- Chile es el patio trasero de América Latina y del mundo
- El auge de las plataformas que venden ropa barata y el consumo
- Responsabilidad de los consumidores
Chile es el mayor importador de ropa usada de América Latina y eso lo ha convertido también en uno de los más grandes basureros de ropa desechable de la región y el mundo.
El
desierto de Atacama, en Chile, es conocido como el lugar no polar más seco del
mundo. Tiene una superficie que supera los 104 mil kilómetros y está ubicado al
norte del país. Ese desierto es el vertedero más grande de textiles.
La
ropa que ya no se usa, comprada en plataformas como Shein y marcas de moda
rápida como Zara, Primark y H&M, termina en basureros en el país de origen o
en otros lugares como el desierto de Atacama.
Gran
parte de esa ropa no se recicla, termina en esos vertederos o es incinerada, lo
que contribuye gravemente a la contaminación del planeta y la salud de las
comunidades asentadas cerca de esos lugares.
La Zona Franca de Iquique – ZOFRI-, al norte de Chile, recibe a diario toneladas de ropa de segunda mano, que son clasificadas en tres categorías: ropa en perfecto estado, ropa con algún deterioro y la que está completamente dañada. Esta última es la del grave problema y termina incinerada en una zona sobre la que no hay ningún tipo de control gubernamental.
Alto
Hospicio es la comuna de Chile más afectada por la incineración y dicen que
hace casi 15 años que no llueve en esa zona ni en la región cercana al desierto
de Atacama.
Esas
condiciones de sequía, unidas a las fibras no biodegradables como el poliéster y
la viscosa, que son sintéticas y derivadas del petróleo, han provocado que la
montaña de desechos no se reduzca a pesar de la quema.
El alto costo de comprar ropa en Shein
Comprar
en la plataforma online Shein es, indiscutiblemente, muy barato para los
consumidores.
Tienen
fama de vender a muy bajo costo, entregar rápido los productos y de ofrecer
hasta dos mil nuevas referencias a diario, solo en la categoría moda.
El
problema es que, al no pagar tanto por las prendas, que son fabricadas en
materiales contaminantes, los consumidores se enloquecen comprando más ropa y
con mayor frecuencia. De igual forma tienen
la tendencia a “botarla” o donarla, porque saben que tendrán la posibilidad de comprar
nuevamente algo diferente.
Esa
es la ropa de segunda que compran en países como Chile y que termina en basureros,
cuando llega en muy mal estado y no es posible revenderla.
Es
ahí donde se puede hablar del alto costo
de comprar en Shein: en el perjuicio para el medio ambiente con la
acumulación de materiales contaminantes, que al ser quemados afectan especialmente
la salud de la gente.
Pero
ese alto costo también se observa en la baja calidad, que hace que el ciclo de
vida de la ropa sea corto y termine en desecho textil rápidamente.
Por
último, pero muy importante, es que este modelo de negocio apoya la explotación
laboral: En sus fábricas tercerizadas en China, los trabajadores cosen más de
75 horas semanales, sin días de descanso y con sueldos que no alcanzan a cubrir
una vida digna.
Consumo responsable
Hay
alternativas, de parte de los compradores, para reducir el impacto de la moda rápida:
- Comprar menos
Reducir
la cantidad de ropa que se compra es una forma de disminuir la cantidad de
desechos textiles en el mundo
- Comprar ropa de mayor calidad
Optar
por ropa de mayor calidad que dure más tiempo, puede reducir la necesidad de
reemplazarla con frecuencia.
- Reciclar y reutilizar
Buscar
formas de reciclar y reutilizar la ropa en lugar de desecharla es importante.
- Apoyar marcas sostenibles
Considerar
marcas que utilicen materiales sostenibles y procesos de producción más
responsables.