jueves, 27 de mayo de 2010

Situación difícil en el Hospital de Santo Tomás, Colombia

Situación complicada en el Hospital de Santo Tomás.
CAFABA, la Empresa Promotora de Salud, se resiste a girar los recursos que le debe al hospital.
¿Quién solucionará ese asunto?
Les cuento la historia.

LuisEmilioRadaC

Pd:

COMUNICADO DE PRENSA
Santo Tomás, Atlántico. Mayo 26 de 2010.
La Gerencia de la Empresa Social del Estado Hospital de Santo Tomás, denuncia ante la opinión pública a través de los medios de comunicación, la falta de voluntad de la Empresa Promotora de Salud CAFABA, para girar al Hospital los recursos por concepto de prestación de servicios a los afiliados a dicha entidad.

A pesar de las múltiples visitas realizadas por el gerente a la entidad, y del compromiso verbal que se ha hecho la gerente, Ludy Mariano, con la Alcaldesa del municipio de Santo Tomás y el Gerente del Hospital, de mantenerse al día con su obligación contractual, la EPS adeuda al Hospital más de cien millones de pesos que corresponden a obligaciones del último trimestre de 2009 y a parte de 2010.
La actitud asumida por la EPS pone en riesgo la atención de los usuarios del Hospital. Sin embargo, gracias a la actitud solidaria de los proveedores, la entidad ha contado con los insumos necesarios para la prestación de los servicios, pero ha tenido dificultades para mantenerse al día con sus trabajadores.
A pesar de la falta de voluntad de CAFABA para cumplir con sus obligaciones, el Hospital sigue prestando los servicios a los tomasinos afiliados a esa Empresa Promotora de Salud.

La entidad, igualmente, hace un llamado a los organismos de control, para que intervengan en este caso, ya que la Empresa Promotora de Salud CAFABA, administra recursos del Estado.

RAFAEL ALBERTO RADA CONRADO
Gerente
ESE HOSPITAL DE SANTO TOMÁS


Lerc: Hace unos semanas. Exactamente el 13 de abril, el senador José David Name, se había pronunciado en relación con ese tema y lo relaciono en esta nota.

Esperemos que esa situación pueda solucionarse. El Departamento del Atlántico y el pueblo de Santo Tomás, se merecen una mejor suerte.

Pd:
José David Name, preocupado por los hospitales del Departamento del Atlántico
Columna del senador José David Name Cardozo
Bogotá D.C., 13 de abril de 2010.
Con su declaración pública del fin de semana pasado, Protransparencia ha colocado nuevamente el dedo sobre la llaga de la tragedia hospitalaria en el Departamento del Atlántico. La insolvencia financiera, un tema sobre el que hemos advertido varias veces en este espacio editorial, tiene al borde del colapso al sistema público territorial del sector salud.

“La continuidad y efectividad de los servicios médicos a las personas pobres del Departamento está en peligro por la alta y creciente cartera que han acumulado los hospitales públicos del Atlántico. Algunas EPS insolventes o incumplidas del régimen subsidiado les deben unos 30 mil millones de pesos. Para colmo y remate: no se ve una acción eficaz por parte de los organismos de control”, denuncia de manera categórica el organismo no gubernamental que dirige el licenciado Horacio Brieva.

Pese a las circunstancias críticas actuales, debemos reconocer que existe un sector de EPS que se destaca por su seriedad, responsabilidad y cumplimiento. Estas son las que deben ponderarse para que mantengan un desarrollo dinámico y creciente dentro de este mercado. Los alcaldes tienen que aprender a ser más cumplidos en los pagos a las EPS.

El médico Ulahy Beltrán, directivo de la Asociación de Clínicas y Hospitales Privados y representante del Gobernador del Atlántico en la Junta del Hospital Juan Domínguez Romero del Municipio de Soledad, sostiene que “esta Declaración de la Fundación Protransparencia es algo que venimos denunciando desde el gremio hospitalario hace rato, y el asunto pasa también por el incumplimiento de los alcaldes en girar oportunamente los recursos del régimen subsidiado a las EPS-S (especialmente en vigencias anteriores) para que estas a su vez los giren a los hospitales públicos y a las IPS privadas”.
Según el profesional Beltrán, el incumplimiento con los hospitales y las clínicas privadas (IPS en general) tiene su origen en la misma limitación que ha tenido desde hace ocho años el Gobierno Nacional para expedir el Manual Nacional de Tarifas, sobre lo cual el Presidente Álvaro Uribe Vélez ha dado claras instrucciones al Ministro de la Protección Social, Diego Palacio Betancourt, con el fin de contar con ese Manual antes de que finalice su segundo periodo constitucional.

De acuerdo con lo que sostienen Protransparencia y el Contralor departamental, Carlos Casas, “parte del problema son las deudas de los municipios con las EPS del régimen subsidiado, pero nada excusa las ineficiencias, irregularidades administrativas o fiscales y, menos aún, posibles conductas punibles que se infieren con sólo una rápida revisión de las denuncias documentadas en los medios de comunicación y de la Contraloría”.

Es hora de ponerle toda la atención del caso a la situación planteada, porque el tema es de la mayor gravedad. A los hospitales públicos si no les pagan, quedan expuestos a una situación de quiebra y si estas instituciones no pueden funcionar, se ve amenazada la atención en salud de los atlanticenses más pobres. Las empresas privadas podrían tener una mayor capacidad para soportar demoras en los pagos, pero esto no justifica retrasos exagerados que también afectan el flujo de cada uno de los hospitales y clínicas particulares. Si la iliquidez se transfiere a todo el sistema tenemos un evidente derrumbe hospitalario, pero será el pueblo empobrecido quien pague los platos rotos de este drama que es el que obligó a declarar la emergencia social porque se repite en cada ente territorial de la Nación.
En el Atlántico el Gobierno Departamental se ha propuesto lograr cobertura plena en materia de seguridad social en salud en los municipios, con el propósito de igualar más adelante los servicios en los regímenes contributivo y subsidiado en los 22 entes de su jurisdicción.

Pero si las EPS del régimen subsidiado no son objeto de confianza, la meta gubernamental fracasará. Para que se vuelva a confiar en ellas tienen que pagar de manera inmediata. Estas EPS les deben al Cari alta complejidad 12 mil millones de pesos, al Hospital Niño Jesús 4 mil millones, al Juan Domínguez Romero de Soledad 3.500 millones y al de Sabanalarga unos 4 mil millones, para un total de 23 mil 500 millones de pesos que sumados a los 6 mil 500 millones que se les adeudan a los centros de atención primaria municipales, revela la magnitud de un problema que pasó de un gobierno a otro y que en el último año creció en 5 mil millones de pesos.

La cartera aludida es el producto de acumulación de facturación no pagada de varias vigencias fiscales, corrobora Protransparencia al confirmar que por esto “resulta obvio el efecto negativo, en cadena tipo dominó, que se causa: las EPS no le pagan a los hospitales, los hospitales no le pagan entonces a los profesionales y técnicos que laboran en esos hospitales, a los proveedores de insumos, medicamentos y elementos médico-quirúrgicos, y así se dejan de pagar los parafiscales y los servicios públicos. En últimas, los usuarios empiezan a recibir atención inadecuada por falta de insumos, medicamentos, y elementos médico-quirúrgicos, y el recurso humano mal remunerado se declara insatisfecho y deja de rendir”.

Grave, muy grave el panorama que afronta la salud en el Departamento del Atlántico y otras regiones del país. Esperemos a ver qué define la honorable Corte Constitucional esta semana con el futuro de la emergencia social para medir el alcance del papel que entrará a jugar a posteriori el Congreso de la República. Pero sería importante que la Superintendencia de Salud y los organismos de control se apersonen más del asunto e impongan las sanciones y los correctivos a que hubiere lugar.

Biblioteca Pública Julio Mario Santo Domingo, regalo para Colombia y Suramérica

Excelente aporte a la cultura, a la belleza, a la ciudad de Bogotá, que es nuestra capital, y a toda América Latina, el que ha hecho la familia Santo Domingo.

La familia de Julio Mario Santo Domingo.
Y digo la familia, porque el jefe puede gustarle el asunto, pero si sus hijos y su esposa se hubieran opuesto, o hubieran tenido otros intereses, ese aporte se quedaría en un sueño.

Y lo resalto porque ese dinero, se podría utilizar para tantas cosas.
Otra familia, de pronto, lo usaría para otros asuntos.

Un aplauso para todos ellos. Y Colombia se los agradece, como lo hizo el propio presidente Álvaro Uribe.

Es bueno que los colombianos y los lectores de este blog conozcan parte de esa historia.

Fueron varios los periodistas que escribieron y varias las publicaciones que han circulado a raíz de este regalo hermoso que nos dio la familia de Julio Mario Santo Domingo
.

El ejemplo está allí.
Seguramente, será replicado en el futuro.

LuisEmilio RadaC.

Pd:

Julio Mario Santo Domingo, esposa e hijos
Santo Domingo invita a los empresarios a invertir en cultura
María Paula Albán Ramírez - 0 Comentarios
malban@larepublica.com.co


Bogotá. "Quiero invitar a mis colegas empresarios, que tienen todos esfuerzos notables de responsabilidad social empresarial, a seguir realizando estos aportes".

Con estas palabras, Alejandro Santo Domingo inauguró la cuarta megabiblioteca de Bogotá, en la que la familia Santo Domingo realizó una inversión de 55 mil millones de pesos, de los 105 mil millones de pesos que se destinaron en total para la construcción.

La edificación, denominada Centro Cultural y Biblioteca Pública Julio Mario Santo Domingo, se encuentra ubicada en el Parque Zonal San José de Bavaria, en la calle 170 con Boyacá, al noroccidente de la capital del país.

Durante el evento de inauguración, en el que se dieron cita cerca de mil empresarios nacionales y que contó además con la presencia del Presidente Álvaro Uribe Vélez y el Alcalde Mayor de Bogotá, Samuel Moreno Rojas, se destacó el proyecto como el resultado de una de las más importantes asociaciones entre el sector público y el privado de los últimos años en la capital.

Durante la ceremonia, Alejandro Santo Domingo destacó el trabajo conjunto que se desarrolló con el Gobierno Distrital y entidades como la Secretaría de Educación, el Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público, el Departamento Administrativo de Planeación Distrital, el Departamento Distrital para la Recreación y el Deporte, el Instituto Distrital de Cultura y Turismo, Bibloamigos y el Instituto de Desarrollo Urbano.

El Centro Cultural contó además con una donación del distrito de un lote de 5,5 hectáreas, así como recursos por 33.200 millones de pesos que se destinaron para la restitución de la zona, la construcción del parque, los parqueaderos y el mejoramiento de las vías de acceso al complejo cultural.

Así mismo, la asociación BiblioRed aportó una colección inicial de 35 mil libros, con su respectivo procesamiento técnico, aunque se tiene previsto que en los próximos años la colección ascienda a 100 mil ejemplares, gracias a nuevas donaciones.


Sobre el tema, el Alcalde Mayor de Bogotá, Samuel Moreno Rojas, aseveró que este es uno de los grandes avances del gobierno de la ciudad y destacó el novedoso modelo de gestión público privada que permitió la realización del proyecto.

La construcción, obra del arquitecto Daniel Bermúdez, cuenta con 23 mil metros cuadrados, de los cuales 14 mil metros cuadrados corresponden a la biblioteca y a dos teatros, salas de internet, ludoteca, sonoteca y bebeteca para estimulación temprana de los niños.

En total, la edificación tiene una capacidad para 1,2 millones de personas y beneficiará principalmente a 133.00 habitantes de las zonas de Suba y Usaquén y sus barrios aledaños. El Centro tendrá en su administración al exministro de Cultura, Ramiro Osorio, Director General, a Sandra Meluk, como Directora de Programación y a Víctor Sánchez, como Director de producción y técnica. Así mismo la Biblioteca estará administrada por Biblored.

Bogotá |26 Mayo 2010 - 4:05 pm
Inauguran biblioteca Julio Mario Santo Domingo en el norte de Bogotá
Está ubicada en la calle 170 arriba de la avenida Boyacá.
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Así es la biblioteca Julio Mario Santodomingo
Inauguran la Biblioteca Julio Mario Santo Domingo

Poesía concreta

La biblioteca más grande y moderna de Suramérica será inaugurada este miércoles en Bogotá. El centro cultural tiene un área de 23 mil metros cuadrados y capacidad para atender a cerca de 1,3 millones de personas.

La colección de la biblioteca está compuesta por cerca de 35 mil volúmenes entre libros, música y material audiovisual que tendrán un especial énfasis en artes. El público podrá acceder a programas como talleres artísticos y literarios para todas las edades, cine foros y ciclos de conferencias.

La biblioteca Julio Mario Santo Domingo tiene dos teatros. El Teatro Mayor cuenta con los más modernos estándares técnicos que permiten la realización de eventos culturales de alta exigencia y con una capacidad para cerca de 1.300 personas.

El teatro experimental cuenta con una sala de exposiciones con iluminación focal, para montajes de pintura, escultura y otras instalaciones artísticas con capacidad para 300 personas.



El Centro Cultural tiene tableros interactivos en las Aulas múltiples y Salas de capacitación, equipos de video conferencia para eventos simultáneos, 20 puntos para la reproducción de video, compatibles con tecnología Blueray, alrededor de 100 puntos de acceso a Internet disponibles al usuario en las diferentes salas, préstamo de computadores portátiles y red inalámbrica de acceso a Internet.

Cuenta con 332 parqueaderos subterráneos, 140 parqueaderos para bicicletas, casilleros y cafetería. La inversión total de la obra supera los 87 mil millones de pesos. El grupo financiero encabezado por Don Julio Mario Santo Domingo realizó una donación de más de 55 mil millones de pesos para su construcción y la Administración Distrital destinó cerca de 33.200 millones de pesos.
Las localidades que se verán más beneficiadas son Suba y Usaquén, en donde hay 126 colegios oficiales y 552 colegios privados con una población aproximada de 280 mil niños y jóvenes.
Otros servicios
Sala General de Lectura con 470 puestos lectores: Material bibliográfico en diferentes soportes y en todas las áreas del conocimiento. Documentos en braille y macrotipos para las personas con discapacidad visual.
• Sala de Servicios Informáticos: acceso gratuito e inalámbrico a Internet y talleres de alfabetización informática.
• Sala Bogotá: material bibliográfico y audiovisual especializado en temas de la ciudad.
• Sonoteca y Videoteca: audiolibros, obras cinematográficas, musicales e informativas.
• Bebeteca, Sala Infantil y Ludoteca: material bibliográfico y referencial de todas las áreas de conocimiento, con énfasis en la formación de lectores en literatura, historietas, informativos, entre otros.
• Sala de trabajo en grupo: consulta en sala, afiliación a Biblored y préstamo externo de materiales.

• Hemeroteca: Ediciones actualizadas de los principales periódicos, revistas nacionales e internacionales sobre temas de interés general.
• Servicio de referencia: Obras básicas de consulta rápida en todas las áreas del conocimiento como diccionarios, anuarios, enciclopedias y atlas.


La magnitud del regalo

Alejandro Santo Domingo

Alejandro Santo Domingo supervisó personalmente el proyecto del Centro Cultural que llevará el nombre de su padre.

MECENAS
Este miércoles se inauguró en Bogotá el Centro Cultural Julio Mario Santo Domingo, un edificio público único que la familia dona a la ciudad. Esta es la historia de un generoso proyecto de mecenazgo.
Domingo 23 Mayo 2010

La construcción del edificio público más moderno del país se abre a un parque de 50.000 metros cuadrados.

Beatriz Alicia y Julio Mario Santo Domingo son hoy protagonistas de la que promete ser la más exitosa alianza público-privada en beneficio de la cultura colombiana.

El arquitecto Daniel Bermúdez logró el tono rojizo del concreto del Teatro Mayor tras más de cien ensayos con piedras calizas extraídas de Roso, Tolima.



Hace ocho años, en 2002, Cecilia María Vélez acababa de asumir su cargo como ministra de Educación del gobierno de Álvaro Uribe. En ese entonces, la ciudad estrenaba con justo orgullo tres megabibliotecas que superaban en ambición, voluntad política y diseño arquitectónico cualquier obra pública dedicada a la cultura y a la educación que se hubiera concebido en Colombia. Como ex secretaria de Educación de Bogotá, Cecilia María había estado a la cabeza del revolucionario proyecto lector de la administración Peñalosa, y se dio a la tarea de llevar a conocer las bibliotecas a distintas personalidades del país. Una de ellas fue Julio Mario Santo Domingo, a quien invitó a ver la biblioteca de El Tintal Manuel Zapata Olivella. Acompañados de su hijo Alejandro, de la hoy secretaria de Cultura, Catalina Ramírez -en ese entonces gerente de BiblioRed-, y de varios gestores culturales del sector público de la ciudad, llegaron a la avenida Ciudad de Cali.


• Programación de lujo
Santo Domingo quedó tan impresionado con la magnitud del proyecto que insistió en conocer las otras dos megabibliotecas, y ni él ni su hijo llegaron a la junta que los esperaba en las oficinas de Bavaria. "Esto es más importante, que esperen", le dijo Julio Mario a su hijo cuando este le recordó la cita. Claro que a Santo Domingo lo impresionaron los edificios, pero mucho más la increíble magnitud de la gestión que en ellas se llevaba a cabo: el claro impacto que se traducía en salas llenas de niños y adultos, en una organización impecable, en la calidad de servicio y en una oferta cultural que rebasaba con creces la digna idea de la biblioteca como silenciosa contenedora de libros. Ludotecas, salas de cine, tertulias, talleres, música y salas de computadores, eran apenas algunas de las actividades y ofertas cuidadosamente programadas por BiblioRed, que sorprendieron a los Santo Domingo. Y tras cuatro horas de una visita pensada para durar apenas una, Julio Mario Santo Domingo le dijo a su hijo en el camino de vuelta: "Así es como salen los países adelante, con proyectos como estos. Tenemos que hacer algo así".

Desde un comienzo, el proyecto del alcalde Enrique Peñalosa incluía cuatro megabibliotecas, si bien a través de ellas se articulan veinte bibliotecas locales además de bibliobuses que llevan los libros a los bogotanos que por distintos motivos -sea porque están en centros de rehabilitación, en cárceles o en hospitales- no pueden acceder a ellas. La administración Peñalosa no contaba con los recursos para la cuarta, diseñada para estar ubicada en Suba y de la cual apenas contaban con unos primeros bocetos en papel.

Aquella visita fue el origen de una de las donaciones más deslumbrantes que se hayan hecho en la mínima historia del mecenazgo en Colombia. Hoy, ocho años después de ese día, el miércoles 26 de mayo, se inaugura en la avenida 170 con carrera 64, en San José de Bavaria, el Centro Cultural Julio Mario Santo Domingo, cuyas dimensiones, arquitectura, ambición y proyección sobrepasan con creces y de manera francamente abrumadora la función de biblioteca pública.

El edificio

"Es la llamada de la vida de todo arquitecto", dice el arquitecto Daniel Bermúdez al referirse a aquella primera llamada telefónica de Santo Domingo para invitarlo a diseñar el centro. "Como cuando el mecenas renacentista llega al artista. Lo único que el artista no puede hacer es quedar mal. No hay excusas posibles: se enfrenta a la responsabilidad profesional en su máxima instancia". Bermúdez tenía claro el reto: hacer el primer edificio de la Bogotá del futuro. Como él dice, la arquitectura pública no se hace para el presente sino para durar siglos. Su primera obsesión fue el espacio. "La arquitectura sin espacio, sin tamaño no se puede hacer". Y este centro está diseñado para que haya multitudes entrando y saliendo. Del Teatro Mayor, del Teatro Estudio, de la biblioteca, de las salas de conferencias y talleres, de la biblioteca para niños.

Traducida a cifras, la ambición se cristalizó en un proyecto fabuloso: 23.061 metros cuadrados de construcción rodeados de 49.168 metros cuadrados de parques, para el cual la familia Santo Domingo donó la totalidad de los recursos de construcción y dotación, que suman 55.000 millones de pesos.


Por supuesto, una biblioteca puede construirse y dotarse con mucho menos dinero, pero el monumental edificio público de Suba no es solo una biblioteca: es el centro cultural más moderno del país. Tiene dos teatros de impecable sofisticación tecnológica: el Teatro Mayor, para 1.189 espectadores, en el que se puede representar sin problemas de espacio una ópera wagneriana, y el Teatro Estudio, para 390; una sala de exposiciones, una biblioteca para 980 lectores que puede albergar 150.000 libros, una sala de informática, una ludoteca, oficinas, tres salas múltiples y amplios espacios que ocupan los camerinos, una sala para la afinación de los instrumentos y hasta un cómodo cuarto de costura, para la tarea de ajustar y planchar el vestuario de actores, músicos y bailarines.

"La función principal de la arquitectura es la de proveer belleza. Pero la arquitectura tiene un compromiso adicional: va a ser utilizada por el hombre. Y por eso tiene que ser útil y estable -dice Bermúdez con mal disimulada pasión-. La belleza no es una cosa abstracta en arquitectura. No se puede sustraer del espacio. Todo incide: las proporciones, la volumetría, el confort lumínico y el confort acústico".


Y por eso pasó cinco años visitando teatros y reflexionando sobre las artes escénicas. "Un teatro es la casa del actor y del músico, es allí donde se expone ante quien se debe. Y un escenario es una fábrica de ilusiones, y es necesario que tenga todos los recursos técnicos y la comodidad que necesita para poder generar la realidad que ha imaginado".

Para la biblioteca, el trabajo de Bermúdez fue doble: había que comprender la calidad del silencio y la textura de la luz. "La biblioteca es silenciosa por el material acústico que utilizamos. La luz de Bogotá tiene una condición muy particular: la ciudad está cerca del ecuador, donde el sol es muy vertical, pero a una gran altitud. Y la biblioteca tenía que poder capturar esa luz cenital. Y lo que buscamos es un homenaje a la actividad de leer". El resultado es una estructura imponente, sencilla y monumental a la vez, a la que el concreto claro le otorga una luminosa sobriedad.

La ejecución del proyecto

Lo más interesante de un proyecto de esta envergadura es el modelo de ejecución y gestión público-privada. Los Santo Domingo no quisieron hacer un edificio para luego simplemente entregarle al Distrito la enorme tarea de administrarlo. Y si bien el compromiso capital del proyecto se debe a Julio Mario y Beatriz Santo Domingo, quienes coordinaron cada paso del desarrollo de la construcción y aprobaron las ideas que mes tras mes crecían en magnitud y dimensión, su desarrollo también se debe a la visión moderna de su hijo Alejandro, educado en el ambiente norteamericano demócrata y altamente filantrópico, propio de las familias multimillonarias de varias generaciones. "Tras la reciente crisis económica mundial, es claro que no es posible sacar las sociedades adelante sin el diálogo público-privado. Es una complicidad necesaria. Y este centro cultural es un ejemplo de que ese diálogo es posible", afirma Alejandro.

El convenio fue así: "Desde el punto de vista económico, la familia Santo Domingo donó los recursos para la edificación y dotación del centro cultural. Por su parte, el Distrito, a través del Idrd, aportó el predio y las obras urbanísticas, y el IDU aportó los recursos para la construcción de las vías y los parqueaderos. Y la propiedad final del inmueble es del Distrito", explica Carlos Arturo Londoño, presidente de Valórem y quien estuvo a cargo de toda la coordinación y ejecución del proyecto.

Pero ¿cómo lograr que la relación entre los sectores público y privado sea fluida y funcione, superando cambios de administraciones?. "Durante casi cinco años, el Distrito -continúa Londoño-, BibloAmigos y los donantes participaron activamente en la ejecución del proyecto, a través del comité de seguimiento quincenal, en el cual se impartían los lineamientos y directrices. Los donantes, que incluyen a la familia Ramírez Moreno, lideraban dicho comité, coordinaban la gestión y propusieron el modelo de operación del teatro.
El Distrito, a través de todas sus entidades, adelantó todas las gestiones necesarias para la construcción y su correcto funcionamiento".

Desde la otra orilla, la secretaria de Cultura del Distrito, Catalina Ramírez, afirma que "este va a ser un modelo replicable, y eso nos emociona de verdad, porque demuestra que el sector privado puede apostarle a la ciudad y a la cultura. Si toda la empresa privada entendiera que esto es posible sería extraordinario, porque exclusivamente con recursos públicos no es posible ofrecer todo lo que la ciudad se merece; por eso el compromiso de la empresa privada es necesario. Y el reto es demostrar que el modelo funciona, que puede ser exitoso. El impacto es real porque garantiza el derecho a la cultura y a la información de los ciudadanos".

El modelo de gestión


El centro cultural tendrá dos grandes ejes de actividad: por una parte están los dos teatros. Para su gestión se ha celebrado un convenio de asociación entre la Secretaría de Cultura, la Orquesta Filarmónica y el sector privado, representado inicialmente por la Fundación Cine Colombia pero con la posibilidad de vincular a más fundaciones del sector privado. El convenio nació de un estudio contratado y donado por la familia Santo Domingo para analizar las mejores alternativas de administración y operación del teatro, incluyendo el modelo administrativo, financiero y jurídico para su implementación. Utilizaron para ello los modelos de los teatros más importantes del mundo, como el Gran Teatro del Liceu de Barcelona. Y a su cabeza estará nada menos que el ex ministro de Cultura Ramiro Osorio, quien llegó de España para asumir su nuevo cargo y ya ha diseñado una ambiciosa programación para el primer trimestre.

El segundo eje es la biblioteca, cuya administración se entrega a la Secretaría de Educación, para que se integre a la Red de Bibliotecas Públicas, a cargo de BiblioRed, liderada por Sylvia Prada. "Es necesario entender que esta biblioteca tiene un enfoque metropolitano y no local -dice Prada-. Y tiene dos áreas de influencia muy grandes que son Suba y Usaquén, con 1,2 millones de personas, y en las que hay decenas de colegios tanto públicos como privados. La colección, para ser coherente con las actividades del centro, tendrá un énfasis en artes escénicas y plásticas, dramaturgia, arquitectura, diseño y arte, pero de los 36.000 títulos iniciales también tendremos 5.500 títulos sobre ciencia y nuevas tecnologías". Prada asegura que van a prestar especial atención a los jóvenes, que son los grandes desplazados de las actividades culturales de la ciudad. Y es que a veces se olvida que todos los menores de 18 años pueden sacar su carné gratis y llevarse hasta cinco libros a su casa cada día. Y para los mayores, la afiliación cuesta tan solo 5.000 pesos al año. También habrá cine y música del mundo, desde Irán hasta Brasil, y colecciones en braille. Además, la biblioteca, al igual que las otras tres -algo absolutamente atípico hoy en día en cualquier parte del mundo-, tendrá horarios de ocho a ocho y de domingo a domingo.

Se alza el telón

Inevitablemente, en el país del escepticismo, muchos se preguntarán si un centro cultural de semejante envergadura logrará tener impacto en los tiempos modernos, en los que la soledad de la pantalla doméstica de computador parece definir los hábitos urbanos. Basta escuchar a Róbinson Arellano, director de la Biblioteca Parque El Tunal, que atiende a seis localidades, para cambiar de opinión: "A esta biblioteca llegan 4.000 personas cada día, y en los fines de semana la cifra diaria sube a 5.000. El proceso ha sido largo, porque la biblioteca no está en el itinerario de la gente. En el contexto en el que nos desenvolvemos la cultura no forma parte de la agenda. La cultura es cara. Son caros los libros, los conciertos, el cine. Y esta biblioteca ha jugado un papel fundamental porque le ha dado alternativas a la gente y ha logrado cambiar su percepción. Su utilización cotidiana se da fundamentalmente por el boca a boca, y por un esfuerzo enorme para que los ciudadanos entiendan que esto no es un favor, que la biblioteca es para ellos, de ellos. Hoy, hemos logrado llegar a los jóvenes entendiendo sus intereses, las novelas gráficas, los juegos de rol, la música. Y a los abuelos, que son los grandes relegados de la sociedad. Con los niños ha sido más fácil porque aún tienen la capacidad de maravillarse".

Y Ramiro Osorio parece tenerlo claro desde el comienzo: el 3 de junio, Puerto Candelaria, uno de los grupos musicales más notables de la escena musical joven colombiana, lanza su último disco en el Centro Cultural Julio Mario Santo Domingo. La audaz estrategia, que busca romper los clichés sobre qué es y para quién es la cultura, aunada a un proyecto de una generosidad apabullante, promete hacerle honor a la no por conocida menos hermosa frase del escritor Jorge Luis Borges: "Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca".