lunes, 6 de junio de 2011

Mirándonos el ombligo, por Clara López, en la Silla Vacía


Mirándonos el ombligo

La capacidad de la estratosfera bogotana de tragarse la realidad política nacional parece infinita. En los tres medios escritos nacionales, el affaire Mockus-Uribe-Peñalosa llena y seguirá llenando secciones enteras. Los periodistas que cubren candidaturas a la Alcaldía de Bogotá tienen espacio asegurado. Los demás tienen que rogar que quede un huequito.

Los temas regionales entran a los medios nacionales vía escándalos nacionales o dramas de reinas. Y cuando la realidad regional, es decir la del 85 por ciento de los colombianos, al fin llega a los medios las tragedias de esa gran mayoría de colombianos ya se han consumado: llámese invierno, bacrines o parapolítica.

Me pregunto, por ejemplo, cuándo los grandes medios se darán por enterados que en la Guajira es vox populi que uno de los candidatos más opcionados para ganar la gobernación, Juan Francisco Gómez Cerchar, más conocido como “Kiko” Gómez, es famoso por sus cruces con ganado, regalías, gasolina u otros insumos y productos. Cuándo usarán sus unidades investigativas para preguntarle si un tal Marquitos Figueroa es brazo armado y financiero de su campaña y la de otros de sus copartidarios. De paso pueden indagar la relación entre esos dos brazos y el incremento de la trashumancia [17] registrada en las inscripciones de cédulas para votar en Octubre en la Guajira. 
También podrían preguntarle en Bogotá a Germán Varón, con qué criterio Cambio Radical le dio aval al “Kiko [18]”.
A un hombre de los kilates de “Kiko”, la Guajira le quedó chiquita. Por eso apoyó a su sobrino, Gonzalo Gómez, en la consulta liberal a la Alcaldía de Valledupar, capital del vecino departamento del Cesar. Gonzalo ganó la consulta y se perfila como el candidato fuerte para Octubre. Aunque hay que reconocer que además de buen pariente guajiro, Gonzalo contaba con el apoyo de influyentes locales [19],  como el actual Alcalde de Valledupar, Fabián Fernández, quien se encargó de mandar mensajes [20] verbales, electrónicos y presupuestales para respaldar al “Chelo”.  

Al departamento del Magdalena no sólo lo azota el invierno, también, y sobre todo, su clase política. Dado que los más excelsos dirigentes de esa clase ya pasaron o están por llegar a la Picota, les tocó buscar nuevas figuras. Y quien mejor que un apuesto joven de 24 años, entre cuyos méritos se destaca saber tocar acordeón. Ese joven es Luis Miguel, “el Mello” Cotes, figura de mostrar para estas elecciones de Trino Luna, ex gobernador condenado por parapolítica, Omar Díaz Granados, ex gobernador destituido por corrupción, y por supuesto de su padre y tío, Álvaro y Miguel Cotes Vives, negociantes célebremente conocidos como  “los conejos” desde las épocas de la marimba del “Mono” Abello.

Para dejar todo en familia, se había pensado que el jefe de campaña [21] del “Mello” fuera su primo, Juan Carlos Vives Menotti, también ex gobernador del Magdalena y ex director de Estupefacientes de Uribe. Sin embargo,  la idea se desvaneció hace unas semanas cuando estalló el escándalo de estupefacientes por el que tendrá que responder el primo Menotti. Ese mal rato se le pasó al “Mello” el sábado pasado, cuando recibió la resolución del Partido Liberal que lo avala como su candidato oficial [22] a la Gobernación del Magdalena.

En Norte de Santander, las víctimas de antaño son ahora aliadas de sus propios victimarios. El Senador Liberal  Juan Fernando Cristo denunció hace unos años que el ex alcalde de Cúcuta Ramiro Suárez, investigado por paramilitarismo, sería parte de amenazas contra su vida. La denuncia la hizo ante el Presidente Uribe que, en un gesto frentero, echó al agua al Senador Cristo públicamente frente a su supuesto victimario, el ex alcalde Suárez. Ahora, años después de esa denuncia, los mentideros políticos norte santandereanos no salen de su asombro de saber que en estas elecciones el otrora victimario, Ramiro Suárez, apoya al hermano de su víctima, Andrés Cristo, a la Alcaldía de Cúcuta. Esa paradójica alianza deja al Senador Cristo como defensor de las víctimas a nivel nacional y aliado de los victimarios en su propio departamento.  

Esto y mucho más está pasando en el país que habitan el 85 por ciento de los colombianos, pero que no ocupa ni el 10 por ciento del espacio en los medios.
Sé que esto preocupa a los directores de medios tanto nacionales como regionales. Pero tenemos que pasar de la preocupación a la acción. El cubrimiento de las elecciones de autoridades locales nos da la oportunidad de enmendar la plana y hacer un mayor y mejor esfuerzo para que la realidad del 85 por ciento del país brille en nuestra pequeña estratosfera.

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