vírgenes al matrimonio» porque ha tenido una relación ilícita con Mauricio Babilonia.15 Se puede ver otro ejemplo de esta crítica de las normas sociales a través de la relación amorosa entre Petra Cotes y Aureliano Segundo. Al final de la obra —cuando los protagonistas son viejos— se enamoran más profundamente que antes. Así, García Márquez está criticando la imagen mostrada por la sociedad de que «los viejos no pueden amar».15

Influencias literarias

En sus años más jóvenes, Gabriel García Márquez comenzó a asociarse a un círculo literario llamado el grupo de Barranquilla, y bajo su influencia él comenzó a leer el trabajo de Hemingway, Joyce, Woolf, y más importante, Faulkner. Él también emprendió un estudio de las obras clásicas, encontrando la enorme inspiración en la obra de Edipo Rey de Sófocles. En la obra de Gabriel García Márquez titulada Nabo, el negro que hizo esperar a los ángeles, aparecen elementos similares a los de Faulkner como la ambigüedad deliberada y una pintura temprana de la soledad.29
En muchas ocasiones, Gabriel García Márquez ha expresado su admiración para las tragedias de Sófocles. Él utiliza una cita de Antígona al principio de su obra La hojarasca y se ha dicho que el dilema moral en Antígona proporciona los apoyos estructurales para La hojarasca.29

Realismo y realismo mágico

Como autor de ficción, García Márquez es siempre asociado con el realismo mágico. De hecho, es considerado la figura central de este género. El realismo mágico se usa para describir elementos que tienen, como es el caso en los trabajos de este autor, la yuxtaposición de la fantasía y el mito con las actividades diarias y ordinarias.
El realismo es un tema importante en todas las obras de García Márquez. Él ha dicho que sus primeros trabajos (con la excepción de La hojarasca), como El coronel no tiene quien le escriba, La mala hora y Los funerales de la Mamá Grande, reflejan la realidad de la vida en Colombia y este tema determina la estructura racional de los libros. Dice: "No me arrepiento de haberlas escrito, pero pertenecen a un tipo de literatura premeditada que ofrecen una visión de la realidad demasiado estática y exclusiva".2
En sus otras obras ha experimentado más con enfoques menos tradicionales a la realidad, de modo que «lo más terrible, lo más inusual se dice con expresión impasible».29 Un ejemplo comúnmente citado es la ascensión espiritual y física al cielo de un personaje mientras está colgando la ropa para secar, en Cien años de soledad. El estilo de estas obras se inscribe en el concepto de lo «real maravilloso» descrito por el escritor cubano Alejo Carpentier y ha sido etiquetado como realismo mágico.32 El crítico literario Michael Bell propone una interpretación alternativa para el estilo de García Márquez, por cuanto la categoría de realismo mágico ha sido criticada por ser dicotomizadora y exotizadora: «Lo que está realmente en juego es una flexibilidad psicológica que es capaz de habitar nada sentimentalmente el mundo diurno mientras se mantiene abierta a las incitaciones de aquellos dominios que la cultura moderna tiene, por su propia lógica interna, necesariamente marginalizados o reprimidos».26 García Márquez y su amigo Plinio Apuleyo Mendoza discuten su trabajo de un modo similar, «El tratamiento de la realidad en tus libros... ha recibido un nombre, el de realismo mágico. Tengo la impresión de que tus lectores europeos suelen advertir la magia de las cosas que tú cuentas, pero no ven la realidad que las inspira. Seguramente porque su racionalismo les impide ver que la realidad no termina en el precio de los tomates o de los huevos.2
García Márquez crea un mundo tan semejante al cotidiano pero al mismo tiempo totalmente diferente a ello. Técnicamente, es un realista en la presentación de lo verdadero y de lo irreal. De algún modo trata diestramente una realidad en la que los límites entre lo verdadero y el fantástico se desvanecen muy naturalmente.29
García Márquez considera que la imaginación no es sino un instrumento de la elaboración de la realidad y que una novela es la representación cifrada de la realidad y a la pregunta de si todo lo que escribe tiene una base real, ha contestado2 :
No hay en mis novelas una línea que no esté basada en la realidad

Premios, reconocimientos y homenajes


Mural sobre García Márquez en Aracataca.
  • Premio Nobel. García Márquez recibió el Premio Nobel de Literatura en 1982, según la laudatoria de la Academia Sueca, «por sus novelas e historias cortas, en las que lo fantástico y lo real son combinados en un tranquilo mundo de imaginación rica, reflejando la vida y los conflictos de un continente».33
Su discurso de aceptación fue titulado La soledad de América Latina.27 Fue el primer colombiano y el cuarto latinoamericano en ganar un Premio Nobel de Literatura, después de lo cual declaró: «Yo tengo la impresión de que al darme el premio han tenido en cuenta la literatura del subcontinente y me han otorgado como una forma de adjudicación de la totalidad de esta literatura».
García Márquez ha recibido muchos otros premios, distinciones y homenajes por sus obras como los relacionados a continuación:15

Legado y críticas de Gabriel García Márquez


Gabriel García Márquez con Jorge Amado(a su derecha) y Adonias_Filho

García Márquez es una parte importante del Boom latinoamericano de la literatura. Sus obras han recibidos numerosos estudios críticos, algunos extensos y significativos, que examinan la temática y su contenido político e histórico. Otros estudios se enfocan sobre el contenido mítico, las caracterizaciones de los personajes, el ambiente social, la estructura mítica o las representaciones simbólicas en sus obras más notables.23

Mientras que las obras de García Márquez atraen a una serie de críticos, muchos eruditos elogian su estilo y creatividad. Por ejemplo, Pablo Neruda ha escrito sobre Cien años de soledad que «es la mayor revelación en lengua española desde el Don Quijote de Cervantes».14
Algunas críticas arguyen que a García Márquez le falta la experiencia adecuada en la arena literaria y que solamente escribe de sus experiencias personales e imaginación. De esta manera, ellos dicen que sus obras no deben ser significativas. En respuesta a esto, García Márquez ha mencionado que él está de acuerdo que a veces su inspiración no viene de libros sino de la música.14 Sin embargo, según Carlos Fuentes, García Márquez ha logrado una de las mayores características de la ficción moderna. Eso es la liberación del tiempo, a través de la liberación de un instante a partir del momento que permite a la persona humana de recrear a sí mismo y a su tiempo.35 A pesar de todo, nadie puede negar que García Márquez ha ayudado a rejuvenecer, reformular y recontextualizar la literatura y la crítica en Colombia y en el resto de América Latina.36

Actividad política

Militancia e ideología

En 1983, cuando se le preguntó a Gabriel García Márquez: «¿Es usted comunista?» el escritor respondió: «Por supuesto que no. No lo soy ni lo he sido nunca. Ni tampoco he formado parte de ningún partido político».37 García Márquez contó a su amigo Plinio Apuleyo Mendoza: «Quiero que el mundo sea socialista y creo que tarde o temprano lo será».38 Según Ángel Esteban y Stéphanie Panichelli, «Gabo entiende por socialismo un sistema de progreso, libertad e igualdad relativa, donde saber es además de un derecho, una izquierda».8 García Márquez ha viajado a muchos países socialistas como Polonia, Checoslovaquia, Alemania del Este, la Unión Soviética, Hungría, y después escribió algunos artículos, mostrando su «desacuerdo con lo que allí ocurría».39 En 1971, en una entrevista para la revista "Libre" (que patrocinaba) declaró: «Yo sigo creyendo que el socialismo es una posibilidad real, que es la buena solución para América Latina, y que hay que tener una militancia más activa».40
En 1959 García Márquez fue corresponsal en Bogotá de la agencia de prensa Prela (Prensa Latina) creada por el gobierno cubano después del comienzo de la revolución cubana para informar sobre los acontecimientos en Cuba. Allí «tenía que informar objetivamente sobre la realidad colombiana y difundir a la vez noticias sobre Cuba y su trabajo consistía en escribir y enviar noticias a La Habana. Era la primera vez que García Márquez hacia periodismo verdaderamente político».8 Más tarde, en 1960, fundó con su amigo Plinio Apuleyo Mendoza una revista política, Acción Liberal, que quebró después de publicarse tres números.41
  Primer viernes santo en Cuba

Amistad con Fidel Castro
Gabriel García Márquez conoció a Fidel Castro en enero de 1959 pero su amistad se formó después, cuando García Márquez estaba trabajando con Prensa Latina, viviendo en La Habana y se vieron de nuevo varias veces. Después de conocer a Castro, «Gabo estaba convencido de que el líder cubano era diferente a los caudillos, héroes, dictadores o canallas que habían pululado por la historia de Latinoamérica desde el siglo XIX, e intuía que solo a través de él esa revolución, todavía joven, podría cosechar frutos en el resto de los países americanos».8
Según Panichelli y Esteban, «ejercer un poder es uno de los placeres más reconfortantes que el hombre puede sentir», y ellos piensan que eso es el caso con García Márquez «hasta una edad madura». Por eso, se ha cuestionado la amistad entre García Márquez y Castro y si es un resultado de la admiración de García Márquez por el poder.8
Jorge Ricardo Masetti, exguerrillero y periodista argentino, piensa que Gabriel García Márquez «es un hombre a quien le gusta estar en la cocina del poder».8
En opinión de César Leante, García Márquez tiene algo de obsesión con los caudillos latinoamericanos. También dice que «El apoyo incondicional de García Márquez a Fidel Castro cae en buena parte dentro del campo psicoanalítico […] cual es la admiración que el criador del Patriarca ha sentido, siempre y desmesuradamente, por los caudillos latinoamericanos brotados de las montoneras. Verbigracia, el coronel Aureliano Buendía, pero sobre todo el innominado dictador caribeño que como Fidel Castro envejece en el poder». Dice Leante que García Márquez «es considerado en Cuba como una especie de ministro de cultura, jefe de cinematografía y embajador plenipotenciario, no del Ministerio de Relaciones Exteriores, sino directamente de Castro, que lo emplea para misiones delicadas y confidenciales que no encarga a su diplomacia».42
Luis Cebrián ha llamado a Gabriel García Márquez «un mensajero político», debido a sus artículos.39
Según el británico Gerald Martin, quien publicó en 2008 la primera biografía autorizada del novelista, García Márquez siente una «enorme fascinación por el poder». Señala que «Él ha querido ser siempre testigo del poder y es justo decir que esa fascinación no es gratuita, sino que persigue determinados objetivos» y menciona que muchos consideran como excesiva su proximidad al líder cubano Fidel Castro.10 Martin recuerda que también se ha relacionado con Felipe González (expresidente del Gobierno español) o con Bill Clinton (expresidente de Estados Unidos) pero «todo el mundo se fija sólo en su relación con Castro».43
Por otra parte, el diplomático, periodista, biógrafo y compadre del Nobel, Plinio Apuleyo Mendoza señala que «Él es amigo de Castro, pero no creo que sea partidario del sistema, porque nosotros visitamos el mundo comunista y quedamos muy desencantados».44

Mediaciones y apoyos políticos

García Márquez participó como mediador en las conversaciones de paz adelantadas entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el gobierno colombiano que tuvieron lugar en Cuba y entre el gobierno de Belisario Betancourt y el grupo M-19; igualmente participó en el proceso de paz entre el gobierno de Andrés Pastrana y la guerrilla de las FARC que sin embargo fracasó.45
En el 2006 García Márquez se unió a la lista de prominentes figuras de América Latina como Pablo Armando Fernández, Ernesto Sábato, Mario Benedetti, Eduardo Galeano, Thiago de Mello, Frei Betto, Carlos Monsiváis, Pablo Milanés, Ana Lydia Vega, Mayra Montero y Luis Rafael Sánchez que apoyan la independencia de Puerto Rico, a través de su adhesión a la "Proclama de Panamá" aprobada por unanimidad en el Congreso Latinoamericano y Caribeño por la Independencia de Puerto Rico, celebrado en Panamá en noviembre de 2006.46

La política en sus obras

La política desempeña un papel importante en las obras de García Márquez, en las cuales utiliza representaciones de varios tipos de sociedades con diferentes formas políticas para presentar sus opiniones y creencias con ejemplos concretos, aunque sean ejemplos ficticios. Esa diversidad de maneras con que García Márquez representa al poder político es una muestra de la importancia de la política en sus obras. Una conclusión que puede ser derivada de sus obras es que «la política puede extenderse más allá o más acá de las instituciones propias del poder político».7
Por ejemplo, en su obra Cien años de soledad tenemos la representación de un lugar «donde no existe todavía un poder político consolidado y no hay, por lo tanto, ley en el sentido de precepto votado por el Congreso y sancionado por el presidente, que regule las relaciones entre los hombres, entre estos y el poder público y la constitución y funcionamiento de este poder».7 En contraste, la representación del sistema político en El otoño del patriarca es la de una dictadura, en la cual el líder es grotesco, corrupto y sanguinario y con un poder tan grande que alguna vez preguntó qué hora es y le habían contestado la que usted ordene, mi general».7
La primera novela de García Márquez La mala hora puede ser una referencia a la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla y representa la tensión política y la opresión en un pueblo rural, cuyo habitantes aspiran a la libertad y la justicia pero sin éxito en conseguir ninguna de las dos.6

Obras

Cuentos y relatos

  • 1947: La tercera resignación
  • 1948: La otra costilla de la muerte
  • 1948: Eva está dentro de su gato
  • 1949: Amargura para tres sonámbulos
  • 1949: Diálogo del espejo
  • 1950: Ojos de perro azul
  • 1950: La mujer que llegaba a las seis
  • 1951: Nabo, el negro que hizo esperar a los ángeles
  • 1952: Alguien desordena estas rosas
  • 1953: La noche de los alcaravanes
  • 1955: Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo
  • 1962: La siesta del martes
  • 1962: Un día de éstos
  • 1962: En este pueblo no hay ladrones
  • 1962: La prodigiosa tarde de Baltazar
  • 1962: La viuda de Montiel
  • 1962: Un día después del sábado
  • 1962: Rosas artificiales
  • 1962: Los funerales de la Mamá Grande
  • 1968: Un señor muy viejo con unas alas enormes
  • 1968: La luz es como el agua
  • 1961: El mar del tiempo perdido
  • 1968: El ahogado más hermoso del mundo
  • 1968: El último viaje del buque fantasma
  • 1968: Blacamán el bueno vendedor de milagros
  • 1970: Muerte constante más allá del amor
  • 1972: La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada
  • 1992: Doce cuentos peregrinos

Novelas, libros de recopilaciones y reportajes

Textos teatrales

  • 1994: Diatriba de amor contra un hombre sentado

Su obra en la pantalla

García Márquez ha desarrollado un interés particular por el cine y la televisión, participando como guionista, como mecenas y permitiendo la adaptación de su obra. Ya en su etapa juvenil en Barranquilla, conjuntamente con el pintor Enrique Grau, el escritor Álvaro Cepeda Samudio y el fotógrafo Nereo López, participa en la realización del cortometraje surrealista La langosta azul (1954).47
Posteriormente, en los años cincuenta, estudia la carrera de cine en el Centro Sperimentale Di Cinematografia di Roma (Cinecittà), teniendo como condiscípulos al argentino Fernando Birri y al cubano Julio García Espinosa, que más tarde serían considerados fundadores del llamado Nuevo Cine Latinoamericano. Estas tres personalidades han declarado en reiteradas oportunidades el impacto que supuso para ellos ver la película Milagro en Milán, de Vittorio de Sica, así como también asistir al nacimiento del neorrealismo italiano, tendencia ésta que los hizo vislumbrar la posibilidad de realizar cine en América Latina siguiendo las mismas técnicas. Es preciso anotar que esta estancia en Roma sirvió para que el escritor aprendiera varios de los entresijos que comporta el quehacer cinematográfico, en tanto y cuanto compartió largas horas de trabajo en moviola al lado del guionista Cesare Zavattini. Este particular afinó en García Márquez una precisión cinematográfica a la hora de narrar con imágenes, que más tarde usaría como parte de su trabajo en ciudad de México. García Márquez preside desde 1986 la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, que tiene sede en La Habana.
Se tiene conocimiento de que muchas obras cinematográficas mexicanas de los años 1960 fueron escritas por García Márquez, quien al igual que muchos intelectuales de la época firmó los guiones con seudónimo. Memorables son, en todo caso, El gallo de oro (1964), de Roberto Gavaldón,48 y Tiempo de morir (1966), de Arturo Ripstein. La primera, basada en el cuento homónimo de Juan Rulfo, coescrita junto con el propio autor y el también escritor mexicano Carlos Fuentes, fue protagonizada por Ignacio López Tarso, Narciso Busquets y Lucha Villa, y fotografiada por el insigne Gabriel Figueroa. La segunda, western filmado inicialmente por Ripstein, tuvo su secuela casi 20 años más tarde bajo la tutela de Jorge Alí Triana. Rodrigo García ha anunciado una nueva versión cinematográfica del guion para el 2007.
Además de las tres películas citadas, entre 1965 y 1985, García Márquez participó directamente como guionista en los siguientes filmes: En este pueblo no hay ladrones (1965), de Alberto Isaac; Juego peligroso (segmento "HO") (1966), de Luis Alcoriza y Arturo Ripstein; Patsy, mi amor (1968), de Manuel Michel; Presagio (1974), de Luis Alcoriza; La viuda de Montiel (1979), de Miguel Littín; María de mi corazón (1979), de Jaime Humberto Hermosillo; El año de la peste (1979), de Felipe Cazals (adaptación del libro de Daniel Defoe El diario de la peste), y Eréndira (1983), de Ruy Guerra.49
En 1975 RTI Producciones de Colombia produce la serie televisiva "La mala hora" dirigida por Bernardo Romero Pereiro, basada en la novela homónima de GGM y transmitida en 1977.50
En 1986, conjuntamente con sus dos condiscípulos del Centro Sperimentale di Cinematografía, y, apoyados por el Comité de Cineastas de América Latina, funda la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de Los Baños (en Cuba), institución a la cual le dedicará tiempo y dinero de su propio bolsillo para apoyar y financiar la carrera de cine de jóvenes provenientes de América Latina, el Caribe, Asia y África. A partir del año siguiente, en dicho centro se dedicará a impartir el taller «Cómo se cuenta un cuento», fruto del cual salen innumerables proyectos audiovisuales, amén de varios libros sobre dramaturgia.
En 1987 Francesco Rosi dirige la adaptación de Crónica de una muerte anunciada, protagonizada por Rupert Everett, Ornella Muti, Gian Maria Volonté, Irene Papas, Lucía Bosé y Anthony Delon. El título es unánimemente declarado una floja adaptación del cuento original.
En 1988 se producen y exhiben: Un señor muy viejo con unas alas enormes, de Fernando Birri, con Daisy Granados, Asdrúbal Meléndez y Luis Ramírez; Milagro en Roma, de Lisandro Duque Naranjo, con Frank Ramírez y Amalia Duque García; Fábula de la bella palomera, de Ruy Guerra, con Claudia Ohana y Ney Latorraca, y Cartas del parque, de Tomás Gutiérrez Alea, con Ivón López, Víctor Laplace, Miguel Paneque y Mirta Ibarra.
En 1990, el maestro García Márquez, camino a Japón, hace una escala en Nueva York para conocer al director contemporáneo cuyos guiones más admira: Woody Allen. La razón de su viaje al país oriental es la de encontrarse con Akira Kurosawa, en ese momento rodando Los sueños, interesado en llevar a la gran pantalla la historia de El otoño del patriarca, ambientado en el Japón medieval. La idea de Kurosawa es totalizadora, incrustar toda la novela en el celuloide sin importar el metraje; infortunadamente, para esta idea no existe posibilidad de financiación, y el proyecto queda en eso.
En 1991 la televisión colombiana produce María, la novela de Jorge Isaacs, adaptada por García Márquez junto con Lisandro Duque Naranjo y Manuel Arias.
En 1996 se presenta Edipo Alcalde, adaptación de Edipo rey de Sófocles hecha por García Márquez y Estela Malagón, dirigida por Jorge Alí Triana, y protagonizada por Jorge Perugorría, Ángela Molina y Paco Rabal.
En 1999 Arturo Ripstein filma El coronel no tiene quien le escriba, protagonizada por Fernando Luján, Marisa Paredes, Salma Hayek y Rafael Inclán.
En 2001 aparece Los niños invisibles, de Lisandro Duque Naranjo.
En 2006 se rodó El amor en los tiempos del cólera, con guion del sudafricano Ronald Harwood y bajo la batuta del director británico Mike Newell. Filmada en Cartagena de Indias, los personajes son encarnados por Javier Bardem, Giovanna Mezzogiorno, John Leguizamo, Catalina Sandino y Benjamin Bratt.
En marzo de 2010 y en el marco del festival de cine de Cartagena de Indias se estrenó la versión fílmica de Del amor y otros demonios, coproducción entre Colombia y Costa Rica dirigida por la costarricense Hilda Hildalgo.
Memoria de mis putas tristes, coproducción entre Dinamarca y México, dirigida por el danés Henning Carlsen y con la adaptación cinematográfica a cargo del francés Jean-Claude Carrière iba a ser filmada en el 2009 en el estado de Puebla, pero se suspendió por problemas de financiación al parecer por una polémica motivada por el tema51 por la amenaza de demanda de una ONG calificando la novela y el guion como apología de la prostitución infantil y pederastia.24

Su obra en el teatro

García Márquez ha permitido la adaptación de algunas de sus novelas como Crónica de una muerte anunciada y Cien años de soledad; pero ha incursionado poco directamente en el teatro y solo se conoce el monólogo Diatriba de amor contra un hombre sentado, montada por primera vez en 1988 en Buenos Aires y reestrenada el 23 de marzo de 1994 en el Teatro Nacional de Bogotá52
Igualmente la obra de García Márquez ha sido adaptada al género de la ópera:

Referencias

  1. a b En varias ediciones de sus obras e incluso en biografías se da 1928 como año de nacimiento de García Márquez; él mismo lo ha situado en esa fecha a veces. No obstante, estudiosos del autor y su propio padre, Gabriel Eligio García, afirman que fue 1927, punto que queda confirmado en sus memorias, Vivir para contarla. Véase Ploetz, Dagmar (2004) (en español). Gabriel García Márquez. EDAF. p. 13. ISBN 9788441414488.
    y también Flores, Ángel (1982). Narrativa hispanoamericana 1816-1981: historia y antología. La generación de 1940-1969, Volumen 4. Siglo XXI. p. 429. ISBN 9789682310898.
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  4. Inga AXMANN: «El realismo mágico en la literatura latinoamericana: con el ejemplo de “Cien años de soledad” de Gabriel García Márquez», en Akademische Schriftenreihe. GRIN Verlag, 2009. ISBN 3-640-39315-5, 9783640393152
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  13. ¡Macondo está de fiesta!,"Cien años de soledad" y cincuenta de casado: Gabriel García Márquez festeja sus bodas de oro. Perfil.com, sección Cultura, publicado el 22 de marzo de 2008. Consultado el 14 de septiembre de 2011.
  14. a b c d e Gene H. BELL-VILLADA (ed.): Conversations with Gabriel García Márquez. Jackson: University Press of Mississippi, 2006; ISBN 1-57806-784-7.
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