miércoles, 27 de enero de 2016

2016: un año complicado Por: Jairo Parada



Como relata Jairo Parada, este año hay que estar atentos. Será un año difícil…
Los errores nos costarán muy caros. En momentos de crisis hay que bajar costos, revisar el entorno. Acabar con los abusos y ahorrar lo más que podamos.
El profe nos enseña qué debemos hacer en algunos pasajes.

RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1

Martes 26 de Enero de 2016
2016: un año complicado
Por: Jairo Parada

Cuando aún no se ha terminado el mes de enero de 2016, todo indica que vamos rumbo a un año más difícil que lo que calculábamos a finales del año pasado. La economía china sigue su ajuste y no se espera que crezca este año más del 6.5%, tasa inigualable para nosotros. Europa y Japón siguen muy estancados, y Estados Unidos sigue creciendo pero con tasas moderadas. Sin embargo, a diferencia de lo que sucede en Colombia, el bajo crecimiento de los precios ya no se ve como una cosa buena sino como señal de una peligrosa deflación. El Banco Central Europeo sigue con sus medidas de estímulo a la economía, y todo el mundo sabe que el llamado a la austeridad es el camino empedrado del infierno a una nueva recesión.

La fuente de los problemas radica en la continua caída de los precios del petróleo, ya con bajonazos por debajo de los $30 dólares el barril, lo cual genera volatilidad y nerviosismo en los mercados mundiales. Según The Economist, la idea tradicional era que el alza de los precios del petróleo generaba recesión, como en 1973, y que una baja del petróleo, al ser un shock positivo de oferta, bajaría costos y aumentaría la oferta agregada, estimulando la producción y el empleo a nivel de países no petroleros, como en algo le sucede a la India. El precio del petróleo ha caído en 75% y no se ve el efecto positivo de al menos un 3% en el producto, sino todo lo contrario. El problema, según parece, es que esta caída tiene un sabor deflacionario que ha llenado de pánico a las bolsas de valores en el mundo, quebrando la confianza de los inversionistas y consumidores. Todo el mundo se aprieta el cinturón y el palo no está para cucharas. Los temores se extienden ante la caída de la bolsa china desde junio del año pasado, pese a las fuertes intervenciones del gobierno chino, pues allá no lo dejan todo en manos de la oferta y la demanda.

Pero por acá en Colombia parece que no quisiéramos darnos cuenta de lo que pasa en el mundo. El ministro de Hacienda ‘corrige’ al director del Banco Mundial, señalando que el crecimiento económico será del 3.2% y no del 3.0% como lo señalaba el funcionario multilateral. A los pocos días, ya el Fondo Monetario Internacional pronostica que si nos va bien no pasamos del 2.6%. El despegue de las exportaciones no ocurre, a pesar de la masiva devaluación que hemos sufrido. Las medidas de austeridad del Gobierno, aunque necesarias, resultan pírricas ante los apremios fiscales del Gobierno, el cual procuró que le pagaran Isagén lo más rápido posible antes de que hicieran curso las acciones legales instauradas. Cada vez el escenario del plebiscito se enrarece, dado que la lucha por la paz no puede ir acompañada simultáneamente de una agenda regresiva de políticas públicas, persiguiendo el bolsillo de los sectores medios. Será un año difícil, vayamos preparándonos.

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