miércoles, 7 de diciembre de 2016

Atlántico: Finanzas departamentales 2017. Por JAIRO PARADA



Las finanzas del Departamento del Atlántico…
Jairo Parada las analiza.
Es bueno ponerle atención a esas anotaciones de Parada.

RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Atlántico: Finanzas departamentales 2017

Por JAIRO PARADA

En el primer semestre de este año, la Asamblea Departamental aprobó el Plan de Desarrollo Atlántico Líder 2016-2019, por la suma de $4.43 billones, lo cual llamó mi atención, pues implica una ejecución anual de $1.11 billones, objetivo de por sí ambicioso para un Departamento que venía manejando presupuestos anuales que no pasaban de $750 mil millones. El informe de la División de Apoyo Fiscal de minhacienda en 2015 señalaba que, en general, la situación financiera del Departamento era sólida (2º puesto a nivel nacional, con desempeño aceptable), y que algunos problemas se revelaban en la ejecución presupuestal, pues usualmente la Gobernación apenas logra comprometer el 94% de los recursos, usando los excedentes para cubrir los déficit operacionales en los gastos.
El informe llama la atención sobre los compromisos futuros de una deuda que, a diciembre de 2015, rondaba la suma $149,739 millones, con compromisos hasta   2023. Esperemos que ese panorama no empeore como en el Distrito, donde los compromisos por vigencias futuras llegan hasta 2035. En general, los ingresos tributarios del Departamento llegaron en 2015 a unos $820 mil millones, por lo que cualquier ejecución por encima de esa cifra se tiene que cubrir con regalías, cofinanciación o deuda.
 
Cuando se le aplica la lupa al plan de desarrollo en mención, algo crecido a mi modesto entender, se habla de recursos nacionales por $1,23 billones y créditos por $203.7 mil millones, sin que se sepa a ciencia cierta de dónde viene esta abundancia de recursos del gobierno nacional, con semejante hueco fiscal que padece, y regalías que decaen vertiginosamente. Pero el presupuesto de 2017 por $891.391 millones me deja también algunas dudas, pues supone un incremento del 19.3% con respecto al de 2016, donde los recursos propios crecen a la vertiginosa tasa del 23.4%. Con una inflación que cierra en el año al casi 6%, y un crecimiento real del 2% para 2017, la cifra está como abultada.  Parece que el Departamento se contagia del entusiasmo fiscal de la Capital de Vida.

Todos deseamos que al Departamento le vaya bien, pues la suerte de Barranquilla va pegada a la de su entorno. Siempre se ha manejado con prudencia y esperamos que siga así. 

Los retos son grandes: con una inseguridad en los municipios; un Cari quebrado que no paga; un Sur en peligro, sin que las esclusas del Canal del Dique se hayan construido a seis años de la catástrofe, con 47 tubos en el terraplén, unos distritos de riego vueltos nada, una crisis institucional, una laguna del Guájaro sin un proyecto integral que la rescate más allá de la siembra inútil de alevinos; una Universidad del Atlántico acechada por el viejo clientelismo de la “izquierda” y sectores liberales, que casi liquidan la institución durante el encargo rectoral pasado, y que desean a toda costa volver a sus andadas, y  un distrito de riego en Ponedera ya estudiado y evaluado pero sin ponerse en marcha, exigen repensar mucho el desarrollo de nuestro Departamento.
Preocupa también que el año pasado sin que se utilizaran los recursos para becas de postgrado por regalías, simplemente por vacilaciones de la administración.

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