¿Qué tal
la justicia colombiana?
Yo estudié
derecho, pero algo me indicaba que esa no era mi profesión más indicada para
vivir tranquilo.
Como había
estudiado comunicación social y también me había encantado el periodismo, un
día cualquiera definí mi porvenir: “Me dedicaré a ser periodista”. Y no me
equivoqué.
Qué
tristeza que los colombianos seamos tan erráticos para manejar la justicia.
Jueces y magistrados, deberían estar apenados por lo que están haciendo con
Valerie Dominguez.
Siento
pena ajena.
Totalmente
de acuerdo con estos planteamientos de Enrique Santos Molano.
Dejen tranquila a esa linda mujer. Y pillen a los verdaderos culpables, que la sociedad colombiana se los agradecerá.
luisemilioradaconrado
El extraño caso de Valerie
Enrique Santos Molano
Parece
que se quisiera descargar sobre Valerie el monto total de los cuarenta y
ocho mil o más millones que se distribuyeron en subsidios de AIS. Sin
embargo, Valerie no obtuvo un centavo de esa generosidad del Estado con
los agricultores emprendedores.
Aunque
usted no lo crea, el caso que se adelanta por la Fiscalía contra Valerie
Domínguez nos pone a dudar.
¿Será el
actual sistema penal, llamado acusatorio, el más indicado para hacer
justicia?
¿Será, tal
vez, una copia deplorable del que rige en los Estados Unidos, y cuyas
aberraciones se han comprobado a lo largo de los años, como nos lo enseña, por
ejemplo, con sobrada elocuencia histórica, la película 'El conspirador'?
El sistema
acusatorio se presta de maravilla a manipulaciones de la justicia y del derecho
por parte de quienes quieran y puedan efectuarlas. El sistema antiguo, sin ser
perfecto, ni mucho menos, le daba ciertas garantías al ciudadano de que sus
derechos a obtener justicia, y a ser juzgado con imparcialidad, eran efectivos.
Hoy no lo son, no con el sistema acusatorio que nos ha retornado a las épocas
de la justicia para brujas. "Si la tiramos al río y se ahoga, es inocente;
y si no se ahoga, es culpable y deberá ser quemada en la hoguera".
Valerie
Domínguez resultó enredada, junto con su novio y compañero de entonces, en el
asunto de Agro Ingreso Seguro, un programa caritativo para auxiliar
económicamente, con gruesas sumas de dinero, a agricultores terratenientes, y
estimularlos en su productividad. En la lista de beneficiarios aparecen cerca
de medio centenar, entre empresas, 'famiempresas' o personas naturales
propietarias de terrenos agrícolas.
La suma que se les entregó, como obsequio oficial, a esos agricultores fue grande. Muchos de ellos recibieron hasta cuatro mil millones de pesos. Entre los beneficiarios estaba la finca del empresario Juan Manuel Dávila Fernández y de su familia. La novia del empresario, Valerie Domínguez, debería recibir una cuota de subsidio de trescientos seis millones de pesos para trabajarlos en la finca de su novio desenglobada de otro predio. Hasta donde entiendo, se acusa al señor Dávila, a su familia y a su novia de proceder dolosamente con el desenglobe, para recibir por una misma finca (subdividida) varios subsidios. En delito similar incurrieron otros beneficiarios de AIS.
Esta
acción ilegal e indignante produjo el consiguiente escándalo nacional cuando
fue denunciada en los medios de comunicación, y provocó la intervención de las
autoridades y de la Fiscalía. Tan pronto estalló el escándalo, Valerie
Domínguez devolvió al Estado los trescientos seis millones que había recibido,
y acusó a su novio de engañarla haciéndola creer que toda la operación (del
desenglobe de la finca) era legal y ajustada a derecho y a los requisitos del
AIS. Valerie, su exnovio y la familia Dávila Fernández fueron imputados por la
Fiscalía y llamados a juicio, que ahora se celebra, y en el cual la Fiscalía ha
pedido que se condene a Valerie Domínguez como cómplice del engaño de que
se valió el empresario Dávila Fernández para sacarle el máximo jugo al AIS.
En el juicio que se adelanta la familia Dávila Fernández ha sido presentada por la Fiscalía como testigo contra Valerie Domínguez. Según informa EL TIEMPO (30 de mayo, página 5, Debes Saber), "Ella (la señora madre de Juan Manuel Dávila) y todos los Dávila negociaron con la Fiscalía ser testigos (contra Valerie) a cambio de no pagar cárcel".
A
quienes somos meros espectadores u observadores, nos surgen unas primeras
inquietudes.
¿Cuántos
de los beneficiarios de AIS que recibieron determinadas sumas las han devuelto?
¿Cuántos
están investigados o han sido enjuiciados?
¿Presentar
un testimonio conlleva impunidad para el delito cometido?
¿En
Colombia hay que declararse culpable para ser hallado inocente, y declararse
inocente es indicio de culpabilidad?
¿Son
confiables unos testigos imputados que aceptan declarar contra otro imputado, a
cambio de que no los metan a la cárcel?
La mamá y la hermana de Juan Manuel Dávila, de acuerdo a lo que publica EL TIEMPO (fecha citada), "ventilaron detalles íntimos de la relación del empresario y la exreina, y aseguraron que (Valerie) sí conoció los pormenores del subsidio de AIS. Juan Manuel consultaba todo con Valerie. Ella conocía de los proyectos de la familia porque se hablaba permanentemente de eso. Sabía que nos habían otorgado un subsidio del Ministerio".
Hasta
aquí no se ve dónde esté el delito, o la mala intención, por parte de Valerie.
Es obvio que ella debería saber que el Ministerio de Agricultura les había
otorgado un subsidio a los Dávila Fernández, pues de ello "se hablaba
permanentemente en la familia", de la cual Valerie, como novia y compañera
de Juan Manuel, hacía parte. Lo que no queda claro en "las
revelaciones" de los Dávila Fernández es si Valerie sabía que la maniobra
para obtener los subsidios de AIS era dolosa, y si estaba de acuerdo con que se
perpetrara el fraude. En tal caso su complicidad en el delito cometido por los
Dávila sería indiscutible; pero no se ha demostrado nada al respecto.
Las
declaraciones de los testigos de cargo, divulgadas por la prensa, indican lo
contrario de mala intención en la actitud de Valerie. Ella ha sostenido en todo
momento su inocencia, no obstante que el declararse culpable podría
significarle importantes rebajas en la posible pena. Si se ahoga, la
declararían inocente. Si la condenan, como pide el Fiscal, le aplicarán el
máximo de la pena que corresponda.
"Las
Dávila, agrega EL TIEMPO, coincidieron al señalar que la actriz solo rechazó
los 306 millones de pesos cuando estalló el escándalo". ¿Y por qué habría
de rechazarlos antes del escándalo si tenía el convencimiento de que todo era
legal?
No sabemos
si los Dávila devolvieron el subsidio que "les regaló el Ministerio"
antes o después del escándalo, o ni antes ni después del escándalo. Deberían
aclararlo.
También
dicen las Dávila que Valerie celebró el otorgamiento del subsidio.
"Estábamos muy contentos (dice la señora Fernández de Dávila) de que el
Estado nos hubiera hecho ese regalo. Ella (Valerie) estaba muy contenta, se lo
comentó a mi hija. Esa noche incluso salieron a celebrar". Si estar
contento y celebrar que el Estado le regale a uno un montón de millones de pesos
es un delito, entonces no es Valerie la única delincuente. Tanto ella, como su
familia política, estaban muy contentos "por el regalo", declara la
señora madre del exnovio de la actriz. Todos incurrieron en el delito de la
alegría.
El
caso de Valerie Domínguez y los subsidios de AIS han volcado sobre ella
(reina de belleza, destacada modelo y célebre actriz) la atención de los medios
y del público, y ha dejado en la penumbra discreta, disolviéndose en el olvido,
pasando de agache, a los otros cuarenta y pico de beneficiarios del programa de
subsidios agrícolas. Tal parece que se quisiera descargar sobre Valerie el
monto total de los cuarenta y ocho mil o más millones que se distribuyeron en
subsidios de AIS. Sin embargo, Valerie no obtuvo un centavo de esa generosidad
del Estado con los agricultores emprendedores. Los 306 millones que se le
habían asignado los devolvió sin tocarlos ni mancharlos. El Ministerio de
Agricultura está en la obligación de informar a la opinión qué cantidades se
han recuperado del programa de AIS. Quiénes han devuelto y quiénes no han
devuelto los subsidios. Y también, desde luego, quiénes no están en la
obligación de devolverlos.
No
soy amigo de Valerie Domínguez, no la conozco, no he visto sus novelas, y no
puedo decir si es buena o mala actriz. Y por supuesto, no soy su abogado (ni
soy abogado); mas sí quiero, en el trance que soporta, expresarle mi simpatía y
mi admiración. Es una colombiana que, acusada de un delito, ha mantenido con
dignidad su inocencia, se ha defendido con altura, con la seguridad y la
serenidad de quien tiene la convicción de haber obrado correctamente, y de no
haber cometido, de mala fe, un error. Lo que en fin de cuentas la justicia debe
castigar, y la sociedad sancionar, es la mala fe, no el error.
Yo defiendo a Valerie sólo por una razón. ¿Cuál? Es una mujer casi idéntica a mi esposa. Parecen gemelas. Creo que si fuesen gemelas por genética no se parecieran tanto. ¡No sé cómo es la conducta de Valerie, pero el comportamiento de mi esposa me hace sentir muy contento!
ResponderEliminarAlex Enrique
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