Fedepalma
denuncia bloqueo ilegal a la palmicultura en el Magdalena Medio
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El Presidente Ejecutivo de
Fedepalma, Jens Mesa Dishington, precisó que el Gobierno Nacional debe proteger
el derecho fundamental al trabajo y la libre empresa, el cual viene siendo
perturbado, de manera ilegal, por actores con una agenda contraria a la de
representar y defender los legítimos intereses de los trabajadores, al tiempo
que reclama la vigencia del Estado de Derecho.
Bogotá, 8 de noviembre de 2011
La
Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, Fedepalma, denunció el
bloqueo forzado de actividades en los municipios de Puerto Wilches, Sabana de
Torres, Barrancabermeja, San Vicente de Chucurí, San Pablo, Simití y
Cantagallo, promovido por activistas de Sintrainagro y la CUT, el cual se
extiende hoy a centenares de pequeños y medianos productores palmeros,
alrededor de 60.000 hectáreas que corresponden aproximadamente a 15% del área
sembrada en palma en Colombia, y a cinco plantas extractoras de aceite de palma,
perjudicando a miles de personas, campesinos, empresarios, trabajadores,
cooperados, al igual que sus familias y las comunidades locales, y ocasionando
cuantiosas pérdidas.
Esta
grave situación, que desde hace más de siete semanas ha sido conocida por todas
las instancias de gobierno, no se ha resuelto, por cuanto la participación de
las mismas se ha reducido a intentar una mediación, como si sólo se tratara de
un asunto laboral, y a proponer que las partes se sienten a negociar,
desconociendo que el problema es un tema de orden público, explicó el
Presidente Ejecutivo de Fedepalma, Jens Mesa Dishington.
Enfatizó
que para presionar la negociación colectiva de trabajo que adelanta Palmas
Oleaginosas Bucarelia S.A. con su sindicato, activistas de organizaciones
sindicales irrumpieron en plantaciones y plantas extractoras, que no tenían
nada que ver con este proceso, y, a la fuerza, con base en intimidación y
violencia, impidieron el acceso del personal a sus sitios de trabajo y el
desarrollo normal de esta agroindustria y de la economía de la región.
El
dirigente gremial argumentó que la región del Magdalena Medio, durante un largo
período, fue escenario de violencias de toda índole, y como consecuencia de
ello, importantes zonas estuvieron prácticamente perdidas para Colombia.
Manifestó
que, por fortuna, en los últimos años, ha tenido lugar en esta zona un gran
desarrollo de la palmicultura, especialmente a través de Alianzas Productivas
entre empresarios y pequeños productores campesinos - muchos de ellos, en el
pasado, raspachines de coca -, con lo cual se ha afianzado la recuperación
económica y la paz.
Sin
embargo, actualmente los logros alcanzados amenazan perderse y cientos de
campesinos y medianos productores podrían arruinarse como consecuencia de que
las plantas extractoras, a donde usualmente envían el fruto de sus cultivos,
están cerradas a la fuerza por los activistas sindicales.
Mesa
Dishington puntualizó que, si bien el Gobierno Nacional ha invocado el trabajo
lícito como alternativa para erradicar el narcotráfico y la violencia en Colombia,
en este caso, donde tiene lugar un proceso de convivencia pacífica y progreso,
no ha actuado en debida forma para impedir las vías de hecho y la agresión de
los promotores de este bloqueo ilegal.
Por
último, recordó que los cultivos de palma en el Magdalena Medio han sido
severamente afectados por la enfermedad de la Pudrición del Cogollo, arrasando
más de 10.000 hectáreas, frente a lo cual los productores han trabajado con
empeño en su renovación y recuperación, con algunos apoyos estatales; esfuerzo
éste que podría malograrse de persistir el bloqueo a la región y la ausencia de
una intervención decidida de las autoridades. En este sentido subrayó que, en
nuestro país, regido por un Estado de Derecho, las vías de hecho no pueden prosperar.
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