Esta
crisis griega está enseñando a los ciudadanos globales.
Qué
bueno que tengamos enseñanzas en un mundo tecnológicamente avanzado.
Jairo
Parada, nos habla del tema: Democracia y Economía…
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Grecia: Democracia y Economía
Por Jairo Parada
La pequeña Grecia, con menos del 5% del PIB
europeo, le ha dado una lección a Europa y al mundo: se atrevió llevar a
referendo una decisión sobre política económica que afecta profundamente sus
vidas. A pesar del terrorismo mediático, lo griegos se decidieron por el No a
las políticas que por seis años han venido fracasando continuamente en ese
país, las cuales han llevado a mantenerlo en una depresión continua, perdiendo
el 25% de su PIB en este período, con una tasa de desempleo superior al 20% y
una tasa juvenil de desempleo del 60%.
Quienes defienden una ciencia económica
aséptica, “técnica”, alejada de populismos, han sufrido una dura lección: sus
consejos “racionales” han sido desoídos con mucha razón por el pueblo griego.
Toda la caverna europea está preocupada porque si al gobierno de Tsipras las
cosas le salen bien, sus días están contados en España e Irlanda.
El tema de la deuda griega es uno de los
más incomprendidos pues se hacen analogías que no vienen al caso. Creer que es
solo culpa de los griegos y no del “partido de Wall Street”, como lo señala
Pablo Iglesias en España, es no entender un ápice los tiempos que vivimos desde
la Gran Recesión de 2008, los cuales claman por nuevas políticas económicas. Es
generalizada la situación y Grecia es apenas el primer punto de quiebre. Como
lo decía el gran economista norteamericano Hyman Minsky, vivimos en la época de
los grandes mánagers del capital financiero, y los tiempos seguirán siendo
frágiles mientras no se adopten políticas adecuadas.
Estas políticas no se toman por dos
razones: una, no le conviene al 1% de los que controlan la riqueza mundial, y
en segundo lugar, por la rigidez mental que agobia la enseñanza de la economía
en nuestros días.
Mi colega David A. García me hizo recordar
en el Día del Economista, el pasado 3 de julio, fecha olvidada como siempre por
los medios, un artículo escrito por la brillante economista británica Joan
Robinson, desde Bombay, en 1960, referido a la enseñanza de la economía de esa
época. En este artículo la autora reclamaba de sus alumnos mayor
creatividad frente a la enseñanza neoclásica, la cual se convertía en “un
sistema de ideas basado en psicología mecanicista edificada sobre la base de
una búsqueda del placer, un rechazo del dolor completamente individualista,
algo que nadie considera como una explicación correcta de la naturaleza humana,
servida a base de fórmulas algebraicas que ni siquiera pretenden ser aplicables
a datos reales”. Hoy se sigue enseñando lo mismo con una matemática más
sofisticada, pero con los mismos fundamentos, sin abrirse al estudio de otros
enfoques alternativos. Los estudiantes sufren un lavado mental y creen que esa
es la única ciencia económica que existe, poco se interesan en la historia, la
política y las otras ciencias sociales, y salen a recetar lo mismo adonde van.
En nuestro país el neoliberalismo fue
impuesto sin ningún referendo desde César Gaviria en 1990. Los demás gobiernos
siguieron la misma senda en estos 25 años, con variantes tímidas y apellidos
distintos. Sin una buena Economía, no entenderíamos la crisis griega y la
nuestra, y las opciones alternativas. Grecia enseña un camino de respeto y
dignidad frente a la prepotencia de Europa.
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