sábado, 13 de mayo de 2017

Colombia tiene el cuarto salario mínimo más bajo de la región, según informe

Tarea directa para nuestros líderes.
¿Eso lo podríamos arreglar?

Yo no creo.
Una vez le pregunté a un empresario prestante: "¿No pueden pagarles mejor a sus trabajadores?" Y su respuesta fue... "No, no nos dan las cuentas".

Y cuando estudiaba en la facultad de comunicaciones, una de mis compañeras ricas estaba molesta porque los trabajadores de la empresa de su padre pararon la compañía por una huelga, y lo dijo sin remordimiento: "Esos son unos miserables".

Esa es la triste realidad: "Colombia tiene el cuarto salario más bajo de la región"...

¿Eso lo podríamos arreglar?

RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1

Colombia tiene el cuarto salario mínimo más bajo de la región, según informe


Según un reciente informe del programa de Economía y Finanzas de la Universidad de La Sabana, Colombia tiene uno de los salarios mínimos más pobres de la región. Datos analizados de la Organización Internacional del Trabajo sostienen que el país tiene el cuarto peor salario mínimo de América Latina y el Caribe.
“Por países, ocupamos el cuarto lugar por concepto del salario mínimo más bajo de Latinoamérica, con un indicador de 215 dólares; solo estamos por encima de Brasil (212 USD), México (120 USD) y Nicaragua (115 USD). Aún estamos muy lejos de Panamá (744 USD), Costa Rica (512), Argentina (448) y Guatemala (369) que tienen los mejores salarios mínimos de la región”, explicó la directora del Programa de Economía y Finanzas de la Universidad de La Sabana y autora del informe, Ana María Olaya.
 
Otros indicadores señalan que en América Latina y el Caribe el crecimiento promedio del salario real fue de 1,01 % entre 2006 y 2013. En Colombia, como caso preocupante, esta cifra fue de 0.01 % entre 2006 y 2016, muy inferior al promedio del continente.
Contrario a las buenas expectativas que en materia de recuperación económica tienen algunos analistas, el informe también sostiene que los precios de los alimentos, transporte, vivienda y educación siguen creciendo en términos reales por encima del salario mínimo. Según el Banco de la República, en Vivienda el índice de precios para compra de apartamento o casa nueva en Bogotá, Medellín y Cali creció 32 %, entre 2010 y 2016. En cuanto a los precios de los alimentos, según el DANE, estos registraron un crecimiento anual de 1.44 % entre febrero de 2015 y febrero de 2016; y de 0.71 % de febrero de 2016 a febrero de 2017. Con relación al transporte, en Bogotá la Alcaldía Mayor aumentó la tarifa de TransMilenio en 21.21 % y la del SITP en 28.71 %, entre febrero de 2016 y marzo de 2017.
 
Respecto de los costos en educación, el Observatorio de la Universidad Colombiana dice que 64 % de los programas de pregrado aumentó el precio de sus matrículas por encima de 7 %, 21 % lo hizo en 15 % y únicamente 14 % del muestreo incrementó los pregrados por debajo de 6 %.
Esta situación también ha impactado el bolsillo de las familias, generando una desaceleración en el consumo de los hogares colombianos. Según la firma analista Raddar, en enero el gasto de los hogares cayó 3.5 % respecto del mismo mes del año anterior, en febrero 1.7 %, en marzo 1 % y en abril 0.8 %. Para el director de la Maestría en Gerencia de Inversión de la Universidad de La Sabana y quien también participó en la elaboración del informe, Giovanni Hernández, los sectores más afectados por la disminución de consumo fueron el textil, especialmente las prendas de vestir y la industria del calzado, al pasar de 16.2 % a -0.2 %; comunicaciones, de 12.5 % a -1.7 %; transporte, de 9 % a 0.3 %; restaurantes y hoteles, de 5.6 % a -1 %. “Aunque el sector de alimentos y bebidas no alcohólicas disminuyó, esta caída no fue tan severa (3.6 % a 0.6 %)”, dijo Hernández. 
 
A pesar de ésta situación –sostiene el informe– el Banco de la República no ha tomado buenas decisiones.
“En 2015, como medida para frenar la inflación, también incrementó la tasa, al pasar de 4,5 en septiembre de ese mismo año a 7,75 en agosto de 2016. Una medida que no incentivó el consumo de los colombianos y, al contrario, ratificó lo mal que estaba la economía”, explicó Olaya. Según explica Hernández, como consecuencia de ese incremento las tasas de interés de vivienda, consumo y tarjeta de crédito comenzaron a crecer desde octubre de 2015. En las primeras semanas de diciembre de 2016, por ejemplo, las tasas llegaron a niveles altos como consecuencia de esta polémica política monetaria afectando los créditos de vivienda, que llegaron a tener tasas de interés de 12,49 %; en compra de vivienda de interés social (12,94 %); en créditos de consumo (entre 17,9 % y 22,8 %, dependiendo del plazo) y en tarjetas de crédito (entre 30,5 % y 32,3 %).
Así mismo, el informe recomienda a los hogares dejar de endeudarse por un período corto, cercano a los seis meses, debido a que se espera que en este tiempo se presente una presión hacia la baja de las tasas de interés de los créditos de consumo y vivienda; y los bancos, en consecuencia, tendrán que transmitir, gústeles o no, la política monetaria del emisor.