Por una mejor Justicia
Editorial de El Heraldo
Tres eventos que se cumplen hoy en Barranquilla y
que involucran al Poder Judicial dan señales promisorias en la prestación de
este esencial servicio porque son pruebas de que contamos con valores humanos y
hay gestión por la excelencia, sin que ello signifique que nos tapamos los ojos
frente a los problemas y desafíos en la Rama. Se trata de la culminación del proceso de acreditación en la calidad de los 14 juzgados civiles del Circuito de Barranquilla, el homenaje que le será brindado a los magistrados de la Corte Suprema los coterráneos Margarita Cabello y Jesús Vall de Ruten, y el reencuentro con su Alma Máter del presidente de la Corte Constitucional, Gabriel Mendoza Martelo, quien dictará una conferencia sobre el ‘Rol del juez constitucional frente a los derechos económicos, sociales y culturales’, con motivo del encuentro de egresados de la Universidad del Atlántico.
Buen suceso. Para los eventos nos visitan
dignatarios de las altas cortes y la ceremonia de la entrega de las
acreditaciones a los juzgados será ocasión para referenciar la eficiencia del
sistema judicial, medida en términos de rapidez y costo, como uno de los tres
factores fundamentales para un adecuado desempeño que promueva la prosperidad
colectiva, objetivo actual del Estado colombiano. Los otros dos factores para
el buen desempeño son la equidad, medida en transparencia, independencia e
imparcialidad, y su predictibilidad, que se expresa en seguridad jurídica y
respeto de los derechos de propiedad.
La certificación en calidad no garantiza por sí
misma que habrá una instantánea efectividad en la resolución de los conflictos
civiles en el Circuito de Barranquilla pero sí constituye una señal de
compromiso por una forma de trabajar que garantice más eficiencia a los
usuarios de la Justicia. Es un buen mensaje.
Tal logro fue posible por la concurrencia virtuosa
esta vez de la sociedad civil (representada por la Fundación Protransparencia,
la Cámara de Comercio de Barranquilla, la Fundación Promigás, la Fundación Argos
y la Fundación Triple A), el Estado (Consejo Superior de la Judicatura,
Gobernación del Atlántico y Distrito de Barranquilla), y la academia, a través
de la Universidad del Norte.
Barranquilla es la segunda ciudad de Colombia (la
primera fue Itagüí, Antioquia) donde se cumple un proceso de apoyo a la
Justicia con estos objetivos de mejora de la eficiencia del sistema para que
haya cambios en la oportunidad y eventualmente descongestión con equidad.
Se justifica el esfuerzo. Un sistema judicial
deficiente genera altos costos de transacción que traen como resultado mercados
que no pueden expandirse, agentes económicos con pocas posibilidades de
alcanzar acuerdos contractuales más complejos, y mayores costos para la
organización de las actividades económicas.
Además, cunde la incertidumbre y se asignan de manera ineficiente los recursos. Si no funciona la Justicia, el Estado es débil.
Además, cunde la incertidumbre y se asignan de manera ineficiente los recursos. Si no funciona la Justicia, el Estado es débil.
Qué bueno es registrar, entonces, que el Poder
Judicial de Barranquilla corresponde a los anhelos colectivos de mejor prestación
de sus servicios y también registrar que por gestión de una alianza público-
privada, respetando la independencia y autonomía de la Rama, se han hecho
tareas y estas han quedado bien hechas. Las certificaciones de hoy envían
nítidamente tales mensajes.
Los reencuentros de los doctores Cabello y Vall de
Ruten con sus allegados y sus colegas en el homenaje de que serán objeto, bien
merecido por sus antecedentes, y del doctor Mendoza con sus condiscípulos,
colegas y alumnos, son notas gratificantes de que contamos con valores humanos
que prestan servicios a la Nación con competencia y compromiso.
El evento de la Universidad del Atlántico sirve
para recordar que su facultad de Derecho busca la acreditación que se suma a la
acreditación social por ser la decana en la región Caribe y contar con
infraestructura física, un moderno Consultorio Jurídico próximo a estrenar y
una planta de profesores de buen nivel.
Que todo esto dicho hoy se concrete en un mejor
servicio judicial. Lo necesitamos para seguir avanzando.
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