Palabras del Presidente
Juan Manuel Santos con motivo de la creación de los Ministerios de Salud y
Trabajo
Bogotá, 2 nov (SIG). “Hoy
es uno de esos buenos días en que podemos decirles a todos los colombianos
que hemos cumplido, que estamos cumpliendo y que seguiremos cumpliendo.
Son tres las principales
metas de nuestro Plan Nacional de Desarrollo, tres ejes que marcan el rumbo
que definimos en este gobierno el 7 de agosto del año pasado: más empleo,
menos pobreza y más seguridad.
Hoy quiero hace énfasis
sobre el primero de estos ejes: es decir, más empleo.
En la campaña nos pusimos
metas ambiciosas y una de ellas era la generación de empleo –pero no
cualquier empleo, sino empleo formal y de calidad–.
Ahora, casi 15 meses
después de haber jurado como Presidente de la República, puedo decir
que los resultados me producen inmensa alegría –porque eso es lo que siento,
y lo que deberíamos sentir los colombianos: alegría–.
Prometimos, por ejemplo,
crear 2,5 millones de puestos de trabajo.
Pues bien… ¡hemos generado
1 millón 85 mil empleos desde que empezamos el gobierno!
Yo espero, como ha sido
costumbre, que esa tendencia siga hasta final de año, o sea que octubre,
noviembre, diciembre, esa cifra debe seguir aumentando. Luego generalmente
baja otra vez enero, febrero y comienza otra vez la tendencia ascendente.
Estamos hablando de cerca
de 1 millón 85 mil colombianos que hoy se levantaron con la tranquilidad de
tener un trabajo, con la satisfacción de sentirse productivos y con el placer
de recibir un ingreso ganado con el sudor de la frente.
¡Estamos cumpliendo!
También me siento muy feliz
porque esta semana le dimos al país una gran noticia que esperábamos dar al
final del cuatrienio.
Es una noticia que ‘se nos
adelantó’ casi tres años.
Me refiero, nada más ni
nada menos, que a la tasa de desempleo, que bajó a un dígito –9,7 por ciento
en el mes de septiembre–
Otra vez podemos decir:
¡estamos cumpliendo!
Se trata de una disminución
de casi un punto con respecto al mismo mes del año pasado, teniendo en cuenta
–además– que la tasa global de participación también aumentó y ahora es de
casi el 64 por ciento, una de las más altas del mundo, y eso es también una
buena noticia.
Si logra uno bajar el
desempleo y la tasa de participación sube, es la mejor combinación que uno
puede encontrar en una sociedad.
Eso quiere decir que no
sólo hemos generado más empleos, sino que el crecimiento en el número de
ocupados ha sido superior al número de colombianos que ha salido a buscar
trabajo, el cual también es cada día es más grande.
Hoy hay más de 20 millones
400 mil colombianos trabajando, una cantidad que no se había visto en toda nuestra
historia.
Son resultados sin
precedentes, pero no podemos sentirnos satisfechos, pues hay todavía 2
millones 200 mil compatriotas que buscan trabajo y no lo encuentran.
Por ellos tenemos que
perseverar en esta cruzada por el empleo.
Eso sí, podemos sentirnos
orgullosos – ¡muy orgullosos! – porque somos el país de la región –y tal vez
uno de los del mundo– que, en términos relativos, más empleo ha generado en
el último año.
No exagero si les digo que
la creación de más de un millón de empleos que podemos reportar en Colombia
es la noticia que hoy sueñan –y no pueden dar– las grandes economías del
planeta.
Todo esto contribuye al
crecimiento del país en muchos sentidos y para no extenderme en ejemplos les
cito sólo uno:
El incremento del empleo formal
ha contribuido a la sostenibilidad del sistema de seguridad social.
Prueba de ello es que hoy
existen 615 mil nuevos trabajadores afiliados al Régimen Contributivo de
salud y 400 mil trabajadores más en el sistema general de pensiones.
Buena parte de estos
resultados se deben a la Ley
de Formalización y Generación de Empleo –una iniciativa que materializamos a
pocos meses de iniciar el gobierno–.
Esa Ley –como todos
sabemos–, en su componente de estimular el primer empleo, tiene un ‘autor
intelectual’: me refiero al doctor Rafael Pardo, quien fuera mi contendor de
las elecciones presidenciales.
Y doctor Pardo, por ahí
dicen que yo dije cosas suyas. Le aseguro que no fueron menores a las que
usted dijo de mí. Pero en la política, la reconciliación es tan importante,
dejar los odios a un lado es tan importante, trabajar juntos es tan
importante que no importa lo que usted haya dicho de mí. Se lo perdono.
Era una iniciativa tan
buena que no dudamos en acogerla en la Mesa de Unidad Nacional.
Y miren los resultados. Los
resultados es que hemos logrado disminuir el desempleo, creamos empleo formal
y eso es un resultado que la gente hoy puede percibir y gozar. Y eso es parte
de ese espíritu de conciliación y por eso pues nadie mejor que usted, doctor
Pardo, para ocupar el nuevo Ministerio de Trabajo a partir de la próxima
semana.
El Ministerio de Trabajo
Precisamente, hoy nos
reunimos para celebrar el alcance de la creación de este ministerio.
Y permítanme insistir:
¡seguimos cumpliendo!
Ésta era otra promesa de
campaña con la que esta semana nos ponemos al día.
Y debo aclarar que aquí NO
estamos ‘reviviendo’ el antiguo Ministerio del Trabajo.
El ministerio que hoy
presentamos es una estructura nueva, moderna, que nace sobre las bases
sólidas del Buen Gobierno: eficacia, eficiencia, transparencia y rendición de
cuentas.
Sus objetivos son
básicamente tres:
El primero es mantener el
buen paso que hemos emprendido en materia de formalización y de generación de
empleo.
Precisamente, esa es la
principal característica que diferencia a esta cartera de los anteriores
ministerios, porque la creación de puestos de trabajo no estaba dentro de sus
funciones habituales.
Para enfocarse en este
propósito se crea el Viceministerio de Empleo y Pensiones, que concentrará
sus esfuerzos en materia de competitividad y en la implementación de
políticas que generen oportunidades de trabajo para las poblaciones más
vulnerables.
De manera que aquí están
ligadas dos de nuestras grandes metas: más trabajo y menos pobreza.
De entrada, doctor Pardo,
usted tiene dos misiones muy importantes.
Una es mantener el dinámico
ritmo de formalización que ya hemos iniciado; la otra misión es continuar
impulsando la tendencia decreciente de la cifra de desempleo y lograr una
especie de ‘tasa controlada’, de manera que nunca más escale a los dos
dígitos –tal y como lo hicimos hace 10 años con la inflación.
Colombia tenía una
inflación de las más altas de la región. Nos propusimos bajarla a un dígito,
de común acuerdo con la política del Banco de la República,
establecimos una política que denominamos de inflación objetivo y esa
política fue muy exitosa.
Y hoy tenemos una tasa de
inflación con metas entre el 2 y 4 por ciento, y eso sumado a la tasa de
desempleo que hoy tenemos, las dos tasas, inflación más desempleo, es lo que
muchos economistas durante mucho tiempo llamaron el ‘indicador de miseria’.
Y yo creo que ese
‘indicador de miseria’ hoy es de los más bajos de nuestra historia, pero
tenemos que seguirlo bajando, porque todavía hay demasiada gente en la
miseria.
Para ayudar a este
propósito, el SENA queda como una entidad vinculada a este Ministerio,
entendiendo que se trata de una institución dedicada a la “formación para el
trabajo”.
Un segundo objetivo de esta
nueva cartera tiene que ver con su responsabilidad en liderar y coordinar la
política pensional.
En este punto hay que tener
una consideración básica: en Colombia hay una minoría de ciudadanos con
pensión y una gran mayoría sin ella.
En ese sentido, la
prioridad del Ministerio es, por un lado, garantizar que la pensión le siga
llegando a quienes ya se la han ganado.
De otra parte, su misión es
buscar soluciones para aquellos que aún no cuentan con dicha pensión.
Para dirigir esta política,
estamos creando una Comisión Intersectorial para la Política Pensional,
integrada por Planeación Nacional y los ministerios de Hacienda, de Salud y
–por supuesto– de Trabajo.
Esta comisión va a ser la
encargada de fijar la política pensional, porque entendemos que se trata de
un tema que involucra a diferentes sectores y que deben ser tenidos en
cuenta.
Y bajo este organismo se va
a mantener la información pensional, que es tan importante porque la
información es clave para poder administrar los sistemas de seguridad social.
El tercer y último objetivo
guarda relación con el nombre del otro viceministerio, que será el
Viceministerio de Relaciones Laborales.
Ésta sí ha sido la tarea
tradicional de los ministerios de trabajo, y al respecto ya tenemos avances.
Entre otras cosas, actualizamos
el acuerdo laboral tripartito con empresarios y trabajadores; aumentamos el
presupuesto para la protección de líderes sindicales y facilitamos la
creación de 196 nuevos sindicatos –óigase bien– ¡196 nuevos sindicatos en los
primeros ocho meses de este año!, frente a 89 que nacieron en todo el año
2010.
Además, expedimos un
decreto con el que pusimos freno a la contratación innecesaria a través de
cooperativas de trabajo asociado.
Un buen caso para exaltar
es el de Almacenes Éxito: Desde el pasado mes de mayo ha vinculado
formalmente –con prestaciones– a unos 2.500 de sus empacadores, a lo largo de
sus establecimientos en casi 40 ciudades.
También hemos aumentado el
número de inspectores de trabajo –ya tenemos más de 520 y vamos a llegar a
900 al final del cuatrienio–.
Algunos de estos avances se
incluyeron en el Plan de Acción que nos ayudó a destrabar el TLC con Estados
Unidos, pero lo cierto es que hacían parte desde un principio de nuestros
propósitos en el Gobierno.
Son avances que nos nacen
por convicción propia y por un compromiso sincero con los derechos de los
trabajadores a una vida digna, a una remuneración justa y a unas condiciones
de trabajo adecuadas.
En el próximo futuro, la
estructura del nuevo ministerio contará con la asistencia técnica de un grupo
de expertos de la Organización Internacional del Trabajo, la
entidad más importante del mundo en materia laboral, a cuya dirección, por
cierto, hemos postulado a nuestro Vicepresidente Angelino Garzón.
La OIT acompañará la implementación del Plan de Acción
(del TLC), para ayudarnos a fortalecer la inspección, la vigilancia y el
control, en beneficio de los derechos fundamentales del trabajo y del diálogo
social.
Adicionalmente, el
Departamento Administrativo de la Economía Solidaria
–Dansocial– se convierte a partir de ahora en una entidad adscrita al
Ministerio, lo que garantiza que le daremos fuerza a la promoción del
cooperativismo y de las organizaciones solidarias.
Como ven, aquí estamos
consolidando todo el ‘Sector del Trabajo’ –en su conjunto–, dándole unidad y
coherencia, no sólo por las nuevas funciones del Ministerio, sino también por
el tipo de entidades que quedaron vinculadas a esta cartera.
Colpensiones es otra
entidad que queda bajo el Ministerio de Trabajo.
Lo que esperamos ahora es
que el Ministerio genere una dinámica promoción del empleo –del empleo
formal, digno, de calidad– y una fluida relación con trabajadores y
empresarios.
Quiero terminar estas
palabras destacando la doble importancia de dividir el Ministerio de
Protección Social.
Porque no sólo se trata de
la creación del Ministerio del Trabajo, sino también –de forma consecuente–
del surgimiento del Ministerio de Salud.
A partir de ahora, la salud
tendrá su propia cartera y podrá focalizarse en los temas que conciernen a su
sector: básicamente, salud pública y calidad en el servicio.
Prioridades en materia
de salud
La hoja de ruta en esta
nueva etapa ya está definida y quiero destacar tres prioridades que tenemos
en materia de salud.
La primera de esas prioridades
es FORTALECER LA
PREVENCIÓN Y PROMOCIÓN DE UNA VIDA SANA, porque bien dice
el refrán: ‘Mejor es la salud que nunca se perdió’.
En este punto, todos
debemos ponernos metas concretas:
Gobierno, aseguradoras y
prestadoras de salud debemos tener claros los objetivos en cuanto al
bienestar de los afiliados.
Cada uno de los actores
debe poner en marcha estrategias para preservar la buena salud de los
colombianos y para mitigar los riesgos en su condición física.
Debemos, por ejemplo,
buscar a los afiliados con enfermedades crónicas –como obesidad, hipertensión
o diabetes– para fomentar en ellos hábitos de vida saludables.
La idea es mejorar la
calidad de vida de los colombianos y reducir la probabilidad de
complicaciones futuras.
Siempre en la vida en
general, pero sobre todo en la salud, es mejor prevenir que curar. Y es más
barato además.
Una segunda prioridad es
FORTALECER EL DIÁLOGO CON LOS ACTORES DEL SISTEMA.
Ahora este ministerio podrá
concentrar sus esfuerzos –aún más– en la necesaria interlocución con
aseguradores, prestadores de salud y usuarios.
De hecho, en los próximos
días, vamos a socializar el borrador del decreto que reforma a las EPS, con
algunas de las cuales me reuní hace unos días, la semana pasada y ahí
acordamos una serie de puntos muy importantes, porque siempre he creído que
la concertación siempre trae mejores decisiones.
Se trata del decreto que va
a redefinir las funciones de las EPS y los requisitos que deben cumplir para
permanecer en el sistema, sacando del juego a las ineficientes y
fortaleciendo a las que demuestren su capacidad real y efectiva para atender
con dignidad a los usuarios.
Vamos a evaluar su
desempeño con indicadores de resultados en materia de salud, además de
aplicar los más altos estándares para verificar su situación financiera.
Y seremos muy estrictos en
este proceso, porque la salud de las personas no es algo que pueda tratarse a
medias.
Ayer no más dimos un paso
muy importante al unificar los planes de beneficios de los regímenes
subsidiado y contributivo para los colombianos de 60 años o más.
Yo le decía ayer (martes) a
quienes estaban asistiendo a ese acto, que llegó un funcionario a decirme
‘aquí esta el decreto de los viejitos’. Entonces le dije ¿cuáles viejitos? Y
dijo ‘pues los mayores de 60 años’. Y entonces le dije ¿usted cree que yo soy
viejito?’ Entonces me dijo ‘no, no, no, no’. Entonces le dije no nos diga
viejitos. Mayores de 60 años, que es más apropiado’.
Pero todos los mayores de
60 años hoy tendremos derecho a ese régimen único y creo que es un avance
importante, 2,3 millones de personas.
Y nuestra obsesión es
proveer un servicio de salud digno, con CALIDAD, EQUIDAD Y OPORTUNIDAD.
Y esto, precisamente, tiene
directa relación con la tercera prioridad, que es MATERIALIZAR LA ‘ATENCIÓN
PRIMARIA EN SALUD’.
Queremos que no haya
excusas, de ningún tipo, para impedir o interrumpir el tratamiento que un
ciudadano necesita.
Hoy algunos colombianos, en
lugares apartados, no pueden acceder a tratamientos, a pesar de que su EPS sí
los contempla.
La razón es que, por
ejemplo, la EPS
no tiene contrato con un hospital o un centro médico al que el paciente puede
desplazarse sin dificultades.
De manera que esta
‘Estrategia de Atención Primaria en Salud’ va a ser una especie de
‘protocolo’ o ‘guía’ que deben tener en cuenta los actores de la cadena.
La idea es que las EPS
prevean todos los tratamientos que requieren sus afiliados –y en qué zonas–
para que diseñen la mejor manera de integrarse con hospitales y centros
médicos.
El objetivo principal del
Ministerio de Salud –y hago énfasis en esto– es garantizar que los
colombianos tengan acceso efectivo a los servicios de salud SIN EXCUSAS, sin
interrupciones, de manera oportuna y sin someter a los pacientes a
desplazamientos o demoras absurdas.
Estimados amigos:
Los logros que hemos
obtenido –en trabajo y en salud– me hacen pensar en esa frase que me gusta
usar tanto y que dice que ‘se alcanza el éxito convirtiendo cada paso en una
meta y cada meta en un paso’.
El mejor ejemplo de eso es
que nuestra meta inicial de desempleo –que era bajarlo a un dígito– ahora es
sólo un paso más en la búsqueda de otras metas más ambiciosas.
Este tipo de avances los
hemos logrado trabajando con amor y con decisión por el país y –sobre todo–
uniendo esfuerzos.
Hemos demostrado, una vez
más, que la Unidad
Nacional sirve para nuestros propósitos colectivos, para
ponernos de acuerdo en nuestros objetivos comunes en lugar de atizar las
diferencias.
Los invito a que sigamos
caminando por esta senda de prosperidad que hemos trazado juntos.
Día tras día, paso por
paso, ladrillo por ladrillo, estamos construyendo –unidos– la nación que
queremos.
Muchas gracias”.
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martes, 8 de noviembre de 2011
Colombia, ministerios de Salud y Trabajo. JM Santos
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