viernes, 1 de junio de 2012

El extraño caso de Valerie, por Enrique Santos Molano


¿Qué tal la justicia colombiana?
Yo estudié derecho, pero algo me indicaba que esa no era mi profesión más indicada para vivir tranquilo.
Como había estudiado comunicación social y también me había encantado el periodismo, un día cualquiera definí mi porvenir: “Me dedicaré a ser periodista”. Y no me equivoqué.
Qué tristeza que los colombianos seamos tan erráticos para manejar la justicia. Jueces y magistrados, deberían estar apenados por lo que están haciendo con Valerie Dominguez.
Siento pena ajena.
Totalmente de acuerdo con estos planteamientos de Enrique Santos Molano.
Dejen tranquila a esa linda mujer. Y pillen a los verdaderos culpables, que la sociedad colombiana se los agradecerá. 

luisemilioradaconrado 

El extraño caso de Valerie


Enrique Santos Molano

Parece que se quisiera descargar sobre Valerie el monto total de los cuarenta y ocho mil o más millones que se distribuyeron en subsidios de AIS. Sin embargo, Valerie no obtuvo un centavo de esa generosidad del Estado con los agricultores emprendedores.


Aunque usted no lo crea, el caso que se adelanta por la Fiscalía contra Valerie Domínguez nos pone a dudar.

¿Será el actual sistema penal, llamado acusatorio,  el más indicado para hacer justicia?
¿Será, tal vez, una copia deplorable del que rige en los Estados Unidos, y cuyas aberraciones se han comprobado a lo largo de los años, como nos lo enseña, por ejemplo, con sobrada elocuencia histórica, la película 'El conspirador'? 

El sistema acusatorio se presta de maravilla a manipulaciones de la justicia y del derecho por parte de quienes quieran y puedan efectuarlas. El sistema antiguo, sin ser perfecto, ni mucho menos, le daba ciertas garantías al ciudadano de que sus derechos a obtener justicia, y a ser juzgado con imparcialidad, eran efectivos. Hoy no lo son, no con el sistema acusatorio que nos ha retornado a las épocas de la justicia para brujas. "Si la tiramos al río y se ahoga, es inocente; y si no se ahoga, es culpable y deberá ser quemada en la hoguera".
Valerie Domínguez resultó enredada, junto con su novio y compañero de entonces, en el asunto de Agro Ingreso Seguro, un programa caritativo para auxiliar económicamente, con gruesas sumas de dinero, a agricultores terratenientes, y estimularlos en su productividad. En la lista de beneficiarios aparecen cerca de medio centenar, entre empresas, 'famiempresas' o personas naturales propietarias de terrenos agrícolas.
 
La suma que se les entregó, como obsequio oficial, a esos agricultores fue grande. Muchos de ellos recibieron hasta cuatro mil millones de pesos. Entre los beneficiarios estaba la finca del empresario Juan Manuel Dávila Fernández y de su familia. La novia del empresario, Valerie Domínguez, debería recibir una cuota de subsidio de trescientos seis millones de pesos para trabajarlos en la finca de su novio desenglobada de otro predio. Hasta donde entiendo, se acusa al señor Dávila, a su familia y a su novia de proceder dolosamente con el desenglobe, para recibir por una misma finca (subdividida) varios subsidios. En  delito similar incurrieron otros beneficiarios de AIS.

Esta acción ilegal e indignante produjo el consiguiente escándalo nacional cuando fue denunciada en los medios de comunicación, y provocó la intervención de las autoridades y de la Fiscalía. Tan pronto estalló el escándalo, Valerie Domínguez devolvió al Estado los trescientos seis millones que había recibido, y acusó a su novio de engañarla haciéndola creer que toda la operación (del desenglobe de la finca) era legal y ajustada a derecho y a los requisitos del AIS. Valerie, su exnovio y la familia Dávila Fernández fueron imputados por la Fiscalía y llamados a juicio, que ahora se celebra, y en el cual la Fiscalía ha pedido que se condene a Valerie Domínguez  como cómplice del engaño de que se valió el empresario Dávila Fernández para sacarle el máximo jugo al AIS.
 
En el juicio que se adelanta la familia Dávila Fernández ha sido presentada por la Fiscalía como testigo contra Valerie Domínguez. Según informa EL TIEMPO (30 de mayo, página 5, Debes Saber), "Ella (la señora madre de Juan Manuel Dávila) y todos los Dávila negociaron con la Fiscalía ser testigos (contra Valerie) a cambio de no pagar cárcel".
A quienes somos meros espectadores u observadores, nos surgen unas primeras inquietudes.
¿Cuántos de los beneficiarios de AIS que recibieron determinadas sumas las han devuelto?
¿Cuántos están investigados o han sido enjuiciados?
¿Presentar un testimonio conlleva impunidad para el delito cometido?
¿En Colombia hay que declararse culpable para ser hallado inocente, y declararse inocente es indicio de culpabilidad?
¿Son confiables unos testigos imputados que aceptan declarar contra otro imputado, a cambio de que no los metan a la cárcel?
 
La mamá y la hermana de Juan Manuel Dávila, de acuerdo a lo que publica EL TIEMPO (fecha citada), "ventilaron detalles íntimos de la relación del empresario y la exreina, y aseguraron que (Valerie) sí conoció los pormenores del subsidio de AIS. Juan Manuel consultaba todo con Valerie. Ella conocía de los proyectos de la familia porque se hablaba permanentemente de eso. Sabía que nos habían otorgado un subsidio del Ministerio".

Hasta aquí no se ve dónde esté el delito, o la mala intención, por parte de Valerie. Es obvio que ella debería saber que el Ministerio de Agricultura les había otorgado un subsidio a los Dávila Fernández, pues de ello "se hablaba permanentemente en la familia", de la cual Valerie, como novia y compañera de Juan Manuel, hacía parte. Lo que no queda claro en "las revelaciones" de los Dávila Fernández es si Valerie sabía que la maniobra para obtener los subsidios de AIS era dolosa, y si estaba de acuerdo con que se perpetrara el fraude. En tal caso su complicidad en el delito cometido por los Dávila sería indiscutible; pero no se ha demostrado nada al respecto.
Las declaraciones de los testigos de cargo, divulgadas por la prensa, indican lo contrario de mala intención en la actitud de Valerie. Ella ha sostenido en todo momento su inocencia, no obstante que el declararse culpable podría significarle importantes rebajas en la posible pena. Si se ahoga, la declararían inocente. Si la condenan, como pide el Fiscal, le aplicarán el máximo de la pena que corresponda.
"Las Dávila, agrega EL TIEMPO, coincidieron al señalar que la actriz solo rechazó los 306 millones de pesos cuando estalló el escándalo". ¿Y por qué habría de rechazarlos antes del escándalo si tenía el convencimiento de que todo era legal?

No sabemos si los Dávila devolvieron el subsidio que "les regaló el Ministerio" antes o después del escándalo, o ni antes ni después del escándalo. Deberían aclararlo.
También dicen las Dávila que Valerie celebró el otorgamiento del subsidio. "Estábamos muy contentos (dice la señora Fernández de Dávila) de que el Estado nos hubiera hecho ese regalo. Ella (Valerie) estaba muy contenta, se lo comentó a mi hija. Esa noche incluso salieron a celebrar". Si estar contento y celebrar que el Estado le regale a uno un montón de millones de pesos es un delito, entonces no es Valerie la única delincuente. Tanto ella, como su familia política, estaban muy contentos "por el regalo", declara la señora madre del exnovio de la actriz. Todos incurrieron en el delito de la alegría.
El caso de Valerie Domínguez y los subsidios de AIS han volcado sobre ella  (reina de belleza, destacada modelo y célebre actriz) la atención de los medios y del público, y ha dejado en la penumbra discreta, disolviéndose en el olvido, pasando de agache, a los otros cuarenta y pico de beneficiarios del programa de subsidios agrícolas. Tal parece que se quisiera descargar sobre Valerie el monto total de los cuarenta y ocho mil o más millones que se distribuyeron en subsidios de AIS. Sin embargo, Valerie no obtuvo un centavo de esa generosidad del Estado con los agricultores emprendedores. Los 306 millones que se le habían asignado los devolvió sin tocarlos ni mancharlos. El Ministerio de Agricultura está en la obligación de informar a la opinión qué cantidades se han recuperado del programa de AIS. Quiénes han devuelto y quiénes no han devuelto los subsidios. Y también, desde luego, quiénes no están en la obligación de devolverlos.
No soy amigo de Valerie Domínguez, no la conozco, no he visto sus novelas, y no puedo decir si es buena o mala actriz. Y por supuesto, no soy su abogado (ni soy abogado); mas sí quiero, en el trance que soporta, expresarle mi simpatía y mi admiración. Es una colombiana que, acusada de un delito, ha mantenido con dignidad su inocencia, se ha defendido con altura, con la seguridad y la serenidad de quien tiene la convicción de haber obrado correctamente, y de no haber cometido, de mala fe, un error. Lo que en fin de cuentas la justicia debe castigar, y la sociedad sancionar, es la mala fe, no el error. 

1 comentario:

  1. Yo defiendo a Valerie sólo por una razón. ¿Cuál? Es una mujer casi idéntica a mi esposa. Parecen gemelas. Creo que si fuesen gemelas por genética no se parecieran tanto. ¡No sé cómo es la conducta de Valerie, pero el comportamiento de mi esposa me hace sentir muy contento!

    Alex Enrique
    Cel. 318 22 00 333

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