Del poeta Ramón Vinyes sobre el Carnaval : "Nuestro carnaval es como un puñado de confetti entre las ráfagas venenosas de febrero y marzo. En Italia -egregia inventora del carnaval auténtico- el carnaval fue locura: tres días locos, hoguereando sobre un año de ceniza (...) Carnaval de Barranquilla, grito largo de mil serpentinas; guacamaya, génesis de las guacamayas (...)
Del carnaval de Barranquilla el clown diría que tiene
el ruido de celofán y el griterío de los pocos años. El carnaval, en países añejos, ha podido ser el espejo cómico de lo trágico y el espejo trágico de lo cómico.
Nuestro carnaval es infancia: continúa el juego de los que no necesitan máscara.
En Inglaterra hay un maravilloso pintor del carnaval humano: Dickens. En Barranquilla, el futuro Picwick forma todavía en la danza del "Torito Ribeño" y de la "Burra Mocha" (...)
Carnaval: Sexo (...) Carnaval de Barranquilla: juego.
(...) "Al nacer la farsa -nuestro carnaval tiene mucho de farsa ingenua- invitó a los cómicos de la italiana Bérgamo a improvisar.
Nosotros todavía improvisamos, y nuestro carnaval nada tiene Anais V Simpósio Internacional do Centro de Estudos do Caribe no Brasil Salvador – Bahia, 30 de setembro a 03 de outubro de 2008. 9 escrito en definitiva. ¿Lo escribirá?
Carnaval de Barranquilla: percalina y seda: color que florece en el color mejor; contorsión de carne joven; alarido que pretende ser flecha; catarata de risa que
ignora que exista la sonrisa; albayalde; rosa de papel; locura sin esqueleto (Francisco Villon vió danzar huesos. Nosotros danzamos la carne, por poca que haya).
Bufonería sin estudios especiales de bufón; trapecio de salto fácil
¡Carnaval nuestro! (...) Pasada la avalancha, y sobre la ceniza de un cansancio físico -no espiritual, como el de Europa- queda flotando una visión bella, la de una lozanía que, por ser joven, es majestad".
(VINYES: 1982: 466-468).
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