jueves, 2 de diciembre de 2010

Diana Patricia Niño consiguió unir la filosofía y la economía




Diana Patricia Niño ha aprendido a conciliar la filosofía y la economía
Esta joven estudió las dos carreras y ahora adelanta una especialización en organizaciones, responsabilidad social y desarrollo. Fue elegida como la mejor estudiante.
La economista Diana Patricia Niño Muñoz, seleccionada por los jurados de los Premios PORTAFOLIO como la Mejor Estudiante Universitaria, destaca entre otras, su conocimiento en procesos empresariales y el movimiento de la banca.
Actualmente, Diana es consultora y cursa una especialización en organizaciones, responsabilidad social y desarrollo en la Universidad de Los Andes, que complementan sus conocimientos de filosofía, humanismo y política, ámbitos que combina al tiempo que crece en la docencia universitaria.
En su caso, la dedicación parece ser un motivo de éxito, porque en la historia académica de Diana aparecen muchos logros. Por ejemplo, en 2001, cuando se graduó del Colegio Andino, fue nominada a Mejor bachiller del país.
Para ese momento ya había tomado una decisión muy importante: estudiar filosofía, por el gusto que le tenía. "Mi profesora de filosofía en el colegio me motivó, y aunque muchas voces me aconsejaban mirar otra cosa, me decidí a hacer lo que me gustaba", comentó Diana.
Pero en medio de sus estudios, esta joven entusiasta sintió que debía retomar los números -con los que le iba bien- y fue así como empezó a cursar, al tiempo con filosofía y humanidades, la carrera de economía.
"Mis papás no sólo me brindaron las facilidades para estudiar, también me guiaron para que sacara ese reto adelante, me aconsejaron no sobrecargarme de trabajo y pensar en desarrollar ambas carreras en la misma universidad".
Precisamente fueron sus cualidades académicas y el apoyo de su familia los que la llevaron a registrar su nombre y su puntaje Ecaes como el más alto conseguido en la historia de la Escuela de Economía de la Universidad Sergio Arboleda y a conseguir el grado Summa Cum Laude (con los máximas alabanzas) para estas carreras.
Diana comenta con certeza que "a medida que desarrollé las dos actividades me di cuenta de que la economía y las humanidades no tienen que ser polos opuestos sino complementarios, que es precisamente una rama de la responsabilidad social".
De su trabajo como docente, señala la importancia de incentivar el debate y que los estudiantes estén enterados de lo que sucede en Colombia y de su historia como todo un concatenado y no como islas de sucesos.
Frente al fenómeno que más afectó al país en la última década su consideración es clara: "las famosas pirámides, porque hicieron parte de esa cultura del dinero fácil, y cuando se destapó el tema, la gente quedó sin nada en un abrir y cerrar de ojos".
Pero asegura que pese a esto, Colombia tiene -por encima de todo- un potencial creativo y que es, en efecto, un "gigante dormido" de la economía.
Por último, esta incansable profesional agradece a Valeria, su hija de dos años, a su esposo y a sus padres, porque han sido fundamentales en los logros de su vida, pero también "a Dios porque sin Él nada de esto habría sido posible". 

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