Cuando se habla de educación, los
ciudadanos y los gobiernos deberían estar preparados para tener mucha
paciencia. Los planes no saldrán del sombrero de un mago. Ya lo conversábamos
hace unos días con Adolfo Meisel.
Lo comenta J Enrique Ríos en esta
nota, donde se refiere a Andrés
Oppenheimer, en su libro “Basta de Historias” y lo ratifica un amigo
alemán que nos visitaba en estos días, en el que nos enseñaba que a los niños
en su patria NO los enseñan a leer, ni aprender matemáticas, SINO que los
entrenan para hacer ciudadanos educados (no gritan, no irrespetan a sus
compañeros, juegan y ríen) porque el aprendizaje se inicia básicamente a partir
de los 6 años.
¡Qué tal!
Y nosotros preocupados porque los “pelaos” no saben
sumar…
Esa es la diferencia…
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
La educación: el que tenga ojos, que lea
Cualquier ciudadano en algún lugar del mundo ha oído decir que la tarea más importante de un gobierno es la educación. Y de hecho, quien asciende al poder, algo hace porque el sector educativo de pasos hacia el logro de los mejores resultados.
El problema es que lo que hace un gobernante no puede continuarlo el que sigue, por razones sin razones, simplemente porque lo hizo o lo promovió el anterior y ahí es cuando desaparece la persistencia y en lugar de dar un paso para adelante se hace la marcha del cangrejo. Andrés Oppenheimer, en su libro “Basta de Historias”, cuenta que después de hacer un recorrido por muchos países del mundo averiguando por el sistema educativo imperante, encontró que en aquellos donde hay un sistema verdadero, ha sido el producto de dos décadas o más de persistir en unas líneas muy definidas y eso equivale a que no es haciendo planes cuatrienales y borrón y cuenta nueva cuando hay cambio de gobierno, como vamos a lograr tener un sistema educativo que valga la pena.
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