miércoles, 25 de noviembre de 2015

El proceso de paz hay que perseverlo a pesar de las dificultades Por Jairo Parada

La violencia en el mundo.
La actitud del Ejército Islámico (EI).
La crisis de Oriente. Los problemas de Europa por el resultado de la colonización en Oriente Medio y África por los europeos y la intervención americana en Irak, son analizadas brevemente por Jairo Parada, quien aprovecha para decirle a Colombia: revisemos lo que está pasando en el mundo. Y cuidemos el proceso de paz.

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@radareconomico1
El proceso de paz hay que perseverlo a pesar de las dificultades


Por: Jairo Parada

 Los que vivimos en Occidente estamos asombrados con los cientos de muertes que en pocas semanas ocurren en Turquía, Malí, Líbano, Palestina y París. 
El signo común de todos estos fenómenos es el fanatismo religioso, frente al cual nuestra lógica racionalista se estrella inútilmente.  
 
Lo vimos en la caída de las Torres Gemelas, en 2001 en Nueva York, y la cadena parece seguir en crescendo  con mayores dimensiones.  Estamos ante grupos político-religiosos imbuidos de una mística y desprecio por la vida misma, que los vuelve combatientes feroces y desalmados. Se trata, sin duda, de personas con otros paradigmas mentales, donde el egoísmo individual no cuenta en absoluto, la vida personal es accidente, y solo interesa el fin último supremo de carácter “divino”, no importando cualquier medio o sacrifico de vidas que haya que hacer.
Sabemos sin duda que la crisis de Oriente y los problemas de Europa son el resultado de los procesos de colonización en Oriente Medio y África, por parte de las potencias europeas, y la errada intervención americana en Irak. Se ha abierto una caja de Pandora, y el monstruo temible del Ejército Islámico (EI) aterroriza al mundo. Es el resultado de un efecto bumerán típico, como dice Jeffrey Sachs, de las intervenciones de las potencias occidentales.  También se sorprende uno de la capacidad del EI de generarse enemigos, pues están logrando formar una coalición de potencias en contra de ellos. Con el EI no hay posibilidad de negociación alguna, pues lo único que aceptan es imponer el califato universal, con el retraso medieval en materia de religión, derechos humanos y de la mujer.
 
También llama la atención en el Ejército Islmámico (EI) el uso de las nuevas tecnologías para reclutar a jóvenes y crear realidades virtuales a sus seguidores. Ello demuestra lo que decía Veblen, que la ciencia y la tecnología per se son neutras, y se pueden usar para los fines más nobles, para los fines pecuniarios o para imponer las ideas más retrógradas. Son exitosos en lavar el cerebro de jóvenes incautos de los mismos países desarrollados, quienes no les encuentran sentido a sus vidas en sus sociedades de consumo masivo, hoy estancadas.
En los países árabes, los efectos de la globalización han sido también devastadores, generando marginalidad, exclusión y frustraciones en los jóvenes. Educarse no es garantía para surgir, pues el desempleo es alto. No se crearon los cinturones sociales protectores que estos procesos exigen, como lo decía Karl Polanyi.
En Colombia debemos aprender de lo que sucede en el mundo. Según un estudio de la Universidad de los Andes, el país tiene una baja movilidad social. La cuna es lo que garantiza el éxito en la vida en Colombia. Ello produce resentimientos y radicalismos. Y si a lo anterior le añadimos el fanatismo y la confrontación irracional, estaremos sembrando vientos que nos traerán grandes tempestades. De ahí la necesidad de ahondar más, y no menos, en las ciencias sociales, para comprender mejor al ser humano y establecer programas de políticas públicas que nos eviten seguir los senderos del Medio Oriente. 

El proceso de paz de ahora es apenas un comienzo en el cual hay que perseverar a pesar de las dificultades.

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