martes, 12 de abril de 2016

Las Mujeres de mi generacion son las mejores. - Santiago Gamboa, escritor colombiano

Comparto este texto, porque, como a mí, a Santiago y a otros hombres sensatos e inteligente, les ha quedado claro que unos de los mejores negocios que podamos hacer en esta vida es compartirla con una linda e inteligente mujer.
Lo he dicho muchas veces: somos privilegiados quienes hemos tenido, en nuestra existencia, la oportunidad de tenerlas. Yo he tenido muchas y sigo teniendo muchas...
Sin ellas estoy sería un desastre.
DIOS las proteja siempre.

RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1

Las Mujeres de mi generacion son las mejores. - Santiago Gamboa, escritor colombiano

Esta joyita la encontré hace un tiempo y quiero compartirla nuevamente porque adhiero plenamente en su contenido y creo que merece ser guardada en algun lugarcito para releerlo de vez en cuando. Seguramente hay una discrepacia temporal en el caso de algunas de Uds. pero es totalmente vigente. Vale la pena.
 
De : Santiago Gamboa, escritor colombiano

Las mujeres de mi generación son las mejores. Y punto.
Hoy tienen cuarenta y pico, cincuenta e incluso sesenta, y son bellas, muy bellas, pero tambiénserenas, comprensivas, sensatas, y sobre todo, endiabladamente seductoras,
Esto a pesar de sus incipientes patas de gallo o de esa afectuosa Celulitis que capitanea sus muslos, pero que las hace tan humanas, tan reales. Hermosamente reales.

Casi todas hoy, están casadas odivorciadas, o divorciadas y vueltas a casar, con la idea de no equivocarseen el segundo intento, que a veces es un modo de acercarse al tercero, y alcuarto intento.
Qué importa.
Otras, aunque pocas, mantienen unapertinaz soltería y la protegen como una ciudad sitiada que, de cualquiermodo, cada tanto abre sus puertas a algún visitante.

Ahh, qué bellas son, por Dios, las mujeres de mi generación!

Nacidas bajo la era deAcuario, con el influjo de la música de los Beatles, de Bob Dylan. Herederas de la "revolución sexual" de la década del 60 y de las corrientes feministas que, sin embargo, recibieron pasadas por varios filtros, ellas supieron combinar libertad con coquetería, emancipación con pasión, reivindicación con seducción.

Jamás vieron en el hombre a un enemigo a pesar de que le cantaron unas cuantas verdades, pues comprendieron que emanciparse era algo más que poner al hombre a trapear el baño a cambiar el rollo de papel higiénico cuando éste, trágicamente, se acaba, y decidieron pactar para vivir en pareja, esa forma de convivencia que tanto se critica pero que, con el tiempo, resulta ser la única posible, o la mejor, al menos eneste mundo y en esta vida.
Son maravillosas y tienen estilo. Usaron faldas hindúes, se cubrieron con suéteres de lana y perdieron su parecido con María, la virgen, en una noche loca de viernes o de sábado después de bailar.
Se vistieron de luto por la muerte de Julio Cortázar, hablaron con pasión de política y quisieron cambiar el mundo, bebieron ron cubano y aprendieron de memoria las canciones de Silvio y de Pablo.

Adoraban la libertad, algo que hoy le inculcan a sus hijos, lo que nos hace prever tiempos mejores, y, sobre todo, juraron amarnos para toda la vida, algo que sin duda hicieron y que hoy siguenhaciendo en su hermosa y seductora madurez.
Supieron ser, a pesar de su belleza, reinas bien educadas, poco caprichosas o egoístas. 

Diosas con sangre humana. El tipo de mujer que, cuando le abren la puerta del carro para que suba, se inclina sobre la silla y, a su vez, abre la de su pareja desde adentro.

La que recibe a un amigo que sufre a las cuatro de la mañana, aunque sea su ex novio, porque son maravillosas y tienen estilo, pues su sangre no es tan helada como para no escucharnos en esa necesaria y salvadora última noche en la que están dispuestas a servirnos el octavo whisky y poner, por sexta vez, esa melodía de Santana. 

Por eso, para los que nacimos entre las décadas del 40, 50 y 60, el día de la mujer es, en realidad, ¡todos los días del año!, cada uno de los días con sus noches y sus amaneceres, que son más bellos, como dice el bolero, cuando estás tú. 


Ah... qué bellas son, por Dios, las mujeres de mi generación!

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