Pero no fue así… Ganó el NO y la
comunidad helena se salió con la suya. Y de hecho el primer ministro griego, Alexis Tsipras, que había
anunciado que si no tenía el apoyo del pueblo renunciaba inmediatamente.
Hace unos días, Christine Lagarde, la francesa que
lidera el Fondo Monetario Internacional –FMI- anunció y lo cumplió que la
entidad no apoyaría a Grecia si no pagaba la deuda que tiene con la
organización.
Es decir, Grecia le debe al FMI y NO pagó, como lo
debía hacer.
Los otros deudores de Europa dijeron que acompañarían
al FMI, pero, este domingo, las cosas cambiaron. Se pararon firmes los griegos.
Y ahora los deudores están debatiendo el camino a seguir.
Este mundo globalizado está tan conectado, que lo que
ocurre en Grecia, repercute en todos los países del mundo.
Con eso están jugando los griegos…
Leamos lo que escribieron varias agencias que nos
retratan la situación…
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
¿GRECIA
SALDRA DE LA UNIÓN EUROPEA?
El 'no' masivo e inesperado de los
griegos a la austeridad impuesta por la Unión Europea y el FMI deja al bloque
frente a un dilema: empujar a Grecia hacia una salida o mantenerla a pesar de
todo. Vea el desenlace acá.
Aún sin salir de su perplejidad por lo que significó
una derrota enorme del ‘sí’ en el referendo griego de este domingo, los más
influyentes países y organismos de la Unión Europea convocaron para este lunes
y martes jornadas de reflexión para esclarecer las consecuencias y el camino
por tomar ante la decisión de la población helena de rechazar la propuesta de
los acreedores para gestionar la crisis económica del país heleno.
El dilema es terrible y ninguna de las salidas es
deseada: empujar la salida de Grecia del euro o ceder.
Aunque en el curso de la semana los sondeos de opinión
registraron un avance ganador del ‘sí’, al final de la tarde veraniega el ‘no’
terminó imponiéndose de manera apabullante con 61,3 por ciento, contra un 38,7,
escrutado el 95 por ciento de los votos.
Es un ‘no’ a la intensificación de las recetas de
austeridad que han minado la calidad de vida de la población y un rechazo claro
a los términos impuestos por los acreedores como el Fondo Monetario
Internacional (FMI) para solucionar el problema de la deuda griega (cerca del
180 por ciento del PIB).
En las campañas previas, en especial las provenientes
de la UE, siempre se argumentó que el triunfo del ‘no’ significaba
automáticamente la salida de Atenas de la zona donde se maneja la moneda única
(euro), pero los resultados de la consulta popular evidentemente marcan un
referente que obligatoriamente deben sopesar las autoridades europeas, en la
medida de si están dispuestos a aceptar, ya no el costo económico sino
político, de una salida del país heleno de la eurozona.
‘NO ES RUPTURA’
“El triunfo del ‘no’ no significa una ruptura con
Europa”, se apresuró a decir apenas se conocieron los resultados el primer
ministro griego, Alexis Tsipras, y añadió: “Ahora, la deuda estará en la mesa
de negociación”, durante una alocución televisada en la que recordó que su
gobierno está “dispuesto a reanudar la negociación con un plan de reformas
creíbles y socialmente justas” y abogó por la unidad griega.
Para él es claro que el apoyo mayoritario de la
población fortalece su posición en la mesa de negociaciones, pero, de otro
lado, los más radicales enemigos de la posición griega, particularmente en
Alemania, pregonan que el ‘no’ rompe todo puente del país con Europa.
El pulso a partir de anoche lo marcará si finalmente
se da el tan temido escenario del grexit, es decir la salida de Atenas del
euro, o si, por el contrario, se abre la vía a un tercer rescate financiero que
incluya una reestructuración de la deuda o una condonación de parte si,
ateniéndose a los informes del FMI, se acoge la tesis de que la deuda griega es
“insostenible”.
El polémico ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis,
aseguró que el ‘no’ se trata de “una herramienta que servirá para tender una
mano cooperativa a nuestros socios”, en alusión a los acreedores, y aseguró que
trabajará para “encontrar un terreno de acuerdo”.
En el plano interno, la tormenta se cobró la cabeza
del ex primer ministro griego conservador Antonis Samaras, líder del opositor
Nueva Democracia.
Los socios de Grecia no han tardado en reaccionar. Los
primeros en hacerlo fueron el presidente francés, François Hollande, y la
canciller alemana, Ángela Merkel, que tras hablar por teléfono decidieron
reunirse hoy en París para analizar este revés para los planes europeos. Ambos
mandatarios dijeron estar “de acuerdo” en que “hay que respetar” el revés que masivamente
han dado los griegos a la austeridad que preconiza Bruselas.
Este martes los mandatarios de la zona euro se
reunirán en Bruselas. La Comisión Europea dijo “respetar” el resultado del
referendo, su presidente, Jean-Claude Juncker, que había hecho campaña por el
‘sí’, mantendrá una teleconferencia con su homólogo Donald Tusk; con el
presidente del eurogrupo, el holandés Jeroen Dijssembloem, y el jefe del Banco
Central Europeo, Mario Draghi. La victoria del ‘no’ es “muy lamentable para el
futuro de Grecia”, afirmó Dijssembloem.
PUENTES ROTOS
El número dos del gobierno alemán, el socialdemócrata
Sigmar Gabriel, ya había asegurado que tras la decisión de los griegos es
“difícil imaginar” nuevas negociaciones, ya que Tsipras “rompió los últimos
puentes”.
Mientras esto sucedía en los centros de poder, en las
calles los partidarios del ‘no’ celebraron con música y abrazos la victoria
frente al ‘sí’, defendido por muchos griegos en nombre de la permanencia en
Europa y en el euro.
“Es un gran mensaje para Europa. Los alemanes no se
esperaban esta gran victoria de los griegos”, decía Yorgos, feliz pero
indignado de no llevar en el bolsillo más que un puñado de monedas después de
40 años trabajando como mecánico. “Habíamos perdido la esperanza de tener una
familia, un trabajo. Esto es el comienzo de la esperanza. Europa es para los
pueblos, no para el capital”, decía María, envuelta en una bandera griega. Con
el fin de mantener al país bajo goteo de liquidez que evite el desmoronamiento
del sistema financiero, el Gobierno griego señaló que el Banco de Grecia
solicitará al Banco Central Europeo (BCE), uno de los acreedores, que aumente
el techo de su financiación de emergencia a las entidades griegas, que abrirán,
en principio, sus puertas el martes, al igual que la bolsa de Atenas, tras
permanecer cerrados toda la semana.
La consulta, la primera en Grecia en 41 años, se
celebró en un contexto inaudito. A falta de dinero en las arcas, el Gobierno no
pudo pagar los 1.550 millones de euros que tenía que abonar el 30 de junio al
FMI y desde el lunes 29 rige un ‘corralito’ que permite retirar un máximo de 60
euros por día y persona. El Gobierno griego y los acreedores del país (UE, FMI,
BCE) llevan más de cinco meses de arduas negociaciones.
Tras sendas líneas de créditos de 240.000 millones
acordados desde 2010 a Grecia, que del lado europeo expiraron el pasado 30 de
junio, el actual gobierno de izquierda radical quiere un cambio de estrategia
que pasa por la reestructuración de la deuda.
Anoche se vivían momentos de júbilo por el triunfo
político, pero la situación del griego de a pie puede empeorar por la falta de
liquidez y por el ‘corralito’, tanto que el presidente del Parlamento Europeo,
Martin Schulz, advirtió que deberán abordar “un programa de ayuda humanitaria para
Grecia” e instó al Gobierno griego a presentar en las próximas horas
“propuestas consecuentes y constructivas”.
TRES
PREGUNTAS
1. ¿Grecia se irá del euro?
Económicamente y dado su tamaño y el de su economía,
si Grecia se va la UE puede gerenciar la crisis y evitar un efecto contagio,
además garantizar el respaldo a los acreedores. Pero políticamente sería una
catástrofe, no solo porque enviaría el mensaje de que el bloque es ‘reversible’
y débil, sino porque Grecia es considerada la cuna de la democracia y de la
civilización occidental.
2. ¿Qué viene?
Por un lado, se espera que Atenas presente un plan
coherente y sensato, pero por otro habrá dos reuniones clave donde se decidirá
la suerte del país: hoy, una teleconferencia de los presidentes de la Comisión
Europea, del Consejo, del eurogrupo y del Banco Central. Y este martes, cumbre
de la zona euro reclamada por Merkel y Hollande.
3. ¿Y qué va a pasar con la economía de
los ciudadanos del común?
Solo hay unos mil millones de euros de reserva en los
bancos que fácilmente se evaporarán al momento de su apertura. El Banco Central
Europeo puede ampliar sus créditos de emergencia, pero ya se habla de una
especie de ayuda humanitaria de urgencia que inyecte recursos para que no haya
parálisis en los servicios públicos y para que los más necesitados no queden
desprotegidos ante la crisis de liquidez.
LAS
4 AMENAZAS QUE CAEN SOBRE EUROPA
Cuatro grandes crisis en la periferia de Europa
amenazan con engullir a la Unión Europea, lo que podría hacer retroceder en
décadas al ambicioso proyecto de unificación continental iniciado tras la
Segunda Guerra Mundial.
La unidad, la solidaridad y la posición internacional
de la Unión Europea están en entredicho debido a la crisis de deuda griega, al
papel de Rusia en Ucrania, al intento de Gran Bretaña de cambiar sus relaciones
con el bloque y de la llegada de inmigrantes por el Mediterráneo. Si la Unión
no es capaz de lidiar correctamente con cualquiera de estos problemas, podría
agravar los demás, ampliando los peligros que enfrenta el ‘Proyecto Europa’.
La suspensión de pagos de Grecia y el riesgo de que
pueda salir de la zona euro es el reto más inmediato para la noción de una
“Unión más integrada que nunca” de Estados y pueblos europeos. “Las
consecuencias a largo plazo de una salida de Grecia del euro afectarían al
proyecto europeo por completo. Sentaría un precedente que podría minar más la
misma razón de ser de la UE”, escribieron Fabian Zuleeg y Janis Emmanouilidis
en un análisis para el European Policy Centre.
Aunque Grecia responde apenas por un 2 por ciento del
producto interno bruto y de la población de la UE, la bancarrota del país es un
enorme golpe para el prestigio del bloque. Con la tensión ya desatada en el
Mediterráneo oriental debido a la guerra civil en Siria, el eterno conflicto
palestino-israelí, la división no resuelta de Chipre y las disputas sobre los
yacimientos de gas costa afuera, una Grecia destrozada podría volverse hacia
Rusia en busca de apoyo. A cambio, los helenos podrían vetar la próxima extensión
de sanciones de la UE contra Moscú, o incluso ofrecerle acceso a instalaciones
navales que una vez usó EE. UU.
La incapacidad para resolver la crisis griega después
de cinco años de discusiones hace parecer débil al bloque a los ojos del
presidente ruso, Vladimir Putin, del chino, Xi Jinping, y de otros que busquen
expandir su poder.
Atenas
(AFP-Efe-Reuters)
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