La grandeza de los seres humanos…
Las lecciones de dos renuncias…
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Lecciones de las renuncias de
Messi y Cameron
Martes, Junio 28, 2016
Los últimos días nos han dejado grandes
lecciones de liderazgo, como en aquel best seller de Green, “Las 48 Reglas del
Poder”, en el que se alecciona a través de principios que debe cumplir una
persona para ser exitosa en su mundo laboral y que perfecciona recordando
anécdotas históricas de célebres personajes que infringieron esas reglas y
fracasaron en sus gestas.
La salida de Gran Bretaña de la Unión Europea
era considerada por muchos como un Cisne Negro, ese calificativo de Taleb a
sucesos inesperados casi imposibles de ocurrir y que cuando suceden son
absolutamente disruptivos para la sociedad, en este caso la europea. David
Cameron, el primer ministro inglés, se había jugado su capital político para
hacer que sus ciudadanos siguieran viviendo el sueño de una gran Europa,
próspera, solidaria, que actuara en bloque para enfrentar las distorsiones
políticas, económicas y de seguridad. El fracaso en el referendo, convocado
para que los ingleses decidieran si salían de ese sueño o se quedaban, obligó a
Cameron a presentar su renuncia a los pocos minutos de conocerse los
resultados.
Justo cuando 48% de ingleses quieren seguir con
las fronteras comunes y el libre comercio, el líder de esa posición tira la
toalla y decide abandonar el barco sin dar la pelea que debía librar, pues es
solo una batalla en la guerra por hacer de la vieja Europa una zona del mundo
donde la prosperidad se construye. Cameron se equivocó rotundamente al
despedirse derrotado, dejando huérfanos a los proeuropeistas que no son pocos en
su país que se lanza al vacío económico y con una fractura inmediata, pues
Escocia sí quiere estar en la Unión Europea.
La otra pataleta que nos deja varias lecciones
es la de Lionel Messi, el mejor jugador de fútbol de todos los tiempos. Valga
aclarar que la sobreexposición mediática del joven argentino es enorme en un
mundo donde la competencia es superior y nada comparable con los tiempos en que
jugaron Pelé y Maradona. Es cierto que estos fueron campeones mundiales en los
años 60, 70, 80 y 90, épocas en las que el fútbol era una cuestión patriótica
que solo hervía cada cuatro años.
Hoy vemos a Messi casi todas las semanas jugando
de todo con los mejores del mundo. Messi no es nada comparable con viejos
jugadores. Pero el gran lugar de Messi es salir pateando su propia selección
porque erró un penalti en la final de la Copa América. Al igual que Cameron
cometen el pecado capital de la soberbia, de desconocer que en el deporte y en
la política hay revancha y que quienes la aceptan con grandeza y aprendiendo de
las derrotas son los que hacen historia.
Siempre hay un nuevo día (hasta para Messi y
Cameron); y los hechos de los grandes hombres, de los que beben los
acontecimientos, siempre asumen los retos históricos que les ha impuesto su
biografía.
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