martes, 5 de junio de 2012

Tengo envidia, dice Sebastián Trujillo, evocando a Barranquilla

 
¿Qué nos está pasando?

¿Porqué somos tan inconformes?

¿Creemos que DIOS existe?

¿Conocemos el respeto y la tolerancia?

Mientras otros ciudadanos colombianos admiran a Barranquilla y su desarrollo, entre nosotros mismos se siente una tirantez incómoda.

¿Quiénes han logrado que la ciudad sea mirada con envidia?

¿A quién o a quienes les debemos eso?

Leamos a este columnista del diario La Patria, de Manizales, que siente envidia... claro, de la buena, por lo que está sucediendo en la capital del Departamento del Atlántico.

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Tengo envidia



Por: Sebastián Trujillo

"Tengo envidia de Barranquilla… envidia de la buena", afirmó hace un año Ricardo Hausman, un reputado economista de la universidad de Harvard, al referirse al buen momento económico por el que pasa la capital del Atlántico.

Cuando le preguntaron, ¿Por qué envidia de Barranquilla?, respondió: "Porque hay mucha gente que le está apostando a su futuro y por el ambiente que se respira en cuanto a sus instituciones, tanto públicas como privadas, que están tratando de solucionar los problemas y eso es una gran fortuna, que anuncia un futuro mejor".

Tengo la esperanza que algún día esto suceda con Manizales. Ojalá un pensador de la talla de Hausman, experto en desarrollo, pueda dar un parte esperanzador y prometedor sobre el futuro económico de nuestra ciudad. No es tan difícil. Lo único que no hay que hacer es ahorrar tiempo para pensar el futuro. Y en esto, creo que los manizaleños hemos sido bastante austeros.

Quiero dejarlo claro, esta función le corresponde a la clase dirigente. A nadie más. Es la clase dirigente la culpable de los triunfos y fracasos de una sociedad.
 
Los barranquilleros lo han hecho. Su dirigencia se sentó a pensar cómo quería ver a su ciudad en los siguientes 15 ó 20 años. Para este proceso de planeación estratégica han invitado grandes pensadores que les han ayudado a diseñar su futuro. Este es un proceso continuo que se renueva constantemente. Manizales no lo hace. Y si lo hace, no lo hace como debe ser; por lo alto.
Posteriormente, Barranquilla se dedicó a implementar las acciones necesarias para tener una sociedad más próspera. Para este propósito, la participación del sector privado ha sido fundamental. Con la ayuda de los empresarios, se creó Fundesarrollo. Este es el centro de pensamiento sobre desarrollo económico de la región. Dicha institución sirvió para hacer importantes estudios sobre las finanzas públicas y la economía de la ciudad, y además, sirvió como semillero de futuros líderes, como la actual alcaldesa de Barranquilla. 
 
También, los empresarios barranquilleros decidieron fortalecer el Comité Intergremial dándole una presidencia ejecutiva de tiempo completo para pensar en los principales desafíos de la ciudad. 
 
Además, se creó Probarranquilla, entidad dedicada a la promoción de la inversión en la ciudad. Cada una de estas entidades ha estado alejada de la politiquería y ha estado encabezada por personas de primer nivel en la región.
Instituciones como Fundesarrollo y el Comité Intergremial, han permitido elevar sustancialmente el debate de lo público en la capital del Atlántico. Aunque no lo parezca, un debate de calidad hace la diferencia.
 
Los resultados saltan a la vista. Entre 2001 y 2007, la economía del Atlántico creció en promedio 5% y el ingreso por habitante creció 3,5% (de $4.082.295 a $5.177.325). Las exportaciones regionales, entre 2000 y 2009 pasaron de US$488 millones a US$1.148 millones; y el valor agregado por tonelada exportada creció a más del 20%. 

Además, en los últimos 10 años, la tasa de desempleo de Barraquilla ha bajado aproximadamente 10 puntos. Hoy, los barranquilleros tienen desempleo de país rico y en auge (7,5%).
 
¿Cómo se puede replicar este milagro económico en Manizales? ¿Qué debemos copiar de los barranquilleros? 
 
En primer lugar, hay que darle un nivel superior al debate de lo público. Creo que aquí el sector privado tiene una linda oportunidad. Ojalá se logre un esquema para financiar que las mejores ideas sobre el desarrollo, entren a esta región blindada por un voraz y peligroso regionalismo. De lo contrario, continuaremos pensando en cosas tan tiernas como que la culpa de nuestro atraso es de los pereiranos.
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Posteriormente, se puede pensar en escoger algunos sectores y estrategias de desarrollo para elaborar un plan económico de largo plazo. Hace algunos meses mencioné la importancia de realizar un juicioso proceso de planeación en la ciudad de donde saliera un documento escrito. Hoy, estoy más convencido aún de esta imperiosa necesidad.
 
Quiero poner un ejemplo sobre nuestras falencias en planeación. Hoy, la ciudad presenta enorme potencial en servicios de turismo, logística, BPO y servicios tercerizados a distancia (ej. servicios de ingeniería). Para aprovechar estas oportunidades es fundamental desarrollar una agresiva estrategia de bilingüismo que al parecer, hoy no existe. Se deben tener metas claras para hacer bilingüe a una porción importante de los manizaleños.
 
Hay que visualizar a Manizales. Tenemos que planear el futuro económico de la región para los próximos 15 ó 20 años. Propongo que se conforme un grupo de expertos, nacionales y extranjeros para pensar en el futuro y sentar las bases de una ciudad más próspera. Qué mejor disculpa que este nuevo proceso de internacionalización de la economía colombiana.
 
No tengamos miedo, soñemos con que algún día, un experto en desarrollo pueda expresar su envidia y curiosidad por el milagro económico de Manizales.

Fecha de publicación: 
Sábado, Junio 2, 2012

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