domingo, 30 de agosto de 2015

¡Que se pudra Maduro!, por Abelardo De la Espriella

La Ignorancia es atrevida. Estoy de acuerdo con Abelardo De la Espriella. 
Maduro es como un nene, que no conoce el peligro. Se monta en la bicicleta, en los patines y no le importa un carajo si se revienta los dientes...
Lo triste es que en el caso del presidente venezolano, se está llevando en su carrera loca al pueblo y a una nación que no merece esa suerte.

Leamos al abogado.

RADAR,luisemilioradaconrado 
@radareconomico1

¡Que se pudra Maduro!

Por: Abelardo De la Espriella
 
Tratar de razonar con un ignorante, absolutamente primario, carente de formación académica y condición humana, imbuido por una ideología trastocada y mal interpretada, es un imposible. Nicolás Maduro es un resentido, acomplejado, incapaz y fracasado, que ha sumido a su propio pueblo en una crisis sin antecedentes de la cual Venezuela no podrá salir en décadas.
Quebrar un país millonario no es tarea fácil, pero Maduro lo logró con sobrado éxito. Hoy, un salario mínimo venezolano solo alcanza para comprar siete arepas, la inflación se disparó a niveles surreales. El control de cambio introducido, la nacionalización de empresas, las medidas socialistas mal aplicadas y un populismo ramplón y patológico son las claves del desastre. Al margen de lo económico, el problema social es aún mayor: dividir, por cuenta del odio a una sociedad, es el peor legado del chavismo.
El desastre empezó con Chávez y terminará con Maduro, ese régimen criminal tiene sus días contados. Se dan el ‘lujo’, incluso, de haber montado un cartel de narcotraficantes, comandados por el mismísimo presidente de la Asamblea Nacional, el inefable Diosdado Cabello. No se conformaron con saquear PDVSA y las demás entidades del Estado; también hacen mucho dinero con las drogas ilícitas.

Me parte el alma ver a mis compatriotas más humildes humillados y vejados por un gobierno que dice defender a los débiles, está visto que, la coherencia no es el fuerte de Maduro. Con la pueril excusa de que hay presencia de paramilitares colombianos en Venezuela, el régimen de los imbéciles desplaza forzosamente a miles de connacionales, violentando flagrantemente normas internacionales –que prohíben expresamente ese tipo de procederes–, ante el silencio cómplice de otros gobernantes de la región y hasta de Ernesto Samper, quienes sienten gran temor hacia el gigantón de Maduro y sus secuaces.
Claro que hay paramilitares en Venezuela, pero no son colombianos, son venezolanos, y fueron inventados por Chávez para patrocinar sus excesos antidemocráticos. Y ahora resulta que los colombianos somos indeseables en el vecino país, cuando Chávez nacionalizó a cientos de miles. Ahí sí eran útiles para votar por el dictadorzuelo y su camarilla. Infame y miserable, no puede haber mejores calificativos para esa banda criminal que se asentó en Miraflores y que nada dice de los guerrilleros, esos sí colombianos, que hace años veranean tranquilos allá.

El gobierno colombiano ha venido haciendo lo que hay que hacer: la diplomacia se inventó para evitar los insultos y los conflictos bélicos. La indignación no puede estar dirigida al presidente Santos, justo es reconocer que le ha tocado duro con el sicópata de Maduro, no es fácil lidiar con tan errático y poco inteligente individuo. El Presidente de la República no puede actuar aceleradamente y llevado por los impulsos; trató de arreglar por las buenas, pero Maduro es como un marido abusador que jura no volver a golpear a su mujer, y a la primera borrachera, la muele a trompadas. La gente así nunca cambia.
No se trata de declararle la guerra a Venezuela, basta con cortar relaciones diplomáticas y comerciales, hace años dejaron de ser unos buenos socios, pues no pagan sus deudas, maltratan y amenazan al gobierno de Colombia cuando les da la gana, y, para colmo de males, expolian a paisanos indefensos. Si nos ‘divorciamos’ de Venezuela no hay que temer por el proceso de paz, las negociaciones tomaron vuelo propio, y, si no es así, bien pueden los guerrilleros de las Farc irse a vivir con Maduro.
 

La tal ‘Revolución Bolivariana’ es una farsa que llevó al poder a una chusma indeseable, que prevalida de un control omnímodo ha saqueado las arcas públicas en beneficio propio.
 

Eso es problema de ellos, pero, si se meten con los nuestros, debe ser asunto de todos los colombianos.

abdelaespriella@lawyersenterprise.com