Jair Vega, docente y ciudadano comprometido con el desarrollo de Barranquilla se ocupa de este tema, en esta columna del diario El Heraldo.
No es solo La Habana, el rollo está en muchos pasajes de la cotidianidad colombiana...
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Lunes 04 de Enero de 2016
La paz desde dentro
Por: Jair Vega Casanova
En días pasados un conductor
del transporte público se fue a los puños con un pasajero, noticia que recorrió
y fue objeto de críticas en distintos medios y redes sociales. Un día después
se conoció la decisión de cancelar el contrato con el conductor boxeador.
No pretendo hacer un juicio a
la empresa de transporte, pues no conozco sus procedimientos internos, ni los
antecedentes del conductor despedido, ni lo que podría estar pasando por su
cabeza en ese momento. Sin embargo, este hecho me cuestionó sobre el uso del
despido de los infractores como sanción ante faltas relacionadas con la convivencia
y el rol que podrían jugar las distintas instituciones sociales cuando se trata
de contribuir a edificar una sociedad en paz.
En las instituciones educativas
es común escuchar sobre expulsión de estudiantes por distintos motivos, en
algunos casos inclusive violando sus derechos. Pareciera como si la garantía
del control interno fuese aislar a los sujetos “problemáticos”, permitiendo
mantener la imagen libre de señalamientos, pues se considera que ellos no
expresan los valores y las directrices de la entidad. Aparecen entonces
instituciones asépticas de conflictos, confrontaciones o situaciones humanas,
que podrían ser incluso producto de una situación crítica coyuntural o de un
error involuntario.
Me pregunto, ¿será que nuestras
instituciones están expulsando a sus integrantes precisamente en momentos en
los cuales más los necesitan? Es el caso de una estudiante con varios años en
la escuela y ha quedado en embarazo, un joven a quien se conoce desde niño y ha
iniciado el consumo de drogas ilícitas, o un conductor que en el manejo de una
crisis reacciona de manera violenta. Entonces, ¿cómo se espera que estas
personas se integren de nuevo a la escuela o al trabajo?
Pienso que las instituciones
públicas y privadas están llamadas a la generación de capacidades humanas para
la convivencia; tales como el adecuado relacionamiento con otras personas, el
trámite de conflictos, la construcción de consensos y disensos, incluso en el
manejo de una situación como la del conductor en la riña, entendiendo también que
hace parte de un contexto social que agrede.
Aspectos que se tienen que abordar
en la escuela, el trabajo, las familias e iglesias, dado que en muchas
ocasiones terminan expulsando a sus miembros en las mínimas crisis relacionadas
con sus valores.
El reto de la paz en nuestro
país va más allá de los acuerdos de La Habana y el compromiso debe ser de
todos, pues los indicadores muestran que 8 de cada 10 actos violentos no tienen
que ver con el conflicto armado sino con la cotidianidad.
En consecuencia, cuando
ocurren casos violentos, uno esperaría ver el trabajo que hacen las
instituciones desde dentro para construir la convivencia, y no quedar conformes
con un simple despido, que podría ser la última instancia. De esta manera, el
diálogo, los acuerdos y compromisos constituirán también la apuesta por la paz
desde la vida cotidiana.
jairvega@gmail.com
Twitter: @jairvegac
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