martes, 21 de julio de 2015

El conflicto y las perspectivas económicas Por: Jairo Parada



Jairo Parada, habla del proceso de Paz y las perspectivas económicas de Colombia.

RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1

El conflicto y las perspectivas económicas
Por: Jairo Parada


Los asistentes al Foro del pasado viernes 17 de julio sobre el Estado de las Conversaciones de La Habana  sufrimos de salida la inveterada costumbre de los funcionarios del nivel central en cuanto evento se les ocurre organizar en las “provincias”. Como nunca se vienen el día anterior por la noche, la cita del Foro de EL HERALDO comenzó con un retraso de dos horas y media, pues se nos dijo que las inscripciones eran a las 7:30 a.m., para comenzar a las 8 a.m., y el evento solo comenzó a las 10:20 a.m., tocándonos esperar estoicamente dicha situación.  Nunca se entiende que Bogotá es un hub congestionado que no da más, y que no puede garantizar la puntualidad de sus vuelos aéreos. El centralismo aeronáutico nos mata. Ello limitó la discusión y participación ciudadana, como siempre sucede.

Los comisionados dejaron claros muchos puntos, como lo ha divulgado EL HERALDO con mucha claridad. En La Habana no se firmaría la paz, solo la cesación del conflicto armado con uno de los grupos. No se sabe qué pasará con los otros que se reclaman ser políticos. Tampoco se trata de cambiar el modelo económico de la Constitución del 91, la cual por su eclecticismo, sirve para practicar un neoliberalismo salvaje así como el estado social de derecho, dependiendo de quién está en el Gobierno y en el poder judicial. El Gobierno tampoco le dio un ultimátum a las Farc de cuatro meses, pues al final de ese periodo se examinará si se ha avanzado en diseñar el cese del fuego definitivo, el tema de las víctimas y la justicia transicional, así como las garantías para la guerrilla en su seguridad para hacer política sin fusiles. Si no hay avances, ahí deben terminar las conversaciones. Tocará esperar otros 20 años de guerra y muertos para ver qué se hace.

Humberto De la Calle hizo una excelente exposición de cómo en el tema agrario, que tanto se macartiza desde las filas de la derecha recalcitrante y terrateniente de este país, no se reclama nada nuevo, sino la aplicación de las leyes que ya están vigentes. No es el modelo agropecuario de las Farc en su programa, sino apenas el desarrollo real de políticas que ya están vigentes pero que no se aplican con vigor.

Lo cual nos lleva a reflexionar sobre varias preocupaciones que asaltan a cualquier analista de la realidad colombiana. En Colombia, el divorcio de la legalidad de jure con respecto a la de facto es vasta. Las leyes se aprueban pero no se implementan. Se sabotean hábilmente desde los intersticios del poder real.  
Basta ver los pírricos avances de los programas de restitución de tierras, dado que el poder real en los territorios no lo tiene el Estado ni tiene mucho interés en ejercerlo. En el caso del ejercicio de la política, la feria de los avales, el registro de votantes y la utilización masiva de dineros públicos y privados, provenientes de contratos y concesiones, define los resultados electorales. El ministro de Hacienda nos anuncia la austeridad y los recortes para 2016, en una economía desacelerada ya de hecho. ¿De dónde saldrán los recursos para ese desarrollo territorial que exige dicha superación del conflicto, bajo la austeridad de la absurda regla fiscal? Los retos son grandes.

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