La vida nos enseña diariamente.
Enseña hasta los que no quieren entender…
¿Qué es la vida?
¿Hasta cuando la tendremos?
Ninguno de nosotros es capaz de responder esa pregunta, pero tampoco nos preocupamos para organizar nuestra partida.
Hoy orando en el templo, reflexioné sobre eso.
Y cada vez entiendo que estamos de paso… que estamos de paso por esta tierra.
He presenciado la muerte de muchos que han pasado por mi vida y en algunos casos me sorprendió la noticia.
Carlos no llegó a los 50.
Javier estaba fuerte y no se enfermaba mucho.
Edgardo cuidó a mis hijas, pero también al RADAR.
Miriam no sabía que tenía cáncer, pero es que ella nunca se revisaba.
Carmen había estado con el médico y le dijo: “está perfecta”. Y ella le comentó a sus hijos: “Tienen mamá para un rato largo. Los exámenes salieron todos muy bien”. Y murió ese mismo día.
Yúdex, se veía tan bien… y también el cáncer nos lo quitó. Yúdex, una de las personas más prudentes que conocí y admiré. Nos enseñó matemáticas a Rafa y a mí... y el listado es grande. Son muertes que nos han dolido, pero como entiendo que estamos de paso, las he asimilado, como debe ser.
Esta mañana escuchábamos mi esposa, Jane, y yo, en la homilía lo que reza el libro de Malaquías: 3, 19-20:
Dice el Señor Omnipotente: “Ya se acerca el día en que va a encenderse el fuego de mi ira como un horno: todos los soberbios y todos los malvados será la leña.
El fuego encendido ese día los consumirá, y no quedará de ellos ni la raíz ni las ramas.
En cambio, para ustedes que honran mi nombre brillará el sol de mi justicia que les ha de traer la salud en sus rayos”. Palabra de Dios.
Y en el Salmo Responsorial: Viene el Señor a juzgar el orbe con justicia.
Si escucháremos esas voces…
LA MUERTE del Puccky.
Él era un personaje especial.
Pintoresco, jovial, mamador de gallo. Soñador… tuvo muchas empresas virtualmente…
Me decían que llegó a tener una buena herencia, pero la despilfarró. Es más, él mismo me lo comentó alguna vez.
Y el viernes se sintió mal y por no atender las recomendaciones de los que saben dejó de existir. Por tercos también podemos perder la oportunidad de mantenernos vivos.
Esta muerte del Pucky nos ha puesto a hablar del tema, aunque a algunas personas les parece que es mejor dejarlo de lado.
La muerte hace parte de nuestra vida. Los recuerdos quedarán siempre. Y lo que hayas hecho, en vida servirá para que te recuerden para bien o para mal.
Mensaje para todos: actuemos bien, que nada nos llevaremos. Algun@s pierden el norte por el afán de atesorar. Y en momentos como éstos, de reflexión, debemos recordarlo.
Les entregaré algunas notas escritas por algún@s colegas en torno a la muerte del Pucky. Dios lo tenga a su lado… y me imagino que ÉL, aunque lo conoce muy bien, debe estar “muerto de la risa” escuchándole sus “locuras cuerdas”. Porque, mucho de lo expresó él en vida, es una realidad triste, que podemos cambiar, si nos lo proponemos.
LuisEmilioRadaC
Pd:
EL HERALDO
Se fue el “Puky” Vega, una vida en agitación
Por Rainiero Patiño Martínez
La fama de sus anécdotas rebasó con irreverencia todo tipo de fronteras, al punto que muchas se han vuelto leyendas alimentadas y modificadas en las mismas calles por las que él solía deambular dejando sus huellas de zapatos blancos. José de Jesús Puky Vega murió el mismo día en que se celebra la festividad de San Estanislao de Kostka, santo que le da nombre al pueblo bolivarense que lo vio nacer hace 72 años.
Dueño de un verbo irreverente hizo siempre lo que quiso en la vida, aunque muchos de sus amigos nunca entendieron qué era.
Hijo de José María Vega, miembro de una hacendada familia del pueblo que hoy se conoce como Arenal, y de Beatriz Orozco, Puky creció alimentado con la más pura de las esencias del Partido Conservador.
Reconocido en la plaza pública por el poder ‘venenoso’ de su lengua, muy pocos políticos se salvaron de sus comentarios directos y algunas veces insultantes. Le daba lo mismo llamar por teléfono a sus amigos a altas horas de la noche sólo para preguntarles si votarían por él como candidato a la presidencia, vender boletas de rifas inexistentes o contratar por publicidad de periódicos nunca publicados.
Para muchos fue simplemente un loco más de la comarca, y para otros, como su primo y a la vez cuñado Tito Mena, un personaje con destellos de genio.
“Llegó a tener 23 empresas imaginarias. Hace pocos días me dijo que su empresa Carboasur había comprado las acciones del periódico Macondo Today, también de su propiedad, por $250 millones de dólares”.
Tras sus pasos caminó siempre la historia del despilfarro de una millonaria herencia familiar. Nadie sabe el monto real que pasó por el hueco sin fondo de sus inseparables mochilas, pero la historia es ahora confirmada por el mismo Tito Mena. “Puky ha ripiado toda la plata del mundo, tanto la que era de él como la que no”.
Incursionó en todos los negocios posibles desde un aserradero en donde fabricaba ataúdes para gente de escasos recursos hasta un empresa de taxis, en casi todos la quiebra fue inminente.
Sus dos grandes pasiones fueron la política y el periodismo, sin embargo fue en el segundo donde logró el mayor reconocimiento. Su sección ‘La Provincia Olvidada’, del noticiero radial de Emisora Atlántico, se convirtió en la voz de los olvidados pobladores de los municipios de la Costa.
En el tintero se quedaron la próxima edición del Macondo Today y los preparativos para su campaña como candidato a la Alcaldía de Barranquilla en las elecciones que se avecinan. Pero sus historias seguirán rodando de boca en boca en la ciudad que lo adoptó, repitiendo el coro de la canción La luz de Alejo Durán, melodía que hizo famosas sus intervenciones radiales: Yo tenía una luz que a mí me alumbraba y venía la brisa y ¡fua!, y me la apagaba.
Dueño de un verbo irreverente hizo siempre lo que quiso en la vida, aunque muchos de sus amigos nunca entendieron qué era.
Hijo de José María Vega, miembro de una hacendada familia del pueblo que hoy se conoce como Arenal, y de Beatriz Orozco, Puky creció alimentado con la más pura de las esencias del Partido Conservador.
Reconocido en la plaza pública por el poder ‘venenoso’ de su lengua, muy pocos políticos se salvaron de sus comentarios directos y algunas veces insultantes. Le daba lo mismo llamar por teléfono a sus amigos a altas horas de la noche sólo para preguntarles si votarían por él como candidato a la presidencia, vender boletas de rifas inexistentes o contratar por publicidad de periódicos nunca publicados.
Para muchos fue simplemente un loco más de la comarca, y para otros, como su primo y a la vez cuñado Tito Mena, un personaje con destellos de genio.
“Llegó a tener 23 empresas imaginarias. Hace pocos días me dijo que su empresa Carboasur había comprado las acciones del periódico Macondo Today, también de su propiedad, por $250 millones de dólares”.
Tras sus pasos caminó siempre la historia del despilfarro de una millonaria herencia familiar. Nadie sabe el monto real que pasó por el hueco sin fondo de sus inseparables mochilas, pero la historia es ahora confirmada por el mismo Tito Mena. “Puky ha ripiado toda la plata del mundo, tanto la que era de él como la que no”.
Incursionó en todos los negocios posibles desde un aserradero en donde fabricaba ataúdes para gente de escasos recursos hasta un empresa de taxis, en casi todos la quiebra fue inminente.
Sus dos grandes pasiones fueron la política y el periodismo, sin embargo fue en el segundo donde logró el mayor reconocimiento. Su sección ‘La Provincia Olvidada’, del noticiero radial de Emisora Atlántico, se convirtió en la voz de los olvidados pobladores de los municipios de la Costa.
En el tintero se quedaron la próxima edición del Macondo Today y los preparativos para su campaña como candidato a la Alcaldía de Barranquilla en las elecciones que se avecinan. Pero sus historias seguirán rodando de boca en boca en la ciudad que lo adoptó, repitiendo el coro de la canción La luz de Alejo Durán, melodía que hizo famosas sus intervenciones radiales: Yo tenía una luz que a mí me alumbraba y venía la brisa y ¡fua!, y me la apagaba.
ZonaCero.info
Murió el periodista José de Jesús “Pucky” Vega
Por Laurian Puerta
Por un paro respiratorio, tras sufrir una crisis en horas de la noche del viernes.
Víctima de una crisis respiratoria, que devino en un paro respiratorio, murió en horas de la noche del viernes el periodista bolivarense José de Jesús Vega Orozco, más conocido como “El Pucky” Vega.
Se sintió mal con crisis respiratoria, trasladándose al Hospital Niño Jesús, donde lo estabilizaron y le sugirieron permanecer en observación. No obstante, desatendió la indicación médica y se marchó.
De 72 años y nacido en San Estanislao de Kostka, Arenal, Bolívar, “El Pucky” Vega fue fundador y propietario del periódico “Macondo Today”, informativo que solía editar en épocas preelectorales, ya que la política fue otra de sus pasiones.
Residente durante varios años en Estados Unidos y Bogotá, luego se radicó en Barranquilla donde estuvo vinculado a diversos medios.
En sus últimos años hizo parte de la mesa de trabajo de Atlántico en Noticias, bajo la dirección de Jorge Cura Amar.
Con su sección “La provincia olvidada”, “El Pucky” se refería, con sorna, picardía, pero con respeto, a las vicisitudes que vivían y viven los pueblos del Atlántico, en especial durante anteriores administraciones departamentales.
De ahí se retiró y durante las pasadas elecciones aspiró al Senado de la República, con el aval del Partido Liberal, consiguiendo 500 votos, la mayoría del interior del país.
A pesar un “godo” rancio, de las toldas del desaparecido Senador Abel Carbonell, hizo tránsito al Partido Liberal, siempre en forma jocosa y picaresca, como él observaba y vivía la vida.
En los últimos días se había dejado crecer una larga y espesa barba, dedicándose a observar y vivir la vida.
Paz en su tumba y condolencias a sus familiares y amigos. En especial a su madre, doña Beatriz Orozco, quien le sobrevive.
Desde Estados Unidos
El “Pucky” Vega de mis recuerdos
Por Daniel Castro Peñaloza
Bien lo recuerdo, cómo olvidarlo: llega sin ser anunciado, ingresa a la oficina, quién podría impedirlo, yo nunca.
Su voz carrasperosa, alegre como las calles polvorientas de su natal San Estanislao de Kostka, Bolívar, retumba entre las cuatro paredes de mi lugar de trabajo, destronando el bochorno reinante de la una de la tarde en un Caribe de calores infernales.
No había necesidad de virar la cabeza para saber quién hablaba, traía el rifle cargado lanzando proyectiles certeros, pocas veces, creo que nunca, lo percibí divagando sobre cualquier asunto que pretendiera. Alguien podría decir: iba directo al grano.
Primero lo conocí por referencias de su primo Carlos Tinoco Orozco, llegando a idealizarlo como un personaje pintoresco de tinte macondiano. Sabría, por quien permitía la triangulación, que cuando joven, que nunca dejó de serlo, manejaba tanto dinero que viajó por el país armando parrandas colosales con Armando, Juan, Pedro, Zutano, Mengano y cualquiera que le brindara amistad: más amigable que el Alka Seltzer.
El primer vehículo marca Mustang que recorriera las mismas calles alegres del pueblo lo había llevado éste que ya está a mi lado. Contaba quien refirió el cuento, advirtiéndome que no era “un mero cuento”, que la gente se acercaba al automóvil, algunos con escepticismo, otros llenos de miedo como quien acababa de ver a un espanto. El fotógrafo de la población inmortalizó el evento, nadie habló de otra cosa en San Estanislao de Kostka por más de seis meses.
Amigo personal de Hugo Chávez, no aprobaba comentarios subidos de tono contra el dictador venezolano. Hablaban por teléfono como buenos confidentes, de esos que se cuentan risibles pendejadas o las más complejas huevonadas. Una de sus expresiones más usadas: “no seas huevón”.
Viene de Barranquilla con una misión manifiesta: “oye, quiero hablar con mi primo Carlos”. El motivo no necesito preguntarlo, en su mano lleva un ejemplar de un periódico de nombre rimbombante: Macondo Today. En la mochila portaba más ejemplares, saca uno, lo pone en mi escritorio, y ¡zas!, para adentro.
Por más de una hora se reúnen los primos, carcajadas se dejaban escuchar, después un silencio largo, al final se abre la puerta de la oficina de Carlos, puedo verlos riendo como dos niños traviesos, uno de ellos alcalde de Arjona a la sazón, el otro periodista, político y “mamador de gallo” sempiterno.
Antes de irse nuevamente está a mi lado. Hablamos de algunos temas periodísticos de temporada, me invita a Barranquilla, ahora sé que tiene intenciones políticas: “me gusta esa vaina porque me hace sentir vivo”.
Hace unos meses, escuchando vía Internet el noticiero de Jorge Cura, volví a saber de él. Su voz en nada había cambiado. Carajo, aún está vivo, me dije queriendo emular a aquel amigo entrañable. De qué hablaba en su franja radial: de esa vaina que lo hacía sentir vivo: política.
Hoy me dicen que ha muerto, falso, no lo creo, acabo de volver a sintonizar el noticiero a través de la Web, y aún puedo escucharlo, o no sé si esté inmerso en un sueño en el que puedo ver las pecas informes que adornan su rostro y el pelo rojizo que le da un toque particular. Me ha hablado, él nunca permanece callado. Ahora lo veo marcharse, qué más puedo decirle mientras dos lágrimas curiosas se asoman: hasta luego, viejo “Pucky”, allá todos nos veremos pronto.
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