Las finanzas
del Departamento del Atlántico…
Jairo Parada
las analiza.
Es bueno
ponerle atención a esas anotaciones de Parada.
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Atlántico:
Finanzas departamentales 2017
Por JAIRO
PARADA
En el primer
semestre de este año, la Asamblea Departamental aprobó el Plan de Desarrollo
Atlántico Líder 2016-2019, por la suma de $4.43 billones, lo cual llamó mi
atención, pues implica una ejecución anual de $1.11 billones, objetivo de por
sí ambicioso para un Departamento que venía manejando presupuestos anuales que
no pasaban de $750 mil millones. El informe de la División de Apoyo Fiscal de
minhacienda en 2015 señalaba que, en general, la situación financiera del
Departamento era sólida (2º puesto a nivel nacional, con desempeño aceptable),
y que algunos problemas se revelaban en la ejecución presupuestal, pues
usualmente la Gobernación apenas logra comprometer el 94% de los recursos,
usando los excedentes para cubrir los déficit operacionales en los gastos.
El
informe llama la atención sobre los compromisos futuros de una deuda que, a
diciembre de 2015, rondaba la suma $149,739 millones, con compromisos hasta
2023. Esperemos que ese panorama no empeore como en el Distrito, donde
los compromisos por vigencias futuras llegan hasta 2035. En general, los
ingresos tributarios del Departamento llegaron en 2015 a unos $820 mil
millones, por lo que cualquier ejecución por encima de esa cifra se tiene que
cubrir con regalías, cofinanciación o deuda.
Cuando se le
aplica la lupa al plan de desarrollo en mención, algo crecido a mi modesto
entender, se habla de recursos nacionales por $1,23 billones y créditos por
$203.7 mil millones, sin que se sepa a ciencia cierta de dónde viene esta abundancia
de recursos del gobierno nacional, con semejante hueco fiscal que padece, y
regalías que decaen vertiginosamente. Pero el presupuesto de 2017 por $891.391
millones me deja también algunas dudas, pues supone un incremento del 19.3% con
respecto al de 2016, donde los recursos propios crecen a la vertiginosa tasa
del 23.4%. Con una inflación que cierra en el año al casi 6%, y un crecimiento
real del 2% para 2017, la cifra está como abultada. Parece que el
Departamento se contagia del entusiasmo fiscal de la Capital de Vida.
Todos deseamos
que al Departamento le vaya bien, pues la suerte de Barranquilla va pegada a la
de su entorno. Siempre se ha manejado con prudencia y esperamos que siga así.
Los retos son grandes: con una inseguridad en los municipios; un Cari quebrado
que no paga; un Sur en peligro, sin que las esclusas del Canal del Dique se
hayan construido a seis años de la catástrofe, con 47 tubos en el terraplén,
unos distritos de riego vueltos nada, una crisis institucional, una laguna del
Guájaro sin un proyecto integral que la rescate más allá de la siembra inútil
de alevinos; una Universidad del Atlántico acechada por el viejo clientelismo
de la “izquierda” y sectores liberales, que casi liquidan la institución
durante el encargo rectoral pasado, y que desean a toda costa volver a sus
andadas, y un distrito de riego en Ponedera ya estudiado y evaluado pero
sin ponerse en marcha, exigen repensar mucho el desarrollo de nuestro
Departamento.
Preocupa también que el año pasado sin que se utilizaran los
recursos para becas de postgrado por regalías, simplemente por
vacilaciones de la administración.
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