domingo, 11 de diciembre de 2011

Colombia. SERVIDEPORTES, de Gerardo Rada C


Barranquilla. Bien Transmetro, pero...

Los sistemas de transporte masivo de las ciudades de todos los países del mundo son claves para su desarrollo. Una nación para que sea competitiva debe tener un sistema que le permita a sus cuidadanos moverse con facilidad a fin de que puedan producir lo necesario para vivir, educarse, alimentarse y recrearse.

¿Cómo le va a Barranquilla, en torno a eso?

¿Qué piensan los barranquilleros?

¿Funciona bien Transmetro?

LuisEmilioRadaConrado 

Barranquilleros acogen el Transmetro, pero quieren más

Archivo
Usuarios piden incrementar las rutas y que exista mayor frecuencia de los alimentadores.
Luego de más de un año y medio de operaciones en Barranquilla, Transmetro poco a poco se viene consolidando como una opción de movilidad para los ciudadanos. Hoy se puede decir que los barranquilleros han acogido al sistema y lo han convertido en un símbolo de la ciudad y su progreso.
Con el objetivo de conocer de primera mano la percepción que los ciudadanos tienen del servicio que reciben, un grupo de 16 estudiantes de Economía de la Universidad del Norte realizó un trabajo de investigación a través de encuestas, 300 en total, en distintos sectores del sistema.
La actividad investigativa consistió en generar una dinámica de campo con los estudiantes de la asignatura “Evaluación económica de proyectos”, con el objetivo de percibir in situ los impactos de los proyectos de inversión pública (beneficios y costos).
Estos ejercicios se han convertido en parte fundamental de la formación académica de los estudiantes, destacándose experiencias similares en estudios sobre la indigencia, la informalidad y una caracterización socioeconómica de los afectados por el invierno a principios de año, entre otras.
“Metodológicamente se estructuró un instrumento que pudiese medir los impactos negativos y positivos, evaluaciones expost en términos del servicio, la cobertura de rutas, tarifas, calidad y horarios, entre otros aspectos”, explica José Luis Ramos, profesor del IEEC de Uninorte quien coordinó el ejercicio.

¿Por qué usa el Transmetro? A esta pregunta los usuarios encuestados afirman que los motivos que los llevan a utilizar el Sistema de Transporte Masivo son, en orden de importancia, la seguridad, el confort, la rapidez y la cercanía de la parada.
Es de destacar el hecho de que los ciudadanos le den más importancia a la seguridad que otorgan herramientas como las cámaras en estaciones, buses articulados y el seguimiento satelital, pues a la hora de pensar en transporte público una de las variables que más debería incidir es el tiempo que gastan en trasladarse de un sitio a otro.
En este orden de ideas, el ejercicio académico resalta la importancia que le dan los barranquilleros a la tranquilidad brindada por un servicio organizado, silencioso y con buses de alta gama.
Solo 1 de cada 5 encuestados dicen que su motivo de uso es la rapidez del servicio y la cobertura de las rutas. Este aspecto es quizás el más relevante en una ciudad agobiada por el tráfico vehicular y que debe consolidar el servicio público como una opción para superar el caos, que solo se incrementará con la reducción en los precios de los vehículos a raíz de los tratados de libre comercio.

¿Cómo califica el servicio?
Ramos sostiene que el Transmetro significó un cambio estructural a la vida en Barranquilla, que ya se refleja en cambios de comportamiento ciudadano, sentido de pertenencia y formación de tejido social.

Aunque los usuarios encuentran un servicio seguro, cómodo, rápido, y eficaz, critican con su calificación al sistema en los aspectos del número de alimentadores, articulados, el precio del pasaje, y la falta de rutas.
Estos aspectos son los mismos en los que consisten los planes de expansión del sistema, lo cual evidencia que la ciudad demanda un sistema de mayor tamaño. Demanda, que en parte, responde por la buena imagen que tiene el sistema en los ciudadanos en medio del caos de movilidad que impera en la ciudad.

¿Que piden los barranquilleros?
Las demandas del usuario concuerdan con la evaluación que hacen del sistema. Por eso piden más rutas, una frecuencia mayor de alimentadores y articulados y el incremento de sitios disponibles para recargar para las tarjetas prepago.
Con relación a los inconvenientes financieros de los últimos meses, por lo que se cuestiona la viabilidad del Transmetro, la salida de campo encontró que son los estratos más bajos los que hacen un mayor gasto en este sistema de transporte.
De acuerdo con Álvaro Carmona, estudiante del programa de Economía y participe del estudio, “se debe tener cuidado con las subidas en el precio del pasaje, pues estas afectarían más fuerte a las personas más vulnerables”.
Estos estudios contribuyen a la formación de los estudiantes, y al diseño de estrategias que permitan mejorar la calidad de vida desde la academia y el sector público.
Encuestas
Alianza EL HERALDO- Universidad del Norte

No podían escribir ni un párrafo, por Daniel Samper

El tema da para largo y los retomaremos en este medio todo el tiempo que se requiera.

Si no sabemos comunicarnos, ¿qué será de nosotros?

Hace poco me contaron una historia… En uno de los bancos de la ciudad, una señora le pidió a cuatro de las ejecutivas que atienden público –generalmente les va muy bien, porque les pagan bien y ganan buenas comisiones-, que le ayudara a organizar una breve carta que debía enviar para que le pagaran un dinero… y ninguna de las chicas se atrevía a tomar el bolígrafo. La señora me contó que las ejecutivas estaban asustadas, porque no sabían cómo salir del problema. No eran capaces de asesorar a su clienta… Y a la señora le tocó escribirla, porque fue imposible obtener la ayuda por parte de las bonitas ejecutivas.

Eso no ocurre solo en ese banco, sino en casi todos.

Y también en las empresas y en las redes sociales.

Pero igual, en las redes periodísticas, porque los propios comunicadores y periodistas se asustan con la escritura. Es una aversión tremenda…hacen radio y hasta hablan con propiedad, pero cuando les toca registrar alguna historia por escrito, aparecen los tropiezos. Parece que es algo sicológico...

Algo debemos hacer para solucionar ese abismo…

LuisEmilioRadaConrado

Pd: Daniel Samper Pizano

Los chicos que no podían escribir ni un párrafo



Daniel Samper Pizano

Un profesor alerta sobre el peligro de las nuevas tecnologías en los estudiantes colombianos.

Si los alumnos de Comunicación no logran comunicarse, ¿qué cabe esperar de los demás? Poco.

Siguiendo sabios consejos de suegros gruñones, me propuse ser hostil con los pretendientes de mis hijas y generoso y afable cuando se convertían en sus maridos. Una de las pruebas a las que me encantaba someter a los pretendientes era la de lecturas: llegaban en plan de visita de novios y entonces el papá de la niña se sentaba cejijunto en la sala a charlar con ellos sobre libros.
En cierta ocasión pregunté al aspirante a la mano de M*** por su autor favorito y, en vez de salir por peteneras con uno de lectura escolar obligada, me respondió que era Peppo. Maravilloso: al fin llegaba un tipo culto, un apasionado por la rica literatura italiana... Entusiasmado, le averigüé por ese escritor que yo desconocía y me dijo -radiante él al verme radiante a mí- que se trataba del autor del cómic Condorito. Poco tardó en abandonar toda pretensión sobre mi hija y huir para siempre. (Epílogo: las dos se casaron con individuos que no solo son excelentes lectores, sino hasta buenas personas.)
Pensé en este episodio al leer el viernes en El TIEMPO una columna del profesor Camilo Jiménez, que renunció a su cátedra de Comunicación Social en la Universidad Javeriana atribulado por la incapacidad de sus alumnos para redactar en forma correcta y coherente un párrafo de 100 palabras, la sexta parte de las que contiene Cambalache. Jiménez asignó la tarea de sintetizar un libro a 30 alumnos de semestres avanzados. "Era solo componer un resumen de un párrafo sin errores vistosos", explica. Plazo: cuatro meses. Los estudiantes, de clases medias o altas, habían cursado 13 años en colegios particulares. El resultado fue un desastre. Ninguno pudo presentar un texto aceptable, compacto y claro, sin faltas de ortografía ni de gramática. "Tres se acercaron y dos más hicieron su mejor esfuerzo", dice. Pero fracasaron. Decepcionado, Jiménez presentó renuncia.
En su testamento como pedagogo revela que hace nueve años, cuando empezó la cátedra, los estudiantes tenían tropiezos para escribir una síntesis bien hecha, "pero se lograba avanzar". Desde hace dos o tres, agrega, la situación es imposible. No solo son incapaces de armar un párrafo según lo pide el profesor, sino que, en general, parecen apáticos, desconocen la ironía y muestran escasa curiosidad.
Si los alumnos de últimos semestres de Comunicación no logran comunicarse, ¿qué cabe esperar de los demás? Poco. Lo sé porque recibo a diario decenas de correos y me sorprende descubrir alguno bien escrito. No quiero mencionar los foros virtuales de prensa, cloacas donde la sindéresis es la víctimas más leve, dadas las atrocidades que se expelen y que medios respetables anidan sin mosquearse.

Las pruebas Pisa han mostrado el atraso de nuestra educación. En algún momento supusimos que las formidables tecnologías electrónicas -Internet, redes sociales, información al alcance de una tecla- iban a impulsar de manera automática la formación de los jóvenes. Está sucediendo algo distinto. Con egregias excepciones, el lenguaje precario y truncado de los SMS sacrifica su capacidad de expresarse: la velocidad del pulgar supera la del pensamiento. 


Desconocen el silencio. Les cuesta concentrarse. Si no fuera por los indignados, se diría que buena parte de los futuros ciudadanos habitan un limbo informático, donde reflexionan menos, se expresan como en las cavernas y renuncian al espíritu crítico. El profesor Jiménez ha pisado un callo doloroso.
cambalache@mail.ddnet.es