viernes, 13 de julio de 2012

Murió "La Marimonda peluquera" del Carnaval

Murió Eduardo Cruz, el hombre de la "Marimonda peluquera".
Nistar y Mabel lo describen en estas dos notas que estarán aquí en el RADAR.


luisemilioradaconrado




Jueves, Julio 12, 2012 

Falleció ‘La marimonda peluquera’ del Carnaval

Por  Nistar Romero
Falleció ‘La marimonda peluquera’ del Carnaval Fundación Carnaval de Barranquilla
Los carnavaleros están de luto con la muerte en la tarde de hoy de Eduardo Enrique Cruz, quien se hizo popular con el disfraz de la ‘Marimonda peluquera’, con el cual se divirtió e hizo gozar a los barranquilleros en todos los eventos de nuestra máxima fiesta.
Para Cruz, el Carnaval de Barranquilla era su vida. Siempre fue un hombre alegre y de muy buen humor. Empezó a participar en la fiesta hace más de 30 años disfrazándose de mujer, de toro y de perro. Luego creó un grupo de letanías junto a cuatro amigos y bailó en Curramba la Bella y El Gallo Giro.
También fue fundador de los Carnavales de Puerto Bolívar, en La Guajira, cuando trabajaba en la Morrinson, y allí creo una comparsa llamada Las Muertes Gordas de Portete, porque todos eran gordos. Al año siguiente se llamaron Las Marimondas Gordas de Portete.
Eduardo Enrique, quien ya era pensionado, presentaba problemas de salud desde hacía un tiempo y en la tarde hoy sufrió un infarto que lo llevó a la muerte.

La Fundación Carnaval de Barranquilla lamenta el fallecimiento de este carnavalero que llenó de alegría casi medio siglo nuestra fiesta tradicional y extiende sus condolencias a sus familiares y a toda la comunidad carnavalera, que hoy llora su partida.
Su velación se cumple en la Funeraria de Los Andes y el sepelio está previsto para las 4 de la tarde. Una hora antes, los carnavaleros le rendirán un homenaje en los alrededores de la Casa del Carnaval y el barrio Abajo, donde era muy querido y era un permanente visitante.
Falleció ‘La marimonda peluquera’ del Carnaval

LA MARIMONDA PELUQUERA, EL VACILE DE EDUARDO ENRIQUE CRUZ
Por MABEL GASCA

Origen: Cierto día Nury León le dijo a su cuñado Eduardo Enrique Cruz:
—Invéntate un disfraz con esas tijeras y esa peineta que hay en la sala.
El hombre fue a la sala y allí, pegadas en la pared, encontró unas tijeras y una peineta gigantes. Eran un adorno que había estado allí tanto tiempo que todos habían olvidado su origen.

—¡Uy! ¿Cómo? Este va a ser mi vacile* de Carnaval 2010 —dijo Eduardo Enrique.
Eduardo Enrique era conocido como el Loco Matraca porque en el Carnaval salía disfrazado de Marimonda e iba todo el camino haciendo ruido con uno de esos aparatos de madera. El artefacto era de José “El Pavo” Cassiani, director de la Rebelión de las Auténticas Marimondas del barrio Abajo, grupo al que él pertenecía. Lamentablemente, en el Carnaval del 2010 no lo podrían usar debido a dos circunstancias trágico-cómicas que ocurrieron. La primera: en una ocasión Eduardo Enrique estaba sonando la matraca y sin darse cuenta le pegó a una persona que venía detrás de él.

—¡Se armó el problema! Llamaron a la Policía, el tipo pedía que lo llevaran a la clínica y que le tomaran placas. ¡Que podía tener una contusión cerebral! ¡Que…! Entonces, “El Pavo” desapareció la matraca. Se la vendió a uno que pasaba por cien pesos y se acabó el problema porque no la encontraron —suelta la carcajada recordando la pilatuna.
La segunda: “El Pavo”, repuso la matraca que vendió con una más grande y poderosa que trajo del exterior. Cuando Eduardo Enrique la accionaba producía un sonido como el de los disparos de una ametralladora y la gente salía corriendo a esconderse.
—Estábamos en Cartagena y yo vi al presidente Álvaro Uribe bailando y cuando iba a sonar la matraca una voz me dijo al oído: “si no quieres terminar preso esta noche no suenes ese aparato”. ¡Imagínate! Era uno de los guardaespaldas del presidente.
Entonces, para evitarse problemas con la matraca decidieron no volver a sacarla y por ende, el nombre de La Marimonda Matraca se acabó. Así que Eduardo Enrique tenía que inventarse un nuevo tema por lo que la idea de su cuñada de usar la peineta y las tijeras le cayó del cielo. Su nuevo rol de Marimonda Peluquera no asustaba a nadie. Por el contrario, causaba mucha risa.

—Yo le agregué la maleta y la máquina de afeitar al disfraz.
A La Rebelión de las Auténticas Marimondas del barrio Abajo había llegado por casualidad.

—Un día me encontré a “Pavo” y me dijo que estaba buscando gente para crear un grupo porque él y Simón Ojeda habían retirado de Las Marimondas del barrio Abajo. Entonces yo me llevé conmigo al capitán de Curramba la Bella. ¡Jejeje! ¡Fui uno de los fundadores!
La vida carnavalera de Eduardo Enrique había empezado 30 años atrás disfrazado de mujer, de toro y de perro. Luego creó un grupo de letanías junto a cuatro amigos y bailó en Curramba la Bella y El Gallo Giro.
Eduardo Enrique es el fundador de los carnavales de Puerto Bolívar, Guajira. Mientras trabajaba para la Morrison, se unió con unos barranquilleros que laboraban allí.
—En 1985, sacamos una comparsa llamada Las Muertes Gordas de Portete, debido a que todos éramos gordos. Al año siguiente, en vez de muertes, fuimos Las Marimondas Gordas de Portete y así cambiábamos de tema cada año.
Los disfraces los cosían con las fundas y las sábanas del campamento donde vivían. Los zapatos los hacía con el piso de caucho que arrancaban de la cocina.
—La vez que acabamos con las sábanas fue cuando sacamos un grupo de letanías al que llamamos Los Árabes Criticones porque teníamos que amarrarnos un trapo en la cabeza como si fuera un turbante.


Otra de sus contribuciones al Carnaval de Barranquilla fue El Esplendor del Carnaval grupo que fundaron con la coreógrafa Gloria Peña en 2004, grupo con el que por primera vez el Carnaval entró al teatro Amira de la Rosa.
 

Eduardo, estaba pensionado por el Seguro Social porque cuando trabajaba como recreacionista del Hotel Decamerón en San Andrés, un carro lo atropelló y duró 20 días en coma, pero Dios le dio otra oportunidad para gozar otro Carnaval. La Marimonda Peluquero vive en el barrio Los Andes.

Vestuario: Es un disfraz de marimonda típico; lo cose Marlene Escorcia, una modista evangélica que tiene su taller en la 53 con 38 y cuya especialidad son los bordados en alto relieve.

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