Caribanía
¿Escritor periodista o periodista escritor?
Por: Óscar Cormane Saumeth elhijodemere@hotmail.com
Al autor de ‘Pasión por el cucayo’…incomparable pastor de ovejitas descarriadas… ¿Cuántos dicen ¡Gloria al Señor!?...
El tema planteado en el título siempre ha generado controversia. En mi sentir, ¿qué importa la nomenclatura y el orden?... Hagamos algunas reflexiones desde el irresistible encanto de la subjetividad.
Todo el que escribe es, potencialmente, un escritor. Por tanto, lo que escribe, es potencialmente, un texto literario. Pero los escenarios y los formatos varían: el periódico, la revista, la novela… Todos los hechos, de la vida y de la muerte, pueden ser materia de periodismo narrativo. La diferencia estriba en que el periodismo opera con verdades generales, y la literatura, en cambio, trabaja con la propia y personal verdad del escritor.
De acuerdo con el reconocido escritor y periodista argentino Tomás Eloy Martínez, recientemente fallecido, “el periodismo narrativo busca producir un proceso de identificación entre el lector y la noticia que se está contando”.
En efecto, mis queridos amigos, no es lo mismo escribir de manera simple y lacónica “Mueren docenas de personas en maremoto en Taganga…”, y seguir con un relato indolente de los sucesos, que escribir, verbigracia: “Mientras José Alejandro Barros, de cinco años, jugaba con una pelota en la playa de Taganga, una ola gigante se le vino encima, matándolo junto a centenares de personas, que se divertían en las blancas arenas del paradisíaco lugar”… Entonces… ¿Literatura o periodismo?...
Siempre que se hable de este tema, es imprescindible referirnos a Truman Capote, inexplicablemente desconocido por las nuevas generaciones de periodistas, ignorando su aporte monumental en la creación del Nuevo Periodismo. “A sangre fría”, una de sus obras más conocidas, llevada al cine, es realmente un excelente reportaje sobre trágico sucesos ocurridos en Holcomb, un pueblo perdido en la extensa geografía estadounidense, al oeste de Kansas. Incluso, su primera publicación fue por capítulos, aparecidos en el diario para el que laboraba el célebre homosexual. (Ujuuum…)
La doble militancia en periodismo y literatura, ha sido una práctica frecuente. Citemos, desordenadamente, a Jorge Luís Borges, José Donoso, Truman Capote, Gabriel García Márquez, Álvaro Cepeda Samudio, Ernest Hemingway, Fernando Vallejo, entre otros.
El punto de encuentro más claro y atractivo entre periodismo y literatura, es la Crónica. Sin embargo, en el periodismo local es un género poco usado, no obstante que en el plano nacional se nota un resurgimiento de tan importante alternativa. La Crónica le permite al periodista servirse de la literatura para describir los hechos de la vida real. En tales casos, ¿literatura o periodismo?
De manera inconcebible, el gran maestro español Miguel de Unamuno se atrevió a sentenciar que ‘el periodismo mata la literatura’. Por supuesto, al conocer tal opinión, le retiré mis afectos. Me limito a decir que cualquier oficio puede morir si uno lo deja morir.
Al final se me ocurre que los periodistas deberían imitar, en cierta forma, la vanidad de los escritores, pero de forma digna y ejemplar, para que nuestra ligereza no provoque más la malsana ironía de humoristas como George de la Fourchadiére, que lustros atrás, se atrevió a escribir: “En el mundo hay dos actividades que no requieren preparación alguna: la actividad de los banqueros, que juegan con el dinero de los demás, y la actividad de los periodistas, que juegan con la honra de sus conciudadanos”… ¿Qué tal esa?...
El tal humorista era un hijueputa de padre y madre…
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