martes, 19 de abril de 2011

Libros de Alfredo Correa, llenos de claves sobre su vida

Los libros de Alfredo Correa están llenos de claves sobre su vida

El Heraldo
Los familiares de Alfredo Correa de Andreis en la ceremonia que se realizó en la Biblioteca Meira Delmar. 
 
Silencios y soledades es uno de los más de mil libros que tenía en su colección privada el sociólogo Alfredo Correa de Andreis, asesinado el 17 de septiembre de 2004.
Ahora, el texto reposa en la Biblioteca Departamental Meira Delmar junto a otros 268 libros, 206 revistas y más de 500 ensayos y proyectos de corte académico, que fueron donados Alba Glenn Díaz Granados, su esposa, y Melissa Correa Glenn, su hija.

El nombre del libro se ajusta también a lo que quedó en la gente que lo conoció y compartió con él. Ahora los textos que leyó, escribió y supervisó, están a la disposición del público.
El sueño era posible es otro de los textos que se encuentra en el haber de la biblioteca. La colección tenía libros de literatura, sociología, economía, ciencias políticas, geografía, historia, ciencias naturales y un sin número de ensayos e investigaciones.
El título de este otro libro guarda relación con su historia como investigador y crítico incansable de los problemas sociales. “La violencia y la insaciable ambición por el poder solo pudieron arrebatar su presencia física, sus enseñanzas permanecerán con nosotros por siempre. He aquí nuestra tarea de esparcir sus legados para que nuestra Colombia llegue a experimentar algo cercano a la utopía que Alfredo soñó”, afirmó Glenn.
Para el gobernador del Atlántico, Eduardo Verano, el ideal que promulgaba Correa representaba la estructura de un verdadero desarrollo social que actualmente se necesita en el Departamento.
El único texto que no está en la biblioteca es el último que publicó el sociólogo, llamado Pistas para un nuevo rumbo, el cual reveló aspectos acerca de la problemática de los desplazados en La Playa, corregimiento de Barranquilla.
Precisamente este libro, según los familiares, tiene mucho que ver con las razones de su asesinato. El nuevo rumbo quedó escrito, solo falta que se lea y practique.

Por Daniel Escorcia Lugo

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