zapatos. Preguntó si podría prestarle una tina con agua y una toalla y llevó al niño a la parte trasera de la tienda. Con cariño empezó a lavar los pies del niño y se los secó, luego le colocó las medias y los zapatos. Ella acarició al niño en la cabeza y le dijo: "¡No hay duda pequeño amigo que te sientes más cómodo ahora!".
Mientras ella
daba la vuelta para marcharse, el niño muy feliz, la alcanzó y la tomó de la
mano, mirándola con lágrimas en los ojos le preguntó: "¿Es usted la esposa
de Dios?.
La Señora le
respondió: "No, solamente soy una mujer agradecida con lo que él me ha
dado,".
Queridos amigos, se imaginan ¿Qué diferente sería el mundo?
pero tal vez, tú no eres capaz de compartir este mensaje !
Queridos amigos, se imaginan ¿Qué diferente sería el mundo?
pero tal vez, tú no eres capaz de compartir este mensaje !
Yo si lo hago, y también estoy infinitamente
agradecido con Dios!
No hay comentarios:
Publicar un comentario