G-20, en Cannes, se le dió mucha importancia al empleo. Argentina lideró el planteamiento.
LuisEmilioRadaC
La Cumbre del G-20 cerró con protagonismo argentino en el documento final
La posición argentina de ubicar al
empleo en el centro de la agenda de discusiones de los países miembros,
quedó plasmado en el texto.
La posición argentina de ubicar al empleo en el centro de la agenda de discusiones de los países miembros, quedó plasmado en el texto consensuado por los jefes y Jefas de Estados que conforman el G20.
Pero no sólo se sumó este tema, sino que en el cierre de la Cumbre, el presidente francés, Nicolás Sarkozy, se comprometió a “luchar para instaurar” una tasa a las transacciones financieras “en 2012”, tomando una propuesta elevada el jueves por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner que condicionó su aplicación a que exista un consenso "global" sobre el tema.
“El G20 reconoce las iniciativas de los países miembros para gravar las transacciones financieras”, anunció Sarkozy en una conferencia de prensa, en la cual leyó los principales puntos del documento final y detalló los países que apoyan esta iniciativa.
“Además de Francia, la Comisión Europea, Alemania, España, Argentina, Brasil, la Unión Africana, Etiopía, Sudáfrica y Naciones Unidas son favorables a concretar esta idea. Consideramos moralmente indispensable que los pueblos del mundo sepan que los actores financieros contribuirán a la reparación de los daños que han creado”, subrayó.
En ese marco, el presidente francés subrayó que espera "a que el resto del mundo nos acompañe no es un argumento suficiente para negar la puesta en marcha de esta tasa. Vamos a apoyarnos en la opinión pública que está reclamando esto desde hace tiempo”.
El otro punto que la Argentina promovió con insistencia desde 2009, fue la inclusión del empleo en la agenda central del G20, algo que se traduce en el plan de acción para el crecimiento y el empleo incluido en el texto final.
El plan de acción incluye, a corto plazo, el tratamiento de la vulnerabilidad y el restablecimiento de la estabilidad financiera, y a largo plazo, el refuerzo de los fundamentos del crecimiento económico, así como una inscripción durable del Empleo en la agenda del G20.
Entre las decisiones para reforzar la dimensión social de la mundialización, los Jefes y Jefas de Estado se comprometieron a poner el foco en el empleo, diseñar programas de protección social que cada país deberá definir; promover la aplicación efectiva de los derechos laborales siguiendo las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En otro orden, los países del G20 volvieron a comprometerse a promover la conformidad de los estándares internacionales de intercambio de información fiscal y financiera, y a utilizar todas las armas posibles para luchar contra los paraísos fiscales y las jurisdicciones "no cooperativas" que no respetan dichas normas.
En su discurso de clausura, Sarkozy reafirmó su intención de que el G20 excluya de la comunidad internacional a la docena de paraísos fiscales existentes.
Un avance, más simbólico que concreto, se logró con respecto a la controvertida reforma del sistema monetario internacional al instaurar medidas de control con el fin de achicar la disparidad euro-dólar en los intercambios comerciales, señalados como causante de agravar la crisis.
La volatibilidad de los precios de las materias primas agrícolas, que genera importantes problemas a los países en desarrollo y penaliza a los consumidores, también fue tratada en la Cumbre dejando dos medidas concretas: integrar el análisis y la gestión de los riesgos a las políticas agrícolas y desarrollar útiles de gestión de riesgo.
En el plano alimentario, el G20 se comprometió a garantizar la "seguridad alimentaria" en todo el mundo y luchar contra la volatilidad de los precios, sin tomar en cuenta la iniciativa propuesta a principios de año por Francia en torno a regular los precios de los commodities, iniciativa que fue rechazada por Argentina.
En este ítem el país también tuvo su protagonismo en el documento final debido a que los cuatro puntos adoptados forman parte de su propuesta: implementar durablemente la producción agrícola; potenciar la transparencia de los mercados agrícolas; lanzar un fórum de reacción rápida para acciones humanitarias e instituir reglas para evitar las manipulaciones y los abusos de los mercados financieros derivados de las materias primas agrícolas.
El G20 además se comprometió a reforzar los controles en torno a la aplicación de las decisiones nacionales, siendo prioritario el control de los bancos, de las remuneraciones entre operadores de mercado, las instituciones financieras sistemáticas y el sistema bancario paralelo.
Las principales potencias del G20 aceptaron la recomendación hechas este año por un panel de expertos del sector privado y los bancos de fomento y se comprometieron a invertir en infraestructura en los países en desarrollo.
Además, por primera vez, el G20 incluyó en su documento final la necesidad de impulsar el financiamiento en tecnologías para el desarrollo y para luchar contra el cambio climático.
En tanto que el G20 celebró los avances logrados en el último año en la lucha contra la corrupción, especialmente en India, Rusia, Estados Unidos, Gran Bretaña, Corea del Sur, Arabia Saudita y China.
En el marco de la reforma del sistema monetario internacional el G20 decidió reforzar la capacidad del Fondo Monetario Internacional (FMI) de responder a la crisis, de prevenirlas y de mejorar la vigilancia de sus miembros y de la economía mundial. Para eso, tal como se acordó en 2009, el G20 aportará recursos suplementarios al FMI.
En cuanto al comercio, el documento sostiene que el G20 se compromete a luchar contra el proteccionismo al acordar no incluir medidas que restrinjan la economía hasta 2013, en negociar con la OMC para destrabar las negociaciones estancadas desde hace casi una década en Doha y en buscar la adhesión de Rusia a dicho organismo antes de fin de año.
Al final, el presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, altamente desilusionado porque Francia no pudo alcanzar los objetivos fijados durante su presidencia en 2011, cedió el liderazgo del grupo a Felipe Calderón, presidente de México, quien ejercerá el mandato durante 2012.
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