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‘Ordenamiento Territorial en Clave de Paz’
Por Jairo Parada
En estos días, cuando la paz en Colombia se ve lejana, y el escepticismo nos
invade, tal vez valga la pena recordar a John F. Nash, el Premio Nobel de
Economía, fallecido recientemente, quien popularizó la teoría de juegos en
todas las disciplinas. Cuando se estudia el simple juego del “dilema del
prisionero” se aprende que las soluciones estables de cualquier juego no son
necesariamente las que maximizan los beneficios a cada jugador. Cualquiera sabe
por ejemplo, que en Derecho, es mejor un mal arreglo que un glorioso pleito por
diez años. Los extremistas del conflicto, tanto en la izquierda como en la
derecha, no parecen entender que un escenario de (guerra, guerra) entre las
Farc y el Estado colombiano nunca ha llevado a una solución conveniente para
las partes, y por ende para los colombianos. Todos salimos perdiendo.
El Centro de
Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac) ha destacado que desde que se
suspendió la tregua unilateral que habían decretado las Farc por los eventos de
toma y dame con el Gobierno Nacional, se han registrado doce acciones ofensivas
de la guerrilla y cuatro combates con la fuerza pública, donde han perdido la
vida decenas de colombianos, entre guerrilleros, soldados, policías y civiles.
Ha ocurrido en una semana un 57% de todos los ataques sucedidos en los cinco
meses del alto al fuego unilateral de las Farc. Nos estamos metiendo de nuevo
en un sendero de más guerra, que la comunidad internacional ha advertido
peligroso.
A pesar de
ello, como sabemos que todo en esta vida es difícil, como decía Estanislao
Zuleta, debemos perseverar para que el conflicto cese. Es fácil predicar la
guerra cuando los hijos y familiares de uno no participan en ella. Por ello, me
pareció útil asistir al panel ‘Ordenamiento Territorial en Clave de Paz’, convocado
por la Cátedra Gerardo Molina de la Universidad Libre de Bogotá, bajo el
liderazgo de Liliana Estupiñán y Mario López. Me acompañaron en esa tarea el
Dr. Édgar Reveiz y Darío Restrepo, amplios conocedores del tema del
ordenamiento territorial y la descentralización en el país. Reveiz invitó a
reconstruir el territorio del país, dándole la importancia debida al
ordenamiento territorial. Darío Restrepo destacó que en Colombia la violencia
siempre ha expulsado a la política, por lo que la cesación del conflicto en La
Habana permitiría restituir la soberanía de lo político en nuestro país, sin
recurrir a la violencia. Señaló la visión obtusa de la élite colombiana que
solo piensa en el crecimiento del PIB, viendo lo territorial como subsidiario,
cuando por lo contrario lo territorial es el eje de la violencia. Allí se
confrontan visiones e ideas que están acantonados territorialmente. El Plan de
Desarrollo actual no logra tocar la concentración del crédito, la riqueza y la
tierra en este país. Por mi parte, destaqué la vigencia de la necesidad de la
regionalización en el país, a pesar del escepticismo crónico de Adolfo Meisel
(ver EL HERALDO, mayo 17/15), pues el problema no se resuelve con más educación
ni con presidentes costeños. Urge transformar el ejercicio del poder
territorial en Colombia, y los acuerdos de La Habana así lo exigirán
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