sábado, 13 de marzo de 2010

BID: gobiernos deben mejorar la situación fiscal




El RADAR estará en la Asamblea del Banco Interamericano de Desarrollo -BID-, entre el 19 y 23 de marzo.
Esa labor la comenzamos a realizar desde 1995, cuando el noticiero se atrevió a informar desde Jerusalén, Israel, y desde ese tiempo le hemos seguido el rumbo a este encuentro internacional, que se realizó el año pasado en su versión 50, en Colombia, Medellín...
Ahora nos vamos para Cancún, México y le pedimos a Dios que nos ilumine para informarles con veracidad, oportunidad y prontitud.

Estas reuniones nos han permitido crecer como comunicadores, periodistas y como seres humanos.

Esta vez me acompañarán tres caribeños: Norberto Tejeda, Carlos Arzuza y Rodrigo Linero. Con ellos trataremos de contarles parte de la historia del encuentro de Cancún.
Hace unos dias, el propio Banco, nos envió una información donde el presidente de la entidad, el colombiano, Luis Alberto Moreno, habla de la Asamblea.

LuisEmilioRadaC
Pd:


Entrevista
10-mar-2009

El Presidente Moreno habla sobre la Reunión Anual en Cancún

El presidente de BID, Luis Alberto Moreno, habla de perspectivas económicas antes de la Reunión Anual del Banco en Cancún que se realizará del 19 al 23 de marzo

Muchas veces, la Reunión Anual del BID representa una oportunidad para fijar el rumbo de la institución en los próximos meses e incluso años. ¿Cuáles son algunos de los temas más importantes que se tratarán en Cancún?

Lo peor de la crisis económica parece haber pasado, pero aún hay retos sumamente importantes. La crisis ha incrementado la necesidad de que los gobiernos mejoren su situación fiscal, al mismo tiempo que enfrentan las crecientes necesidades sociales de la región. A pesar de los progresos recientes, cerca de 200 millones de personas en la región se encuentran en una situación de pobreza. Uno de cada 12 niños menores de cinco años tiene escaso peso. Más de la mitad de la población ocupada trabaja en el sector informal, con acceso precario a las redes de seguridad social. La productividad es casi la mitad de la de los Estados Unidos y la tasa de crecimiento económico de la región está muy por debajo de su verdadero potencial.

Según nuestras estimaciones, América Latina y el Caribe debería invertir cada año cerca de 40 por ciento más para cerrar la brecha económica y social con países de la OCDE y naciones asiáticas de ingresos medianos.

Para llevar esta empresa hacia adelante, hoy más que nunca, la región necesita el apoyo de la comunidad internacional y de instituciones multilaterales como el BID. Podemos ayudar a producir los cambios necesarios para reducir la vulnerabilidad macroeconómica y hacer que las políticas públicas y el gasto sean más eficaces.
Chile


Además de estos difíciles desafíos, la región ha sido golpeada por dos devastadores terremotos en Haití y Chile. El BID está trabajando estrechamente con estos países para apoyar sus esfuerzos de reconstrucción.

El BID, por lo tanto, debe ser capaz de responder ágilmente a estas demandas de desarrollo, mientras nos aseguramos de aplicar internamente el buen gobierno y la debida rendición de cuentas. Esto incluye por supuesto una revisión de nuestros niveles de capital, para garantizar que el BID tenga la capacidad de responder a las necesidades futuras de los países durante la próxima década. Y, por supuesto, seguiremos atentos a las necesidades especiales de Haití.

A propósito, ¿cuál es la situación de la labor del BID en Haití?

Somos el mayor donante multilateral en Haití y hemos emprendido una serie de iniciativas a raíz del terremoto. En términos de respuesta inmediata, vamos a hacer el mejor uso de nuestra actual cartera de 25 operaciones —con un costo total de US$707 millones— para impulsar acciones de emergencia tras el terremoto. Tenemos un saldo no desembolsado de US$339 millones, que puede contribuir a dicho propósito.

Estamos revisando nuestra lista de proyectos de este año, que prevé unos US$128 millones en donaciones para Haití, para garantizar una respuesta adecuada a sus necesidades. Creemos que nuestro apoyo general durante 2010 podría llegar a US$300 millones.

Hemos enviado una serie de misiones multidisciplinarias para apoyar al gobierno en sus esfuerzos por sentar las bases para la reconstrucción y la reconfiguración del país, como suelen decir los haitianos. Hemos acordado, en principio, aumentar el tamaño del programa de educación y que se incluya además un programa de vivienda de emergencia.

Un aspecto clave consiste en asegurarse de que todos los donantes sigan un mismo guión. Estamos trabajando estrechamente con otros donantes para mejorar la coordinación. También estamos trabajando con el gobierno haitiano y otros actores claves para establecer un fondo fiduciario de múltiples donantes. Pero para garantizar la eficacia, creemos que el gobierno de Haití debería considerar la creación de una agencia de reconstrucción que permita coordinar todos los esfuerzos durante un período de tiempo.

En la actualidad estamos trabajando con el gobierno haitiano, el Banco Mundial, la Comisión Europea, las Naciones Unidas y los donantes bilaterales en una evaluación completa de las necesidades post desastre (PDNA, según sus siglas en inglés). También estamos proporcionando asistencia financiera para llevar adelante la PDNA, y estamos trabajando con el gobierno para establecer un plan de desarrollo a largo plazo, que será la base para una conferencia de donantes en Nueva York el 31 de marzo. También estamos buscando fomentar la inversión del sector privado en Haití, y estamos trabajando con el banco central haitiano para apoyar al sistema financiero.

Finalmente, vamos a discutir en Cancún las opciones para impulsar un mayor alivio de deuda para Haití. El saldo de la deuda de Haití con el BID es de US$447 millones. Varios países han expresado su deseo para contribuir al alivio de la deuda de Haití, y esperamos llegar muy pronto a una solución.


¿Ha terminado la crisis financiera en América Latina?

Este año no veremos el vigoroso crecimiento económico que vimos antes de la crisis en muchos países de la región. América Latina y el Caribe crecerá en promedio entre 3 y 4 por ciento en 2010, todavía por debajo de las tasas de crecimiento previas a la crisis.

El aspecto más importante es que el crecimiento será desigual. A los grandes exportadores de productos básicos, como Brasil y Perú, les irá mejor en 2010, debido a la creciente demanda de China. La recuperación en México y América Central se está retrasando un poco, porque su principal mercado, Estados Unidos, se está recuperando lentamente. La crisis también ha impactado al Caribe, expresándose en una cantidad menor de turistas y en una disminución de las remesas. Esta región también enfrenta un entorno fiscal difícil.

¿Qué impacto tuvo la crisis en los préstamos del BID?

El BID y otras instituciones multilaterales han aumentado sus préstamos para ayudar a los países a mantener sus propias inversiones en proyectos clave de infraestructura y programas sociales. Esto se hizo para proteger a los sectores más vulnerables de la sociedad. En el corto plazo, hemos aumentado nuestra capacidad de préstamo en aproximadamente US$6.000 millones, suma que incluye un aporte temporal de capital exigible por US$4.000 millones de Canadá y un ajuste de US$2.000 millones en nuestras propias políticas, lo que nos puso en línea con otras instituciones multilaterales.

El resultado es que, por segundo año consecutivo, en 2009 el BID registró un récord de préstamos aprobados. El año pasado hemos aprobado US$15.500 millones en financiamiento para la región, incluyendo préstamos y garantías, lo que significa un aumento de 38 por ciento con respecto a 2008. Nuestros desembolsos también registraron un récord, incrementándose 56 por ciento hasta llegar a casi US $12.000 millones en 2009. De modo que la región obtuvo US$6.500 millones más de lo que repagó. Esto representa tres veces el volumen registrado el año pasado.
Terpel


¿Cuál es su respuesta a quienes ven tales números y afirman que el BID se concentra más en el volumen que en asegurar la calidad?

No estoy de acuerdo. En los últimos años hemos experimentado un proceso de transformación muy amplio y profundo para asegurar que nuestros programas tengan el impacto buscado.

Hemos concentrado nuestras prioridades en satisfacer las necesidades de desarrollo emergentes. Ahora contamos con iniciativas específicas para el cambio climático, el desarrollo del sector privado y la inclusión social. Esto tiene un impacto en nuestras operaciones. Por ejemplo, el BID aprobó el año pasado US$3.500 millones en préstamos para mejorar el medio ambiente, así como para financiar programas de cambio climático y energía renovable, lo que supone un incremento de 10 veces, en comparación con 2007.

También hemos expandido nuestro alcance más allá de nuestros clientes tradicionales —es decir, los gobiernos centrales— para llegar a clientes nuevos, como los municipios y las fundaciones. Como resultado, hemos visto un aumento en la demanda de nuestros recursos, incluso antes de la crisis, en particular por parte de las naciones más pobres.

Pero como usted dice, aprobar más préstamos es sólo una parte de la historia. Tenemos que asegurarnos de que nuestros programas tengan el impacto que nosotros decimos que tienen. Para que eso ocurra, hemos tomado medidas para aumentar la transparencia y la rendición de cuentas, dándoles a las comunidades locales un mayor acceso para que puedan expresar sus preocupaciones sobre los proyectos que financiamos. Por otra parte, nuestras salvaguardias ambientales y sociales se han reforzado para asegurar que podamos abordar desde el principio del ciclo del proyecto, por ejemplo, las cuestiones ambientales y aquellos temas vinculados a la diversidad.

Hemos revisado la forma de medir y evaluar nuestro trabajo, usando mayores evidencias empíricas. Nuestros préstamos son sometidos ahora a una evaluación completa 18 meses después del desembolso inicial. De esa manera, el BID está obteniendo más desarrollo por cada dólar que gasta.

A través de nuestro trabajo de evaluación, por ejemplo, hallamos que un suplemento de hierro utilizado en un programa social en México no estaba siendo absorbido por los niños, que padecían de altos índices de anemia. Con el cambio del suplemento, las tasas de anemia se han reducido drásticamente.

De modo que sí, hemos incrementado nuestros préstamos para ayudar a los países en los momentos difíciles, pero hoy también tenemos mejores instrumentos para garantizar que nuestros programas tengan el impacto deseado.

Habiendo pasado lo peor de la crisis, ¿por qué el BID está a la búsqueda de una ampliación de capital?

El BID está buscando obtener una ampliación de capital para satisfacer las necesidades de desarrollo a largo plazo de América Latina y el Caribe y para reponer su Fondo de Operaciones Especiales, que apoya a los países más pobres de la región.

El BID ha sido capaz de satisfacer esta creciente demanda, utilizando su propia capacidad de préstamo disponible y aplicando al mismo tiempo medidas a corto plazo como las que he mencionado antes, como por ejemplo un aumento temporal en el capital exigible de Canadá. Desde 2008, el Banco ha presentado varios proyectos para apoyar a la región durante la crisis.

Como resultado de ello, estamos llegando antes de lo esperado a nuestra máxima capacidad crediticia y ahora enfrentamos la posibilidad de una dramática caída en nuestros préstamos a partir de 2011. La crisis precipitó una discusión sobre un aumento de capital.

Además, me gustaría señalar que la demanda de préstamos empezó a crecer antes de que estallara la crisis, en particular por parte de nuestros nuevos clientes, como el sector privado y los municipios. Por ejemplo, los préstamos con garantía soberana a gobiernos casi se duplicaron en los últimos cinco años. En el mismo lapso, nuestros préstamos sin garantía a empresas privadas y públicas se triplicaron.

¿Algún mensaje en particular para México y Cancún, antes de la Asamblea?

Nuestra Reunión Anual es una ocasión para mostrar nuestra estrecha asociación con los países miembros. La riqueza de nuestros programas se encuentran a la vista en México. El primer préstamo de turismo del BID fue destinado a Cancún. Los fondos se utilizaron para construir un aeropuerto, un puerto y los primeros hoteles de la ciudad.

El BID ha apoyado programas sociales clave en México. Por ejemplo, trabajamos en estrecha colaboración con las autoridades mexicanas en uno de los primeros programas de transferencias condicionadas de dinero, hoy conocido como Oportunidades, que beneficia a cinco millones de familias y tiene el doble objetivo de combatir la pobreza y garantizar que los niños permanezcan en la escuela y reciban una atención médica adecuada. Esa experiencia ha llevado a otros 18 países de la región a lanzar programas similares.

En los últimos 50 años México recibió más de US$25.000 millones en apoyo del BID, incluyendo US$3.100 millones el año pasado, cuando el país tuvo que hacer frente a la crisis financiera mundial y al brote de gripe H1N1.

Actualmente tenemos programas para impulsar el crédito hipotecario, el sector agrícola, y estamos trabajando estrechamente con sus programas de adaptación al cambio climático, que como ustedes saben, es una prioridad para el gobierno mexicano. Se trata de una relación muy amplia y sumamente productiva.

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