miércoles, 20 de mayo de 2015

El aterrizaje de La Silla Caribe Por Horacio Brieva



Confiemos en que La Silla Caribe tenga la fortaleza necesaria para mantenerse en la región Caribe y que trabaje en favor de la comunidad y la sociedad colombiana.
Les deseo éxito y estaremos atentos a su desarrollo.

RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
El aterrizaje de La Silla Caribe
Por Horacio Brieva

El campo de batalla de La Silla Vacía es el periodismo digital. Y se ha propuesto, según Juanita León, su directora, contar las intimidades del poder y la política, manteniendo la independencia. Ha creado varias ‘sillas’, una de las cuales es La Silla Caribe, a cargo de Laura Ardila y Tatiana Velásquez, dos jóvenes y bien formadas periodistas de las nuevas generaciones. La Universidad Autónoma del Caribe es la aliada del portal en la región.
Su lanzamiento fue hace unas semanas en La Cueva, y una de mis inquietudes ese día fue hasta dónde podrá llegar su crítica en una cultura como la nuestra, tan ‘amiguera’. Se me ocurrió decirlo porque, hace unos años, un joven profesor alemán de Ética que vino a Barranquilla me decía que una singularidad que había identificado entre nosotros es que somos muy amigos y por eso evadimos decirnos la verdad. Realidad a la que, creo, no ha escapado el periodismo, pues si un reportero o columnista denuncia o cuestiona algo, lo más probable es que alguien se moleste y acuda a un amigo del autor de la nota para que este se calme. 
Así somos culturalmente, y soy de los que pienso que los periodistas tenemos que hacer lo contrario: empoderar la crítica. No el chantaje y el periodismo de fango de los que habla Umberto Eco, que también se ejercen en nuestro medio y le restan respetabilidad a nuestra profesión y calidad a la deliberación pública.
Sin embargo, Jairo Parada, esa noche, dijo algo que hace justicia con el periodismo regional: destacó los muy buenos e impactantes informes que EL HERALDO ha hecho sobre los robos de tierras en la Ciénaga Grande, entre otros informes, y que han tenido el efecto de mover a las autoridades. Los periodistas regionales, desde luego, tenemos una deuda pendiente con la democracia: desenmascarar a los políticos que manejan la maquinaria diabólica de la compra del voto y revelar las cantidades de plata que gastan –descaradamente– para operarla. Lo cual también es difícil si los órganos de control y la justicia no funcionan.

Nosotros necesitamos un periodismo cada día mejor, porque, como dice Eco, es una garantía de democracia, de libertad. Y el profesionalismo de las reporteras que están al frente de La Silla Caribe nos permite creer que sus trabajos van a aportar mucho a la calidad periodística.
Juanita escribió sobre las dificultades en el comienzo de La Silla Caribe. No niego que esta sea una región con peligros evidentes, pero a lo largo de mi ejercicio de columnista y veedor ciudadano me he referido a temas que han pisado callos y jamás me han amenazado ni agredido físicamente.
Juanita sostiene que “hacer periodismo independiente en Bogotá es un lujo que no se pueden dar muchos periodistas en las regiones”. Es una inexactitud que no podemos compartir. Juan Gossaín, en la campaña presidencial pasada, decía que el periodismo estaba entregado de pies y manos a Santos y Zuluaga, enviando un vergonzoso mensaje en medio de esa polarización. Se refería, especialmente, al periodismo de Bogotá. Allá la corrupción es de mayor tamaño y el periodismo no está por fuera de ese contexto.

@HoracioBrieva

No hay comentarios:

Publicar un comentario