sábado, 10 de julio de 2010

Mónica Santander envia mensaje a los médicos colombianos


Mónica Santander es una de mis amigas comunicadoras.
Es de las buenas comunicadoras que conozco y admiro.
Hace pocos minutos me envió este material y me gustó.
Ella sabe porqué lo envía y yo la acompaño en medio de sus cavilaciones.

Un abrazo para ella y su family.

LuisEmilioRadaC

Nota:
Para eso se hizo este blog, para expresarnos, como dice Mónica.

Pd:



Hace rato que no escribía en el blog, pero he tenido unos meses intensos de trabajo en todas las áreas: casera, oficina, gremial, ministerial, etc.

Este escrito lo tenía guardado hace tiempo, no en mi computador, sino en mi mente y por supuesto en mi corazón, debo aclarar que tengo muchos amigos médicos, muy buenos profesionales y excelentes amigos,
de verdad es maravilloso poder tenerles como amigos, sobre todo en caso de emergencias médicas y otras ocasiones que expondré más adelante.

He venido, desde hace tiempo, recopilando una serie de experiencias de las relaciones médico-pacientes, analizando consultas externas, hospitalizaciones, etc, y llevo los dos últimos años, guardando algunas opiniones sobre por qué, cada día más, se desmejora la comunicación, la imagen y por ende la confianza en la profesión médica. Lastimosamente muchos llevan "del bulto" por las prácticas de otros.

Quiero aclarar que mis experiencias de fallas comunicacionales médico-paciente, han sido personales, nadie me lo ha contado, lo he vivido y "sufrido" en carne propia. Aquí les narro algunas de ellas:




Ejemplo 1: El pediatra al que llevé a mi hijo, cuando aún se dejaba llevar, profesional muy recomendado por una amiga cercana, reconocido, famoso y por ende costoso. ¡Bueno! me dije, la salud de mi hijo no tiene precio, además me imagino el trato personal, el servicio plus y demás cosas que tontamente se imagina uno cuando cree que al pagar más se recibe más. Ohh sorpresa, el citado médico se limitaba a revisar a mi hijo, preguntarme lo mismo de siempre, ponía cara de aburrimiento cuando le preguntaba cosas que se "supone" yo debería saber y encima, si el niño estaba enfermo no llamaba a saber o preguntar sobre él. Yo acá, "desde la cocina" y sin "saber leer o escribir" de medicina creo que uno debe estar monitoreando constantemente a los pacientes y si éstos nos están pagando, pues mucho más, y eso esperaba inocentemente del pediatra. Me dije a mi misma,
debe ser que este hombre atiende más de 500 niños enfermos y no tiene sino una sola secretaria para hacer llamadas.

Ejemplo 2: Entro con mi mamá al consultorio del médico internista, mi mamá había sufrido una isquemia cerebral transitoria hacía un mes y le habían dado cita en la EPS con este médico. Saludamos, nos sentamos, y nos quedamos calladas... mientras entramos, nos sentamos y nos quedamos calladas, el internista estaba completamente "interno" en la pantalla del computador que tenía frente a él, tecleaba y movía el mouse sin misericordia. Nos contestó el saludo entre dientes y se quedó mudo por 5 minutos que a mi particularmente me parecieron como 20. Luego sin dejar de mirar el computador empezó a preguntar: nombre, edad, enfermedades padecidas, cirugías practicadas, vacunas, mascotas, hobbies, herencias y cuanta locura preguntan en estos tests médicos. A estas alturas del partido, mi mamá y yo contestábamos automáticamente y dedujimos que todas las preguntas se referían a mi mamá. Luego, sin dejar de mirar el computador, diagnoticó, formuló y se despidió. Yo le dije a mi mamá: "Bertha Ligia, este hombre es un zombi, un extraterrestre y debemos informarlo a la EPS".

Ejemplo 3: mi hermano Víctor, a quien amo mucho, fue recientemente operado de la glándula tiroides, cirugía super riesgosa y de mucho cuidado, el cirujano cuando lo revisó, ya en la clínica no recordaba si le iba a sacar media, una o ambas glándulas tiroides, mi hermano le decía discutiendo con él, "pero Doctor, usted me dijo en su consultorio, donde me ha visto ya tres veces, que era media tiroides la que me iba a sacar" y el médico le contestó "Bueno como no estamos seguros mandemos a buscar tu historia clínica y si no, abrimos y cuando vea lo que tienes, decido" ahhhhh cómo les parece??? Además lo operó, se fue y no volvió NUNCA más, le dio de alta por teléfono, mandó a la enfermera a quitarle la mecha de la herida,
dio instrucciones y no le vimos más el forro. un día después de la cirugía, a Víctor se le dormían las manos y la cara y buscamos como aguja en un pajar el número del susodicho y lo llamamos, nos dijo, llévenlo a emergencias allá el médico general lo revisa y sabe que hacer.

Estos tres ejemplos se repiten continuamente en las relaciones médico - pacientes, así que aquí les va mi diagnóstico comunicacional:

1. Yo estudié comunicación social porque me apasiona el tema, amo lo que hago y trato de hacerlo bien, tengo muchos clientes (no llego a los 500), sin embargo me acuerdo de ellos en sus cumpleaños, Navidad, y mucho más si son clientes vigentes, es decir si el "billete" está entrando continuamente por causa de ellos. Mi comunicación con ellos es honesta, legítima y como amo lo que hago, los atiendo con gusto, aunque algunos sean "una piña debajo del brazo". Así que debo devanarme los sesos pensando el por qué los médicos han olvidado, el por qué estudiaron medicina, o de pronto lo hicieron por las razones equivocadas. Pienso yo, no sé, con tanto médico que hay en Colombia (dicen que son más de 60 mil) y somos casi 41 millones de colombianos, quiere decir que a cada médico le tocaría atender y servir
aproximadamente a 600 pacientes, que al menos nos podrían hacer una llamadita al año.

2. Se que la situación de muchos médicos no es la mejor, las legislaciones en salud no han sido bondadosas con ellos, y si lo han sido con las empresas prestadoras de salud (¿por qué será?) pero en todo caso, así están muchos profesionales en Colombia y no por eso se convierte en una carga trabajar o mejorar su forma de hacer las cosas.


3. Las especialidades médicas que más ganan, son las que menos se comunican, ¿será que en los estudios de especialización le dan instrucciones claras sobre cómo volverse ciego, sordo y mudo con los pacientes? Claro que esta situación también la he visto en comunicadores, ingenieros, abogados, mientras más suben, menos se dignan hablar con el "bajo mundo".

4. Por último mis recomendaciones a los médicos: cuando hablen con sus pacientes, recuerden mirarlos a los ojos, expliquen en palabras sencillas lo que tiene (nadie los está viendo, si se trata de aparecer más inteligentes), traten de recordar los nombres de sus pacientes, sus historias, y si tienen mala memoria, por lo menos estudien un poco cada historia clínica antes de entrevistarse con ellos. Si están atendiendo a varios pacientes al tiempo, póngase recordatorios en el celular, en caso de no tener secretaria, para que los llame y pregunte como sigue. Háganlo por amabilidad y de paso para estar al tanto del trabajo que hicieron, sino le importa eso, piense que una demanda puede llegar en cualquier momento y por lo menos tendrá de su parte el hecho que haber mostrado interés. Si usted es de los que cobra una consulta costosa, no pretenda abarcar más de lo que puede, no se comprometa a hacer o atender muchos pacientes en un solo día, la mitad no quedará conforme con su atención. Trate de hacer bases de datos confiables de sus pacientes recordando cosas particulares de cada uno de ellos, si no sabe manejar excell o cualquier otro programa, dígale a su hermanito o a su hijo que lo haga por usted, le será de mucha ayuda. Capacítese en atención al cliente, eso lo ayudará a ver al paciente bajo otra óptica.


Bueno, pero no todo ha sido malo, hace un año operaron a una amiga en la clínica Carriazo y le enviaron a su casa un pequeño pastel con una tarjeta que decía, "recupérate pronto", algo es algo.

Ok, esta es más una forma de desahogarme que de profundizar en la comunicación médico-paciente, pero sirvió para el fin para el que fue creado este blog, expresarme cuando quiero. jejeje

1 comentario:

  1. Hola Mónica, como uno de tus amigos médicos, debo reconocer que lo que tú has vivido, se repite día a día en los consultorios médicos de nuestra ciudad y nuestro país; una indolencia médica que contrasta totalmente con el sentido que tiene la profesión, que es el de mitigar el dolor (físico, mental, social) de quienes acuden a una consulta.
    Debo afirmar, por mis casi 27 años de ejercicio de la profesión, que esta actitud médica, si bien ha sido acentuada por la reglamentación que ha sufrido la salud desde el año 1993, no es nueva. Ya era común entre muchos colegas.
    Buena parte de los colegas compiten por quién tiene mejor estándar de vida, determinado según la mayoría, por el tamaño y ubicación del apartamento, el modelo y valor del vehículo, el número de souvenirs adquiridos en el exterior. La competencia no es por quién es más cálido con el paciente, quién hace un seguimiento más cercano a cada uno de ellos o quién conoce más de la situación familiar y social de la persona que atiende.
    Acabar con esta situación no es nada fácil, ya que los estudiantes reproducen lo que aprenden durante su carrera: bastante teoría sobre las enfermedades, habilidades para diagnosticar y tratar de manera pertinente a los pacientes, pero poco sobre ética social y profesional.
    Un colega, como muchos otros, expresaba con mucha frecuencia: “los médicos estamos convencidos que las letras MD, son sinónimo de Medio Dios”, para referirse a esa actitud arrogante y nada humilde de muchos colegas que anteponían sus intereses personales al dolor del paciente que acudía a la urgencia o la consulta externa de la institución donde laborábamos.
    Mónica, a pesar de todo esto, hay mucha gente en el gremio médico que ejerce con todo el afecto y responsabilidad que la profesión demanda; y si bien no tengo cifras, se que es la mayoría, y espero no equivocarme en tal afirmación, ya que sería muy doloroso para la profesión, para quienes la ejercemos y sobre todo para la sociedad.
    Rafael Rada Conrado
    Julio 11 de 2010.

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