domingo, 16 de mayo de 2010

Asesores: El perverso y el bobo. Por Daniel Samper


En medio de la campaña se encuentra uno con la democracia.
Esta columna de Daniel Samper, en el propio periódico que manejaron los Santos tantos años, le sirve a la democracia…
Envía varios mensajes. Uno de ellos, que Mockus se debe poner las pilas y asesorarse muy bien, porque el asunto no estará tan fácil para llegar a la presidencia.

Juan Manuel Santos es un rival fuerte y no está dispuesto a perder la “pelea” con la ola verde.
LuisEmilioRadaC.
Pd:

Daniel Samper Pizano
Asesores: el perverso y el bobo

A diferencia de los que se quejan de la llegada del asesor venezolano J. J. Rendón a la campaña de Juan Manuel Santos, yo agradezco que se haya producido, y que se haya producido ahora. La aparición de Rendón y su estilo sibilino, de puñalada en zaguán y sonrisita maliciosa, es una radiografía de lo que nos espera: vamos de cabeza al reino de la trampa.

Es ejemplar el caso de la falsa voz de Álvaro Uribe que invita a votar por Santos, truco gracias al cual su campaña se pasa por la faja los impedimentos legales que prohíben al presidente apoyar a un candidato determinado. Claro que Uribe ya lo ha hecho, y lo ha hecho con tanto descaro que hasta el Absolvedor General de la Nación le envió varias cartas recriminatorias. Pues bien, para evitar una nueva admonición -ya que este Procurador jamás se atrevería a ir más allá-, la campaña de Santos contrató a un imitador que copia perfectamente la voz de Uribe, y con ella invita a votar por el candidato de 'la U'. ¿Una ilegalidad? No, porque no es Uribe, sino alguien cuya voz resulta casi idéntica a la suya. Pero sí una trampa, una "picardía", dice el candidato. Trampa o picardía que, al ser descubierta, quieren disimular con el velo de que se trata de un chiste muy gracioso.

Varias veces he dicho que me asusta la falta de escrúpulos de Santos a la hora de procurar los medios para conseguir lo que se propone. Se equivocan quienes creen que no es un hombre preparado: lo es. Fue estudiante de brillo en universidades tan rigurosas como Harvard. Además, aunque muchos no lo crean, es personalmente simpático.
El problema radica en que, siendo grandes sus capacidades, parecen pigmeas al pie de su ambición. El póquer, su actividad predilecta, no es afición de monjitas sino de quienes están dispuestos a convertirse en campeones del engaño. En eso consiste el juego, y esa es la mentalidad que forma.

Para él, lanzar al aire una publicidad con un falso apoyo de Uribe es un ingenioso cañazo, vale decir, una graciosa trampa para cazar ingenuos. Si el Presidente tuviera un gemelo, como el de Polonia, ya el otro estaría con poncho y sombrero aguadeño al servicio de la propaganda televisada de Santos. Lo mismo pasa con la campaña de Internet.
Un joven que conoce todos los secretos de la red me envía interesante informe de nueve puntos donde deja al descubierto las trampas que han aparecido en los últimos días en la www: falsas páginas de Facebook a favor de Santos, falsos mensajes a los foros de los diarios, cientos de correos de respaldo escritos con el mismo tono, las mismas palabras y la misma ortografía...
Y, como en el mundo de la trampa todo es engaño, el asesor fullero quiere que le creamos que asesora al candidato por puro cariño, sin contrato ni interés alguno. De eso tan bueno no dan tanto: ya pasará su cuenta el señor Rendón.

Pero si Juan Manuel tiene un asesor perverso que le susurra al oído, parece que a Mockus le cuchicheara a veces un bobo. Su acusación contra el Polo en el sentido de que simpatiza con la lucha armada es un calumnioso refrito de las doctrinas uribistas, que debería obligarlo a demostrar lo que afirma. Hay que ver, además, cuan rápidamente pasó de ateo yerto a acólito jubilado. Reconozco que cada vez me alegra más la marea verde de gente que busca un cambio de costumbres políticas en Colombia, pero cada vez me entusiasma menos el personaje que la encarna.
A todas estas, ¿qué pasa con el presidente Uribe?, ¿dónde está?, ¿qué cosas piensa? Una buena noticia para él es que la mano dura que proclama en materias de seguridad fue incorporada como parte del programa de casi todos los candidatos.
Pero, aunque gobernará hasta el 7 de agosto, el Indispensable, el Salvador, ya parece cosa del pasado. Esa sensación difuminada y fantasmal resulta elocuente. Porque, traducida en legado político, es el agua que se escapa de las manos a su heredero. Cambió el signo: la gente da por sentada la seguridad democrática y ahora acompaña a quien combata la corrupción, las viejas mañas, la consabida trampa.
Desde hace varios años, el autor del texto recibe comentarios a su columna en
cambalache@mail.ddnet.es.

Daniel Samper Pizano

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