El SALARIO MÍNIMO.
¿Será que no habrá otra forma para que podamos cambiar la
historia?
Generalmente, cuando se debate el tema del salario mínimo, las centrales
obreras y los trabajadores quedan resentidos con la sociedad colombiana.
Ellos consideran que es injusto el ingreso que reciben. Y que
gobierno y empresarios deben cambiar ese comportamiento a fin de que haya
equidad.
Esto no es ahora, sino generalmente.
Por eso les voy a enviar un escrito de Mauricio
Cabrera Galvis, donde habla del tema.
RADAR,luisemilioradaconrado
Pd: eso no fue de este año, pero sigue vigente
Razones para no subir el Salario
Mínimo
Por Mauricio Cabrera Galvis
La decisión económica más importante para millones de
colombianos es la del incremento del salario mínimo (SMLV).
Para los 2,2 millones de empleados formales que lo reciben, o
un poco menos, y para los 7 millones del sector informal y que ganan
inclusive menos de los $496.900 mensuales, el aumento de sus ingresos para
2010 dependerá de la decisión de distinguidos ejecutivos (que ganan 40 ó 50
veces más que ellos).
Ya están sobre la mesa las conocidas posiciones de algunos gremios
y del Banco de la República: el aumento no debe superar la inflación esperada
para el año entrante, es decir, no más del 3% (o $14.900 mensuales). El
argumento trillado es que si el SMLV aumenta más, creará expectativas
inflacionarias y, por lo tanto, impedirá que se cumpla la sacrosanta meta del
Banco Central.
Este razonamiento a veces es cierto pero otras no, según el contexto
económico. Por ejemplo, el año pasado el SMLV aumentó 7,7%, en contra de la
opinión del Banco de la República, pues su meta de inflación para este año
era solo del 4%. Como consecuencia este año sí se incumplió la meta pero, ¡oh
sorpresa!, por debajo, porque la recesión y la caída de la demanda trajeron
la deflación (caída generalizada de precios).
Otro argumento para proponer una mínima alza del mínimo es defender la
competitividad internacional colombiana, porque acá los salarios son mucho
más altos que en otros países en desarrollo.
Es cierto que medido en dólares, el SMLV ha tenido un aumento enorme en los últimos 6 años. Pasó de 140 a 250 dólares, y esto tiene a punto de quebrar a confeccionistas, floricultores y a muchas otras industrias intensivas en mano de obra.
Pero la causa del problema no es el salario, que
en pesos sigue siendo muy bajo, sino la revaluación de la tasa de cambio. Los
trabajadores, el eslabón más débil, no tienen porqué pagar los errores de la
política fiscal y cambiaria del Gobierno.
La prueba en contra de un aumento del salario mínimo por encima de la inflación es que crea desempleo. Según la oferta y la demanda, si aumenta el precio de una mercancía (el trabajo), disminuirá su demanda; es decir, los empleadores contratarán menos trabajadores. Para ser justos, hay que reconocer que en la aplicación de esta ley sí se acepta que el SMLV aumente un poquito por encima de la inflación, en razón del aumento de la productividad de la economía.
En el largo plazo, este criterio no se ha
aplicado. Según datos del mismo Banco de la República, entre 1990 y 2008 la
economía colombiana creció 75% y el salario mínimo tan sólo un mísero 5%.
Todo el aumento de la productividad en este período fue de los empresarios y
de los administradores, y los trabajadores calificados cuyos salarios sí
crecieron más de un 35%.
Además, dentro del modelo económico de la “confianza inversionista” del presidente Uribe cambiaron las condiciones del mercado laboral en contra de los trabajadores. De una parte con la reforma laboral, que disminuyó los ingresos de los trabajadores sin lograr crear más empleo y, de otra parte, con todos los subsidios y exenciones tributarias a los empresarios que han abaratado la maquinaria y los bienes de capital de manera que se ha disminuido la demanda de trabajo.
Mientras se mantenga este modelo es imposible
esperar que mejoren las condiciones de los trabajadores. El Universal.
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