sábado, 24 de junio de 2023

LIDERAZGO TELEFRÁTICO. Por JULIO CÉSAR HENRÍQUEZ

Aprendamos algo de este liderazgo, al que se refiere Julio César...

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LIDERAZGO TELEFRÁTICO

La telefratía es la capacidad que tienen los líderes para generar seguidores a través de las pantallas: La televisión, el panfleto, las redes sociales, la prensa, la radio, el escándalo y por supuesto la noticia capaz de legitimar el chisme. Estar de moda es la cuestión, porque la cuestión es estar de moda. Por JULIO CÉSAR HENRÍQUEZ

El liderazgo telefrático es aquél que influye a través de la imagen. Es la caricatura ilustrada por la irreverencia. La estampa propia de la crítica al sistema. Su carisma es el aspecto.  La proyección de la personalidad y su figura están expuestas en todas las formas de exhibición posibles. El poder no es un fin, es el principio. La riqueza es la ecuación. Más es mejor. Todo vale. 

Son patrones públicos. No servidores públicos. Jefes poderosos con grandes recursos. Olvidan que fueron gobernados si son los gobernantes. No importa el origen de los fondos, la fuerza moral, sus principios, valores o criterios. Interesa es la pinta. Lo que se ve. No lo que se es. Generalmente rompen con la etiqueta, andan desabrochados, sin corbata y con atuendos populares.

La telefratía es la capacidad que tienen los líderes para generar seguidores a través de las pantallas: La televisión, el panfleto, las redes sociales, la prensa, la radio, el escándalo y por supuesto la noticia capaz de legitimar el chisme. Estar de moda es la cuestión, porque la cuestión es estar de moda.

Prevalece el gusto y la empatía. Generalmente cuando se le pregunta a un elector por quién va a votar, su respuesta empieza con el guiño de las redes sociales que todos los telefráticos quieren: Me gusta. Y dicen: me gusta fulano. Y por supuesto, como dicen los teóricos populares de la estética: La suerte de la fea la bonita la desea.

La sociedad actual al igual que la antigua vive en la búsqueda permanente de nuevos liderazgos. Encontrar un referente a quien seguir, acompañar, respaldar y defender es la aspiración de las mayorías que olvidaron la fuerza y el valor de las instituciones sin devaluar la importancia que tienen las personas.

 

La tipología del liderazgo ha identificado miles de formas como se expresa esa capacidad de influir para dirigir un grupo de sujetos, un equipo, una comunidad o una colectividad. En términos generales los líderes son seres altamente sociales. No existe su yo sin el respeto y la admiración de los demás.

Existen líderes que son indefinibles, no propiamente por su excelsa capacidad resolutoria o por el altísimo nivel de la eficacia demostrada en la dirección de procesos transformadores. Más bien son inconcebiblemente impredecibles e imprevisibles. La gente los ama o los odia porque la indiferencia es inexistente frente a su retrato. Y esa es su mayor virtud. Movilizan, inspiran, emocionan, polarizan y animan a las masas a creer en imposibles. Lo más característico de todos es que viven una eterna ilusión que describe su propia realidad y la de sus seguidores. 

¿Conoces un líder telefrático?