martes, 27 de octubre de 2015

El me trató de embustero y más embustero es el. - Mintieron directivos del Biffi. Por Ricargo Buitrago

El caos de Barranquilla. El caos en que se convertirá la capital del Departamento del Atlántico si no nos ponemos las pilas.

Por eso registro este articulo del abogado y columnista Ricardo Buitrago, preocupado como muchos, por lo que está pasando en la ciudad.

Me gustan los negocios y el desarrollo, pero deben hacerse ordenadamente...

RADAR,luisemilioradaconrado 
@radareconomico1






Por: Ricardo Buitrago C.

“Más rápido se coge al mentiroso que al cojo” dice el refrán” y para develar una falacia encubierta,  aparentemente sin razón, bajo la investidura eclesiástica que ostenta su autor parodio la famosa canción, La gota fría, del maestro Emiliano Zuleta.

Traigo con ello un recado pero, no grosero, ni para Lorenzo Miguel, como reza la pieza musical, sino respetuoso y para el reverendo Hermano Lasallista Ramón Gómez Zapata pues como dice la letra de la composición “me trato de embustero y más embustero resultó siendo él” y su superior jerárquico, agrego yo, el rector, Federman Salgado.
Me acusaron los mentados Hermanos Cristianos de asumir una actitud “tendenciosa y contraria a la verdad” cuando salieron a desmentir ante la prensa, -no entiendo el afán de ocultar el ejercicio de un derecho, si es sano-  el contenido de mi artículo “Colegio Biffi: de institución educativa a absurdo complejo habitacional” en el que manifesté mi preocupación por un proyecto –que reafirmo existe- de un desarrollo habitacional compuesto por 2.700 apartamentos en el terreno en donde funciona el colegio Biffi en Barranquilla.

No cuestioné en el artículo, ni lo hago ahora, el derecho que tiene la comunidad Lasallista de enajenar bajo cualquier figura -por metro cuadrado de tierra o de apartamento- un bien, que forma parte de su patrimonio, si no existiere ninguna restricción legal al efecto.

¿Cuál es el afán entonces de ocultar una realidad que, como proyecto, mantiene vigencia?
“Eso será realidad solo si Planeación Distrital aprueba el proyecto” me dijo el jerarca de esa dependencia. Y esa afirmación es tan cierta como que de ella se deriva: la existencia del propósito, que se están haciendo trámites, que están en su derecho, y que la administración tiene la obligación de estudiarlo y pronunciarse. 

¿Cómo pueden ocultar, reverendos hermanos, la realización de una licitación privada, para su diseño, a la que invitaron a prestigiosos constructores de la ciudad y en la que varios, en su derecho, participaron?

¿Acaso importantes profesionales como un respetable, avezado, experto en la materia, como quiera que fue curador, no están prestando su concurso en los trámites pertinentes?
 
Ahora sí dejemos a la mentira quieta y volvamos al fondo del problema, que fue lo que se pretendió tratar en el artículo.

¿Se imaginan como sería el hormiguero vehicular por las ya colmatadas, dos únicas vías de acceso a esa zona habitacional, cuasi comercial y tránsito hacia la inevitable conurbación con Puerto Colombia si ese desarrollo habitacional se lleva a cabo? ¡El caos total!

En consulta al articulado del POT encuentro que en el ítem correspondiente a EDIFICABIIDAD - DENSIDADES URBANÍSTICAS, el área del colegio, se cataloga como “Zona especial” lo que hace suponer estaría sujeto a determinación Distrital y es allí en donde pretendo prender alarmas.

Esa densificación habitacional se constituiría en una tugurización del sector sin soluciones previsibles para atenuar el tráfico vehicular que se generaría –estimado en 8500 vehículos- pues dar continuidad a las carreras 54, 55, y 56 seria paños de agua tibia ya que una calle más arriba se toparían con complejos habitacionales existentes.

Independiente del derecho de los hermanos de vender, que no de mentir, ese proyecto sería un adefesio que no se debe permitir.

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