Moreno, es uno de los protagonistas de la historia económica del mundo, aunque no sea tan alto... y desde su sede en Washington, mueve muchos resortes a favor de los pobres de América Latina y el Caribe.
Sus palabras en la VI Cumbre, las tenemos aquí en el RADAR.
Luisemilioradaconrado
Presentación de Luis Alberto Moreno
Cumbre Empresarial de las Américas
Cumbre Empresarial de las Américas
Conectividad: una gran oportunidad
para las Américas
Cartagena, 13 de abril de 2012
Nos reunimos hoy en Cartagena para promover la
conectividad y la integración de las Américas. Dos condiciones indispensables
para crecer en forma sostenible e inclusiva.
Ésta es una década decisiva para América Latina y
el Caribe. Los vientos económicos soplan a nuestro favor y estamos cosechando
los frutos de más de veinte años de reformas económicas profundas.
Durante este periodo pudimos derrotar la
hiperinflación, duplicamos el ingreso per cápita y disminuimos la pobreza a los
niveles más bajos de los últimos veinte años.
Gracias a estos esfuerzos, hemos podido navegar con
éxito las recientes turbulencias financieras internacionales. Hoy América
Latina es, junto con Asia, uno de los motores de la recuperación económica
mundial.
- En los últimos dos años, con solo 8 por ciento de la población del planeta, contribuimos con el 14 por ciento del crecimiento del Producto Bruto Mundial.
- Siete de los 10 países que más aumentaron sus compras de manufacturas en Estados Unidos durante el último año, son latinoamericanos.
Cada vez mas los ojos del mundo están sobre
nosotros, porque nos hemos convertido en un mercado estable de alto
potencial.
Históricamente, los latinoamericanos mirábamos al
Norte. Allí estaban las oportunidades, la innovación, las grandes empresas y
los capitales. Los flujos migratorios – y la fuga de cerebros – seguían esa
misma dirección.
Ahora esas corrientes están empezando a cambiar de
curso. Ya no se trata únicamente de importar productos terminados o de adoptar
tecnologías que vienen de afuera. De manera creciente una segunda
generación de empresas multilatinas, medianas y pequeñas, están mostrando su
capacidad de operar con éxito en otras partes del mundo.
Muchísimos latinoamericanos que apostaron al éxito
en el Norte, lo están encontrando en sus propios países. Decenas de miles de
profesionales norteamericanos, europeos y asiáticos quieren trabajar en esta
parte del mundo.
Hoy, nos encontramos en un punto de inflexión—un
“tipping point.”
Si el Producto Bruto Regional sigue creciendo a una
tasa promedio de 4,8 por ciento — un nivel muy próximo al promedio de la última
década — podríamos duplicar nuestro ingreso per cápita para el año 2030. Los
pobres serían solo el 10 por ciento de la población total. Y el 75 por ciento
de nuestro continente haría parte de una vibrante clase media.
En una generación habría más de 500 millones de
personas con mayores posibilidades de consumo y una mejor calidad de
vida.
El primer paso para conquistar ese futuro es conectarnos.
- Conectarnos más, aumentando el comercio intrarregional a través de cadenas de valor.
- Conectarnos mejor, extendiendo la red de comunicaciones y de infraestructura a las zonas más distantes.
- Conectarnos equitativamente, ofreciendo servicios y productos a la base de la pirámide social y haciéndola protagonista del progreso.
Primero, el comercio regional: En los últimos años, hemos incrementado el
comercio intrarregional que hoy suma más de 180 mil millones de dólares.
Sin embargo, este monto sólo representa el 19 por
ciento de nuestras transacciones externas totales. Esto es bajo en comparación
con Asia, donde 48 por ciento del comercio se efectúa dentro de esa región, y
Europa, con un 54 por ciento de intercambio entre sus economías.
En el BID calculamos que nuestro comercio
intrarregional se podría duplicar en tan sólo una década, lo cual tendría un
gran impacto sobre la creación de empleos, especialmente para los millones de
jóvenes que entran a la fuerza laboral cada año.
Por ejemplo, gracias al incremento en los salarios
reales, millones de latinoamericanos están empezando a viajar en avión por
primera vez. Se calcula que en los próximos 20 años las aerolíneas de América
Latina adquirirán más de 2.500 aviones nuevos.
Eso representa una enorme oportunidad para empresas
como Embraer, que fabrica aviones en Brasil y en China, para la canadiense
Bombardier, que tiene una fábrica en Querétaro, y para Boeing, que ya compra
componentes de los clusters aeroespaciales en México. Éstas son las cadenas de
valor que tenemos que multiplicar.
Segundo, podemos conectarnos mejor,
aprovechando con inteligencia las nuevas tecnologías de la información.
Recientemente, Río de Janeiro inauguró un centro de
operaciones para monitorear en tiempo real el tráfico, la seguridad y otros
datos de 26 agencias públicas.Este complejo servirá para mejorar la calidad de
vida de los cariocas y será fundamental para la organización del Mundial de
Fútbol en el 2014 y los Juegos Olímpicos en el 2016. La experiencia de Rio
podría aplicarse a muchas otras ciudades.
Tenemos más de 500 centros urbanos en los que viven
entre 100 mil y 2 millones de personas y que están creciendo a tasas dos o tres
veces superiores a las de nuestras mega-ciudades. Pero muy pocos de sus
habitantes tienen acceso a la infraestructura de banda ancha: solo el 5% de la
población tiene este tipo de conexión.
Los analistas indican que un aumento del 10 por
ciento en la penetración de banda ancha puede incrementar el PIB de una
economía hasta 1,4 por ciento.
Imaginemos el impacto que tendría una expansión
masiva en el acceso a la banda ancha, y el estímulo que le daría a la
innovación y la creación de empresas en sectores como la educación y el
comercio electrónico.
Tercero, podemos conectarnos en forma más
efectiva con toda la población: Debemos apostar al futuro, y llegar con
infraestructura, productos y servicios no solo a la creciente clase media
urbana, sino a las poblaciones más remotas, a las familias que aspiran a tener
movilidad social. Hoy, cuando el 90 por ciento de los latinoamericanos tienen
teléfonos celulares, es posible dar servicios bancarios a la gente que nunca
los ha tenido.
Otras regiones del mundo ya entienden la necesidad
de estar MAS y MEJOR CONECTADOS y avanzan en esa dirección.
Pero nosotros tenemos varias ventajas
comparativas:
- Primero, a diferencia de otras economías emergentes, ya hemos completado el complicado proceso de urbanización. Hoy, casi 8 de cada 10 personas en esta región viven en ciudades, fomentando la conectividad.
- Segundo, hemos innovado en la creación de programas que promueven la inclusión social y la formación de capital humano, como Bolsa Familia en Brasil, Oportunidades en México, y Familias en Acción en Colombia. Los beneficiarios de estos programas deben mantener a sus hijos en la escuela y llevarlos al médico, asegurando que tengan mejores posibilidades en el futuro.
- Tercero, somos la región con mayor biodiversidad del mundo. Con sólo 16 por ciento de la superficie del planeta, tenemos el 40por ciento de la biodiversidad total. Este patrimonio podría convertirse en nuevas fuentes de empleo y crecimiento si sabemos aprovecharlo de manera sostenible.
Pero de todas las ventajas que tenemos, la más
importante es nuestra población joven, cuya edad promedio es de tan solo 27
años. Ellos son los que van a construir el futuro, y están cada vez más
conectados con el mundo.
En Brasil, por ejemplo, más del 86% de los usuarios
de Internet están activos en los redes sociales, en comparación con el 74% por
ciento en los Estados Unidos.
Estos jóvenes entienden el fenómeno de la
globalización, y están ansiosos de ser protagonistas de esta América Latina
cada vez más exitosa.
Sin embargo, solo el 40% de nuestros estudiantes
termina la educación secundaria. Y uno de cada cuatro tiene deficiencias en
comprensión de lectura.
Hay una DESCONEXIÓN entre la formación escolar y las habilidades que demanda el mercado laboral. El desempleo juvenil es cercano al 20%, pero muchas empresas no logran obtener mano de obra calificada.
Aquí también el BID juega un papel clave como
conector.
Esta tarde, junto con 5 de los mayores empleadores
de la región— Arcos Dorados, Caterpillar, Cemex, Microsoft y Walmart—estaremos
lanzando una nueva alianza entre el BID y la Federación Internacional de
Jóvenes.
Durante la próxima década, la iniciativa, llamada
Nuevos Empleos y Oportunidades, proveerá servicios de capacitación, pasantías y
empleos temporales a un millón de jóvenes. El objetivo es hacerlo en
alianza con por lo menos MIL empresas regionales y
multinacionales.
Este es un ejemplo de la conectividad que nos hace falta.
Como lo es también, Un Techo para Mi País, una ONG
nacida en Chile que hoy se ha convertido en un movimiento hemisférico que opera
en 19 países. Un Techo trabaja estrechamente con empresas del sector privado,
incluso algunas de las empresas que hoy están en esta sala, para multiplicar el
impacto de sus proyectos en barrios marginales.
Los gobiernos no podrán responder por sí solos a
las necesidades y a las demandas de nuestros ciudadanos. Necesitamos el
conocimiento, la creatividad y el capital de empresas privadas como las que hoy
nos acompañan. Y necesitamos el compromiso de todos y cada uno de
Ustedes.
Ésta será una década decisiva para las Américas.
Como tal vez nunca antes en la historia, hoy tenemos oportunidades concretas
para acelerar la construcción de sociedades prósperas y justas.
Para lograrlo— insisto —necesitamos más y mejor
conectividad. Conectividad como la que vemos aquí en Cartagena, nuestra hermosa
ciudad anfitriona.
Cartagena es un símbolo de integración con los
mercados del mundo, como lo demuestra un puerto eficiente, moderno, que aplica
la tecnología para reducir costos y agilizar transacciones.Es un modelo de
alianzas público-privadas que construyen la “última milla” de la
infraestructura básica. Hoy la cobertura de agua potable y alcantarillado, por
ejemplo, es prácticamente universal, gracias a una empresa de capital mixto
cuyas inversiones han beneficiado principalmente a los sectores de menores
ingresos.Y por último, Cartagena es un emblema de la conectividad social y
cultural. Aquí confluyeron tres culturas muy distintas: La de nuestros
antepasados indígenas, la de los Afrodescendientes, y las de Europa. La fusión
de los conocimientos, las tradiciones y la creatividad de esas culturas hizo de
Cartagena un patrimonio de la humanidad. Pero también nos dejó un ejemplo de
cómo crear sociedades donde todos los ciudadanos son protagonistas en la
construcción del futuro.
Fue en estas calles donde Simón Bolívar, hace
doscientos años, hizo un histórico llamado a la Integración. “La unidad de
nuestros pueblos”, decía Bolívar, “no es simple quimera de los hombres, sino
inexorable decreto del destino”.
De nosotros depende alcanzar ese destino. Si
construimos esa conectividad más profunda y equitativa, abriremos una época de
crecimiento y productividad que le dará respuesta a los anhelos y la esperanza
de nuestra gente.
Conectémonos para prosperar.
Muchas gracias
Jefes de Estado y cientos de dirigentes de empresas
participan en la primera Cumbre Empresarial de las Américas, que se celebra del
13 al 14 de abril en Cartagena, Colombia. Durante la reunión se tratarán temas
clave como el impacto de la globalización, la modernización de la
infraestructura y la formación del capital humano. La magnitud del evento y el
alto nivel de sus participantes convierten a esta cumbre en una oportunidad sin
precedentes para un intercambio público-privado.
La cumbre fue organizada por el gobierno y el
sector privado de Colombia, con apoyo técnico del Banco Interamericano de
Desarrollo.
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