miércoles, 6 de abril de 2011

Pueblos Palafíticos del Magdalena, por Annabell Manjarrés

Estábamos buscando unas fotos de Colombia, los contrastes que se presentan en nuestra nación por una tarea que me encargó uno de los líderes de la región, cuando Jorge me dijo: "me gustó este texto... esta autora escribe bonito"... y tomamos la decisión de colocar esta nota en el blog... Esto lo escribió Annabell Manjarrés Freyle el domingo 3 de octubre de 2010.

Me imagino que lo hizo con gusto, porque estaba retratando la historia de unos pueblos muy especiales. Cualquier día me encontré en esos pasajes con Jair Vega, quien estaba realizando una labor social y aprendimos mucho de esos habitantes del Magdalena... 

LuisEmilioRadaC

Pueblos Palafíticos del Magdalena

Desde el puerto de Pueblo Viejo se observa la ciénaga grande del Magdalena como un océano infinito. Su horizonte evanescente hace imposible creer, que más allá del alcance de la vista, de su agua dulce por el río Magdalena y  salada por el mar Caribe, tres pueblos leviten sobre sus aguas desde hace más de dos siglos.

En el lapso de dos horas en lancha hasta Nueva Venecia, se disfruta de un recorrido exótico entre las aguas ambarinas de la ciénaga, el cielo azul y la cadena de mangles que se observan a lo lejos como una pintura de acuarela. Antes de llegar al primer pueblo, un túnel de mangles nos recibe con su exuberante vegetación, en el camino encontramos pescadores en las orillas del terreno del manglar, algunos llevan a sus hijos a tomar un baño, y otros lavan sus canoas. Junto con el hombre, 276 especies vegetales terrestres, 300 morfotipos de algas, 144 especies de peces, 102 especies de moluscos y 190 especies de aves, habitan aquí y dan otro motivo por el cual conocerlo.

El ecosistema del Manglar es un hábitat biodiverso en el que existen especies endémicas, como el colibrí nativo y recibe a miles de aves provenientes de Norteamérica. Estas aves emigran en épocas de frío invierno hasta las cálidas lagunas de la ciénaga, lo cual la convierte en uno de los lugares de avistamiento de aves migratorias más espectaculares del mundo.
Al llegar a Nueva Venecia, el pueblo más grande de los tres, los niños se emocionan y aplauden para saludar a los visitantes con sus sonrisas inocentes. Los habitantes observan con tranquilidad desde la puerta de sus viviendas flotantes a las personas que llegan. En cada casa hay una o dos canoas que pertenecen a las familias y les sirve para transportarse desde sus casas a la tienda, la iglesia, el colegio o el campo de futbol. Esta población pesquera, ha tenido décadas de paciencia para llevar tierra en sus canoas y construir el suelo firme sobre palafitos donde hoy se encuentra su iglesia, y otro donde curiosamente hay un campo de futbol.
La vida tranquila que se respira sobre el agua es a su vez poco convencional. Estos pueblos se unen en una gran familia en medio de la nada, tapando unos con otros los huecos que no alcanzan a tapar las tablas viejas y ralas, que han soportado mareas altas, brisas, sol, lluvias y escases. Pero como buen pueblo Caribe, nunca faltan los billares, los pescadores descansando de la rutina con una buena cerveza y las verbenas  con música vallenata y champeta alegrando al pueblo.
 

Sin embargo, cada vez que una canoa sale de un lugar a otro, del agua brota un olor fétido. Esto es de esperarse, pues el servicio de alcantarillado y agua potable no existen allí. El agua de consumo es llevada en Bongoconducto desde el rio Aracataca hasta sus hogares, y de esa manera han sobrevivido culturalmente desde hace varias décadas. No conformes con esto, han pedido ayuda para conseguir una vida más digna.

En vista de la complejidad del asunto, la Gobernación del Magdalena junto con entidades privadas e internacionales, adelantan una estrategia integral para erradicar la extrema pobreza y beneficiar a las 427 familias existentes en los pueblos palafíticos: Nueva Venecia, Buenavista y Bocas de Aracataca. Para ello proponen recuperar el ecosistema que ha sido amenazado desde la construcción de la carretera, Santa Marta – Ciénaga - Barranquilla, la cual impidió el intercambio de agua salda y dulce, principal fuente de vida para el mangle y seres que lo habitan. A este problema ambiental le suman los químicos utilizados para los cultivos, la pesca ilegal y residuos sólidos de los puertos que han deteriorado el suelo.
Los problemas ambientales de la zona han contribuido a que estos tres pueblos se vean afectados económica y socialmente. Para que estos lugares llenos de magia se conviertan en destinos turísticos, la gobernación y las otras entidades proponen una campaña de concienciación por parte de las familias para que protejan y se apropien de su territorio. Las entidades se han comprometido en mejorar la calidad de vida, con contribuciones a los colegios, puestos de salud, servicios públicos, arreglo de viviendas y aumento de la seguridad, pues en el pasado, estas poblaciones sufrieron los desastres del conflicto armado.

En la ciénaga grande habitan tres pueblos, generaciones, historia, biodiversidad. Es un gran espejo que refleja los cielos azules y despejados del Caribe colombiano, es un pulmón que purifica el aire y es el riñón que purifica al río magdalena antes de llegar al mar. Todas estas circunstancias, motivan a visitar a las casas sobre palafitos, rescatar los tesoros naturales y acceder a ellos para enamorarse. 

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